En la ciudad de Buenos Aires, el 31 de Octubre de 1896, nacía Cayetano S. Gordino, hijo de inmigrantes calabreses.
Este niño aterrorizaría a la población años más tarde tras convertirse en el primer asesino serial de la historia policial Argentina.
A lo largo de su niñez lo echaron de varias escuelas por su poco interés en la educación y su mal comportamiento; pero no fue hasta 1904, con apenas 7 años de vida, que Cayetano da inicio a su carrera criminal.
↪ A fuerza de engaños lleva a Miguel de Paoli, de casi dos años hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo a un montón de espinas. Un policía se percata de la situación y lleva a ambos niños a la comisaría hasta que más tarde sus madres lo buscan.
↪ Al año siguiente agrede a su vecina, Ana Neri, de 18 meses. La conduce a un baldío donde la golpea con una piedra en la cabeza. La policía lo descubre nuevamente, es llevado preso, pero por su corta edad, es dejado en libertad esa misma noche.
El que sería su primer asesinato pasó desapercibido y fue descubierto, años más tarde, solamente gracias a una confesión de Cayetano ante la policía. Según cuenta, en 1906, toma a una niña de aprox. 2 años, la lleva a un baldío donde intenta estrangularla, después decide enterrarla viva en una sanja que cubre con latas. Las autoridades, al conocer este crimen, se trasladan hasta el lugar pero se encuentran con que se había edificado una casa de dos pisos. La historia no pudo ser corroborada a pesar de que los archivos policiales registran una denuncia por desaparición con fecha 29 de marzo de 1906, de una niña de tres años de nombre María Roca Face, tomada en la comisaría 10ª. La niña desaparecida nunca fue encontrada.
↪ Ese mismo año, al parecer apenas algunos días después de cometer su primer asesinato, Cayetano sería denunciado ante la policía por su padre al descubrir que ha martirizado a algunas aves domésticas. Fiore encuentra dentro de un zapato de su hijo un pájaro muerto y, debajo de su cama, una caja en donde guarda los cadáveres de otras aves. A continuación se reproduce el acta que en aquella ocasión fue levantada.
Cayetano pasó recluido poco más de dos meses y después regresa a las calles, como ya no asiste a la escuela vuelve a dedicarse a la vagancia, sumido en sus morbosas fantasías, masturbándose continuamente.
↪ El 9 de septiembre de 1908, conduce a Severino González Caló, de 2 años, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado Corazón, ahí lo sumerge en una pileta para caballos cubriéndola después con una tabla para ahogar al pequeño. El propietario del lugar, Zacarías Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niño había sido llevado hasta allí por una mujer vestida de negro de la que suministra señas particulares. Es conducido a la comisaría de donde es recogido al día siguiente.
↪ Seis días más tarde, el 15 de septiembre, en Colombres 632, quema con un cigarrillo los párpados de Julio Botte, de 22 meses de edad. Es descubierto por la madre de la víctima, pero alcanza a huir.
↪ El 6 de diciembre Fiore y Lucía Godino, cansados de los continuos problemas causados por Cayetano vuelven a entregarlo a la policía, esta vez es enviado a la Colonia de Menores Marcos Paz en donde permanece por tres años. Durante su encierro concurre a clases en donde medio aprende a leer y escribir.
El 23 de diciembre de 1911 regresa a las calles por pedido de sus padres, quienes también le consiguen un trabajo en una fábrica, que sólo logra mantener por tres meses.
Nuevamente en las calles, decide vagabundear por calles menos conocidas con personas de bajo nivel moral. Así mismo empieza a sufrir terribles dolores de cabeza que le dan ganas de matar, sobre todo después de beber alcohol.
↪ El 17 de enero del fatídico 1912, se introduce en una bodega de la calle de Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. Después de su arresto declararía:
"Me gusta ver trabajar a los bomberos… es lindo ver como caen en el fuego."
↪ El 26 de enero de 1912 un crimen aterrador conmueve a la sociedad porteña. El cadáver del menor Arturo Laurora, de 13 años es encontrado en una casa puesta en alquiler en la calle Pavón. El cuerpo es descubierto, golpeado y semidesnudo, con un trozo de cordel atado al rededor del cuello. Su desaparición había sido reportada apenas el día anterior. Las investigaciones no conducen a ningún lado. Posteriormente Cayetano confesaría la autoría de este crimen.
↪ El 7 de marzo siguiente Cayetano prende fuego a las ropas de Reyna Bonita Vaínicoff de cinco años, la pequeña fallece 16 días después de debatirse entre la vida y la muerte en el Hospital de Niños.
En los meses siguientes el Petiso causa dos incendios más que son controlados fácilmente por los bomberos sin que se produzcan víctimas
↪ El 24 de septiembre, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino Gómez, Cayetano mata de tres puñaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas. Apenas unos días después prende fuego a la Estación Vail de la compañía de tranvías Anglo-Argentina, el incendio fue controlado por los bomberos.
↪ En noviembre 8 el Petiso Orejudo, con engaños como siempre, convence a Roberto Russo de 2 años a acompañarlo a un almacén en donde supuestamente le compraría unos caramelos. Le lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones, son descubiertos por un peón del alfalfar quién los entrega a las autoridades. Cayetano declara haber encontrado atado al niño y estarlo rescatando cuando son descubiertos, es liberado por falta de mérito.
↪ El 16 del mismo mes, en un baldío situado en las calles de Deán Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Gittone de 3 años. Un vigilante hace acto de presencia y el agresor consigue escapar. Días después, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de Muñiz y Directorio a la niña Catalina Naulener de 5 años. Busca un baldío por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueño de la casa ubicada en el número 78 de la mencionada calle interviene y Cayetano logra huir de nuevo.
↪ El último crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su espectacular carrera, su víctima, Gerardo Giordano de apenas tres años sale, como todas las mañanas después de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso número 2185 para reunirse con sus amiguitos y jugar. Santos Godino se escapa de su casa y encuentra, en la calle Progreso un grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque, después de todo, su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus víctimas. Poco después consigue convencer a Gerardo para que lo acompañe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin éxito, invitó a Marta Pelossi, de 2 años de edad; pero la menor, asustada, se refugió en su domicilio. Así pues, víctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacén ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el más chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demás si acepta acompañarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno. Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniéndole la rodilla derecha sobre el pecho. Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolín que lleva por cinturón, y empieza a enrollarlo en el cuello de Gerardo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gerardo intenta levantarse, así que Cayetano procede a atarle de pies y manos cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Una idea cruza por la mente de Cayetano; ¿Por que no atravesarle la cabeza con un clavo?
Uniendo la acción a la idea el Petiso se da a la tarea de encontrar la herramienta deseada, su búsqueda le lleva al exterior del local en donde topa con el padre de Gerardo quién le pregunta por el paradero del niño, imperturbable, Cayetano, le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisaría más próxima a levantar un reporte. Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas, regresa con él junto a su víctima, usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niño moribundo y después de cubrirlo con una vieja lámina de zinc huye de la escena del crimen.
Esa noche, durante la velación de su víctima, Cayetano hace acto de presencia. Después de observar durante algún tiempo el cadáver de Gerardo huye llorando del lugar. (Según declaró posteriormente, deseaba ver si el cadáver aun tenía el clavo en su cabeza) Para su desgracia dos policías, el Subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habían ligado cabos con casos anteriores y esa misma madrugada se allanó el hogar de los Gordino arrestando a Cayetano, encontrando en sus bolsillos un artículo de periódico aun fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolín con que había intentado ahorcar a Gerardo.
Tras ser detenido confesó cuatro homicidios y numerosas tentativas de asesinatos. En una primera instancia, Santos Godino fue declarado irresponsable y se lo recluyó en el Hospicio de las Mercedes, en el pabellón de alienados delincuentes, donde atacó a dos pacientes. Uno estaba inválido en una cama. Otro se movía en silla de ruedas. Después intentó huir.
Lo trasladaron a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras y finalmente, en 1923 se le trasladó al penal de Ushuaia, la provincia más austral de la Argentina, a la "Cárcel del Fin del Mundo". En 1927 los médicos del penal le hicieron una cirugía estética en las orejas, porque creían que allí radicaba su maldad. Obviamente este tratamiento "radical" no sirvió de nada.
En 1936 pidió la libertad y se la negaron: de los dictámenes médicos elaborados por los doctores Negri y Lucero y los doctores Esteves y Cabred se concluye que;
"Es un imbécil o un degenerado hereditario, perverso instintivo, extremadamente peligroso para quienes lo rodean"
De su vida de recluso se sabe poco. Apenas alguna anécdota como la siguiente: en 1933, consiguió detonar la furia de los presos porque mató al gato mascota del penal arrojándolo junto con los leños al fuego; le pegaron tanto que tardó más de veinte días en salir del hospital.
Las circunstancias de su muerte, ocurrida en Ushuaia el 15 de noviembre de 1944 siguen siendo nebulosas. Supuestamente murió a causa de una hemorragia interna causada por un proceso ulceroso gastroduodenal, pero se sabe que había sido maltratado y, con frecuencia, violentado sexualmente. Sobrellevó los largos días de la cárcel, sin amigos, sin visitas y sin cartas. Murió sin confesar remordimientos.
El penal de Ushuaia fue finalmente clausurado en 1947. Cuando el cementerio fue removido sus huesos ya no estaban.

Este niño aterrorizaría a la población años más tarde tras convertirse en el primer asesino serial de la historia policial Argentina.
A lo largo de su niñez lo echaron de varias escuelas por su poco interés en la educación y su mal comportamiento; pero no fue hasta 1904, con apenas 7 años de vida, que Cayetano da inicio a su carrera criminal.
↪ A fuerza de engaños lleva a Miguel de Paoli, de casi dos años hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo a un montón de espinas. Un policía se percata de la situación y lleva a ambos niños a la comisaría hasta que más tarde sus madres lo buscan.
↪ Al año siguiente agrede a su vecina, Ana Neri, de 18 meses. La conduce a un baldío donde la golpea con una piedra en la cabeza. La policía lo descubre nuevamente, es llevado preso, pero por su corta edad, es dejado en libertad esa misma noche.
El que sería su primer asesinato pasó desapercibido y fue descubierto, años más tarde, solamente gracias a una confesión de Cayetano ante la policía. Según cuenta, en 1906, toma a una niña de aprox. 2 años, la lleva a un baldío donde intenta estrangularla, después decide enterrarla viva en una sanja que cubre con latas. Las autoridades, al conocer este crimen, se trasladan hasta el lugar pero se encuentran con que se había edificado una casa de dos pisos. La historia no pudo ser corroborada a pesar de que los archivos policiales registran una denuncia por desaparición con fecha 29 de marzo de 1906, de una niña de tres años de nombre María Roca Face, tomada en la comisaría 10ª. La niña desaparecida nunca fue encontrada.
↪ Ese mismo año, al parecer apenas algunos días después de cometer su primer asesinato, Cayetano sería denunciado ante la policía por su padre al descubrir que ha martirizado a algunas aves domésticas. Fiore encuentra dentro de un zapato de su hijo un pájaro muerto y, debajo de su cama, una caja en donde guarda los cadáveres de otras aves. A continuación se reproduce el acta que en aquella ocasión fue levantada.
Cayetano pasó recluido poco más de dos meses y después regresa a las calles, como ya no asiste a la escuela vuelve a dedicarse a la vagancia, sumido en sus morbosas fantasías, masturbándose continuamente.
↪ El 9 de septiembre de 1908, conduce a Severino González Caló, de 2 años, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado Corazón, ahí lo sumerge en una pileta para caballos cubriéndola después con una tabla para ahogar al pequeño. El propietario del lugar, Zacarías Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niño había sido llevado hasta allí por una mujer vestida de negro de la que suministra señas particulares. Es conducido a la comisaría de donde es recogido al día siguiente.
↪ Seis días más tarde, el 15 de septiembre, en Colombres 632, quema con un cigarrillo los párpados de Julio Botte, de 22 meses de edad. Es descubierto por la madre de la víctima, pero alcanza a huir.
↪ El 6 de diciembre Fiore y Lucía Godino, cansados de los continuos problemas causados por Cayetano vuelven a entregarlo a la policía, esta vez es enviado a la Colonia de Menores Marcos Paz en donde permanece por tres años. Durante su encierro concurre a clases en donde medio aprende a leer y escribir.
El 23 de diciembre de 1911 regresa a las calles por pedido de sus padres, quienes también le consiguen un trabajo en una fábrica, que sólo logra mantener por tres meses.
Nuevamente en las calles, decide vagabundear por calles menos conocidas con personas de bajo nivel moral. Así mismo empieza a sufrir terribles dolores de cabeza que le dan ganas de matar, sobre todo después de beber alcohol.
↪ El 17 de enero del fatídico 1912, se introduce en una bodega de la calle de Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. Después de su arresto declararía:
"Me gusta ver trabajar a los bomberos… es lindo ver como caen en el fuego."
↪ El 26 de enero de 1912 un crimen aterrador conmueve a la sociedad porteña. El cadáver del menor Arturo Laurora, de 13 años es encontrado en una casa puesta en alquiler en la calle Pavón. El cuerpo es descubierto, golpeado y semidesnudo, con un trozo de cordel atado al rededor del cuello. Su desaparición había sido reportada apenas el día anterior. Las investigaciones no conducen a ningún lado. Posteriormente Cayetano confesaría la autoría de este crimen.
↪ El 7 de marzo siguiente Cayetano prende fuego a las ropas de Reyna Bonita Vaínicoff de cinco años, la pequeña fallece 16 días después de debatirse entre la vida y la muerte en el Hospital de Niños.
En los meses siguientes el Petiso causa dos incendios más que son controlados fácilmente por los bomberos sin que se produzcan víctimas
↪ El 24 de septiembre, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino Gómez, Cayetano mata de tres puñaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas. Apenas unos días después prende fuego a la Estación Vail de la compañía de tranvías Anglo-Argentina, el incendio fue controlado por los bomberos.
↪ En noviembre 8 el Petiso Orejudo, con engaños como siempre, convence a Roberto Russo de 2 años a acompañarlo a un almacén en donde supuestamente le compraría unos caramelos. Le lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones, son descubiertos por un peón del alfalfar quién los entrega a las autoridades. Cayetano declara haber encontrado atado al niño y estarlo rescatando cuando son descubiertos, es liberado por falta de mérito.
↪ El 16 del mismo mes, en un baldío situado en las calles de Deán Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Gittone de 3 años. Un vigilante hace acto de presencia y el agresor consigue escapar. Días después, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de Muñiz y Directorio a la niña Catalina Naulener de 5 años. Busca un baldío por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueño de la casa ubicada en el número 78 de la mencionada calle interviene y Cayetano logra huir de nuevo.
↪ El último crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su espectacular carrera, su víctima, Gerardo Giordano de apenas tres años sale, como todas las mañanas después de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso número 2185 para reunirse con sus amiguitos y jugar. Santos Godino se escapa de su casa y encuentra, en la calle Progreso un grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque, después de todo, su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus víctimas. Poco después consigue convencer a Gerardo para que lo acompañe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin éxito, invitó a Marta Pelossi, de 2 años de edad; pero la menor, asustada, se refugió en su domicilio. Así pues, víctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacén ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el más chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demás si acepta acompañarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno. Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniéndole la rodilla derecha sobre el pecho. Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolín que lleva por cinturón, y empieza a enrollarlo en el cuello de Gerardo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gerardo intenta levantarse, así que Cayetano procede a atarle de pies y manos cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Una idea cruza por la mente de Cayetano; ¿Por que no atravesarle la cabeza con un clavo?
Uniendo la acción a la idea el Petiso se da a la tarea de encontrar la herramienta deseada, su búsqueda le lleva al exterior del local en donde topa con el padre de Gerardo quién le pregunta por el paradero del niño, imperturbable, Cayetano, le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisaría más próxima a levantar un reporte. Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas, regresa con él junto a su víctima, usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niño moribundo y después de cubrirlo con una vieja lámina de zinc huye de la escena del crimen.
Esa noche, durante la velación de su víctima, Cayetano hace acto de presencia. Después de observar durante algún tiempo el cadáver de Gerardo huye llorando del lugar. (Según declaró posteriormente, deseaba ver si el cadáver aun tenía el clavo en su cabeza) Para su desgracia dos policías, el Subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habían ligado cabos con casos anteriores y esa misma madrugada se allanó el hogar de los Gordino arrestando a Cayetano, encontrando en sus bolsillos un artículo de periódico aun fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolín con que había intentado ahorcar a Gerardo.
Tras ser detenido confesó cuatro homicidios y numerosas tentativas de asesinatos. En una primera instancia, Santos Godino fue declarado irresponsable y se lo recluyó en el Hospicio de las Mercedes, en el pabellón de alienados delincuentes, donde atacó a dos pacientes. Uno estaba inválido en una cama. Otro se movía en silla de ruedas. Después intentó huir.
Lo trasladaron a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras y finalmente, en 1923 se le trasladó al penal de Ushuaia, la provincia más austral de la Argentina, a la "Cárcel del Fin del Mundo". En 1927 los médicos del penal le hicieron una cirugía estética en las orejas, porque creían que allí radicaba su maldad. Obviamente este tratamiento "radical" no sirvió de nada.
En 1936 pidió la libertad y se la negaron: de los dictámenes médicos elaborados por los doctores Negri y Lucero y los doctores Esteves y Cabred se concluye que;
"Es un imbécil o un degenerado hereditario, perverso instintivo, extremadamente peligroso para quienes lo rodean"
De su vida de recluso se sabe poco. Apenas alguna anécdota como la siguiente: en 1933, consiguió detonar la furia de los presos porque mató al gato mascota del penal arrojándolo junto con los leños al fuego; le pegaron tanto que tardó más de veinte días en salir del hospital.
Las circunstancias de su muerte, ocurrida en Ushuaia el 15 de noviembre de 1944 siguen siendo nebulosas. Supuestamente murió a causa de una hemorragia interna causada por un proceso ulceroso gastroduodenal, pero se sabe que había sido maltratado y, con frecuencia, violentado sexualmente. Sobrellevó los largos días de la cárcel, sin amigos, sin visitas y sin cartas. Murió sin confesar remordimientos.
El penal de Ushuaia fue finalmente clausurado en 1947. Cuando el cementerio fue removido sus huesos ya no estaban.
