

La palabra cueva es aquella que normalmente empleamos para designar a la cavidad subterránea o que se encuentra establecida entre rocas, es decir, que se halla debajo de la tierra, de la superficie, y que puede ser natural o artificial.
En el caso de las cuevas naturales, generalmente, se trata de cavidades naturales dentro de un terreno que se originó como consecuencia de la erosión sobre corrientes de lava, de agua, de hielo, o bien por una mezcla de ambas cuestiones. También, otro factor de creación de una cueva natural es la disolución de la roca caliza a partir del contacto con agua ácida.

Históricamente las cuevas fueron empleadas tanto por seres humanos como por animales como lugar de resguardo frente a la acción agresiva de los diversos agentes climáticos. Incluso, muchos las han usado como vivienda continúa a través del tiempo. Una característica intrínseca de las cuevas es que son oscuras y húmedas.
Cabe destacar que a las cuevas se las puede clasificar en: cuevas primarias, porque nacieron al mismo tiempo que la roca que las envuelve, mientras que las cuevas secundarias son aquellas que se generan in situ en las rocas luego que éstas mismas se han conformado y tras la sucesión de un proceso en el cual la descompone y pierde materia frente a la erosión.
Y dentro de las secundarias es plausible encontrarse con los siguientes tipos: cuevas marinas (se conforman en las costas de los mares), cuevas de hielo (nacen en la parte inferior de un glaciar luego del derretimiento del mismo o bien por alguna corriente de hielo) y cuevas kársticas (se conforman en rocas calcáreas tras la disolución de la roca).
Y en el uso coloquial de algunos países de habla hispana, tal es el caso de Argentina, se denomina cueva a aquellos reductos clandestinos en los cuales se realizan operaciones de cambio por afuera del mercado cambiario oficial.

