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Antoine de Saint-Exupéry, un genio sensible y audaz!








Hace 70 años desapareció, en el aire, el escritor Antoine de Saint-Exupéry. Desapareció, sin dejar huella, al igual que el personaje principal de su libro más conocido, El Principito. Aunque a diferencia del pequeño príncipe de cabello rubio y desordenado, el cuerpo de Saint-Exupéry fue hallado varios días después al este del archipiélago Frioul al sur de Marsella y enterrado en Carqueiranne en septiembre de 1944. Al momento de su muerte, el escritor y aviador francés tenía 44 años, había publicado cinco novelas y solo una de carácter infantil un año antes, –El Principito (Le Petit Prince)- de la que nunca alcanzó a recibir regalías ni reconocimiento alguno. -


El Principito es un gran conocido de todos, no por nada es uno de los libros más leídos, además de ser el libro francés más traducido en el mundo hasta hoy. Y su nombre se asocia de inmediato al de Antoine de Saint-Exupéry, lo que no ocurre con los otros libros del autor -El aviador, Correo del sur, Tierra de hombres, Vuelo nocturno y Piloto de guerra- que tuvieron un gran éxito de ventas, aunque no llegaron al Olimpo como su famosa novela infantil. Estas anteriores novelas tienen historias de vuelos y de pilotos, y rescatan el romanticismo y el espíritu heroico de la profesión de aviador, así como también dan rienda suelta al carácter soñador de su autor: un piloto propenso a sufrir accidentes y a buscar nuevas experiencias, con fama de descuidado y aventurero, y al que sus amigos llamaban cariñosamente Saint-Ex. “El hombre se descubre cuando se mide contra el obstáculo”, escribió en Tierra de hombres, un libro lleno de experiencias de aviación y de reflexiones de vida, que publicó en 1939 inspirado por El espejo del mar de Joseph Conrad, y que hoy se lee como un acercamiento a los pensamientos y enseñanzas que aparecerían, años después, en su obra más conocida. -










Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, 1900) no fue un alumno destacado en su juventud. Fracasó en la escuela naval, luego estudió artes y arquitectura, y finalmente se hizo piloto tras realizar el servicio militar. De ahí inició una carrera transportando correo por distintos lugares: de Toulouse a Senegal y también desde y hacia Sudamérica con la compañía Aéropostale, que lo nombra director de su filial en Buenos Aires. En Argentina conoce a su mujer, la escritora salvadoreña Consuelo Suncín, y tras el quiebre de la empresa de correos, Saint-Exupéry –un observador prodigioso- se dedica casi en exclusivo a la escritura y al periodismo.

En Nueva York Saint-Exupéry se enfrasca en escribir un libro para niños. La sugerencia vino de la esposa de su editor, quien veía necesario competir con Mary Poppins.

Sus viajes como aviador serán cada vez menos frecuentes, aunque no por eso menos famosos y accidentados. Como cuando en 1935, tratando de batir un récord de velocidad, desde París a Saigón, sufrió –junto a su compañero de vuelo- un accidente en el Sahara, que lo hizo ver espejismos y alucinaciones por la deshidratación y lo tuvo al borde de la muerte. Este accidente aparece en detalle en Tierra de hombres y también es mencionado en el comienzo de El Principito, cuando el narrador queda tirado en el desierto del Sahara por una avería en el motor de su avión.

En 1940 luego del armisticio entre Francia y Alemania, Saint-Exupéry se exilia en Estados Unidos con la idea de convencer al gobierno norteamericano de apoyar a Francia en contra de los nazis alemanes. Y es en Nueva York donde –por insistencia de su amiga Elizabeth Reynal- se enfrasca en la idea de escribir un libro para niños. La sugerencia venía de la esposa de su editor, quien veía necesario competir con las nuevas series de historias de Mary Poppins escritas por P.L. Travers, además de sacar a Saint-Exupéry del estrés en el que había caído tras su salida de Francia. Antoine de Saint-Exupéry escribió e ilustró con acuarela el libro en 1942 –alimentado por huevos revueltos, muffins inglés, gin tonics y cigarrillos- y entregó los manuscritos a su editor en una bolsa de papel café no sin antes advertirle: “Quiero entregarle algo espléndido. Pero es todo lo que tengo”. El libro apareció publicado por Reynal & Hitchcock, en inglés y francés, al año siguiente.







Pocos meses después de la publicación de El Principito en Estados Unidos (en Francia debió ser publicado oficialmente en 1946, después de su liberación de Alemania), Saint-Exupéry fue llamado a una misión militar de las Fuerzas Francesas Libres. Su salud estaba muy deteriorada a raíz de los anteriores accidentes aéreos que había sufrido y su mujer trató de persuadirlo para que se quedara en Estados Unidos. Pero Saint-Exupéry quiso retomar su carrera de piloto y aceptó esta misión de reconocimiento que buscaba obtener información sobre los movimientos de las tropas alemanas en el valle del Ródano y sus alrededores antes de la invasión aliada del sur de Francia.

En la noche del 31 de julio de 1944, su avión, un P-38, desapareció en el aire. El cuerpo de Antoine de Saint-Exupéry fue encontrado unos días después. Los restos del avión serían encontrados recién en el año 2000 cuando el nombre de Saint-Exupéry ya era conocido en el mundo entero y su frase más famosa –“Lo esencial es invisible a los ojos”- ya había aparecido en más de 250 idiomas y dialectos.










El principito, publicado en 1943....


algunas frases.








Puede parecer un libro infantil por la forma en la que está escrito y por la historia en un principio simple, pero en realidad el libro es una metáfora en el que se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor.








“Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan.)”
Fuente: Dedicatoria




“Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.”
Fuente: Capítulo I








“Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.”
Fuente: Capítulo II



“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.”
Fuente: Capítulo III






“Pero nosotros, que comprendemos la vida, nos burlamos de los números.”
Fuente: Capítulo IV



“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle.”
Fuente: Capítulo IV.






“Es una cuestión de disciplina, - me decía más tarde el Principito -. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta.”
Fuente: Capítulo V



“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!.”



“Es tan misterioso el país de las lágrimas…”
Fuente: Capítulo VII





“No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello.”
Fuente: Capítulo VIII






“Si yo ordenara -decía frecuentemente-, si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía”.
Fuente: Capítulo X





“Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar.”
Fuente: Capítulo X




“Bebo para olvidar que soy un borracho”



“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.”



“Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo”







“Los hombres ocupan muy poco lugar sobre la Tierra… Las personas mayores no les creerán, seguramente, pues siempre se imaginan que ocupan mucho sitio.”



“No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.”



“Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.”



“Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es
bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.”



“Sólo se conocen bien las cosas que se domestican”



“No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.







“Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…”



“Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido”



“¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?
-Me sirve para ser rico.
-¿Y de qué te sirve ser rico?
-Me sirve para comprar más estrellas.”




“Me creía rico con una flor única y resulta que no tengo más que una rosa ordinaria”
Fuente: Dialogo entre el Principito y el zorro



“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”



“Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso”



“Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran…”