
Son palabras que todo padre cristiano teme. Al oírlas muchas veces sienten pánico.
En la cultura superficial del mundo, los jóvenes y niños son presionados a una edad muy tierna a tener su novio/a. Los programas de la televisión, las revistas y la presión de los amigos promueven este tipo de relación. Así vemos a niños de 14, 13, 12 y aun menos años con su “novio/a”. Pronto comienzan los toques, las caricias y otras acciones que degradan el dominio propio de los niños y jóvenes y les llevan hacia el pecado desastroso. Los niños y jóvenes que no tienen “novios” a veces son vistos como “nerds” o fuera de moda.
¿Cómo los padres pueden prepararse para oír estas palabras por la primera vez?
(1) Hablarles desde temprano de la importancia de esperar (Eclesiastes 3:1-8). Los padres deben de hablar con sus hijos cuando éstos son pequeños acerca del hecho que pronto van a sentir atracción por el sexo opuesto. Aunque esta atracción es natural, no les conviene tener un solo novio/a por mucho tiempo. Algunos padres prohiben que sus hijos salgan con miembros del sexo opuesto, si no es parte de un grupo de jóvenes, hasta que tengan sus 17 o 18 años. Creo que es una buena regla. La juventud de 12-18 años es un tiempo para madurar y gozar de los pasatiempos sanos para jóvenes. ¡No es tiempo de tener novio!
Es bueno cuando hay cierta timidez con respeto a los del sexo opuesto. Cuando los niños y jóvenes pierden esta timidez y comienzan a tener demasiado confianza, pierden la inocencia y pueden llegar a tener muchos problemas. Me da lastima pensar en algunos padres y madres que animan a sus hijos a tener novios al tener éstos sus 12 o 13 años. Es promover el desastre. Aun cuando nuestros hijos llegan a tener sus 18-20 años, debemos animarles a no apurarse en establecer relaciones de seriedadcon miembros del sexo opuesto.
¿Qué hacer cuando
el novio es mundano?
Lo que más preocupa a los padres cristianos es cuando sus hijos no toman su consejo y eligen a un novio/a mundano. Creo que las acciones de los padres en estas circunstancias dependen mucho de la edad de los hijos y de la actitud del mundano.
Los jóvenes tiernos: Como ya he indicado, creo que los padres tienen el derecho de prohibir novios mundanos o de cualquier tipo cuando sus hijos son tiernos (12-18 años). Si los hijos de esta edad insisten en tener un novio, los padres deben responder con firmeza (“no es posible”) pero amor y paciencia a la vez (“Recuerdo como es ser joven,” “Dios te ayudará a esperar,” etc. “Si es verdadero amor, puede esperar,” etc.) Si los padres ya han establecido su autoridad y su amor en el hogar cuando sus niños son pequeños a través de la disciplina bíblica, pueden mantener su autoridad, aun frente a esta situación difícil.
Los mayores: Cuando los jóvenes tienen más años o no viven ya en la casa de los padres, la situación es un poco más difícil. Creo que la actitud que los padres deben expresar frente a sus hijos mayores con novios mundanos debe ser algo así:
* “Estamos preocupados porque estás en una situación muy peligrosa.”
* “Pero si insistes en tener este novio (o novia) vamos a orar y ver si te podemos ayudar. Vamos a invitar a tu novio/a a tener un estudio bíblico.” O, “Vamos a invitarle a visitar la iglesia.” etcétera
Así pueden ver si el novio (o la novia) en verdad tiene interés espiritual. Si tiene interés espiritual, los padres pueden tener un poco de más paciencia y quizás aun ayudarles a obedecer a Cristo. Pero si el novio no demuestra nada de interés espiritual, los padres deben de oponerse amorosamente y tranquilamente a la relación. Digo “amorosamente” porque de nada sirve “echar una rabieta” o tener un ataque cardíaco. Quizás el hijo (o la hija) decida casarse con la novia (o el novio) mundano de todos modos y si esto pasa, los padres tendrán que aceptar la situación y tratar de llevarse bien con su nuevo yerno o nuera. Esto se puede lograr mejor si la oposición ha sido amorosa y tranquila. Se puede decir al novio que no es personal, pero puesto que que Dios es lo más importante de la vida, “tememos cualquier relación que sea establecida sin tomar en cuenta a Dios.”
(2) Hablarles de los peligros (2 Timoteo 2:22) - Hay varios problemas que surgen cuando los niños y jóvenes tienen “novios” a una edad tierna. Comienzan a pasar mucho tiempo juntos, despertando así las pasiones que son difíciles para controlar, especialmente por la falta de madurez que tienen. Al enfocarse en sus “novios/as” y al pasar mucho tiempo con ellos, descuidan sus estudios y los pasatiempos sanos. Son sordos a la razón. Al escucharla, solamente responden, “¡pero le amo!”
Los padres siempre deben de hablar de estos peligros. Con discreción pueden hablar a los jóvenes de 12-16 años de los problemas que tienen otros por descuidar estos principios.
(3) Hacerles recordar que Dios tiene prioridad en todo (Mateo 6:33). Dios debe tener prioridad en todo, aun con respecto al novio que los jóvenes cristianos llegan a tener. Significa el no buscar un novio entre los mundanos, sino entre los que buscan a Dios. Creo que los padres cristianos deben prohibir que sus hijos tengan novios mundanos mientras vivan en el hogar. El tener un novio mundano debe ser visto como rebelión en contra de Dios y del hogar.
Pero si los padres van a prohibir los novios mundanos, deben hacer todo lo posible para que sus hijos pasen tiempo con jóvenes cristianos. Deben estar dispuestos para hacer grandes sacrificios para enviarles a campamentos, series de predicaciones y reuniones especiales donde van a haber jóvenes cristianos.
(4) No tener un pánico cuando el momento llega. Aunque es fácil desesperarse cuando nuestros hijos anuncian tener su novio/a, los padres cristianos deben responder con calma y con amor. Debemos orar mucho y demostrar confianza a nuestros hijos cuando éstos han manifestado un deseo espiritual.