


Qatar es una zona oscura, cuyo dinero fluye hacia bolsillos siniestros, en guerra contra la libertad
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En este pimpampum de declaraciones sobre la independencia, llama la atención la pasión con que defienden el no los que quieren prohibir la consulta. Ciertamente, sería bello poder debatir en situación de igualdad la bondad o maldad de irse, siempre que previamente se aceptara conjugar el verbo votar. Pero todos se apuntan al baile, incluso los que quieren ilegalizar a la partitura y a la orquesta. El último ha sido Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional y admirador de Blas Piñar y Franco en su tiempo libre. Quede para la historia esta bella reflexión suya: "Aunque tenemos un sistema político que es anticristiano y antinacional, los grandes ideales de Franco siguen vigentes y quedan millones de españoles fieles a aquel pensamiento". Este profundo pensador se ha apuntado al carro de las plagas bíblicas y ha amenazado al Barça con su expulsión del paraíso liguero. Lo que no dice el hombre es cómo quedaría la susodicha liga sin el Barça y cuántos clubs europeos se ofrecerían para acogernos con desatada alegría. Pero como todo sirve para anunciar el apocalipsis si Catalunya vota, no iba a ser menos este demócrata de toda la vida.
Si todo pasa, pues, el Barça tendrá que tomar decisiones de calado, probablemente para bien. Pero de momento debería tomar una decisión más cercana, igualmente trascendente y que afecta a su credibilidad y a su imagen: la financiación de Qatar. El editorial de ayer de La Vanguardia daba en la diana planteando el tema en toda su crudeza, y ya han empezado las campañas internacionales para evitar que esta dictadura teocrática, directamente relacionada con diversos grupos yihadistas, organice el Mundial de fútbol. Qatar está en el punto de mira más negro y su disfraz de país islámico moderno y cosmopolita ya no engaña a casi nadie. Primero, porque los derechos humanos en el país están bajo tierra; segundo, porque la cifra de trabajadores extranjeros semiesclavizados que han muerto construyendo los estadios supera el millar; tercero, porque la denuncia de miles de millones repartidos entre yihadistas de todo pelaje, incluyendo Hamas, Hermanos Musulmanes y los degolladores del EI, ha arreciado hasta ser una acusación planetaria.
Qatar es una zona oscura del mundo, cuyo dinero fluye hacia bolsillos siniestros, en guerra total contra las libertades. A pesar de que, como otros países de la zona, intenta jugar a muchos bandos, ningún otro juega tan fuerte a favor del bando terrorista. Y a ello cabe añadir la intensa propaganda a favor del islamismo radical desde su televisión Al Yazira, por supuesto en versión árabe, porque la inglesa se viste con dialéctica más moderada. El Barça no puede continuar con esta financiación perversa que ensucia su imagen internacionalmente. No puede ser el blanqueador de la negrura de una dictadura atroz, cuyo dinero tanto sirve para jugar al fútbol como para degollar a un turista.Pilar Rahola
La Vanguardia. Barcelona.
10/10/2014