Cientificos descubren uno de los secretos más interesantes de Miguel Ángel:
el genial artista padecía artrosis en sus manos
Michelangelo Buonarroti, mejor conocido como Miguel Ángel, falleció a los 88 años, una edad excepcionalmente avanzada para su época, y trabajó casi hasta el día de su muerte. Ahora la ciencia ha descubierto que Miguel Ángel padecía de artrosis, que le dificultaba escribir y pintar, pero no esculpir, actividad que más bien era un alivio para el genio renacentista en su vejez.
Favor no confundir artrosis con artritis
La homonimia puede llevarnos a confundir artrosis con artritis. La artritis es una inflamación en una articulación, mientras que la artrosis, también llamada osteoartritis, es una degeneración de los cartílagos que dificulta el movimiento de las articulaciones, pero por desgaste y no por hinchazón.
Ambas son dolorosas y tienen paliativos pero no cura. La artrosis es la enfermedad reumática que más afecta a la población; cerca de un 15% de la gente mayor de 20 años la padece en algún nivel, siendo los índices más elevados en la medida que envejecemos.
Zurdo y genial, como Marie Curie y Bill Gates
De entrada, el estudio confirmó que Miguel Ángel era zurdo, por lo que forma junto con Leonardo da Vinci la pareja de siniestros (¡que sinónimo tan malo para zurdo!) más importante en la historia del arte, una supremacía que nadie le discute a Beethoven en la música, ni a Napoleón en el campo militar, ni a Jimi Hendrix en la guitarra eléctrica, ni a Einstein en la ciencia.
Parece increíble que Miguel Ángel hubiera terminado El Juicio Final a los 66 años, y no en un lienzo sobre un caballete sino en el ábside de una capilla, aquejado no solo de la artrosis, sino también de cálculos renales y de la enfermedad de la gota en una de sus piernas.
Ni gota, ni artritis en las manos: artrosis
Poner a trabajar juntos a especialistas en reumatología e historia del arte no es muy frecuente, pero la Universidad de Florencia lo consiguió. Siempre se pensó que los dolores de los que se quejaba Miguel Ángel eran producto de la gota, una enfermedad consistente en la acumulación de uratos en algunas partes del cuerpo, entre estas las articulaciones.
Pero analizando los trazos en varias de sus pinturas, realizadas con varios años de diferencia, los expertos han establecido no solo que el artista padecía de artrosis, sino que también han descartado tanto la gota como la artritis, al menos en las manos. La artrosis fue inmovilizándole las manos al célebre pintor, escultor y arquitecto, lo que quedó reflejado en los trazos de sus pinturas.
Casi murió esculpiendo
Sin embargo, sí un arte, la pintura, era una pesadilla, otro, la escultura, al parecer era un alivio. Cincelar con moderación, dicen los expertos, debió ser una especie de terapia para Miguel Ángel y quizá más de una vez arrojó los pinceles y corrió hacia el martillo y el cincel.
Posiblemente terminó El Juicio Final por la presión del Papa Pablo III, pero en cambio las esculturas de las tumbas de los Médici las cinceló más sosegado. Incluso es posible que haya podido pintar hasta la década de los años 1550 precisamente por la mejoría que sus manos encontraban con la escultura.
Paradójicamente, el desgaste de los cartílagos de los huesos de sus manos habría sido producto del intenso golpeteo en el cincelado, en su monumental trabajo como escultor. El mismo Miguel Ángel habría confirmado lo que ahora ha establecido la ciencia: fue visto por última vez esculpiendo y no pintando. Seis días antes de morir todavía trabajó en la Piedad Rondanini, una escultura que dejó inacabada.
¿Te imaginabas estas curiosidades en torno a la vida de uno de los personajes más importantes en la historia del arte?
el genial artista padecía artrosis en sus manos
Michelangelo Buonarroti, mejor conocido como Miguel Ángel, falleció a los 88 años, una edad excepcionalmente avanzada para su época, y trabajó casi hasta el día de su muerte. Ahora la ciencia ha descubierto que Miguel Ángel padecía de artrosis, que le dificultaba escribir y pintar, pero no esculpir, actividad que más bien era un alivio para el genio renacentista en su vejez.
Favor no confundir artrosis con artritis

La homonimia puede llevarnos a confundir artrosis con artritis. La artritis es una inflamación en una articulación, mientras que la artrosis, también llamada osteoartritis, es una degeneración de los cartílagos que dificulta el movimiento de las articulaciones, pero por desgaste y no por hinchazón.
Ambas son dolorosas y tienen paliativos pero no cura. La artrosis es la enfermedad reumática que más afecta a la población; cerca de un 15% de la gente mayor de 20 años la padece en algún nivel, siendo los índices más elevados en la medida que envejecemos.
Zurdo y genial, como Marie Curie y Bill Gates

De entrada, el estudio confirmó que Miguel Ángel era zurdo, por lo que forma junto con Leonardo da Vinci la pareja de siniestros (¡que sinónimo tan malo para zurdo!) más importante en la historia del arte, una supremacía que nadie le discute a Beethoven en la música, ni a Napoleón en el campo militar, ni a Jimi Hendrix en la guitarra eléctrica, ni a Einstein en la ciencia.
Parece increíble que Miguel Ángel hubiera terminado El Juicio Final a los 66 años, y no en un lienzo sobre un caballete sino en el ábside de una capilla, aquejado no solo de la artrosis, sino también de cálculos renales y de la enfermedad de la gota en una de sus piernas.
Ni gota, ni artritis en las manos: artrosis

Poner a trabajar juntos a especialistas en reumatología e historia del arte no es muy frecuente, pero la Universidad de Florencia lo consiguió. Siempre se pensó que los dolores de los que se quejaba Miguel Ángel eran producto de la gota, una enfermedad consistente en la acumulación de uratos en algunas partes del cuerpo, entre estas las articulaciones.
Pero analizando los trazos en varias de sus pinturas, realizadas con varios años de diferencia, los expertos han establecido no solo que el artista padecía de artrosis, sino que también han descartado tanto la gota como la artritis, al menos en las manos. La artrosis fue inmovilizándole las manos al célebre pintor, escultor y arquitecto, lo que quedó reflejado en los trazos de sus pinturas.
Casi murió esculpiendo

Sin embargo, sí un arte, la pintura, era una pesadilla, otro, la escultura, al parecer era un alivio. Cincelar con moderación, dicen los expertos, debió ser una especie de terapia para Miguel Ángel y quizá más de una vez arrojó los pinceles y corrió hacia el martillo y el cincel.
Posiblemente terminó El Juicio Final por la presión del Papa Pablo III, pero en cambio las esculturas de las tumbas de los Médici las cinceló más sosegado. Incluso es posible que haya podido pintar hasta la década de los años 1550 precisamente por la mejoría que sus manos encontraban con la escultura.

Paradójicamente, el desgaste de los cartílagos de los huesos de sus manos habría sido producto del intenso golpeteo en el cincelado, en su monumental trabajo como escultor. El mismo Miguel Ángel habría confirmado lo que ahora ha establecido la ciencia: fue visto por última vez esculpiendo y no pintando. Seis días antes de morir todavía trabajó en la Piedad Rondanini, una escultura que dejó inacabada.
¿Te imaginabas estas curiosidades en torno a la vida de uno de los personajes más importantes en la historia del arte?