Hace diez años, el 25 de mayo de 2003, un hombre prácticamente desconocido para la mayoría de la población se convirtió en presidente de Argentina.
Néstor Kirchner, quien gobernaba la remota provincia patagónica de Santa Cruz desde hacía doce años, había sido elegido por apenas el 22% del electorado, pero quedó al mando del país cuando su oponente, el ex presidente Carlos Menem, se negó a participar en una segunda vuelta electoral.
Beneficiado por un período de precios récord de las materias primas, en especial la soja, Kirchner logró sacar al país de uno de sus peores momentos históricos tras el colapso económico de 2001-2002.
En 2007, el presidente fue sucedido por su esposa, la senadora Cristina Fernández, dando inicio a una etapa muy diferente del kirchnerismo, marcado por conflictos con algunos sectores, como el campo, la prensa y el sindicalismo.
Las diferencias en el "modelo K" se acentuaron tras el fallecimiento de Néstor Kirchner el 27 de octubre de 2010 por causa de un infarto cardíaco.
No obstante, Fernández logró una aplastante victoria en las urnas en 2011 y fue reelegida por el 54% de los votos, además de obtener la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
La "década K" marcó al país y dejó su huella en casi todos los ámbitos de la nación.
Sociedad polarizada
Hace unos años una de las pasiones de los argentinos era discutir de política. Era impensado que una reunión social, un asado familiar o un encuentro entre amigos no incluyera algún debate político.
"Ahora ya no se puede hablar de política porque genera peleas", le dijo una joven a BBC Mundo. Y es que una de las características más visibles que dejaron estos diez años de kirchnerismo fue la polarización de la sociedad argentina.
Cuando Néstor Kirchner llegó al poder era un virtual desconocido. Pero poco tiempo después su figura y la de su esposa y sucesora, Cristina Fernández, inspirarían entre los argentinos una pasión y un odio que muchos equiparan con el que en el pasado generaron Juan y Eva Perón.
Crispación
El ambiente de crispación se agudizó con la llegada a la presidencia de Fernández, en 2007.
clic Ver: Cristina Fernández desata pasiones encontradas en Argentina
La popularidad de Cristina Fernández
53% imagen positiva
45% imagen negativa
2% indefinidos
(Fuente: Isonomía Consultores, marzo 2013)
Según sus detractores, la presidenta tiene un estilo "confrontativo" y "arrogante", que lejos de invitar al diálogo alimenta la división.
En cambio, sus seguidores admiran su personalidad combativa y siguen sus discursos con adoración.
Esa polaridad puede verse en las calles: a fines de 2011, Fernández fue reelegida con el 54% de los votos. Pero a pesar de ese enorme apoyo popular, poco después enfrentó una serie de movilizaciones masivas que llevaron a millones de antikirchneristas a protestar contra su gobierno.
Guerra de medios
El Grupo Clarín, el principal grupo multimedios del país, que gracias a Néstor Kirchner obtuvo una extensión de sus licencias de TV y radio por diez años y logró formar el mayor operador de cable de Argentina, pasó a convertirse a partir de 2008 en el enemigo número uno del gobierno.
El catalizador del enfrentamiento fue la protesta agraria que desestabilizó los primeros meses de la gestión de Cristina Fernández (ver El campo). El apoyo de Clarín a los hombres de campo dio pie a una batalla entre el multimedios y el kirchnerismo que tendría enormes repercusiones y cambiaría drásticamente el mapa de medios del país.
En 2009 el oficialismo aprobó la Ley de Medios, una legislación antimonopólica que redujo de 24 a diez los servicios abiertos de radio y televisión en poder de un solo dueño y prohibió a una empresa propietaria de un canal abierto ser también proveedor del servicio de televisión por cable en la misma zona.
El Grupo Clarín –el principal afectado por la norma- la impugnó ante la Justicia, evitando hasta ahora tener que vender algunas de sus empresas, y la prolongada batalla judicial (que deberá ser dirimida por la Corte Suprema) llevó a Fernández a proponer una polémica reforma del Poder Judicial que ha sido ampliamente cuestionada.
Papel Prensa
El enfrentamiento con Clarín también tuvo otro escenario: una pelea por el control de Papel Prensa, la única productora de papel para periódicos del país, que pertenece mayoritariamente a ese multimedios y al diario La Nación, y minoritariamente al Estado.
A fines de 2011, el kirchnerismo aprobó una polémica ley que declaró de interés público la fabricación, comercialización y distribución del papel de diario y reguló el funcionamiento de Papel Prensa.
clic Lea: ¿Peligra la libertad de prensa en Argentina?
Y en mayo de 2013 el oficialismo también presentó un proyecto de ley para expropiar parte de la empresa y convertir al Estado en el principal accionista, iniciativa que será debatida en el Congreso.
En los últimos años el gobierno ha sido acusado de cooptar varios medios a través de empresarios amigos. Según sus detractores, el kirchnerismo actualmente controla directa o indirectamente el 80% de los medios.
Por su parte, el gobierno acusa a los diarios Clarín y La Nación de desinformar y de promover una "cadena del desánimo" entre la población para perjudicarlo.
Publicidad oficial
El kirchnerismo también ha sido cuestionado por la Justicia por su uso arbitrario de la publicidad oficial, favoreciendo a algunos medios y ahogando económicamente a otros. La presión económica sobre la prensa crítica se acentuó en 2013 con una prohibición a supermercados a publicar avisos en diarios de la capital.
Otra cosa que cambió con el kirchnerismo fue el contacto con el periodismo. En sus cuatro años en el poder, Néstor Kirchner nunca ofreció una conferencia de prensa y su esposa y sucesora brindó apenas un puñado, prefiriendo los anuncios casi semanales por cadena nacional y la comunicación directa a través de la red social Twitter.
Fernández ha dicho que esto es necesario porque los medios distorsionan sus palabras. La presidenta también se ha defendido reiteradamente de quienes afirman que su estilo es autoritario, recordando que en 2009 presentó una ley para eliminar los delitos de calumnias e injurias.
Más derechos
Una de las políticas más elogiadas del kirchnerismo ha sido la ampliación de derechos, tanto humanos como civiles.
Apenas asumió, en 2003, Néstor Kirchner promovió en el Congreso la anulación de las llamadas "leyes del perdón" que garantizaban la inmunidad a muchos acusados de crímenes de lesa humanidad durante el último régimen militar (1976-1983).
Dos años más tarde la Corte Suprema de Justicia convalidaría esa anulación y en 2007 declararía inconstitucional un indulto a los jerarcas militares, abriendo las puertas a cientos de juicios contra exrepresores.
La mayoría de los líderes militares responsables, según las agrupaciones de derechos humanos, de la desaparición de unas 30.000 personas, enfrentan juicios y muchos ya fueron condenados.
La reactivación de los juicios contra exrepresores recibió el apoyo de gran parte de la sociedad argentina, pero no de todos. Algunos, en especial los sobrevivientes y familiares de quienes fueron víctimas de grupos guerrilleros durante los años 70, cuestionan que los exlíderes rebeldes no hayan sido juzgados, como los militares.
Minorías
También los derechos de las minorías fueron una prioridad en estos diez años de gobierno kirchnerista. En 2010 el oficialismo aprobó por ley el "matrimonio igualitario", convirtiendo a Argentina en el primer país de América Latina -y el décimo del mundo- en permitir el casamiento entre personas del mismo sexo.
clic Lea: Argentina aprueba el matrimonio gay
En 2012, el gobierno también promovió la Ley de Identidad de Género, que permite que travestis, transexuales y transgéneros sean inscriptos en sus documentos de identidad con el nombre y sexo de elección, y además obliga al Estado a solventar las operaciones de cambio de sexo.
El gobierno de Cristina Fernández también fue elogiado por mejorar los derechos de las mujeres: a finales de 2012 una nueva ley agravó las penas para los delitos de violencia de género y otra endureció las condenas para los crímenes de explotación sexual y la trata de personas.
En 2011 la presidenta también causó polémica al prohibir por decreto la publicación de avisos gráficos de oferta sexual en los diarios como una medida para prevenir la trata.
En tanto, en 2013 el gobierno promulgó una nueva ley que castiga el trabajo infantil y otra que busca regularizar la situación de más de un millón de empleadas domésticas, la mayoría de quienes trabajan de manera informal.
LEA LA NOTA COMPLETA EN LA FUENTE PARA LOS DEMÁS LOGROS
Néstor Kirchner, quien gobernaba la remota provincia patagónica de Santa Cruz desde hacía doce años, había sido elegido por apenas el 22% del electorado, pero quedó al mando del país cuando su oponente, el ex presidente Carlos Menem, se negó a participar en una segunda vuelta electoral.
Beneficiado por un período de precios récord de las materias primas, en especial la soja, Kirchner logró sacar al país de uno de sus peores momentos históricos tras el colapso económico de 2001-2002.
En 2007, el presidente fue sucedido por su esposa, la senadora Cristina Fernández, dando inicio a una etapa muy diferente del kirchnerismo, marcado por conflictos con algunos sectores, como el campo, la prensa y el sindicalismo.
Las diferencias en el "modelo K" se acentuaron tras el fallecimiento de Néstor Kirchner el 27 de octubre de 2010 por causa de un infarto cardíaco.
No obstante, Fernández logró una aplastante victoria en las urnas en 2011 y fue reelegida por el 54% de los votos, además de obtener la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
La "década K" marcó al país y dejó su huella en casi todos los ámbitos de la nación.
Sociedad polarizada
Hace unos años una de las pasiones de los argentinos era discutir de política. Era impensado que una reunión social, un asado familiar o un encuentro entre amigos no incluyera algún debate político.
"Ahora ya no se puede hablar de política porque genera peleas", le dijo una joven a BBC Mundo. Y es que una de las características más visibles que dejaron estos diez años de kirchnerismo fue la polarización de la sociedad argentina.
Cuando Néstor Kirchner llegó al poder era un virtual desconocido. Pero poco tiempo después su figura y la de su esposa y sucesora, Cristina Fernández, inspirarían entre los argentinos una pasión y un odio que muchos equiparan con el que en el pasado generaron Juan y Eva Perón.
Crispación
El ambiente de crispación se agudizó con la llegada a la presidencia de Fernández, en 2007.
clic Ver: Cristina Fernández desata pasiones encontradas en Argentina
La popularidad de Cristina Fernández
53% imagen positiva
45% imagen negativa
2% indefinidos
(Fuente: Isonomía Consultores, marzo 2013)
Según sus detractores, la presidenta tiene un estilo "confrontativo" y "arrogante", que lejos de invitar al diálogo alimenta la división.
En cambio, sus seguidores admiran su personalidad combativa y siguen sus discursos con adoración.
Esa polaridad puede verse en las calles: a fines de 2011, Fernández fue reelegida con el 54% de los votos. Pero a pesar de ese enorme apoyo popular, poco después enfrentó una serie de movilizaciones masivas que llevaron a millones de antikirchneristas a protestar contra su gobierno.
Guerra de medios
El Grupo Clarín, el principal grupo multimedios del país, que gracias a Néstor Kirchner obtuvo una extensión de sus licencias de TV y radio por diez años y logró formar el mayor operador de cable de Argentina, pasó a convertirse a partir de 2008 en el enemigo número uno del gobierno.
El catalizador del enfrentamiento fue la protesta agraria que desestabilizó los primeros meses de la gestión de Cristina Fernández (ver El campo). El apoyo de Clarín a los hombres de campo dio pie a una batalla entre el multimedios y el kirchnerismo que tendría enormes repercusiones y cambiaría drásticamente el mapa de medios del país.
En 2009 el oficialismo aprobó la Ley de Medios, una legislación antimonopólica que redujo de 24 a diez los servicios abiertos de radio y televisión en poder de un solo dueño y prohibió a una empresa propietaria de un canal abierto ser también proveedor del servicio de televisión por cable en la misma zona.
El Grupo Clarín –el principal afectado por la norma- la impugnó ante la Justicia, evitando hasta ahora tener que vender algunas de sus empresas, y la prolongada batalla judicial (que deberá ser dirimida por la Corte Suprema) llevó a Fernández a proponer una polémica reforma del Poder Judicial que ha sido ampliamente cuestionada.
Papel Prensa
El enfrentamiento con Clarín también tuvo otro escenario: una pelea por el control de Papel Prensa, la única productora de papel para periódicos del país, que pertenece mayoritariamente a ese multimedios y al diario La Nación, y minoritariamente al Estado.
A fines de 2011, el kirchnerismo aprobó una polémica ley que declaró de interés público la fabricación, comercialización y distribución del papel de diario y reguló el funcionamiento de Papel Prensa.
clic Lea: ¿Peligra la libertad de prensa en Argentina?
Y en mayo de 2013 el oficialismo también presentó un proyecto de ley para expropiar parte de la empresa y convertir al Estado en el principal accionista, iniciativa que será debatida en el Congreso.
En los últimos años el gobierno ha sido acusado de cooptar varios medios a través de empresarios amigos. Según sus detractores, el kirchnerismo actualmente controla directa o indirectamente el 80% de los medios.
Por su parte, el gobierno acusa a los diarios Clarín y La Nación de desinformar y de promover una "cadena del desánimo" entre la población para perjudicarlo.
Publicidad oficial
El kirchnerismo también ha sido cuestionado por la Justicia por su uso arbitrario de la publicidad oficial, favoreciendo a algunos medios y ahogando económicamente a otros. La presión económica sobre la prensa crítica se acentuó en 2013 con una prohibición a supermercados a publicar avisos en diarios de la capital.
Otra cosa que cambió con el kirchnerismo fue el contacto con el periodismo. En sus cuatro años en el poder, Néstor Kirchner nunca ofreció una conferencia de prensa y su esposa y sucesora brindó apenas un puñado, prefiriendo los anuncios casi semanales por cadena nacional y la comunicación directa a través de la red social Twitter.
Fernández ha dicho que esto es necesario porque los medios distorsionan sus palabras. La presidenta también se ha defendido reiteradamente de quienes afirman que su estilo es autoritario, recordando que en 2009 presentó una ley para eliminar los delitos de calumnias e injurias.
Más derechos
Una de las políticas más elogiadas del kirchnerismo ha sido la ampliación de derechos, tanto humanos como civiles.
Apenas asumió, en 2003, Néstor Kirchner promovió en el Congreso la anulación de las llamadas "leyes del perdón" que garantizaban la inmunidad a muchos acusados de crímenes de lesa humanidad durante el último régimen militar (1976-1983).
Dos años más tarde la Corte Suprema de Justicia convalidaría esa anulación y en 2007 declararía inconstitucional un indulto a los jerarcas militares, abriendo las puertas a cientos de juicios contra exrepresores.
La mayoría de los líderes militares responsables, según las agrupaciones de derechos humanos, de la desaparición de unas 30.000 personas, enfrentan juicios y muchos ya fueron condenados.
La reactivación de los juicios contra exrepresores recibió el apoyo de gran parte de la sociedad argentina, pero no de todos. Algunos, en especial los sobrevivientes y familiares de quienes fueron víctimas de grupos guerrilleros durante los años 70, cuestionan que los exlíderes rebeldes no hayan sido juzgados, como los militares.
Minorías
También los derechos de las minorías fueron una prioridad en estos diez años de gobierno kirchnerista. En 2010 el oficialismo aprobó por ley el "matrimonio igualitario", convirtiendo a Argentina en el primer país de América Latina -y el décimo del mundo- en permitir el casamiento entre personas del mismo sexo.
clic Lea: Argentina aprueba el matrimonio gay
En 2012, el gobierno también promovió la Ley de Identidad de Género, que permite que travestis, transexuales y transgéneros sean inscriptos en sus documentos de identidad con el nombre y sexo de elección, y además obliga al Estado a solventar las operaciones de cambio de sexo.
El gobierno de Cristina Fernández también fue elogiado por mejorar los derechos de las mujeres: a finales de 2012 una nueva ley agravó las penas para los delitos de violencia de género y otra endureció las condenas para los crímenes de explotación sexual y la trata de personas.
En 2011 la presidenta también causó polémica al prohibir por decreto la publicación de avisos gráficos de oferta sexual en los diarios como una medida para prevenir la trata.
En tanto, en 2013 el gobierno promulgó una nueva ley que castiga el trabajo infantil y otra que busca regularizar la situación de más de un millón de empleadas domésticas, la mayoría de quienes trabajan de manera informal.
LEA LA NOTA COMPLETA EN LA FUENTE PARA LOS DEMÁS LOGROS