FRENO A LAS FUMIGACIONES EN CORONEL SUÁREZ
Un juez suspendió las fumigaciones con agrotóxicos en esa localidad de la provincia. Mirá la restricción que le impuso.
Por Leandro Vesco
El Juzgado de Ejecución Penal Nº 1 de Bahía Blanca, a cargo de Claudio Alberto Brun, ordenó la suspensión inmediata de las fumigaciones terrestres agrotóxicos a menos de un radio de mil metros del establecimiento Martín Fierro, del Paraje El Relincho, del distrito de Coronel Suárez, y a menos de dos mil metros en forma aérea, a la redonda.
La medida cautelar llegó en respuesta de un pedido de amparo efectuado por particulares en aras de que no se repitan los hechos ocurridos el pasado 12 de septiembre, cuando el propietario de un campo lindero al establecimiento fumigó sus tierras con agroquímicos en horario de clases a menos de 100 metros del edificio escolar.
La acción de fumigar en forma indiscriminada es repetida en muchos lugares del ámbito rural, y refiere a un manejo irresponsable de productos químicos, pero también a la par son cada vez más los sectores que intentan ponerle un freno a la presencia de químicos en el campo, considerándolo una contaminación que perjudica no sólo la vida de quienes deben vivir cerca de campos fumigados, sino que napas subterráneas y cursos de aguas se ven afectados por estos agrotóxicos que atentan contra los recursos naturales.
Asimismo, la justicia resolvió que el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires deberá remitir en un plazo de 48 horas –a partir del 22 de octubre-- los resultados de los análisis de las muestras de agua de tanque y de perforación tomadas el día 23 de setiembre del corriente, tomadas en el establecimiento educativo, en razón de la denuncia efectuada ante la Región Sanitaria I (Departamento de Alimentos) por Emanuel Garrido, quien hasta hace algunos días era funcionario de Medio Ambiente de la localidad.
El juzgado en cuestión entendió que la medida cautelar solicitada resultaba procedente “por cuanto resulta de aplicación el principio precautorio, de suma importancia en cuestiones de medio ambiente y derecho a la salud, dado que si bien no existe certeza aún acerca del nivel de riesgo de la fumigación con las sustancias denunciadas (los agrotóxicos 2,4-D, Dicamba y Metzulsufuron) en autos juega una perspectiva de daño grave e irreversible sobre niños y personal afectado a la escuela.
En este sentido, fue fundamental el testimonio de Elisa Herminia Loffler, directora titular de la Escuela Martín Fierro entre 2007 y 2012. Loffler manifestó que, en dicho lapso, fue testigo de varias fumigaciones en el suelo realizadas durante el turno mañana en horario escolar. La directiva, ahora jubilada, expresó que cuando se fumigaba se sentía un muy fuerte olor que penetraba en las instalaciones, y los niños entraban del patio gritando “¡Seño, el veneno, el veneno!”. El enemigo en común que los niños sentían provocaba que el pasto adyacente a la escuela amaneciera seco.
Es tiempo que se comience a legislar para que la presencia de agrotóxicos sea regulada o en todo casi prohibida en áreas en donde haya establecimientos educativos y centros urbanos, para de esta manera salvaguardar la calidad de vida y cuidar el medio ambiente próximo a localidades o parajes en donde la gente apuesta por la vida.
Un juez suspendió las fumigaciones con agrotóxicos en esa localidad de la provincia. Mirá la restricción que le impuso.
Por Leandro Vesco
El Juzgado de Ejecución Penal Nº 1 de Bahía Blanca, a cargo de Claudio Alberto Brun, ordenó la suspensión inmediata de las fumigaciones terrestres agrotóxicos a menos de un radio de mil metros del establecimiento Martín Fierro, del Paraje El Relincho, del distrito de Coronel Suárez, y a menos de dos mil metros en forma aérea, a la redonda.
La medida cautelar llegó en respuesta de un pedido de amparo efectuado por particulares en aras de que no se repitan los hechos ocurridos el pasado 12 de septiembre, cuando el propietario de un campo lindero al establecimiento fumigó sus tierras con agroquímicos en horario de clases a menos de 100 metros del edificio escolar.
La acción de fumigar en forma indiscriminada es repetida en muchos lugares del ámbito rural, y refiere a un manejo irresponsable de productos químicos, pero también a la par son cada vez más los sectores que intentan ponerle un freno a la presencia de químicos en el campo, considerándolo una contaminación que perjudica no sólo la vida de quienes deben vivir cerca de campos fumigados, sino que napas subterráneas y cursos de aguas se ven afectados por estos agrotóxicos que atentan contra los recursos naturales.
Asimismo, la justicia resolvió que el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires deberá remitir en un plazo de 48 horas –a partir del 22 de octubre-- los resultados de los análisis de las muestras de agua de tanque y de perforación tomadas el día 23 de setiembre del corriente, tomadas en el establecimiento educativo, en razón de la denuncia efectuada ante la Región Sanitaria I (Departamento de Alimentos) por Emanuel Garrido, quien hasta hace algunos días era funcionario de Medio Ambiente de la localidad.
El juzgado en cuestión entendió que la medida cautelar solicitada resultaba procedente “por cuanto resulta de aplicación el principio precautorio, de suma importancia en cuestiones de medio ambiente y derecho a la salud, dado que si bien no existe certeza aún acerca del nivel de riesgo de la fumigación con las sustancias denunciadas (los agrotóxicos 2,4-D, Dicamba y Metzulsufuron) en autos juega una perspectiva de daño grave e irreversible sobre niños y personal afectado a la escuela.
En este sentido, fue fundamental el testimonio de Elisa Herminia Loffler, directora titular de la Escuela Martín Fierro entre 2007 y 2012. Loffler manifestó que, en dicho lapso, fue testigo de varias fumigaciones en el suelo realizadas durante el turno mañana en horario escolar. La directiva, ahora jubilada, expresó que cuando se fumigaba se sentía un muy fuerte olor que penetraba en las instalaciones, y los niños entraban del patio gritando “¡Seño, el veneno, el veneno!”. El enemigo en común que los niños sentían provocaba que el pasto adyacente a la escuela amaneciera seco.
Es tiempo que se comience a legislar para que la presencia de agrotóxicos sea regulada o en todo casi prohibida en áreas en donde haya establecimientos educativos y centros urbanos, para de esta manera salvaguardar la calidad de vida y cuidar el medio ambiente próximo a localidades o parajes en donde la gente apuesta por la vida.