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Después de media vida dándole a la pelota, es normal que algunos futbolistas quieran alejarse del terreno de juego tras colgar los botines. Cantantes, sacerdotes, fontaneros, todo es posible para los hombres que levantaron la pasión en las tribunas.




Faustino 'Tino' Asprilla (44) saltó a la fama, además de por su buen hacer con la pelota, por una instantánea tomada en mitad de un partido donde se le escapó su secreto mejor guardado por el costado del pantalón. Asprilla se convirtió en una leyenda -por el tamaño, se entiende- y no dudó en posar completamente desnudo para la revista 'Soho'. Pero no contento con eso, también ha decidido sacar su propia línea de preservativos. "Van a ser condones normales, de diferentes tamaños y sabores", ha comentado el futbolista. "Yo recomendaría uno con sabor a guayaba". Puro exotismo.



Germán Burgos. A pocos les extrañó que el arquero Germán Burgos (45) -conocido como 'El Mono' Burgos- decidiera centrarse en su vertiente musical tras retirarse de la primera línea del fútbol. Burgos ya había mostrado su pasión por el rock cuando todavía se encontraba en Argentina. Allí formó un grupo de versiones llamado La Piara, que posteriormente pasó a llamarse Burgos Simpatía, y con el que publicó dos discos. Una vez en Madrid formó el grupo The Garb, del que es líder indiscutible. Y lo combina con su faceta como segundo entrenador del Atlético de Madrid y sus participaciones como comentarista deportivo



Alexi Lalas. El pelirrojo Alexi Lalas (44) fue uno de los grandes nombres del fútbol estadounidense. Lalas desarrolló su carrera entre Italia y Estados Unidos, formando parte de Los Angeles Galaxy y participando en unos cuantos mundiales, pero el futbolista tenía una espinita clavada: la música. Cuando se retiró del fútbol, probó suerte con su propio grupo, Ginger -pelirrojo-, del que, evidentemente, era cantante y compositor. Pero viendo que el éxito no le acompañó, decidió volver al mundo del fútbol, siendo presidente de Los Ángeles Galaxy y analista deportivo en varias revistas.



Jonathan De Falco. El belga Jonathan De Falco (30) no tuvo una carrera futbolística demasiado brillante, aunque hizo sus méritos. Para ganarse un sobresueldo empezó a bailar en discotecas, y claro, con un físico como el suyo alcanzó rápidamente la fama. Primero llegaron los bolos fuera de Bélgica y luego las proposiciones para hacer cine porno. De Falco se cambió el nombre a Stany Falcone, salió del armario y se dedicó en cuerpo y alma -pero sobre todo en cuerpo- al cine porno gay. Y no le va nada mal.



George Weah. El liberiano George Weah (48) fue una estrella del fútbol en la década de los 90. De hecho, fue el primer africano en ganar el Balón de oro -lo hizo en 1995-. Weah, además, combinó su dedicación al fútbol con labores de ayuda humanitaria para su país. Retirado del deporte, el exfutbolista fundó su propio partido y se presentó como candidato a las elecciones de Liberia, aunque terminó siendo derrotado por Ellen Johnson Sirleaf -se le recriminó que no tenía la formación adecuada para liderar un país-. Posteriormente continuó ligado a la política, aunque desde un segundo plano.



Romario. En esta vida, todo tiene solución. Incluso si uno ha sido uno de los futbolistas más díscolos de la historia del fútbol -los ha habido de peores, eso también-. Romario Da Souza (48) regresó a su Brasil natal dispuesto a poner los puntos sobre las íes. El exfutbolista se convirtió en el senador más votado de la historia del estado de Río de Janeiro, con casi 5 millones de votos. Pero no contento con eso, también se acaba de convertir en el nuevo presidente del América, un club mítico en Rio de Jainero.



Chase Hilgenbrinck. Quienes se empeñan en decir que el fútbol es una religión, deben estar pensando en el exjugador Chase Hilgenbrinck (32). El estadounidense llegó a jugar en la segunda división en Chile, antes de volver a Estados Unidos para fichar por el New England Revolution. Eso sí, cuando le ofrecieron un contrato multimillonario en 2008, decidió que lo suyo no era el fútbol y abrazó la fe. Ese mismo años se convirtió oficialmente en sacerdote.



Tomas Brolin. El jugador de fútbol sueco Tomas Brolin (45) es todo un hombre-negocio. Tras dejar el fútbol, volvió a Suecia y se involucró en una serie de empresas, que iban desde vender zapatos y aspiradoras por internet hasta abrir un restaurante en Estocolmo. También grabó un disco, protagonizó una campaña publicitaria de jacuzzis y saltó a la primera página de los periódicos tras chocar con su vehículo contra un alce. Esto último no es un negocio, pero, sin duda, lo recordará toda su vida.



El Piojo Claudio López cambió la pelota por un volante y corre rallíes.



Sandro Guzmán es DJ, rastafari y kioskero.