El crecimiento que conoció la industria entre 2003 y 2011 fue destacable en la historia económica argentina, tanto por su velocidad como por su duración. Sin embargo este proceso no está exento de críticas en cuanto a la falta de articulación entre los sectores y el elevado nivel de importaciones, que creció por encima de la producción industrial. En este artículo nos proponemos poner los argumentos en perspectiva haciendo hincapié en la argumentación del ahorro de divisas y la sustitución de importaciones. Al analizar el comercio exterior durante el período, vemos que la participación de los bienes de consumo en el total de las importaciones se reduce, mostrando por lo tanto cierta sustitución de importación en esos rubros.
Las “leyes industriales” y el sesgo proteccionista de este gobierno parecen entonces haber tenido cierto resultado positivo, a pesar de la restricciones institucionales heredadas de la convertibilidad. La cuestión que queda planteada es en qué medida una profundización de la industrialización no debería realizarse a costa de los salarios de los trabajadores, dada la tendencia a la baja de los precios internacionales de los bienes industriales. Se propone leer este artículo en relación de diálogo-debate con el texto de Germán Herrera y Andrés Tavosnanska “Una década de expansión industrial en la Argentina”, incluido en esta misma publicación.
¿De qué hablamos cuando hablamos de industrialización en la Argentina de la post-convertibilidad? ¿Qué ha ocurrido con la industria manufacturera y, más en general, con la estructura productiva argentina en las últimas décadas?
Como un primer intento de ordenar un debate complejo y politizado, presentamos 9 cuadros simples que ofrece un pantallazo a tres aspectos esenciales a la hora de contestar estas preguntas: participación de la industria en el PIB, en la creación de empleo y en las exportaciones, desde una perspectiva histórica y regional. En el proceso, indagamos sobre las tendencias recientes en la formalización, y costos del trabajo industrial. En un trabajo más amplio en preparación, indagamos también en la evolución comparada de la productividad industrial. Veamos.
Participación de la industria manufacturera en el PIB, 1993-2012
(en pesos corrientes y pesos de 1993)
Nota: *Datos disponibles al primer trimestre de 2012.
El primer cuadro muestra que entre 1996 y 2012 la importancia relativa de la industria manufacturera en el producto en términos reales pasó de un mínimo de 15.4% en 2002 a un máximo de 16.8% en 2004 (en parte, reflejo de la devaluación y el resultante cambio de precios relativos, como sugiere la serie a precios corrientes) para luego descender a niveles cercanos al 16% -por debajo del promedio de 17.3% en el período previo a la crisis (1993-1999) y, si corregimos por la caída cíclica en 2009 fruto de la Gran Recesión global, con tendencia negativa.
***********
Cuadro 2bis Composición del PIB por sector en Chile y México, 1996-2011
(a precios constantes de 1993)
Valor agregado del sector manufacturero en el PIB
(en dólares corrientes)
Nota: *Datos disponibles al primer trimestre de 2012.
El primer cuadro muestra que entre 1996 y 2012 la importancia relativa de la industria manufacturera en el producto en términos reales pasó de un mínimo de 15.4% en 2002 a un máximo de 16.8% en 2004 (en parte, reflejo de la devaluación y el resultante cambio de precios relativos, como sugiere la serie a precios corrientes) para luego descender a niveles cercanos al 16% -por debajo del promedio de 17.3% en el período previo a la crisis (1993-1999) y, si corregimos por la caída cíclica en 2009 fruto de la Gran Recesión global, con tendencia negativa.
Las “leyes industriales” y el sesgo proteccionista de este gobierno parecen entonces haber tenido cierto resultado positivo, a pesar de la restricciones institucionales heredadas de la convertibilidad. La cuestión que queda planteada es en qué medida una profundización de la industrialización no debería realizarse a costa de los salarios de los trabajadores, dada la tendencia a la baja de los precios internacionales de los bienes industriales. Se propone leer este artículo en relación de diálogo-debate con el texto de Germán Herrera y Andrés Tavosnanska “Una década de expansión industrial en la Argentina”, incluido en esta misma publicación.

¿De qué hablamos cuando hablamos de industrialización en la Argentina de la post-convertibilidad? ¿Qué ha ocurrido con la industria manufacturera y, más en general, con la estructura productiva argentina en las últimas décadas?
Como un primer intento de ordenar un debate complejo y politizado, presentamos 9 cuadros simples que ofrece un pantallazo a tres aspectos esenciales a la hora de contestar estas preguntas: participación de la industria en el PIB, en la creación de empleo y en las exportaciones, desde una perspectiva histórica y regional. En el proceso, indagamos sobre las tendencias recientes en la formalización, y costos del trabajo industrial. En un trabajo más amplio en preparación, indagamos también en la evolución comparada de la productividad industrial. Veamos.
Participación de la industria manufacturera en el PIB, 1993-2012
(en pesos corrientes y pesos de 1993)

Nota: *Datos disponibles al primer trimestre de 2012.
El primer cuadro muestra que entre 1996 y 2012 la importancia relativa de la industria manufacturera en el producto en términos reales pasó de un mínimo de 15.4% en 2002 a un máximo de 16.8% en 2004 (en parte, reflejo de la devaluación y el resultante cambio de precios relativos, como sugiere la serie a precios corrientes) para luego descender a niveles cercanos al 16% -por debajo del promedio de 17.3% en el período previo a la crisis (1993-1999) y, si corregimos por la caída cíclica en 2009 fruto de la Gran Recesión global, con tendencia negativa.
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Cuadro 2bis Composición del PIB por sector en Chile y México, 1996-2011
(a precios constantes de 1993)

Valor agregado del sector manufacturero en el PIB
(en dólares corrientes)

Nota: *Datos disponibles al primer trimestre de 2012.
El primer cuadro muestra que entre 1996 y 2012 la importancia relativa de la industria manufacturera en el producto en términos reales pasó de un mínimo de 15.4% en 2002 a un máximo de 16.8% en 2004 (en parte, reflejo de la devaluación y el resultante cambio de precios relativos, como sugiere la serie a precios corrientes) para luego descender a niveles cercanos al 16% -por debajo del promedio de 17.3% en el período previo a la crisis (1993-1999) y, si corregimos por la caída cíclica en 2009 fruto de la Gran Recesión global, con tendencia negativa.