BQB envió al seguro de paro a 55 funcionarios debido a que la autoridad aeronáutica argentina no le autorizó la operación en nuevos destinos. Además, la empresa modificó su plan de negocios y redujo buena parte de sus frecuencias.
La aerolínea BQB, propiedad del empresario Juan Carlos López Mena, que también es titular de la naviera Buquebus, envió a 55 trabajadores al seguro de paro, en el marco de una reestructura de la compañía.
Fuentes de la empresa consultadas por El País, explicaron que la medida obedece a que BQB pretendía ingresar a otros destinos de Argentina (como Córdoba), pero la autoridad aeronáutica de ese país denegó esas autorizaciones, que en Uruguay ya habían sido concedidas por la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia).
Las 55 personas que la empresa envió al seguro de paro (en su mayoría personal de a bordo), habían sido contratadas con miras a la ampliación de la presencia de la compañía en Argentina, cosa que ahora quedó descartada.
BQB anunció en julio una reestructura de su plan de negocios, que implica el recorte de rutas y la cancelación de un contrato de leasing por avión Airbus A 320.
Así, con la autorización de la Dinacia, la aerolínea mantendrá sus vuelos con destino a Aeroparque, Asunción y Porto Alegre, pero de momento abandonará los vuelos a Curitiba, San Pablo y Ezeiza.
BQB tendrá 14 vuelos semanales a Aeroparque, seis a Asunción y seis a Porto Alegre, según detallaron a El País fuentes de la Dinacia.
Semanas atrás, desde la aerolínea se explicó a El País en relación a la reestructura del plan de negocios de BQB: "No es por problemas financieros o económicos, sino que la decisión se tomó porque se considera que han cambiado las condiciones respecto al momento del inicio de la actividad de la empresa".
Aval.
López Mena, dueño de BQB y Buquebus, solucionó esta semana su situación con el Banco República en relación al aval por US$ 13,8 millones otorgado por esa institución en octubre de 2012 a la aerolínea española Cosmo, que ofertó US$ 137 millones por los siete aviones Bombardier que pertenecieron a Pluna.
El empresario argentino, en una acuerdo que firmó con el Banco República en marzo de 2013, se comprometió a cubrir el aval, alegando que él había puesto en contacto al Gobierno con el representante de Cosmo que viajó a Montevideo para el remate de las aeronaves, Hernán Antonio Calvo Sánchez que, a su vez, antes había trabajando para Buquebus.
López Mena acordó pagar el aval en ocho cuotas semestrales, de las que pagó dos. El tercer pago, que venció en enero, no fue cubierto por el empresario, que alegó que el acuerdo con la institución bancaria quedó sin efecto cuando la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la ley de liquidación de Pluna, en virtud de una cláusula que a su pedido se incluyó en el convenio.
Sin embargo, el miércoles 30 de julio, un día antes del vencimiento de la siguiente cuota, López Mena llegó a un acuerdo con el Banco República para seguir pagando el aval. El pacto implica que el empresario seguirá abonando las cuotas al tiempo que ambas partes se comprometen a llevar el caso a la Justicia, que será la que finalmente decidirá si el empresario debe pagar o no la garantía que se comprometió a cubrir.
Por haber dejado de pagar el aval de Cosmo, en junio el Banco República rebajó la calificación de deudor de López Mena, a quien ubicó en la categoría 4, en la que según lo que dispone la normativa del Banco Central, se encuentran los deudores "con capacidad de pago muy comprometida".

La aerolínea BQB, propiedad del empresario Juan Carlos López Mena, que también es titular de la naviera Buquebus, envió a 55 trabajadores al seguro de paro, en el marco de una reestructura de la compañía.
Fuentes de la empresa consultadas por El País, explicaron que la medida obedece a que BQB pretendía ingresar a otros destinos de Argentina (como Córdoba), pero la autoridad aeronáutica de ese país denegó esas autorizaciones, que en Uruguay ya habían sido concedidas por la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia).
Las 55 personas que la empresa envió al seguro de paro (en su mayoría personal de a bordo), habían sido contratadas con miras a la ampliación de la presencia de la compañía en Argentina, cosa que ahora quedó descartada.
BQB anunció en julio una reestructura de su plan de negocios, que implica el recorte de rutas y la cancelación de un contrato de leasing por avión Airbus A 320.
Así, con la autorización de la Dinacia, la aerolínea mantendrá sus vuelos con destino a Aeroparque, Asunción y Porto Alegre, pero de momento abandonará los vuelos a Curitiba, San Pablo y Ezeiza.
BQB tendrá 14 vuelos semanales a Aeroparque, seis a Asunción y seis a Porto Alegre, según detallaron a El País fuentes de la Dinacia.
Semanas atrás, desde la aerolínea se explicó a El País en relación a la reestructura del plan de negocios de BQB: "No es por problemas financieros o económicos, sino que la decisión se tomó porque se considera que han cambiado las condiciones respecto al momento del inicio de la actividad de la empresa".
Aval.
López Mena, dueño de BQB y Buquebus, solucionó esta semana su situación con el Banco República en relación al aval por US$ 13,8 millones otorgado por esa institución en octubre de 2012 a la aerolínea española Cosmo, que ofertó US$ 137 millones por los siete aviones Bombardier que pertenecieron a Pluna.
El empresario argentino, en una acuerdo que firmó con el Banco República en marzo de 2013, se comprometió a cubrir el aval, alegando que él había puesto en contacto al Gobierno con el representante de Cosmo que viajó a Montevideo para el remate de las aeronaves, Hernán Antonio Calvo Sánchez que, a su vez, antes había trabajando para Buquebus.
López Mena acordó pagar el aval en ocho cuotas semestrales, de las que pagó dos. El tercer pago, que venció en enero, no fue cubierto por el empresario, que alegó que el acuerdo con la institución bancaria quedó sin efecto cuando la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la ley de liquidación de Pluna, en virtud de una cláusula que a su pedido se incluyó en el convenio.
Sin embargo, el miércoles 30 de julio, un día antes del vencimiento de la siguiente cuota, López Mena llegó a un acuerdo con el Banco República para seguir pagando el aval. El pacto implica que el empresario seguirá abonando las cuotas al tiempo que ambas partes se comprometen a llevar el caso a la Justicia, que será la que finalmente decidirá si el empresario debe pagar o no la garantía que se comprometió a cubrir.
Por haber dejado de pagar el aval de Cosmo, en junio el Banco República rebajó la calificación de deudor de López Mena, a quien ubicó en la categoría 4, en la que según lo que dispone la normativa del Banco Central, se encuentran los deudores "con capacidad de pago muy comprometida".