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También te decimos de qué están hechas las tintas.





¿De qué están hechas las tintas de los tatuajes?

Algunas de las tintas, “que difícilmente pueden causar reacciones graves al organismo”, están fabricadas con cantidades pequeñas de compuestos minerales; se les conoce como tintas acrílicas, afirma Jonathan González, del Museo del Tatuaje en México.

Se usan con menos frecuencia las orgánicas, hechas de pigmentos vegetales que no representan ningún peligro por ser hipoalergénicas, agrega el tatuador profesional. La diferencia de composición entre unas y otras, dice, radica en el periodo de vida del tatuaje. Mientras las primeras ofrecen un diseño delineado con colores vivos, brillantes y la posibilidad de lucir mejor en la piel, “las otras las desecha el cuerpo con rapidez, pero no por completo; esto genera un manchón borroso, como si el dibujo se hubiera deslavado”.

¿Qué hace a un tatuaje permanente?

Los tatuajes han estado presentes en la cultura popular como símbolo de “peligrosidad” o simplemente como tendencia de moda. Sus estilos viene y van, al tiempo que sus significados varían de una cultura a otra. La práctica de esta actividad es tan vieja como la civilización misma. Estas marcas en la piel ha sido descubiertas por todo el mundo. La más antigua se encontró en una momia peruana y data del año 6000 a.C.

¿Alguna vez te has preguntado cómo funciona realmente un tatuaje?

Debes saber que los humanos perdemos de 30,000 a 40,000 células de la piel cada hora, esto es, cerca de una millón por día. Así que ¿cómo es que los tatuajes no desaparecen con este proceso?

La respuesta más sencilla es que al tatuar, se introducen pigmentos en capas muy profundas de la piel, las que no se alcanzan cuando nos despojamos de las células muertas. A través de la historia, el hombre ha usado diversas herramientas para lograr esto. La primera máquina moderna tuvo lugar después de la llegada de la electricidad y se le adjudica nada menos que a Thomas Alva Edison.

Las máquinas de hoy introducen su aguja en la piel a una frecuencia de 50 a 300 veces por minutos. Esta atraviesa la epidermis, llegando a la dermis que está compuesta de fibras de colágeno, nervios, glándulas, vasos sanguíneos y más.

Cada vez que la aguja penetra causa una herida que alerta al cuerpo a iniciar un proceso inflamatorio. Es como si hiciera un llamado a las células del sistema inmunológico para ir al sitio de la herida y reparar la piel. Este proceso el que hace a los tatuajes permanentes.

Las células especializadas llamadas macrófagos “comen” el material invasivo en un intento de limpiar el desastre inflamatorio. Mientras unas viajan al sistema linfático para ser eliminadas, otras regresan al nódulo linfático y algunas más permanecen en la dermis. Ya sin ninguna forma de deshacerse del pigmento, las partículas que quedan dentro de esos macrófagos, se vuelven visibles a través de la piel.

Algunas de las partículas de tinta quedan suspendidas en la matriz extracelular de la dermis, mientras otras son incorporadas dentro de células de la piel llamadas fibroblastos.

Inicialmente, la tinta se deposita dentro de la epidermis pero cuando la aguja sale, las células de piel dañada se desprenden y son reemplazadas por otras nuevas. La regeneración completa de la piel toma de dos a cuatro semanas durante las cuales la exposición solar y la natación deben evitarse para prevenir infecciones.

Por su parte, los fibroblastos permanecen en su lugar y cuando mueren son recogidos o “comidos” por los más jóvenes. De esta formal, la tinta se queda en su lugar. Pero con el tiempo se opaca porque el cuerpo reacciona ante partículas ajenas a él. La radicación ultravioleta también puede contribuir a esto, por lo que se recomienda el uso de bloqueador. Obviamente, la mayoría de la tinta permanecerá el resto de la vida de cada persona.

¿Existe alguna forma de borrar un tatuaje? Técnicamente, sí. Hoy el láser se utiliza para penetrar la epidermis y deshacer los pigmentos. El negro, es el más fácil de atacar. Las pequeñas partículas que quedan, de nuevo son el alimento de los macrófagos.

Algunos tintas son más difíciles de remover y pueden tener complicaciones. Por ello es más difícil eliminar un tatuaje que hacérselo, aunque no es imposible. Quizá no duren para siempre, pero es seguro que este arte ‘permanecerá’ por mucho tiempo más.