
Admítilo ¿Qué es lo primero que buscarías si tuvieras que disfrazarte de aguerrido vikingo? En efecto, un casco con cuernos. La imaginería del cine y la televisión nos ha vendido durante años una imagen incorrecta, perfilando una iconografía de la que ya no podemos desprendernos. Pero los historiadores noruegos nos advierten: a los vikingos jamás se les pasó por la cabeza decorar sus cascos con cuernos. Es más ¿por qué habrían de hacerlo?

Los vikingos y sus humildes cascos de cuero
Ni siquiera solían llevar cascos de metal. La genuina vestimenta vikinga siempre hubo de prescindir al máximo posible del metal porque era algo demasiado costoso. En aquella época una espada forjada en metal valía tanto como una casa, así que, en su vida diaria, tanto para las cacerías como para las batallas, se servían de los arcos y las flechas, de las lanzas y de las hachas de . Ingeniería bien afilada con la que adquirieron rápida fama como salvajes y sanguinarios.

Pero entonces ¿de dónde viene esta imagen tan clásica de los vikingos sujetando sobre sus cabezas impresionantes cascos metálicos con cuernos? Las fuentes en las que toma sus raíces esta decoración tiene en verdad dos vertientes.
La primera tiene su origen en la legendaria y épica obra del siglo VIII, ‘La Saga de Frithiof’ del 1820, donde Gustav Malstrom deseó ofrecer una imagen lo más violenta posible de los vikingos, de ahí que los coronara con un par de llamativos cuernos a cada lado de la cabeza.
La segunda fuente es sin duda la que más peso ha tenido a lo largo de la historia. Estamos hablando claro está de Richard Wagner, y sus cuatro famosas óperas, las que componen “El anillo del Nivelungo”.
En “La Valquiria” (1870) y en “El ocaso de los dioses”, ya podíamos ver esas impactantes imágenes donde a Sigfrido –el bueno de la obra- llevaba un casco con alas. Mientras Hagen –su antagonista- lucía dos llamativos cuernos.

Con el tiempo, lo que quedó en la imagen popular fue ésta última. Ya no importaba si eran buenos malos, hombres o mujeres… todo vikingo que se preciase estaba obligado a llevar sobre su cabeza dicho casco.
Otra curiosidad sobre la cultura escandinava y la figura de los vikingos, era el hecho de que toda realeza o personajes de renombre dentro de sus sociedades, solía vestir rigurosamente de azul o rojo. ¿Y por qué? Te preguntarás. Porque el rojo y el azul eran signos de riqueza al ser muy difíciles de conseguir y de elaborar; un proceso complejo que requería de unas técnicas específicas.
Dichas técnicas, por si deseas conocerlas, se basaban en obtener el azul mediante el hervido de orina humana. Pero eso sí, debía ser hombre y haber estado tres días bebiendo alcohol. La tela se hervía con ella añadiendo una serie de tinturas para asentar el tono azulón.
