Así era la bandera Chilena antes
Las banderas históricas chilenas. Según opiniones como la del Coronel Manuel Reyno Gutiérrez, serían cuatro y no tres, como se sostiene comúnmente. La tercera bandera en orden cronológico, es la que frecuentemente ha sido olvidada por la historia oficial,
En la época de Fiestas Patrias, es común ver algunas reproducciones de las banderas históricas de Chile, entre la Patria Vieja y la Patria Nueva, pues el largo y doloroso proceso de la Independencia nos dio tiempo de revisar nuestros propios símbolos nacionales varias veces y dejar las etapas del proceso plasmadas en ellas. Estas representaciones cumplen con lo que usualmente se enseña sobre el tema; es decir, que las banderas chilenas han sido sólo estas tres: la de la Patria Vieja, la de Transición y la actual de la Patria Nueva.
Sin embargo, para algunos historiadores habría existido una cuarta bandera, previa a la definitiva de la República en la Patria Nueva, cuyo uso quizás marginal y efímero ha llevado a muchos autores a desconocer su existencia o minimizar su valor como símbolo patrio e histórico. La mayoría de ellas no la considera auténticamente un heraldo relevante en la cadena de pabellones patrios de la historia chilena, e incluso se discute sobre si existió o sólo fue una intención jamás materializada, pues hay quienes llegan a ponerla en duda, cuando no la desconocen por completo.
En orden consecutivo, nuestros históricos pabellones nacionales fueron la Bandera de la Patria Vieja, concebida en 1811 por don José Miguel Carrera; luego, la Bandera de la Transición del 26 de mayo de 1817, diseñada aparentemente por don Juan Gregorio Las Heras (otras fuentes señalan la fecha de creación el 18 de octubre de ese año), y, finalmente, la bandera de nuestros días, jurada el 12 de febrero de 1818. Empero, la segunda bandera de la historia de Chile, la de la Transición, compuesta por tres franjas horizontales (azul, blanca y roja, de arriba hacia abajo) debió ser modificada en 1817 luego de protestas formuladas a Chile por Francia y Holanda, dado que el parecido de este emblema con las banderas de estas naciones europeas estaba generando confusiones y errores. Se dice, además, que la bandera de la Transición no alcanzó a ser oficializada, detalle que muchos autores parecen pasar por alto.
El credo general de los historiadores señala que desde esta bandera de la Transición se pasó inmediatamente a la actual bandera de 1818. A veces se da por hecho esta situación porque, según Diego Barros Arana, la bandera definitiva y actualmente en uso fue creada el 18 de octubre de 1817, sólo quince días después de la última presentación que habría tenido la bandera de la Transición en las exequias de los héroes de Rancagua. Pero ciertos estudios de las últimas décadas, han arrojado una nueva luz sobre lo que realmente pudo haber sucedido entre medio: a continuación de la bandera de la Transición y ante la necesidad de cambiarla, apareció un emblema misterioso rara vez mencionado por la historiografía oficial chilena y conocido por unos pocos como la Primera Bandera de la República. Su diseño era de tres bandas horizontales (de arriba hacia abajo: blanco, azul y rojo) y de estrella solitaria al centro; la primera en Chile con esta característica.
El aspecto de esta bandera aparece aludida en un decreto promulgado entre la señalada urgencia de sustituir el pabellón. Su diseño será un aporte a la bandera final de la República actualmente en uso, además. Ha sido estudiada, entre otros, por el miembro fundador de la Academia de Historia Militar, el Coronel (R) Manuel Reyno Gutiérrez, quien publica algo al respecto en el "Anuario de la Academia de Historia Militar: Año X, Nº 4" (1987-1988), en el artículo de investigación titulado "Historia de los emblemas nacionales".
El decreto de marras, archivado en la página 27 del Tomo 30 del Boletín Oficial, dice sobre el aspecto y las condiciones de uso de esta bandera misteriosa:
"Santiago, febrero 18 de 1826.
Por cuanto se ha hecho demasiado notable el abuso con que se usa de la bandera nacional de guerra, aun para objetos que ninguna relación tienen con el servicio e intereses de la República, siendo además necesario que aun donde éste sea permitido se haga con la distinción correspondiente, he venido en decretar:
1° El pabellón nacional de tres cuarteles, blanco, azul y encarnado con la estrella blanca en el cuartel azul, sólo puede tremolarse en los ejércitos, plaza de armas, fortalezas y embarcaciones de guerra de la República.
2° El Director Supremo podrá enarbolar el distintivo de Almirante o el pabellón nacional, donde quiera que se halle.
3° Podrá igualmente enarbolarse éste por el Comandante General de Armas, Generales de los ejércitos y Gobernadores de Provincia en sus casas y cuartel general, excepto cuando se halle en la misma residencia el Jefe Supremo de la República, que enarbolando el pabellón, lo arriaran todos.
4° Los buques mercantes e individuos particulares podrán usar en su casa la bandera tricolor dividida en tres cuarteles, pero sin la estrella.
El Ministro de Estado en los Departamentos de Guerra y Marina queda encargado del cumplimiento de este decreto, que se comunicará e imprimirá.
INFANTE - NOVOA"
A la vista estos antecedentes, entonces, es seguro que ésta fue nuestra última bandera transitoria o primera republicana, antes de la definitiva de 1817-1818, sobre la cual se juró la definitiva libertad de Chile, derrocando así la vieja creencia de la "triada" de banderas históricas de nuestro país. Se calcula, de hecho, que estuvo por lo menos tres meses en uso, según algunas opiniones. Más aún, Reyno Gutiérrez asegura que pudo haber sido usada parcialmente en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana:
"De acuerdo con esta disposición, así era la bandera en uso durante el período que conocemos como de la ANARQUÍA y la Presidencia del General Joaquín Prieto y, por tanto, ella debió ser la insignia que fue llevada por nuestras expediciones al Perú en 1837 y de 1838-1839 bajo los mandos del Almirante Manuel Blanco Encalada y Manuel Bulnes, respectivamente. De ser así, como nos parece natural, es ésta la enseña de la estrella solitaria que flameó en Portada de Guías, Matucana, Buin, Pan de Azúcar y Yungay. Por otra parte así parece demostrarlo el retrato del Presidente Francisco Antonio Pinto, de Antonio Cicarelli y propiedad de doña Ana Bulnes Sanfuentes, ya que la banda aparece con sus colores blanco, azul y rojo en este mismo orden, y lo mismo sucede con la que luce el Presidente Bulnes en el óleo de Ernesto Charton de Treville, que se encuentra en el Museo del Carmen de Maipú".
Muchos minimizan la importancia de esta bandera aludiendo a que no puede ser considerada como otro pabellón patrio de nuestra historia porque nunca fue oficializada o porque no existirían pruebas concluyentes de que haya sido usada de manera formal, razón por la que se pone en duda su existencia práctica. Sin embargo, cabe señalar que la bandera de la Transición tampoco fue totalmente oficializada, y sin embargo aparece perfectamente considerada en la totalidad de los libros de historia que abordan el tema de los estandartes patrios.
La discusión sobre esta misteriosa bandera ignorada o desdeñada por la memoria nacional quizás nunca quede completamente resuelta, condenándola a ser sólo una curiosidad a la vez que una bella referencia arcana y casi mistérica en nuestra historia de los símbolos patrios.

Las banderas históricas chilenas. Según opiniones como la del Coronel Manuel Reyno Gutiérrez, serían cuatro y no tres, como se sostiene comúnmente. La tercera bandera en orden cronológico, es la que frecuentemente ha sido olvidada por la historia oficial,

En la época de Fiestas Patrias, es común ver algunas reproducciones de las banderas históricas de Chile, entre la Patria Vieja y la Patria Nueva, pues el largo y doloroso proceso de la Independencia nos dio tiempo de revisar nuestros propios símbolos nacionales varias veces y dejar las etapas del proceso plasmadas en ellas. Estas representaciones cumplen con lo que usualmente se enseña sobre el tema; es decir, que las banderas chilenas han sido sólo estas tres: la de la Patria Vieja, la de Transición y la actual de la Patria Nueva.

Sin embargo, para algunos historiadores habría existido una cuarta bandera, previa a la definitiva de la República en la Patria Nueva, cuyo uso quizás marginal y efímero ha llevado a muchos autores a desconocer su existencia o minimizar su valor como símbolo patrio e histórico. La mayoría de ellas no la considera auténticamente un heraldo relevante en la cadena de pabellones patrios de la historia chilena, e incluso se discute sobre si existió o sólo fue una intención jamás materializada, pues hay quienes llegan a ponerla en duda, cuando no la desconocen por completo.
.svg/200px-Flag_of_Chile_(1817-1818).svg.png)
En orden consecutivo, nuestros históricos pabellones nacionales fueron la Bandera de la Patria Vieja, concebida en 1811 por don José Miguel Carrera; luego, la Bandera de la Transición del 26 de mayo de 1817, diseñada aparentemente por don Juan Gregorio Las Heras (otras fuentes señalan la fecha de creación el 18 de octubre de ese año), y, finalmente, la bandera de nuestros días, jurada el 12 de febrero de 1818. Empero, la segunda bandera de la historia de Chile, la de la Transición, compuesta por tres franjas horizontales (azul, blanca y roja, de arriba hacia abajo) debió ser modificada en 1817 luego de protestas formuladas a Chile por Francia y Holanda, dado que el parecido de este emblema con las banderas de estas naciones europeas estaba generando confusiones y errores. Se dice, además, que la bandera de la Transición no alcanzó a ser oficializada, detalle que muchos autores parecen pasar por alto.

El credo general de los historiadores señala que desde esta bandera de la Transición se pasó inmediatamente a la actual bandera de 1818. A veces se da por hecho esta situación porque, según Diego Barros Arana, la bandera definitiva y actualmente en uso fue creada el 18 de octubre de 1817, sólo quince días después de la última presentación que habría tenido la bandera de la Transición en las exequias de los héroes de Rancagua. Pero ciertos estudios de las últimas décadas, han arrojado una nueva luz sobre lo que realmente pudo haber sucedido entre medio: a continuación de la bandera de la Transición y ante la necesidad de cambiarla, apareció un emblema misterioso rara vez mencionado por la historiografía oficial chilena y conocido por unos pocos como la Primera Bandera de la República. Su diseño era de tres bandas horizontales (de arriba hacia abajo: blanco, azul y rojo) y de estrella solitaria al centro; la primera en Chile con esta característica.

El aspecto de esta bandera aparece aludida en un decreto promulgado entre la señalada urgencia de sustituir el pabellón. Su diseño será un aporte a la bandera final de la República actualmente en uso, además. Ha sido estudiada, entre otros, por el miembro fundador de la Academia de Historia Militar, el Coronel (R) Manuel Reyno Gutiérrez, quien publica algo al respecto en el "Anuario de la Academia de Historia Militar: Año X, Nº 4" (1987-1988), en el artículo de investigación titulado "Historia de los emblemas nacionales".
El decreto de marras, archivado en la página 27 del Tomo 30 del Boletín Oficial, dice sobre el aspecto y las condiciones de uso de esta bandera misteriosa:
"Santiago, febrero 18 de 1826.
Por cuanto se ha hecho demasiado notable el abuso con que se usa de la bandera nacional de guerra, aun para objetos que ninguna relación tienen con el servicio e intereses de la República, siendo además necesario que aun donde éste sea permitido se haga con la distinción correspondiente, he venido en decretar:
1° El pabellón nacional de tres cuarteles, blanco, azul y encarnado con la estrella blanca en el cuartel azul, sólo puede tremolarse en los ejércitos, plaza de armas, fortalezas y embarcaciones de guerra de la República.
2° El Director Supremo podrá enarbolar el distintivo de Almirante o el pabellón nacional, donde quiera que se halle.
3° Podrá igualmente enarbolarse éste por el Comandante General de Armas, Generales de los ejércitos y Gobernadores de Provincia en sus casas y cuartel general, excepto cuando se halle en la misma residencia el Jefe Supremo de la República, que enarbolando el pabellón, lo arriaran todos.
4° Los buques mercantes e individuos particulares podrán usar en su casa la bandera tricolor dividida en tres cuarteles, pero sin la estrella.
El Ministro de Estado en los Departamentos de Guerra y Marina queda encargado del cumplimiento de este decreto, que se comunicará e imprimirá.
INFANTE - NOVOA"
A la vista estos antecedentes, entonces, es seguro que ésta fue nuestra última bandera transitoria o primera republicana, antes de la definitiva de 1817-1818, sobre la cual se juró la definitiva libertad de Chile, derrocando así la vieja creencia de la "triada" de banderas históricas de nuestro país. Se calcula, de hecho, que estuvo por lo menos tres meses en uso, según algunas opiniones. Más aún, Reyno Gutiérrez asegura que pudo haber sido usada parcialmente en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana:
"De acuerdo con esta disposición, así era la bandera en uso durante el período que conocemos como de la ANARQUÍA y la Presidencia del General Joaquín Prieto y, por tanto, ella debió ser la insignia que fue llevada por nuestras expediciones al Perú en 1837 y de 1838-1839 bajo los mandos del Almirante Manuel Blanco Encalada y Manuel Bulnes, respectivamente. De ser así, como nos parece natural, es ésta la enseña de la estrella solitaria que flameó en Portada de Guías, Matucana, Buin, Pan de Azúcar y Yungay. Por otra parte así parece demostrarlo el retrato del Presidente Francisco Antonio Pinto, de Antonio Cicarelli y propiedad de doña Ana Bulnes Sanfuentes, ya que la banda aparece con sus colores blanco, azul y rojo en este mismo orden, y lo mismo sucede con la que luce el Presidente Bulnes en el óleo de Ernesto Charton de Treville, que se encuentra en el Museo del Carmen de Maipú".
Muchos minimizan la importancia de esta bandera aludiendo a que no puede ser considerada como otro pabellón patrio de nuestra historia porque nunca fue oficializada o porque no existirían pruebas concluyentes de que haya sido usada de manera formal, razón por la que se pone en duda su existencia práctica. Sin embargo, cabe señalar que la bandera de la Transición tampoco fue totalmente oficializada, y sin embargo aparece perfectamente considerada en la totalidad de los libros de historia que abordan el tema de los estandartes patrios.
La discusión sobre esta misteriosa bandera ignorada o desdeñada por la memoria nacional quizás nunca quede completamente resuelta, condenándola a ser sólo una curiosidad a la vez que una bella referencia arcana y casi mistérica en nuestra historia de los símbolos patrios.
