
A lo largo de esta semana se desarrolló el tradicional concurso de robótica en la Facultad de Ingeniería, donde compitieron unas 300 personas de todas las edades y partes del país
La robótica no es cuestión de edades o formación, ni siquiera de acceso a la tecnología. Así lo demostró una nueva edición de Sumo.uy, las jornadas de competencia de robots que organiza todos los años la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República.

Unos 300 competidores de todas partes del país y otros 1.000 espectadores participaron desde el lunes hasta este viernes en lo que son el XI Campeonato de Sumo Robótica y el VI Concurso de Robótica.



Se trata de las tradicionales luchas y demostraciones de robots, junto con talleres, charlas y exposiciones. También en simultáneo se organizó la XL Conferencia Latinoamericana en Informática.

Las categorías y sus condiciones son variadas, pero hay dos características que se repiten: se tratan de robots que resuelven problemas concretos y que son autónomos, es decir, son programados para realizar dichas tareas.

Por ende, en el momento de la competencia, no hay gente controlándolos de forma remota. Sus creadores deben indicarles qué hacer con código antes de entrar al ring o a la cancha.

De todas las categorías el sumo de robots es la estrella. Como en el deporte, las máquinas deben empujar a sus oponentes para afuera del dojo y así ganar el combate. Pero hay otras competencias, como la que recrea una pequeña ciudad, donde los robots deben circular respetando las señales del tránsito y completar el recorrido en el menor tiempo posible.

Andrés Borges estudia en el Liceo José Alonso y Trelles, de Tala, cursa sexto año de ingeniería y con su grupo participa en la categoría Avanzada.
“El año pasado con la profesora de informática empezamos un proyecto de robótica y este año es la segunda vez que participamos”.
“Lo que más me gusta es la mecánica y la electrónica pero la parte de programación y lógica también está buena”.
Otra plantea el problema de una granja donde hubo una tormenta que tiró varios árboles. Los androides deben circular por sobre una línea e ir moviendo los cubos que representan a esos troncos caídos.

Belén González es estudiante del liceo N°1 de San Carlos, Maldonado.
Contó que después del horario del liceo se juntaban en la biblioteca para idear el robot. “De a poco nos dimos cuenta que algunos tenían más habilidades para ciertas tareas, como armado o programación”.
En el video, entre los robots creados por escolares, liceales, universitarios, profesionales y aficionados se puede ver la creación de Pedro Sales, por ejemplo. Hace 2 meses, el adolescente integró un equipo junto con Joaquim Silveira que salió campeón en el mundial de robótica Robocup, desarrollado en Brasil tras finalizar el Mundial FIFA de fútbol.









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