Entre bombas y reconstrucción en Gaza, activistas palestinos luchan por el medio ambiente
Sarah Rifaat entrevistó a Muna Dajani, ambientalista palestina en Cisjordania, para 350.org, una organización que crea movimientos contra el cambio climático en todo el mundo. Global Voices publica la siguiente entrevista gracias a un acuerdo de intercambio de contenidos.
Durante la última semana de agosto de 2014, Israel finalizó una operación militar que duró siete semanas en Gaza, uno de los dos territorios palestinos ocupados por aquel país. Según algunos estimados, el 40 por ciento del área urbana de Gaza no es más que escombros. Esta fue la tercera operación militar de Israel en la zona en los últimos seis años.
Mientras los gazatíes reconstruyen sus casas destruidas por la guerra, la mayoría de los palestinos solo piensan en su supervivencia física y económica. Sin embargo, existe un movimiento contra el cambio climático que está creciendo en Palestina, un movimiento que entiende lo mucho que se relaciona la ocupación de 4,5 millones de palestinos en Cisjordania y Gaza con los recursos y el ambiente.
Para conocer más sobre el activismo contra el cambio climático en un territorio ocupado que vive en conflicto, Sara Rifaat, de 350.org, habló con Muna Dajani, activista ambiental en Cisjordania.
Sarah Rifaat (SR): ¿Cuál es la idea detrás del campamento climático que has organizado y que debió suspenderse por el reciente ataque en Gaza?
Muna Dajani (MD): Luego de asistir a la Fase I del Global Power Shift que se realizó el año pasado en Estambul, muchos grupos comenzaron a organizarse para empezar a hablar del cambio climático en sus países. Mi reto como participante palestina fue diferente al de Europa y Estados Unidos que aceptaron confrontar cuestiones serias como la fracturación hidráulica, la industria del carbón y la explotación petrolera, .
El movimiento contra el cambio climático es prácticamente nulo en Palestina. El activismo sobre cuestiones ambientales suele estar limitado a ciertos individuos y organizaciones. Bajo la ocupación israelí durante décadas ——que ha controlado a la fuerza la tierra, el agua y los recursos naturales— fue difícil ver evolucionar un movimiento ecológico. Las prioridades de la mayoría de los palestinos son la estabilidad económica y la supervivencia frente a una ocupación brutal, lo que deja poco espacio para el activismo y la defensa del ambiente. La política sigue ocupando un rol importante sobre el modo de actuar de individuos y grupos, pero no en lo relacionado con el ambiente.
Sin embargo, la conciencia de los palestinos sobre la relación entre el ambiente, la política y la ocupación está creciendo. Eso es lo que queremos construir con nuestra propuesta de campamento climático: conectar a la gente activa en ámbitos políticos y sociales, y crear una red de activismo político que incluya y cree principios de justicia ambiental. Nuestro objetivo es centrarnos en la independencia energética, ya que dependemos un cien por ciento de Israel, el poder ocupante, en el uso de la energía; eso tiene que cambiar si buscamos establecer una comunidad viable y sostenible.
En el campamento hablaremos de la cuestión energética en Palestina y, por medio de facilitación interactiva, haremos una campaña extensa que trate distintas cuestiones, como hacer campañas de modo estratégico, hacer activismo creativo y abrir la resistencia popular. Traer activistas del mundo árabe es una gran oportunidad para establecer lazos a nivel regional y empezar a crear colaboraciones sobre las cuestiones ambientales más importantes en la región, como la soberanía alimentaria y el derecho al agua.
¿En qué modo la situación en Gaza afectó tu vida personal y laboral?
MD: Nuestros activistas ambientales más activos son gazatíes que han sido ponentes en conferencias locales e internacionales. En la actualidad, son testigos de brutales agresiones; también sus vidas corrieron peligro debido a los misiles y ataques aéreos que han dejado más de 2000 muertos, la mayoría mujeres y niños. Los activistas en Gaza han constituido una parte fundamental del campamento climático. Han organizado muchos encuentros, como la Hora del Planeta, a pesar de que Gaza sufre gran escasez energética debido al bloqueo de la Franja de siete años.
Hemos trabajado duro para publicitar el campamento, pero con menos posibilidades para que nuestros amigos activistas árabes lleguen a Palestina y debido al gran peligro en la seguridad y el estado de emergencia, hemos suspendido el encuentro para tiempos más justos y calmos. Todo el activismo, sea ambiental o político, ha cambiado y se ha intensificado en Gaza, donde las condiciones inhabitables anteriores al ataque han empeorado, ya que más de 1,8 millones de personas no tienen acceso a agua limpia, servicios sanitarios y electricidad.
¿Qué quieres que la gente sepa sobre los activistas climáticos en Palestina y el trabajo que hacen?
MD: Los activistas palestinos, si bien se ocupan de cuestiones de justicia ambiental locales, comparten la pasión y determinación de los movimientos y activistas internacionales. Incluir el activismo ambiental en la movilización política impuesta constituye una lucha de todos los días, pero es una lucha que vale la pena. Los activistas están tomando mayor conciencia de cómo nuestra lucha por libertad y justicia está íntimamente relacionada con nuestros recursos naturales y el derecho a esos recursos como pueblo originario. Estamos construyendo alianzas con las comunidades originarias en todo el mundo, ya que la motivación de las luchas es la misma; además, es necesario tener contactos y activismo a nivel mundial. Nuestro aporte al movimiento climático mundial nos da fuerzas para aprender, evolucionar y relacionar nuestras luchas locales con aquellas mundiales.
¿Qué tipo de apoyo puede brindar la gente al pueblo de Gaza y a los activistas palestinos?
Empoderar las raíces del movimiento de justicia ambiental que está creciendo en Palestina. No separar la política de las cuestiones ambientales, ya que se relacionan y son dependientes. Apoyar y hacer circular el mensaje de que Palestina tiene mucha historia de resiliencia y determinación, que puede ser un ejemplo de lucha popular exitosa para proteger la tierra, el agua y el sustento de vida. Necesitamos construir alianzas, redes y colaboraciones con coaliciones y grupos que compartan los valores de justicia, equidad y resiliencia. Ayudar en los esfuerzos para exponer las violaciones a los derechos ambientales. Empoderar a las comunidades locales para defender y alzar sus voces junto con las organizaciones internacionales e individuos. Educar, apoyar y movilizar..

Sarah Rifaat entrevistó a Muna Dajani, ambientalista palestina en Cisjordania, para 350.org, una organización que crea movimientos contra el cambio climático en todo el mundo. Global Voices publica la siguiente entrevista gracias a un acuerdo de intercambio de contenidos.
Durante la última semana de agosto de 2014, Israel finalizó una operación militar que duró siete semanas en Gaza, uno de los dos territorios palestinos ocupados por aquel país. Según algunos estimados, el 40 por ciento del área urbana de Gaza no es más que escombros. Esta fue la tercera operación militar de Israel en la zona en los últimos seis años.
Mientras los gazatíes reconstruyen sus casas destruidas por la guerra, la mayoría de los palestinos solo piensan en su supervivencia física y económica. Sin embargo, existe un movimiento contra el cambio climático que está creciendo en Palestina, un movimiento que entiende lo mucho que se relaciona la ocupación de 4,5 millones de palestinos en Cisjordania y Gaza con los recursos y el ambiente.
Para conocer más sobre el activismo contra el cambio climático en un territorio ocupado que vive en conflicto, Sara Rifaat, de 350.org, habló con Muna Dajani, activista ambiental en Cisjordania.
Sarah Rifaat (SR): ¿Cuál es la idea detrás del campamento climático que has organizado y que debió suspenderse por el reciente ataque en Gaza?
Muna Dajani (MD): Luego de asistir a la Fase I del Global Power Shift que se realizó el año pasado en Estambul, muchos grupos comenzaron a organizarse para empezar a hablar del cambio climático en sus países. Mi reto como participante palestina fue diferente al de Europa y Estados Unidos que aceptaron confrontar cuestiones serias como la fracturación hidráulica, la industria del carbón y la explotación petrolera, .
El movimiento contra el cambio climático es prácticamente nulo en Palestina. El activismo sobre cuestiones ambientales suele estar limitado a ciertos individuos y organizaciones. Bajo la ocupación israelí durante décadas ——que ha controlado a la fuerza la tierra, el agua y los recursos naturales— fue difícil ver evolucionar un movimiento ecológico. Las prioridades de la mayoría de los palestinos son la estabilidad económica y la supervivencia frente a una ocupación brutal, lo que deja poco espacio para el activismo y la defensa del ambiente. La política sigue ocupando un rol importante sobre el modo de actuar de individuos y grupos, pero no en lo relacionado con el ambiente.
Sin embargo, la conciencia de los palestinos sobre la relación entre el ambiente, la política y la ocupación está creciendo. Eso es lo que queremos construir con nuestra propuesta de campamento climático: conectar a la gente activa en ámbitos políticos y sociales, y crear una red de activismo político que incluya y cree principios de justicia ambiental. Nuestro objetivo es centrarnos en la independencia energética, ya que dependemos un cien por ciento de Israel, el poder ocupante, en el uso de la energía; eso tiene que cambiar si buscamos establecer una comunidad viable y sostenible.
En el campamento hablaremos de la cuestión energética en Palestina y, por medio de facilitación interactiva, haremos una campaña extensa que trate distintas cuestiones, como hacer campañas de modo estratégico, hacer activismo creativo y abrir la resistencia popular. Traer activistas del mundo árabe es una gran oportunidad para establecer lazos a nivel regional y empezar a crear colaboraciones sobre las cuestiones ambientales más importantes en la región, como la soberanía alimentaria y el derecho al agua.
¿En qué modo la situación en Gaza afectó tu vida personal y laboral?
MD: Nuestros activistas ambientales más activos son gazatíes que han sido ponentes en conferencias locales e internacionales. En la actualidad, son testigos de brutales agresiones; también sus vidas corrieron peligro debido a los misiles y ataques aéreos que han dejado más de 2000 muertos, la mayoría mujeres y niños. Los activistas en Gaza han constituido una parte fundamental del campamento climático. Han organizado muchos encuentros, como la Hora del Planeta, a pesar de que Gaza sufre gran escasez energética debido al bloqueo de la Franja de siete años.
Hemos trabajado duro para publicitar el campamento, pero con menos posibilidades para que nuestros amigos activistas árabes lleguen a Palestina y debido al gran peligro en la seguridad y el estado de emergencia, hemos suspendido el encuentro para tiempos más justos y calmos. Todo el activismo, sea ambiental o político, ha cambiado y se ha intensificado en Gaza, donde las condiciones inhabitables anteriores al ataque han empeorado, ya que más de 1,8 millones de personas no tienen acceso a agua limpia, servicios sanitarios y electricidad.
¿Qué quieres que la gente sepa sobre los activistas climáticos en Palestina y el trabajo que hacen?
MD: Los activistas palestinos, si bien se ocupan de cuestiones de justicia ambiental locales, comparten la pasión y determinación de los movimientos y activistas internacionales. Incluir el activismo ambiental en la movilización política impuesta constituye una lucha de todos los días, pero es una lucha que vale la pena. Los activistas están tomando mayor conciencia de cómo nuestra lucha por libertad y justicia está íntimamente relacionada con nuestros recursos naturales y el derecho a esos recursos como pueblo originario. Estamos construyendo alianzas con las comunidades originarias en todo el mundo, ya que la motivación de las luchas es la misma; además, es necesario tener contactos y activismo a nivel mundial. Nuestro aporte al movimiento climático mundial nos da fuerzas para aprender, evolucionar y relacionar nuestras luchas locales con aquellas mundiales.
¿Qué tipo de apoyo puede brindar la gente al pueblo de Gaza y a los activistas palestinos?
Empoderar las raíces del movimiento de justicia ambiental que está creciendo en Palestina. No separar la política de las cuestiones ambientales, ya que se relacionan y son dependientes. Apoyar y hacer circular el mensaje de que Palestina tiene mucha historia de resiliencia y determinación, que puede ser un ejemplo de lucha popular exitosa para proteger la tierra, el agua y el sustento de vida. Necesitamos construir alianzas, redes y colaboraciones con coaliciones y grupos que compartan los valores de justicia, equidad y resiliencia. Ayudar en los esfuerzos para exponer las violaciones a los derechos ambientales. Empoderar a las comunidades locales para defender y alzar sus voces junto con las organizaciones internacionales e individuos. Educar, apoyar y movilizar..