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La situación actual

En agosto volvió para quedarse la inestabilidad económica.

1.se incrementó el dólar paralelo,
2.resurgieron los negocios especulativos por la brecha del 70% entre el oficial 8.40 y el paralelo 14.20,
3.se recalentó la demanda de dólares oficiales (turismo al exterior y atesoramiento para ahorro que administra la AFIP),
4.el Banco Central tuvo que vender dólares,
5.cayeron las reservas,
6.fue récord la emisión de moneda para el Tesoro
7.rebotó la inflación.


Por lo tanto, y por las razones que comentaremos mí adelante

•la inestabilidad estará instalada el año y pico que queda por delante.
•el descontrol fiscal es alocado totalmente y arrastra a la política monetaria del Banco Central
•la devaluación de enero seguramente no será la única bajo esta administración.

•El nivel de actividad ni el salario real volverán a subir y habrá más conflictividad social.



El gráfico muestra claramente que el crecimiento del gasto público del 45% en 2014 arrastra la inflación al 40%, obliga a devaluar hasta un 50%, a emitir moneda 39% mas que el año anterior y los salarios solo crecen 33% lo cual es una caída concreta y real del poder adquisitivo en términos reales. Con los números en la mano, no hay discusión posible.


Que es lo que ocurre

Los tiempos se aceleran. Las medidas del gobierno son cada vez menos eficientes. En este contexto, un año puede significar mucho tiempo.

Todos estos movimientos se dan en el marco de una contracción económica que no se puede negar. Es el inicio de un período de inestabilidad crónica que durará hasta el fin del mandato de Cristina Fernández, que no tendrá una crisis terminal y será manejado a prueba y error como siempre, durante todos los restantes días de su mandato.

La actual administración reconoce mediante sus voceros económicos (ver Página 12 del 14 de septiembre) una coyuntura económica con varios frentes para defender a la vez, y busca mostrar decisión de responder en todos ellos al mismo tiempo:

1.en el de la deuda externa
2.en la promulgación de una Ley de Pago Soberano;
3.en la reactivación del consumo interno (Plan Ahora 12 y Pro.Cre.Auto);
4.en la disputa por las divisas de la balanza comercial (importaciones de la industria automotriz).

A ello se sumará esta semana la votación en el Congreso del paquete de leyes que regulará, o al menos declamará regular la relación entre producción y consumo.

Reconocen estar luchando en varios frentes al mismo tiempo y admiten con alarma que no es lo que aconseja el sentido común, pero para esta administración ya no hay alternativas.

El objetivo para ellos es preservar una política de inclusión amenazada por supuestas conjuras de quienes quieren hacerla estallar. El objetivo que persigue, oficialmente manifestado por uno de los voceros informales de la administración económica un tal Lic. Alfredo Zaiat, si lo logran, sería poder salir de la trampa tendida por quienes persiguen el desorden económico, la aceleración de precios y una mayor conflictividad social” para transitar 2015 con la situación económica controlada.

La inmovilidad, en cambio, equivaldría a quedar sometidos a una dinámica de desgaste impulsada por los empresarios y el sindicalismo opositor ambos destituyente.

El párrafo anterior fue publicado en el periódico oficial Página 12 del 14 de septiembre y es el mensaje a sus tropas.


Deuda y fondos buitre

La actual administración supone haber logrado un éxito político resonante en la ONU anunciando un respaldo abrumador que obtuvo su propuesta de discutir una convención internacional para regular las reestructuraciones de deuda soberana, impidiendo el bloqueo de parte de un puñado minoritario pero poderoso de capitales especulativos de alto riesgo.
Según ellos los únicos que se opusieron fueron los países que comulgan con los centros de negocios vinculados al bloque de poder financiero mundial (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Japón) y algunos, muy pocos, de sus principales socios políticos. Eso dicen Horacio Verbitsky, el vocero político.

Esta votación, carente de todo valor práctico inmediato continuaría con un encadenamiento con los improbables pronunciamientos que antes de fin de año puedan darse en la cumbre de presidentes de la Unasur prevista para noviembre en Montevideo. El peculiar mandatario venezolano, Nicolás Maduro, anticipó el jueves último, que “la necesidad es asumir una postura de mayor beligerancia, iniciativa y acción en defensa de Argentina ante la agresión de los fondos buitre (...), un nuevo modelo de sometimiento a través de la deuda que se está ensayando, pero no sólo contra Argentina”.

En ese marco, el gobierno argentino puso en vigencia en la última semana un mecanismo de sustitución destinado al fracaso para dar respuesta a la obligación de pago con los bonistas del canje, teniendo en cuenta el bloqueo del juez Thomas Griesa a la vía de liquidación prevista en los contratos de deuda vigentes.

Abrió una nueva ventanilla de pago para el próximo vencimiento del 30 de septiembre.
La postura oficial cuestiona la resolución del juez neoyorquino y a la vez ratifica la voluntad de pago en los términos del canje de 2005. Siguiendo una misma línea estratégica desde que la Justicia norteamericana le dio la espalda, la administración busca asociarse a la suerte de los bonistas, reclamando también de éstos una actitud de acompañamiento.


Ejercicios de reanimación

La administración atribuye a la falta de resolución del conflicto con los holdouts la causa de todos los males actuales, y en el plano local se siguen poniendo en marcha distintas nuevas formas de prueba y error sin planeamiento para contrarrestar el impacto negativo que viene desde el exterior, y no sólo por “el problema buitre”.
El lanzamiento del programa de financiamiento en doce cuotas, sin interés, para la compra de bienes de consumo durables es una respuesta para estimular el gasto privado proponiendo otra vez –como a lo largo de este ciclo iniciado en 2003– al consumo como motor de impulso al crecimiento económico.

Es una extraña afición a tomar las mismas acciones esperando resultados diferentes, que siempre fueron fracasos sin excepción.

El diagnóstico a partir del cual se espera una reacción favorable y consistente al programa Ahora 12 les parece impecable: según ellos el freno al crecimiento económico se explica, en parte, por el temor de las familias a quedar enganchadas” en un crédito a tasas altas en un clima de incertidumbre (léase: inflación esperada elevada y dólar amenazante), por la compra de un producto muy encarecido.

Si el nuevo plan ofrece precios accesibles, aquellas expectativas “alcistas” jugarían a favor de la decisión de comprar en cuotas fijas y sin interés. Resulta hasta gracioso imaginar cuál será la respuesta de la oferta. Si fuera similar a la de las automotrices, que retacearon las unidades frente al programa Pro.Cre.Auto, se habrá escrito una nueva página del monumental Manual de Prueba y Error del actual ministro de economía.

Las necesidades imperiosas de los sectores fabricantes (textiles, electrodomésticos, pequeños rodados) hace suponer que tratarán de vender, obviamente (la administración tergiversa en…dejarán de boicotearnos…)

La actual administración económica supone que las automotrices tuvieron maravillosas condiciones en estos años, que el beneficiario y perjudicaron a todos los demás:

•altos beneficios a nivel de terminales,
•escaso desarrollo de proveedores locales y,
•con un altísimo costo para el país en materia de divisas, por una balanza neta negativa (importa más de lo que exporta).

Lo extraño resulta que no se hablara de ello durante el proceso…

Intrigante el razonamiento por la respuesta a un programa que supuestamente beneficia al sector maligno, promoviendo las ventas domésticas, que según Kicillof fue otra: el boicot por parte de las terminales retaceando la oferta de autos.

Suponen, en paso de baile, que la razón de tal actitud fue presionar para que el Gobierno les cediera las divisas que reclaman para importar. La última respuesta que les dieron es que habrá un cupo de dólares para importar piezas, pero no para unidades terminadas. Un ordenamiento que llega para resolver muy tardíamente lo que no se corrigió, en diez años estructuralmente.
Cuentas Públicas

El gobierno afirma que desde 2007 y hasta noviembre de 2011 los privados arrasaron con unos 80 mil millones de dólares del Banco Central (se supone que algo pudieron haber hecho para evitarlo, si fuera precios el dato).

Se establecieron límites a esa pérdida de reservas (afirman) pero que no pudieron detener la caída aunque evitó el saqueo total, no obstante la corrida se reconfiguró como una intensa presión en el mercado cambiario vía el denominado paralelo. (Todo esto ante la atenta mirada de los sucesivos ministros y su Jefe de Estado).

Se redujeron al mínimo los dólares de la reserva y se amplió a niveles exóticos la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Según el ministro el objetivo es: conseguir una brusca devaluación, que supone acertadamente es regresiva en términos económicos, sociales y políticos, aun mayores a los que él mismo provocó con su incompetencia.

Luego de insistir mucho, los conspiradores lo lograron en enero, pero ahora irían por una segunda versión. Conocer el libreto de la primera debería servir para no tener el mismo desenlace, si los responsables de la política económica fueran gente con menos ideología y más experiencia.

Es interesantísimo un pequeño aunque imperdible segmento del relato oficial: hubo una denuncia penal de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) que permitió conocer cómo fueron las maniobras que desembocaron en esa devaluación.

Según Kicillof los participantes de la actividad financiera invierten motivados por incentivos provenientes de la economía (sic). No hay otra forma conocida excepto en el comunismo ortodoxo.
La especulación – según Kicillof - sería un juego equitativo y transparente donde triunfa el más hábil en el aprovechamiento de las tendencias de los mercados. Según ellos esto es estudiado como verdad absoluta en las universidades y difundida diariamente por los propios financistas a través de un nutrido elenco de economistas y analistas en medios de comunicación.

Y en todo caso es muy cierto e inapelable desde la caída de la URSS y la desaparición del comunismo.

Según ha dicho públicamente Kicillof, hay antecedentes locales e internacionales relatados en crónicas, libros y películas (¡), con sus respectivas investigaciones de los organismos públicos de control y fallos judiciales, que revelan que una característica propia del funcionamiento de los mercados financieros es el fraude y la organización como cartel de grandes operadores, con consecuencias perturbadoras sobre la estabilidad económica y social.

Esto al menos suena discurso de Centro de Estudiantes no Graduados.


Según quienes nos gobiernan, no existe ese mercado libre idílico de los textos académicos con transparencia en el acceso de la información, sino grupos financieros concentrados que ejercen una posición dominante, y que tienen el poder suficiente de alimentar comportamientos de manada y exigir al poder político salvatajes para las debacles que ellos mismos provocan (nunca el Gobierno por cierto) o normas de desregulación para seguir expandiendo sus negocios.

Los gobiernos son impotentes para ejercer con relativa autonomía sus políticas porque los necesitan en una economía dominada por las finanzas globales, y cuando alguno intenta desafiarlos en alguna circunstancia, reciben como respuesta un castigo financiero que tiene diversas expresiones.

Por lo tanto Cristina Fernández es una víctima del Instituto Argentino de Finanzas, de los exportadores y de la UIA, las que no supieron, no quisieron o no pudo manejar.

Dice Kicillof que conocer cuáles son las características del mercado financiero y cómo se mueven como manada es fundamental para comprender los movimientos de una variable clave: el dólar.
Dice que en estos meses ha habido una renovada tensión en la plaza en sus varias cotizaciones (oficial, contado con liquidación, dólar Bolsa y mercado paralelo o libre) a partir de la incertidumbre que provocó la orden del juez Thomas Griesa de bloquear el cobro a bonistas del canje para cumplir con el fallo a los fondos buitre.

El relato detallado de la presentación judicial es un cuento financiero con día, hora, entidad y empresa de cada operación (por supuesto el Ministro no específica en absoluto nombres) cuyo desenlace fue la brusca devaluación del 23 de enero pasado.

Las causas para montar una corrida cambiaria – naturalmente - están vinculadas a un contexto destituyente.

En ese caso – dice - fue por la escasez de divisas por la restricción externa, pero agudizada por la retención en la liquidación de dólares por parte del complejo agrario exportador estando todos de acuerdo para destituir a la presidenta.

La reiteración de esa conducta actualiza la necesidad de crear un organismo estatal para la comercialización externa de la cosecha, que conviviría con las multinacionales.

El ministro insiste en que la acumulación de silos bolsas con 25 a 27 millones de toneladas de soja, equivalentes a poco más de 10 mil millones de dólares, es utilizado por los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica para que continúen provocando todos los males posibles, desde

•la aceleración de la inflación,

•el default,

•a inminencia de otra fuerte devaluación,

•el desempleo

•y el desborde fiscal y monetario.

Insiste el ministro por ejemplo, que desde la primera semana de agosto hubo un permanente mensaje de las consultoras de la city en cuanto a que se estaban acelerando los aumentos de precios.

Sin embargo el índice del organismo estadístico de la Ciudad de Buenos Aires arrojó una variación de 2,3 por ciento, una décima más que el mes anterior, mientras que la canasta básica alimentaria para la Ciudad elaborado por la liberal FIEL mostró un aumento de l 0,4 por ciento.
El Indec informó que el índice de agosto fue 1,3 por ciento, una décima menos que el mes anterior. Como lo importante es la percepción y no las cifras, ahora dicen que en septiembre habrá una aceleración en el alza de precios.

Según la actual administración hay un informe de la Procelac, elaborado por el área Fraudes Económicos que denuncia que los bancos Galicia, HSBC, Citi y BBVA-Francés, en la posición compradora, y los bancos Provincia de Córdoba, BNP Paribas y JP Morgan Chase, en la vendedora, “realizaron operaciones especulativas en los mercados de cambios de divisas generando una alza de la cotización del dólar con el propósito de provocar la devaluación del tipo de cambio y la destitución del gobierno”.

Afirmaciones sorprendentes para personas en cargos públicos de responsabilidad.
Según el informe esos movimientos cambiarios reportaron ganancias importantes a esas entidades.

Dice que en enero de este año el Citi se destacó como la segunda entidad financiera con mayor ganancia por diferencia de cotización, al obtener 733 millones de pesos. Si el ranking se realizara en función de la participación de esta ganancia en el activo neteado, el Citi lo lideraría con un 31,6 por ciento, casi duplicando a la entidad siguiente.

Por su parte, el BBVA-Francés acumuló una ganancia por el mismo concepto de 584 millones de pesos; el HSBC, de 356 millones; el Galicia, 51 millones; el Banco de la Provincia de Córdoba, 50 millones; el JP Morgan, 92 millones; y el BNP Paribas contabilizó una rentabilidad por la devaluación de 198 millones de pesos.

El informe de la administración actual indica que “esta información refleja de qué manera el mercado de divisas es objeto de manipulaciones o ataques especulativos por actores que detentan un alto poder económico como principales operadores en la compraventa de dólares del mercado”.

Para concluir con que “los delitos económicos se realizan por personas o instituciones con respetabilidad social, no visualizados como los típicos ‘delincuentes’, y su accionar es a lo sumo considerado como avivadas más que como delitos. En el presente caso, los hechos de manipulación de la divisa mediante una presunta coalición bancaria y empresarial provocaron un daño al bien jurídico orden económico tutelado por el Código Penal”.

En todo caso, si esta fantasía fuera cierta, la administración no administra sino que se limita a observar los hechos, y denunciarlos una vez consumados.


Lo más reciente


Ahora la actual administración lucha para institucionalizar el modelo político y económico antes de irse con medidas como


•la moratoria previsional,

•las normas sobre abastecimiento,

•la Ley de Pago Soberano de la deuda pública

•el tipo de cambio,

•los precios,

•los salarios,


Los tiempos se aceleran. Las medidas del gobierno son cada vez menos eficientes.

El período actual es de inestabilidad crónica, no de colapso. Todavía hay margen para medidas paliativas para seguir en esta peligrosa senda aunque cada vez por lapsos más cortos.

Hasta diciembre de 2015 – como se ha señalado - transitaremos inestabilidad con medidas puntuales, como siempre de prueba y error desprolijos, cosméticos y para salir del paso.

Por ejemplo, la reciente imposición a los bancos para que disminuyan sus tenencias de activos en dólares, es un parche que puede tener algún mínimo impacto sobre el tipo de cambio en el cortísimo plazo, aunque parece muy improbable considerando la cotización del lunes 15 de septiembre.

Se suma a otros parches como más restricciones a la compra de dólares para turismo al exterior, el ingreso de algunos dólares frescos en el marco del acuerdo de obras de infraestructura con China y no mucho más.

Aunque la administración lo niegue, como es habitual, no pueden descartarse medidas cambiarias hechas y derechas (aceleración de las minidevaluaciones, otro salto como el de enero, experimentos informales de desdoblamientos, cualquier cosa en realidad.).

Una medida en proceso es el acceso del Banco Central a préstamos extraordinarios de otros bancos centrales para esconder por un tiempo la caída de las reservas.

Hay negociaciones para renovar una línea con el Banco de Francia y otra para iniciar con algún tramo de la línea del Banco del Pueblo de China por alrededor de US$ 700 / 800 millones antes de fin de año.

No es nada nuevo. El Banco Central ya recurrió a ella, en 2007 – 2008 y a fines de 2011. Tiene mucho sentido para enfrentar problemas de iliquidez puntuales y transitorios. No lo tiene para enjuagar problemas estructurales de insuficiencia de dólares y caída permanente de las reservas como el actual.

El nivel de las reservas del Banco Central y su composición empieza a ser una cuestión a monitorear con mucho cuidado. Agosto cerró con US$ 28.620 millones de reservas internacionales brutas.

Pero las reservas netas (los activos en dólares menos los pasivos en dólares del Banco Central como swaps, encajes de los bancos, etc.) son bastante menos, US$ 17.000 millones. Con un modelo de simulación con variables realistas y generosas para esta administración saliente, hasta diciembre de 2014, las reservas netas serían US$ 13.000 / 14.000 millones, parecidas al nivel de reservas netas con el que asumió Néstor Kirchner en mayo de 2003.

O sea…mucho no se ha avanzado.