
Eike Batista quiso convertirse en el hombre más rico del mundo. No lo consiguió, pero estuvo cerca porque hizo una fortuna que le aupó hasta el séptimo puesto de la lista Forbes. El empresario brasileño, sin embargo, ha visto desmoronarse su imperio. Hasta tal punto que se ha desprendido de uno de sus caprichos más preciados, el Lamborghini Aventador blanco que presidía el salón de su mansión, proclamado por la propia marca italiana como el mejor modelo que jamás fabricó.
Batista ha vendido el valioso coche a un concesionario por 1,1 millones de dólares, según ha informado el diario brasileño O Globo. El precio de un Aventador nuevo es de aproximadamente 1,6 millones de dólares. La venta, por tanto, no le habría salido del todo mal al hasta no hace tanto multimillonario brasileño. Sin embargo, seguramente Batista no piensa igual, porque el vehículo en cuestión apenas había recorrido 1.000 kilómetros.
El Aventador salió al mercado en 2012 y Batista no lo dudó. Entonces, la ambición del empresario brasileño no tenía límites y en una entrevista en Bloomberg TV no tuvo reparos en afirmar que en 2015 se convertiría en el hombre más rico del mundo en detrimento del mexicano Carlos Slim. “Sólo dame tiempo y déjame trabajar, por favor”, afirmó el extravagante Batista, casado con una modelo de Playboy.
Nada más lejos de la realidad. Porque sólo unos meses después, las exploraciones petrolíferas de su buque insignia, OGX, resultaron mucho menos fructíferas de los que había estimado inicialmente. Había sido la gran apuesta del empresario, propietario de un holding de seis compañías, EBX, cuya valoración se estimó en 35.000 millones de dólares. Un año después la petrolera solicitó el concurso de acreedores y la crisis se expandió al resto de empresas. Su fortuna se ha ido difuminando a pasos agigantados hasta sumar apenas 100 millones.
Batista, cuyo primer millón de dólares lo obtuvo antes de los 24 años con la venta de oro, está hoy en dificultades. Los acreedores llaman a su puerta reclamando sus deudas. Es el caso de Mubadala Investment Corporation, el fondo soberano de Abu Dhabi, que invirtió alrededor de 2.000 millones de dólares en los negocios del brasileño y que ante la imposibilidad de recuperar su dinero ha aceptado reestructurar la deuda y tomar una participación en una compañía minera de Batista.
Es por ello que Batista está tratando por todos los medios de salvar la situación, incluida la venta de su Lamborghini, un helicóptero, sus tres jets privados o su yate Pink Fleet. Habrá que esperar si el otrora hombre más rico de Brasil consigue superar este profundo bache y es capaz de retomar el vuelo hacia un horizonte en el que difícilmente se verá a la altura de Carlos Slim.
