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Esté alerta para no repetir el caso del turista al que le cobraron 226.000 pesos por tres sancochos.





El cobro de 226.000 pesos a un turista caleño por tres platos de sancocho en las playas de La Boquilla en Cartagena revivió el debate en la ciudad sobre los cobros excesivos y abusos de algunos miembros del sector informal del comercio hacia los visitantes de La Heroica.

Mientras las autoridades locales rechazaron el caso de La Boquilla, el hecho reveló otros casos recientes de abusos que se han presentado en La Heroica, y que revelan algunas lecciones a tener en cuenta para no caer en las trampas de avivatos.


Consulte bien el costo de las carreras de taxis





Una de las principales quejas que presentan los turistas durante su paso por Cartagena es el cobro excesivo por parte de varios conductores de taxis, quienes le ponen los precios a sus carreras dependiendo del pasajero.

En ocasiones estos abusos sobrepasan el 300 por ciento del precio establecido por la Alcaldía de Cartagena.

El caso más reciente de abuso al usuario, lo vivió una mujer que tomó un taxi desde el aeropuerto Rafael Núñez al barrio de Manga y tuvo que pagar 37.000 pesos, cuando el valor real de esa carrera era de 12.000.

La mujer denunció y las autoridades tomaron medidas al respecto, inmovilizando el vehículo y sancionando al conductor.

Según el decreto que reglamenta las tarifas de taxis en la ciudad, la carrera mínina está estipulada en 5.500 pesos y en horas nocturnas se cobra un recargo de 500 pesos. Por ejemplo, una carrera del Centro Histórico hacia a barrios como Bocagrande, Castillogrande, Manga, El Laguito, Crespo y a lugares como el Castillo San Felipe tiene un costo de $5.500, debido a que está fijada como carrera mínina.

En Cartagena es frecuente que un taxista le cobre a una pareja de turistas el doble y hasta el triple del valor real que cuesta una carrera, así las cosas, hay denuncias contra conductores que cobraron entre 15.000 y 20.000 pesos por un servicio del Centro a Bocagrande.

Cuando usted como turista se sienta afectado por un cobro injustificado en la carrera de taxi, puede denunciar el hecho a través de las líneas 123 y 127 para que las autoridades tomen correctivos sobres el caso. Además, cuando se suba a un taxi verifique la planilla de precios que debe portar el conductor en el espaldar de la silla delantera, si no la ve, exíjala.

Ojo con los ‘acosadores’ del Centro Histórico

Otro caso común donde algunos vendedores suelen subir el precio de sus productos es cuando llegan los turistas de cruceros a la ciudad varios días a la semana.

Una vez los turistas llegan al Centro Histórico, se les acercan decenas de vendedores llevando en sus brazos desde gafas, hasta relojes de marca que no son originales, camisetas de la selección Colombia, camisetas alusivas a Cartagena, sombreros vueltiaos ‘chinos’, ‘pavas’ (sombrero para mujeres) también chinas, collares, falsos tabacos cubanos y un sinnúmero de productos, la mayoría con un sobreprecio exagerado.

Por las imitaciones de las camisetas de la Selección Colombia o la del Real Madrid con el número 10 de James, que cuestan entre 10.000 y 20.000 pesos, llegan a pedir hasta 150.000 pesos. “Son originales de Yardley”, dice siempre como estribillo uno de los vendedores del Centro.

Este mismo vendedor le aseguró a EL TIEMPO que los turistas de cruceros parecen ser los más incautos, pero como casi siempre son los más veteranos, a veces son difíciles de convencer. “De todos modos, siempre hay uno que cae”, señaló.

Para las autoridades de turismo, el acoso ha sido uno de los puntos más difíciles de erradicar y es el punto más negativo que existe a la hora de la calificación que hacen los mismos visitantes.

La recomendación que se les hace a los turistas es que eviten comprar productos en la calle y, si lo hacen, regatear lo más que puedan los precios o consultar con la comunidad local.

Las trenzas y los masajes que pueden salirle caros



Tres peinados, con trenzas, que las hermanas Valencia habían pactado en las Playas de Bocagrande por $ 15.000 pesos cada uno, terminaron costando $ 210.000 pesos.

“Estábamos de vacaciones en la playa cuando dos señoras nos propusieron hacernos las trenzas adornadas con chaquiras de colores por 25.000 pesos cada una, negociamos y finalmente pactamos en $ 15.000 pesos cada peinado”, narra Alba Valencia, oriunda de La Ceja, Antioquia.

Después de media hora de peinado y trenzas y de diálogo cordial y risas, bajo el sol Caribe, con las cálidas morenas peinadoras de Bocagrande vino ‘el golpe al bolsillo’.

“Ellas nos dicen que cada trabajo vale $ 70.000 pesos, es decir que como éramos tres la cuenta total sumaba $ 210.000 pesos. Furiosas les recordamos que el acuerdo había sido de $ 15.000 pesos por cada peinado, a lo que ellas muy descaradas responden que cada chaquira valía $ 5.000 pesos y que eso sumaba”, recuerda Alba.

Por otro lado, Albeiro, un turista santandereano de 65 años que estuvo en Playa Blanca, en la isla Barú, dice que en noviembre una mujer lo abordó y le ofreció los famosos masajes con aceite de coco. Empezó a tocarle la espalda y él se dejó. Le tendió una toalla y se acostó en la arena y la mujer empezó a cubrirlo de aceite.

"Pensé que eso me iba a costar unos 15.000 o 20.000 pesos, por mucho", recuerda. A los 15 minutos, la mujer terminó y le dijo: "Son 120.000 pesos. Casi me voy para atrás", comenta. Al final, le dijo que solo tenía 40.000 y con eso la mujer se fue. "Nunca volveré a dejarme a hacerme un masaje", dice.

Lección: Pregunte bien y aclare los precios del servicio por los productos en las playas.