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Hace poco, buscando info sobre la historia del Perú del siglo XIX, encontré un hecho curioso: el apoyo a Costa Rica contra las ambiciones imperialistas de Estados Unidos. En 1856, el filibustero William Walker se apoderó de Nicaragua con el apoyo secreto de EE.UU. El objetivo era controlar los pequeños países centroamericanos y convertirlos en colonias de los yanquis.

El filibustero William Walker


Los filibusteros y colonizadores se basaban en la doctrina del Destino Manifiesto, que decía que debían conquistar el Lejano Oeste e incluso tomar territorios como México y Centroamérica, ya sea comprándolos o mediante la vía militar. Según esta doctrina, los estadounidenses eran muy superiores a los indígenas y mestizos, quienes debían ser “regenerados”.

El Destino Manifiesto según los yanquis


Debido a la invasión de Walker, el presidente peruano Ramón Castilla envió a su ministro de justicia Pedro Gálvez Egúsquiza para que ayude a Costa Rica y Nicaragua. El presidente costarricense Juan Rafael Mora autorizó a Gálvez para que coordinara con el Gobierno de Guatemala la acción unida de todos los estados centroamericanos para expulsar a Walker.

El presidente peruano Ramón Castilla, quien poseía un gran espíritu de americanismo, lo cual lo llevaba a convocar la unidad latinoamericana frente a las intervenciones extranjeras.


Al mismo tiempo, el canciller de Costa Rica, Lorenzo Montúfar fue enviado a El Salvador en idéntica misión. Derrotado y acorralado por los ejércitos centroamericanos, William Walker fue rescatado por la marina estadounidense en mayo de 1857.


Debido al apoyo recibido, Costa Rica y los otros estados centroamericanos se unieron al Tratado Continental de 1856, al que pertenecían Perú, Ecuador y Chile, que se oponía a cualquier intervención extranjera en Latinoamérica.


En julio de 1857, Pedro Gálvez firmó un convenio con Costa Rica, en el que Perú le prestaba cien mil pesos, con un interés del 4% anual y con diez años de plazo para el reembolso. También ayudó económicamente a Nicaragua. Pero Costa Rica nunca pagó un centavo y Perú le perdonó la deuda, sin embargo tuvo que pedirle apoyo al llegar la guerra con Chile en 1879.


Al llegar esa guerra y debido al poco y obsoleto armamento que tenía Perú, pidió ayuda a Costa Rica, quien envió muchas armas y municiones, lo cual le trajo problemas con Chile después. El historiador costarricense Cleto Gonzales Víquez señala que fue “un servicio de amistad y una demostración de simpatía al Perú por su actitud de defensa contra el filibusterismo”. El historiador costarricense Rafael Obregón afirma que el Perú fue el único país que ayudó de manera efectiva a la causa centroamericana. Otros expresaron su simpatía y solidaridad pero su actitud no pasó de allí.