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DESCARADAMENTE LOS MEXICANOS QUIEREN OBTENER UNA REFORMA MIGRATORIA EN ESTADOS UNIDOS Y LOS MISMOS DERECHOS QUE UN CIUDADANO AMERICANO, SIN EMBARGO ELLOS MALTRATAN, VIOLAN, ROBAN Y MATAN A TODOS LOS CIUDADANOS CENTRO-AMERICANOS QUE CRUZAN POR SU PAIS, AQUI LES VA LA NOTA:


Si no es a garrotazos o con toletes, los migrantes centroamericanos que van de paso rumbo a Estados Unidos son víctimas de policías federales y estatales o agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) o vejados con armas de fuego, gases lacrimógenos, piedras, perros y hasta toques eléctricos.

Frontera con Justicia, AC y Humanidad sin Fronteras, AC, han documentado desde hace por lo menos tres años con encuestas la situación de los migrantes, a quienes auxilian y acceden a dar su testimonio.

De mayo de 2006 a abril de 2007, ambas asociaciones civiles lograron, mediante entrevistas de migrantes que estuvieron en los albergues, documentar 2 mil 506 casos de violaciones a los derechos humanos de los migrantes centroamericanos. Desde su travesía por Guatemala y a lo largo del territorio mexicano un migrante es vejado hasta en más de una ocasión, revela el informe.

La mayoría de los entrevistados son hombres, admiten las Organizaciones No Gubernamentales con sede en Coahuila, cuyo reporte considera a quienes cruzan esas tierras y son albergados por ellos porque necesitan medicinas, alimentos y hospedaje.

“Ha habido un aumento en cuanto al número de mujeres que decide denunciar. No obstante, no todas las que pasan lo hacen, debido a la falta de cultura de denuncia, por miedo y por considerar las violaciones sufridas como un costo por llegar a la frontera”.

Los testimonios muestran que la principal violación a sus derechos humanos es la económica, en la modalidad de robo o extorsión, que va aparejada de violencia sicológica, insultos, amenazas, intimidación y obligarlos a tirarse del tren en movimiento por no tener dinero. En los actos participan autoridades de Guatemala y México.

La amenaza de aventarlos de un tren en marcha se documentó en 585 casos, mientras que la agresión sexual en 193 casos, que por lo general consiste en desnudar a los migrantes para revisar su ropa y su cuerpo, pero “con acoso, tocamientos, insinuaciones o comentarios de carácter sexual y la violación sexual”.

En la documentación se revela que mil 320 abusos fueron cometidos por guardias de los trenes, que representa 52.67% de las violaciones a derechos humanos reportadas en este universo de migrantes atendidos por el albergue de las agrupaciones. En el resto participa la Policía Nacional Civil de Guatemala, Policías Municipales, INM, Policía Federal Preventiva, la Agencia Federal de Investigación, Policías Estatales y el Ejército, en ese orden.

Las policías estatales y municipales “en los retenes o volantas, al perseguir a los migrantes los orillan a caer en pantanos peligrosos y profundos, a brincar cercos, les disparan al aire para atemorizarlos y evitar que corran más, en ocasiones los golpean o los obligan a tirarse del tren cuando va en movimiento”, denuncia el informe.

“En general, se utiliza algún tipo de instrumento para intimidar a los migrantes, que en la mayoría de los casos es el garrote, seguido del arma de fuego de diferentes calibres como lo son la nueve milímetros, 45, 22, rifles y escopetas o armas de grueso calibre como la AK 47”.

Los denunciantes han dicho que el 71% de las autoridades que agreden a las personas migrantes exhiben algún tipo de arma.

En cuanto al lugar de la agresión, 744 ocurrieron en San Luis Potosí; en Guatemala, 388; en Veracruz, 368; en Chiapas, 283; en el estado de México, 207; en Tlaxcala, 146; en Tabasco, 99; en Guanajuato, 84; en Coahuila, 63; en Querétaro, 50; en Oaxaca, 20; en el Distrito Federal, 16; en Puebla, 15; en Nuevo León, 6; en Hidalgo, 5; en Aguascalientes y Tamaulipas, 4 en cada entidad, así como 1 en Chihuahua y en Zacatecas.

En los últimos 3 años, añade el informe, San Luis Potosí, Veracruz, Chiapas y Estado de México encabezan la lista de entidades con mayor agresión a los migrantes de Centroamérica.

La Secretaría de Gobernación alista un nuevo esquema de normas para las 48 estaciones migratorias del país. A juicio de Organizaciones No Gubernamentales, hay un trato de delincuentes hacia los migrantes centroamericanos y violatorio de sus derechos humanos.
Buscó futuro y encontró la muerte

Diez días estuvo el cuerpo maltrecho, inerte, en la Procuraduría General de Justicia de Coahuila. A sus 27 años, Juan había decidido dejar Honduras. Allá quedaron sus padres.

En los primeros días de junio, Juan logró contactar a un “pollero” que lo guiaría hasta Estados Unidos. Pero la muerte le cerró el paso en las vías del ferrocarril en Coahuila. La monja Guadalupe Lule, de Frontera con Justicia, AC y Humanidad sin Fronteras, AC, tuvo que ocultar a su familia dos días el deceso de Juan. “No hallaba cómo decirles que su hijo estaba muerto”.

El viernes 15 de junio las autoridades de Coahuila entregaron el cuerpo al albergue de esta Organización No Gubernamental.

“Primero Dios, voy a llegar a Nueva York”, dice otro migrante procedente de El Salvador. Este hombre, que en 1989 formó parte del Ejército en su país, quedó lisiado de un pie por los enfrentamientos armados que en aquella década azotaron esa nación centroamericana.

Hoy, este antiguo soldado salvadoreño es padre de una niña de cuatro años de edad. La falta de empleo y las deudas que ha acumulado lo empujaron a ir en pos de los dólares que, espera, le resuelvan la vida.

Vía telefónica, Guadalupe Lule también pide a Norberto, de nacionalidad hondureña, que cuente su historia. Hace una semana policías mexicanos en Veracruz lo vejaron y le quitaron los últimos mil 542 pesos que tenía para llegar a Estados Unidos. Pidiendo comida en los pueblos que están a la orilla de las vías del tren, Norberto pudo llegar hasta Saltillo, Coahuila, donde pernocta.

Norberto y el ex soldado salvadoreño quieren ganar unos pesos para comprar una tarjeta de teléfono y avisar a su familia que ellos están vivos y sin perder la esperanza de llegar a Estados Unidos.