Llevamos casi dos semana a cuestas desde que nos enteramos que Lara Croft había preferido echarse en brazos de Xbox One antes que caer en las garras de PS4. Que iba a contar con una exclusiva en la ‘next-gen’ de Microsoft que, imaginamos, no ha sido una cuestión de amor a primera vista sino más bien una cuestión económica, ‘en plan fichaje de Florentino Pérez’: 80 ó 90 millones de euros y la estrella se marcha para Madrid.
Desde entonces he podido leer por las redes sociales multitud de mensajes. Unos con cierto sentido común y otros mediatizados por su militancia en uno de los dos bandos… como si se estuviera jugando un partido de fútbol. Antes de nada hay que decir a las huestes ‘sonyers’ que Lara Croft no ha abandonado a PS4 ni a Sony ni a sus PlayStation para siempre. Que volverá, y que lo hará con Rise of the Tomb Raider. Eso sí, cuando pase el periodo de exclusividad impuesto por los de Redmond. ¿Tres, seis, nueve, doces meses? ¿Años?
Lo escribí a principios de semana: parece que esta exclusiva ha debido levantar ampollas por que si no, no se entiende que hayan salido tan rápido desde Sony a restar importancia a este acuerdo. El CEO de Sony Europa ha dicho que ellos “no necesitan salir al mercado a por exclusivas” y se ha quedado tan ancho. Como si esto de Lara Croft fuera una ‘cosa excepcional’ y se sorprendieran de que exista una compañía (Microsoft) interesada en quitarle a Sony, como sea, algo de su potencial de ventas.
¿Exclusivas? ¿Qué es eso?, han debido pensar en las oficinas de Sony. Pues yo se lo digo. Una exclusiva es un “tengo este juego y tú no”. Algo que los japoneses han venido practicando en sus distintas PlayStation desde tiempos inmemoriales, cuando hacían todo lo que tenían en su mano para evitar que algunas IP acabaran por desembarcar en las playas de SEGA y sus Saturn y Dreamcast, Microsoft con su primera Xbox y, por supuesto, alguna que otra cosilla que jamás llegó a Xbox 360.
Sony haría fatal, por el coste de imagen que puede suponerle, si los 10 millones de PS4 se le subieran a la cabeza y empezaran a pensar que lo tienen todo hecho. Está claro que llevan ventaja, que Microsoft cometió algunos errores de bulto cuando presentó su Xbox One… pero no por eso hay que menospreciar todo lo que intenta para revertir la situación.
Solo habría que echar un vistazo a lo ocurrido en el pasado para ver que Sony no debería dormir tranquila. ¿O acaso no recuerda lo que le ocurrió tras el rotundo éxito de su PS2? La consola que más ha vendido en la historia de los videojuegos obligó a su competencia a afilar sus cuchillos y producto de ese rodillo surgió Xbox 360 que, sin lugar a dudas, le comió la tostada a Sony y su PS3 durante la generación anterior. Territorios ‘sonyers’ tan tradicionales (e importantes) como Reino Unido o Estados Unidos, de repente, fueron conquistados por los chicos de Redmond. España es un caso aparte. Aquí Microsoft lo tiene más complicado por que ni siquiera Xbox 360 consiguió vencer a PS3. Somos un país ‘playstation’ a todos los efectos, desde que en 1995 salió al mercado la primera consola de la saga.
Una victoria aplastante de PS4 puede hacer que se le suban los humos a Sony y que empiece a pensar que no necesitan a los demás. Que con lo suyo (Naughty Dog, etc.) ya le sobra y que si alguien se sale del redil… (Lara Croft) pues ‘peor para ella’. Solo así se comprenden las declaraciones de los pasados días del jefe de la división europea, desde la más simple y pura altanería que dan los 10 ‘kilos’ de PS4 vendidos y de creerse que ya no tienen oposición posible.
Sony ha demostrado a lo largo de sus muchos años dedicándose a los videojuegos que si hay algo a lo que da importancia es a las exclusivas. Da igual si se trata de juegos completos o de DLC. Siempre le ha importando tener cosas que su competencia no pudiera ofrecer a sus usuarios.
Como escribimos el pasado lunes, Final Fantasy, Pro Evolution Soccer o Metal Gear Solid fueron territorio vedado de PSX y estuvieron prohibidos muchos años en el resto de consolas. En el caso del juego de fútbo de Konami, por ejemplo, todavía recuerdo los intentos desesperados de SEGA con sus Saturn y Dreamcast por desarrollar un título parecido a los PES. El FIFA no era lo que es hoy y los padres de Sonic fueron por las redacciones de las revistas de toda Europa preguntándonos a los periodistas cómo sería para nosotros el juego perfecto de fútbol. Si SEGA se vio abocada a hacer eso fue por que Konami no iba a lanzar un Pro Evolution Soccer para sus máquinas jamás, y estaba claro que Sony andaba detrás y que suponían una razón de peso para decantarse por una PSX antes que por una Saturn o una Dreamcast.
La única razón por la que uno piensa que en Sony han reaccionado como han reaccionado es por que la exclusividad del nuevo Tomb Raider ha escocido. Y mucho. Tanto que deben estar preguntándose que por qué no se les ocurrió antes a ellos. Me diréis que ‘les importa un pimiento’ por que PS4 tendrá Uncharted 4. Bueno, pues leyendo las reacciones que ha producido la noticia no da esa sensación. Como diría un atento analista, ‘el lenguaje corporal [de Sony] les delata’.
Ahora la incógnita que nos queda por resolver es cuánto durará la exclusividad de Rise of the Tomb Raider en Xbox One. No se sabe, pero si nos fijamos por lo dicho por los jerifaltes de Sony la cosa podría ir para largo. ¿Tal vez un añito? Seguramente no será tanto, pero muchos se lo han tomado como si así fuera.
Calma. Una exclusiva es una exclusiva y seguramente, al final, no será para tanto. Veréis…
Desde entonces he podido leer por las redes sociales multitud de mensajes. Unos con cierto sentido común y otros mediatizados por su militancia en uno de los dos bandos… como si se estuviera jugando un partido de fútbol. Antes de nada hay que decir a las huestes ‘sonyers’ que Lara Croft no ha abandonado a PS4 ni a Sony ni a sus PlayStation para siempre. Que volverá, y que lo hará con Rise of the Tomb Raider. Eso sí, cuando pase el periodo de exclusividad impuesto por los de Redmond. ¿Tres, seis, nueve, doces meses? ¿Años?
Lo escribí a principios de semana: parece que esta exclusiva ha debido levantar ampollas por que si no, no se entiende que hayan salido tan rápido desde Sony a restar importancia a este acuerdo. El CEO de Sony Europa ha dicho que ellos “no necesitan salir al mercado a por exclusivas” y se ha quedado tan ancho. Como si esto de Lara Croft fuera una ‘cosa excepcional’ y se sorprendieran de que exista una compañía (Microsoft) interesada en quitarle a Sony, como sea, algo de su potencial de ventas.
¿Exclusivas? ¿Qué es eso?, han debido pensar en las oficinas de Sony. Pues yo se lo digo. Una exclusiva es un “tengo este juego y tú no”. Algo que los japoneses han venido practicando en sus distintas PlayStation desde tiempos inmemoriales, cuando hacían todo lo que tenían en su mano para evitar que algunas IP acabaran por desembarcar en las playas de SEGA y sus Saturn y Dreamcast, Microsoft con su primera Xbox y, por supuesto, alguna que otra cosilla que jamás llegó a Xbox 360.
Sony haría fatal, por el coste de imagen que puede suponerle, si los 10 millones de PS4 se le subieran a la cabeza y empezaran a pensar que lo tienen todo hecho. Está claro que llevan ventaja, que Microsoft cometió algunos errores de bulto cuando presentó su Xbox One… pero no por eso hay que menospreciar todo lo que intenta para revertir la situación.

Solo habría que echar un vistazo a lo ocurrido en el pasado para ver que Sony no debería dormir tranquila. ¿O acaso no recuerda lo que le ocurrió tras el rotundo éxito de su PS2? La consola que más ha vendido en la historia de los videojuegos obligó a su competencia a afilar sus cuchillos y producto de ese rodillo surgió Xbox 360 que, sin lugar a dudas, le comió la tostada a Sony y su PS3 durante la generación anterior. Territorios ‘sonyers’ tan tradicionales (e importantes) como Reino Unido o Estados Unidos, de repente, fueron conquistados por los chicos de Redmond. España es un caso aparte. Aquí Microsoft lo tiene más complicado por que ni siquiera Xbox 360 consiguió vencer a PS3. Somos un país ‘playstation’ a todos los efectos, desde que en 1995 salió al mercado la primera consola de la saga.
Una victoria aplastante de PS4 puede hacer que se le suban los humos a Sony y que empiece a pensar que no necesitan a los demás. Que con lo suyo (Naughty Dog, etc.) ya le sobra y que si alguien se sale del redil… (Lara Croft) pues ‘peor para ella’. Solo así se comprenden las declaraciones de los pasados días del jefe de la división europea, desde la más simple y pura altanería que dan los 10 ‘kilos’ de PS4 vendidos y de creerse que ya no tienen oposición posible.
Sony ha demostrado a lo largo de sus muchos años dedicándose a los videojuegos que si hay algo a lo que da importancia es a las exclusivas. Da igual si se trata de juegos completos o de DLC. Siempre le ha importando tener cosas que su competencia no pudiera ofrecer a sus usuarios.
Como escribimos el pasado lunes, Final Fantasy, Pro Evolution Soccer o Metal Gear Solid fueron territorio vedado de PSX y estuvieron prohibidos muchos años en el resto de consolas. En el caso del juego de fútbo de Konami, por ejemplo, todavía recuerdo los intentos desesperados de SEGA con sus Saturn y Dreamcast por desarrollar un título parecido a los PES. El FIFA no era lo que es hoy y los padres de Sonic fueron por las redacciones de las revistas de toda Europa preguntándonos a los periodistas cómo sería para nosotros el juego perfecto de fútbol. Si SEGA se vio abocada a hacer eso fue por que Konami no iba a lanzar un Pro Evolution Soccer para sus máquinas jamás, y estaba claro que Sony andaba detrás y que suponían una razón de peso para decantarse por una PSX antes que por una Saturn o una Dreamcast.
La única razón por la que uno piensa que en Sony han reaccionado como han reaccionado es por que la exclusividad del nuevo Tomb Raider ha escocido. Y mucho. Tanto que deben estar preguntándose que por qué no se les ocurrió antes a ellos. Me diréis que ‘les importa un pimiento’ por que PS4 tendrá Uncharted 4. Bueno, pues leyendo las reacciones que ha producido la noticia no da esa sensación. Como diría un atento analista, ‘el lenguaje corporal [de Sony] les delata’.
Ahora la incógnita que nos queda por resolver es cuánto durará la exclusividad de Rise of the Tomb Raider en Xbox One. No se sabe, pero si nos fijamos por lo dicho por los jerifaltes de Sony la cosa podría ir para largo. ¿Tal vez un añito? Seguramente no será tanto, pero muchos se lo han tomado como si así fuera.
Calma. Una exclusiva es una exclusiva y seguramente, al final, no será para tanto. Veréis…