

5 formas de mantener la calma (aunque estés a punto de explotar)
La mayoría de nosotros experimentamos algún nivel de estrés a lo largo de nuestra vida; La manera como reaccionamos a él, positiva o negativamente, puede hacer la diferencia entre ser asertivo o reactivo.
Cuando estés bajo presión y sientas que estás a punto de explotar, lo primero en lo que debes concentrarte es en mantener la calma. Aquí tienes 5 tips que te pueden salvar de cometer un grave error al actuar impulsivamente:

#5. Mantener la calma si alguien te sacó de tus casillas
(Y tú quieres sacarle unos cuantos dientes)
Antes de que compruebes si las clases de Tae-Bo te servirán para descargar tu furia en ese sujeto que te exaspera, o que de tu boca salga un improperio del cual te arrepientas pocos minutos después, es necesario que cuentes -lentamente- hasta diez.
No tienes que decir nada mientras lo haces; sólo asegúrate de no reaccionar ni actuar en esos instantes. Pase lo que pase (y aunque veas al otro como un gran saco de boxeo con patas)…
Cálmate.
En la mayoría de las circunstancias, para el momento en el que has llegado hasta el diez, ya tu mente se ha aclarado lo suficiente como para encontrar una mejor forma de ventilar tu puño (quiero decir, ¡Punto!) de vista. De esta manera, te elevas un poco por encima del problema y éste se verá más pequeño y manejable.

Mejor que sea una pelota antiestrés, que la garganta de tu compañero de trabajo.
Si después de contar hasta diez, aún te sientes con ganas de probar tu gancho de izquierda, entonces regálate un tiempo fuera. Retrocede, toca la retirada, abandona el sitio. No ganarías nada actuando impulsivamente, así que date un tiempo más largo para mantener la calma y reevaluar cómo comunicarte.

#4. Si te sientes nervioso o ansioso
(y ya te quedaste sin uñas)
Lo mejor que puedes hacer es lavarte la cara con agua fría, lo que disparará tu reflejo primitivo de buceo y te ayudará a disminuir tu frecuencia cardíaca de un 10% a un 25%. Si no tienes acceso inmediato al agua, trata de respirar aire puro (recibir un poco de sol mientras lo haces, también te ayudará a mantener la calma).
Lo más importante es aprender a respirar correctamente; estamos mal acostumbrados a desaprovechar nuestra capacidad respiratoria, y esto tiene un impacto negativo en nuestra reacción hacia los estímulos externos.
¿Crees que un café podría ayudarte? pues todo lo contrario; cualquier bebida con cafeína puede empeorar tu nerviosismo y debilitar tu fuerza de voluntad.
Aprender a respirar es, después de todo, fundamental para dominar tu propio lenguaje corporal.

#3. Si te sientes indeciso
(Y no sabes si seguir leyendo este artículo…)
Realiza un análisis sencillo de costo y beneficio. Una de las decisiones más difíciles que podemos tomar es la de dejar un trabajo que odiamos (pero que ya conocemos bien y en el que tenemos una paga segura), por otro que nos gustaría más… pero sin el cheque del quince y último.
Pon cada opción en una página, con una línea en el medio. Para cada una, escribe sus pros y sus contras con lujo de detalles (Añade una caricatura de tu odiado jefe si lo consideras necesario). Para hacer un análisis cuantitativo, asígnale un peso a cada uno del 1 (poco influyente) al 5 (muy influyente).
¡Listo! ya no cabe ningún pretexto, tienes la solución con una simple suma/resta.

#2. Si perdiste la inspiración
(o estás procrastinando las tres cuartas partes de tu día)
Mi recomendación es que pruebes con ejercicios aeróbicos intensos (pero primero habla con tu médico, no quiero que vaya a ser peor el remedio que la enfermedad).
Trata de energizarte, y busca nuevas actividades; a veces estamos tan cerrados e inmersos en nuestro trabajo, que nuestra creatividad se agota. Tienes que distraerte y aflojar un poco esa intensidad en lo que haces ¡Y es necesario que lo hagas a diario!

¿No dijimos que estabas en clases de Tae-Bo?
La manera como usas tu cuerpo dicta cómo fluyen tus emociones. Te aseguro que en la medida en que vayas descubriendo la dormida vitalidad de tu físico, tu confianza e inspiración volverán.

#1. Si sientes que te vence el miedo, la desconfianza o la depresión
(Y necesitas recuperar tu paz urgentemente)
Recurre a la naturaleza. Rodéate de colores verdes y azules, haz lo posible por encontrar un espacio que sea verdaderamente tuyo, en el que puedas meditar y silenciar tu mente al menos media hora.
Para esta situación tan difícil, que va más allá de una falta de creatividad o un exceso de impulsividad hacia quienes nos vuelven locos, lo más importante es que recuerdes que tú tienes el potencial para resolver cualquier problema que se te atraviese.
¡Sabes bien que es cierto! Lo único que necesitas es que tu corazón esté latiendo. Llámalo confianza o fe en tí mismo, como tú quieras; pero cree que realmente puedes mantener la calma y hacer un cambio en tu vida.
¿Qué esperas para intentarlo? ¡Y tranquilo! recuerda que no estás solo.

