La gigantesca campaña de prensa (y otra propaganda) de 1933 sobre «la gran hambruna» de Ucrania es, si nos fiamos de los fondos del Quai d'Orsay[1], un bulo lanzado, 1º, para preparar la «alianza» germano-polaca de enero de 1934 (Varsovia y Berlín intercambian cortesías a cuento de Ucrania, que el Reich promete a los polacos «a cambio del Corredor de Dantzig», superchería que Berlín ya había empleado en los años 20), y 2º, para impedir que se llevase a cabo la alianza franco-soviética que se va dibujando desde la vuelta de Herriot al puesto doble de Presidente del Consejo y Ministro de Asuntos Exteriores (junio-diciembre de 1932). Los fondos publicados por el Foreign Office «sobre Ucrania y la gran hambruna de 1932-1933» permiten una interpretación similar acerca del sentido de política exterior de la operación de propaganda de 1933[2]: el «memorando Moore Crosthwaite sobre la historia de Ucrania y sus relaciones con Polonia y Rusia, 11 de diciembre de 1933»[3] resulta tan claro como la correspondencia del Quai d'Orsay citada más adelante.
El Vaticano, que odia a Polonia, ciertamente católica, pero saqueadora de territorios alemanes, firma en julio de 1933 el Concordato del Reich, que prevé, entre otras cláusulas secretas, la ocupación común de Ucrania.
Se comprende así mejor el papel, particularmente activo, de la Curia romana y el empleo, en la operación ucraniana, de su instrumento favorito de la expansión alemana hacia el Este (en particular para el Anschluss y la liquidación de Checoslovaquia), el alemán de los Sudetes, además de cardenal arzobispo de Viena (1932), Innitzer[4].
La URSS padeció en 1932-1933 una seria escasez que condujo a un refuerzo estricto del racionamiento, pero no una hambruna ni, en cualquier caso, una hambruna de «seis millones de muertos», cifra (particularmente escandalosa en el plano metodológico) lanzada estos últimos años por el demógrafo Alain Blum, asunto que se examina más adelante (sobre el tratamiento universitario reciente del asunto en Francia, actualización en la 3ª parte de este informe).
Los desarrollos que vienen a continuación relativos a las ambiciones mostradas por el Reich en 1933 a propósito de Ucrania (programa de conquista anterior a 1914 y, por lo tanto, no específico del programa imperialista nazi[5]).
CAMPAÑA GERMANO-VATICANA Y UCRANIANA SOBRE LA HAMBRUNA EN UCRANIA, 1932-1933
Británicos y franceses no ven lo mismo que alemanes e italianos, hasta tal punto que, según exponen los defensores de la tesis de la hambruna, los primeros escogieron «no ver»[6] -una originalidad en la correspondencia diplomática de la que no debe existir ningún equivalente, por lo que he podido comprobar tras casi treinta años frecuentando regularmente dichos fondos.
FONDOS DEL FOREIGN OFFICE
URSS 1918-40, VOL. 1036, SITUACIÓN ECONÓMICA, 3 DE AGOSTO DE 1932-18 DE ENERO DE 1940, ARCHIVOS DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (MAE)
339 folios (clasificación por volumen, paginado) y ver infra la correspondencia de 1933 del coronel Mendras, agregado militar, fondos SHAT[7].
Copia del «corresponsal particular» en Berlín de artículos de Renaissance[8].
Copia del artículo de Renaissance 17 de agosto de 1932, «Hambruna y caos (Informes de Cónsules alemanes)», 4-7, 4 p. [Francia tiene una embajada en Moscú, al igual que Gran Bretaña, que también tiene un consulado en Leningrado[9], pero no múltiples consulados en la URSS, a la inversa que italianos y alemanes; así pues, las fuentes sobre la hambruna son germano-italianas y, como veremos, proceden de asociaciones ucranianas emigradas separatistas financiadas por el Reich, ucranianos emigrados, a veces desde antes de la guerra, etc., como atestiguan los correos del Quai d'Orsay citados más abajo].
Descripción apocalíptica de la «situación en la región meridional de Rusia.
Región de Jarkov.
[...] amenaza de hambruna [...] la situación del Donetz [...] es catastrófica [...] no hay jabón [...] La inestabilidad de la mano de obra detiene todos los trabajos productivos» 1. «La situación de los obreros e ingenieros alemanes es alarmante y suplican ser repatriados.» Idem en Odessa. «La mayor parte de los habitantes no tienen calzado; [...] Faltan productos en todas partes. [...] la cosecha se está haciendo mal», todo incluso agua, 3, y sq. «Los cónsules [alemanes] afirman que el Gobierno soviético, dentro de poco tiempo, será insolvente.» 4.
Copia del artículo de Renaissance del 16 de agosto de 1932, «Reclamación del Sr. Gosser al Intourist dos semanas en las cárceles del GPU», 4-7, 4 p.
Carta 171 de Dejean, embajador de Francia en Moscú[10], al Presidente del Consejo-Ministro de Asuntos Exteriores Édouard Herriot, Moscú, 13 de septiembre de 1932, 10, 2 p.
Sobre «la gravedad de la crisis alimenticia», 1, y estatuto privilegiado de los diplomáticos, trabajadores y periodistas extranjeros, 1-2.
Informes todos pintando una situación catastrófica.
Telegrama 971-2 de Beaumarchais, embajador en Roma, 11 de octubre de 1932, mimeografiado, 14-15.
Cf. mi «conversación» de hoy con «el Sr. Mussolini me ha dicho hoy que la situación económica de la URSS era inquietante: el plan quinquenal había fracasado notoriamente», etc. 1, sq.
Copia sin número de la carta de Dejean al Presidente del Consejo-Ministro de Asuntos Exteriores, Édouard Herriot, Moscú, 5 de diciembre de 1932, 18-21, 4 p.
«a.s. de la sed de divisas del Gobierno soviético»
Carta 1165 de André François-Poncet, embajador en Alemania[11], al Ministro de Asuntos Exteriores Paul-Boncour, Berlín, 22 de diciembre de 1932, 22-28, 7 p.
En la prensa alemana sobre Rusia (en itálica, nombres de los periódicos) «sólo se habla de crisis; crisis de la producción industrial y sobre todo agrícola, crisis de abastecimientos, crisis de provisiones en divisas, indispensables para los pagos de los pedidos realizados en el extranjero, crisis por fin (2) del propio ejército rojo. cf. Vossischezeitung, 3, Berliner Tageblatt, 3-4, sobre «revueltas crónicas [...] en Kubán», ya que «la resistencia de las poblaciones cosacas al sistema colectivo de explotación agraria [...] consiste en esa indolencia y no los pocos grupos de kulaks del Kubán o de otros lugares la cual es la enemiga verdadera del bolchevismo, al igual que lo había sido de cualquier forma de progreso en tiempos del régimen burgués.» 4, y sigue la letanía, 4 sq. cf. el Vossischezeitung[12], 5, Deutsche Allgemeine Zeitung, 5-6, en particular sobre crisis ejército rojo en el que «las corrientes llamadas "de oposición de derechas" han hecho progresos sensibles», pero «en la frontera manchú esta parte del ejército soviético, gracias a su alejamiento de Moscú, habrá podido librarse de cualquier contagio.»; el parecido con lo que dicen los diarios "el nacional", ntn24, el universal, el mercurio, el comercio y clarin sobre Venezuela es demasiado inquietante.
Confirmado por el agregado militar de la embajada Japón en Berlín «que, habiendo tenido la ocasión de atravesar Siberia, hace algunos meses, ha constatado entre las tropas rojas movilizadas [...] un estado de ánimo excelente e incluso, según su expresión, entusiasta.» 7, y misma confirmación sobre mal estado de ánimo ejército rojo en Europa (6) por un francés «que acaba de pasar unos días en Alemania y en el Este europeo [...].
Según dice, el ejército estaría en Rusia adquiriendo una importancia incesante y creciente» y «manifestaría tendencias más y más marcadas a adoptar la semblanza y sobre todo el estado de ánimo de una guardia pretoriana. La influencia de algunos de sus jefes tales como Vorochilov, Blücher, Tujachevski sería considerable y estaría causando inquietud al gobierno de Stalin. El descontento de la tropa debido a la insuficiencia del avituallamiento estaría agrandando la división que se ha abierto entre militares y civiles. [...]
Por otra parte, la misma persona me ha asegurado que las tendencias subversivas observadas en el Ejército Rojo estaban siendo animadas por la Reichswehr. Ésta inquieta por el aumento del movimiento comunista en Alemania, no vería con malos ojos que el Estado Mayor diese un golpe de Estado, que desembarazaría a Rusia del gobierno actual y de la influencia todopoderosa de la Internacional Comunista.»[13] Es conveniente mantener «las reservas» necesarias sobre «semejantes informaciones». 7
Carta 2 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 3 de enero de 1933, 1932-1934, 5 p.
«La crisis de abastecimiento en la URSS [...] cada vez más aguda», 1, disminución de entregas de cereales al Estado al 1 de noviembre de 1932, fijadas en 20,5 millones, solamente 11,4, 1; enormes exportaciones en 1930-31, por valor de 19,9 y 19,4% total de exportaciones, de donde «severas restricciones para el mercado interno.» en 1932, a la vez «un agravamiento del racionamiento de la población soviética» y «una considerable disminución de las exportaciones», 1,3 millones toneladas para 10 primeros meses de 1932, contra 4,2 millones para 10 primeros meses de 31, 2, cf. cifras detalladas, 2-3, resumiendo se trata de «un auténtico derrumbe, en particular para el trigo y la avena» excepto maíz, y en 1932, importación de cereales de 137 145 toneladas acelerada en septiembre-octubre cuando normalmente la exportación constituye «una aporte considerable para la balanza comercial soviética.», 3, y agravamiento del racionamiento de la población cf. ordenanzas de los 4 y 16 de diciembre de 1932, y población entregada al mercado libre en donde precios «exorbitantes», 4, y ordenanza 27 de diciembre aumentando «la presión de un sistema de control administrativo y policial cuyo objetivo confesado es evacuar de las ciudades a una parte de la población»: restablecimiento del sistema de «pasaportes individuales que había sido abolido al principio de la revolución en tanto que "método policíaco destinado a oprimir a las masas laboriosas".» sin duda la evacuación está teniendo lugar «en los campos de concentración del Norte de Rusia o en las vastas extensiones de Siberia.» 5 [Dejean no proporciona sobre este punto ninguna información].
Carta 17 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 17 de enero de 1933, 47-51, 9 p.
Dejean denuncia (siguiendo su costumbre) «las consecuencias funestas de una política desenfrenada de colectivización agrícola».
Carta 17 del embajador de Francia en Finlandia, Helsingfors, 11 de febrero de 1933, 60-61, 4 p.
Testimonio del ingeniero americano Henning Rowsing, «de origen sueco» de regreso a los Estados Unidos vía Escandinavia «tras dos años de estancia en Rusia», al periódico Hufvudstadsbladet, 1, sobre «la carencia de víveres y, en general, de los objetos necesarios para la existencia. [...] Sólo es barato de verdad el pan que, con pepinos y regado con kyass, constituye casi el único alimento del pueblo.» Carencia de tejidos y calzado; «mal estado de las líneas, carencia de locomotoras y vagones» y problema de alojamiento «en las (2) grandes ciudades cuya población ha aumentado mucho» 3,5 millones de habitantes en Leningrado, más en Moscú.
«[...] no puede negarse que el régimen no haya hecho en el país inapreciables progresos, concretamente desde el punto de vista de la instrucción pública. Las escuelas se han multiplicado. Hay pocos iletrados completos en la joven generación: los teatros y otros locales de ocio o arte están siempre llenos, y sorprenden por su brillo. Se han abierto numerosos baños públicos. La limpieza de las ciudades también ha mejorado mucho, pero los transportes públicos urbanos, al igual que los ferrocarriles, siguen dejando mucho que desear.
[...] el ingeniero americano ha parecido querer abstenerse de hacer cualquier enjuiciamiento al margen de la pura objetividad, y de naturaleza a prohibirle un eventual regreso al paraíso soviético. No tiene una palabra de conmiseración por los innumerables habitantes de las ciudades a los que la denegación de pasaporte convierte, ipso facto, en personas fuera de la ley. No dice (3) nada de los transportes hacia las regiones nórdicas de poblaciones enteras del Sur de Rusia, de esta mezcla sistemática de razas a la que parece dedicarse en este momento el Gobierno soviético, ni de la reanudación de la deportación de los campesinos de Ingria que inquieta e indigna desde hace algún tiempo a sus hermanos de Finlandia.» y «ninguna reflexión [...] tampoco» del periódico. 4.
Carta 75 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 15 de marzo de 1933, 46, 2 p.
Multiplicación de las colas en las grandes ciudades desde la apertura principios de marzo de 1933 de «tiendas» para la venta de pan y carne sin tarjeta alimenticia, a precios «cercanos a los del mercado libre», 1, «largos cortejos de 150 a 200 metros [...] desde las 5 de la madrugada.»
Pero la situación es mucho peor en Ucrania donde «reina actualmente la más espantosa escasez. Puede hablarse de auténtica hambruna en los distritos rurales. » Y de «penuria de los productos más esenciales» en grandes ciudades como Jarkov y Kiev. «Desde el otoño pasado, los precios del mercado libre han aumentado del 100 al 150%. [...] Incluso han sido señalados casos de canibalismo por los Consulados de Alemania e Italia.» 2.
Carta 93 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 12 de abril de 1933, 62-3, 3 p.
«Informes alarmantes» son enviados por los consulados alemanes «sobre la crisis alimenticia que reina en particular en Ucrania, en la cuenca del Volga y en el Norte-Cáucaso. Muchos distritos estarían sometidos a una auténtica hambruna.» «Abastecimiento cada vez más difícil» en Kiev, Jarkov, Odessa y penuria «incluso en los establecimientos del Torgsin» [de Estado] donde compras por oro, dinero y divisas. «Agotada por las privaciones y diezmada por la enfermedad, la población no manifestaría ningún signo de reacción.» Se constata en comparación una situación de «abundancia» en «Moscú y Leningrado» donde para «los obreros y empleados», 1, se mantienen «precios accesibles en las cooperativas». Pero los precios son exorbitantes para «cualquier cantidad suplementaria» al racionamiento. Y «reaparición del paro [...] desde hace algunos meses» con pérdida consecuente de la «tarjeta alimenticia». La prensa soviética es optimista. «Pero, según los informes circunstanciados recibidos por la Embajada de Alemania, el estado de los trabajos agrícolas sería lamentable, no sólo debido a la (2) desorganización de las explotaciones agrarias, sino también por el hecho de que no hay simiente, que la cantidad de caballos de labor ha disminuido de manera considerable y, por último, que en torno al 75% de los tractores están inutilizados» de ahí previsión de una cosecha «peor aún que la de 1932.»
Krestinski, comisario adjunto de Asuntos Exteriores, me ha dicho que iban «a enviar a los parques de tractores, al 60% de los jóvenes que seguían los cursos preparatorios par los exámenes diplomáticos y consulares. "Es que vivimos en tiempos de guerra", añadió este alto funcionario. Sin embargo, cabe dudar de que la ciencia marxista pueda sustituir la labor de los campesinos arrancados a sus explotaciones por la ofensiva desenfrenada de la colectivización.»[14] (3).
Carta 117 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 3 de mayo de 1933, 64-5, 3 p.
Extensión del sistema de pasaportes en la URSS, cf. detalles sobre la nueva ordenanza del 28 de abril extendiéndolo a una serie de ciudades (después de Moscú, Leningrado y Jarkov), «así como una zona de 100 km., considerada como zona de seguridad, a lo largo de la frontera occidental de la URSS. » 2.
Carta 459 de André Corbin, embajador en Londres, a Paul-Boncour, Londres, 25 de junio de 1933, 66, 2 p.
Publicación en el Times del 12 de junio de la carta de Sablin, presidente del comité de asistencia a los refugiados rusos, ex encargado de negocios de Rusia (zarista) en Londres, sobre «la hambruna [...] en Ucrania, en Armenia y otras provincias [...] amenaza ser más grave aún que en 1921»; pero no hay solicitud del gobierno soviético «de ayuda a Potencias extranjeras» puesto que sería una confesión pública «fracaso de su política agraria.» Y confirmado por carta de Kerensky de esta mañana, 1, «añadiendo algunos detalles», adjunto, carta de Kerensky, «The State of Russia».
«Oficina de prensa ucraniana en Bruselas», agosto de 1933, mimeografiado, 68 (partes en cursiva subrayadas en el texto).
[Las «fuentes» ucranianas separatistas sobre la «hambruna» citadas aquí y más abajo constituyeron lo esencial del material de los correos publicados del Foreign Office[15]]
«Ucrania bajo el yugo de Moscú»
«Los horrores de la hambruna de Ucrania», atroz «la miseria es tan grande que los hombres se comen a los hombres. Así nos lo ha arreglado el plan quinquenal.
La hambruna se debe a las acciones de los moscovitas», etc. «Los Soviets adoptan todas las medidas para arrebatar, manu militari, a los campesinos de Ucrania, los cereales, y enviarlos a Moscovia o al extranjero.» de ahí enorme solidaridad de los «ucranianos que están fuera de la URSS [...] Se han constituido comités de socorro en Lwow[16], Praga y otros lugares de Europa. El episcopado greco-católico ucraniano[17] dirige una carta a todas las personas de buena voluntad "para protestar contra el exterminio por los bolcheviques" de los pequeños y míseros, de los débiles y los inocentes", y para implorar ayuda para Ucrania. Se está organizando una Cruz Roja ucraniana, se contempla una ayuda internacional para Ucrania.»
Folleto de la Asociación Financiera Industrial y Comercial Rusa[18], 3, rue Nicolo, París, «Colectivización del pueblo[19] en la URSS», 69-83, 29 p.
Visión de horror, que concluye así: «Si el plan de los comunistas resulta realizable, Stalin obtendrá en forma de trigo el arma más potente para el ataque contra el mundo capitalista. » 29.
Telegrama 1472 de François-Poncet, embajador en Berlín, a Paul-Boncour, Berlín, 18 de agosto de 1933, 2 p., 84-85.
El Völkische Beobachter[20] del 18 de agosto publica «en primera página [...] fotografías que representan a súbditos rusos reducidos al estado de esqueletos» en un artículo titulado «Verdadera cara de la Rusia de los Soviets – de lo que Hitler ha "salvado" a Alemania.»
Más «un artículo» p. 1 «dedicado al infierno de la hambruna en la Rusia de los Soviets» glosa sobre hambruna peor que en 1921-22, y sobre el insoportable plan quinquenal y su fracaso en esta antiguo «granero de Europa», 1, etc.
Telegrama de Charles-Roux, embajador en la Santa Sede, muy confidencial, copia mimeografiada sin número, Roma, 25 de agosto de 1933, 86, 1 p.
Charles-Roux pidió explicaciones a Monseñor de Herbigny[21] sobre «el llamamiento» del cardenal arzobispo de Viena Innitzer «a la caridad pública para socorrer a las víctimas de la hambruna en Ucrania y el Cáucaso [...].
Los alemanes habrían sugerido al Papa que hiciese él mismo este llamamiento dirigiéndose a todo el mundo católico. El Soberano Pontífice se habría negado para no exponerse al reproche de hacer causa común con los hitlerianos contra el comunismo. Pero habría dado a los obispos libertad, en cada país, para actuar por su cuenta[22]. Entonces, en Alemania se habría organizado una empresa de auxilios materiales para los alemanes de Rusia; en Galitzia oriental, los polacos habrían hecho otro tanto para los ucranianos de Ucrania. Por último, el Cardenal Innitzer habría tomado, en Viena, la iniciativa menos limitada que acaba de anunciarse.
He preguntado a Monseñor de Herbigny si el Cardenal Innitzer había decidido actuar de acuerdo con la Santa Sede. Me ha contestado que no.
Esto me resulta difícilmente admisible. Me parece poco probable que un miembro del Sagrado Colegio se responsabilice de hacer un llamamiento a la caridad sugiriendo una organización internacional de ayuda a través de la Cruz Roja y aludiendo a condiciones que se presentarán al Gobierno ruso.»
Carta 335 de Charles-Roux al ministro de Asuntos Exteriores, Roma, 28 de agosto de 1933, 87-8, 3 p.
Artículo de Innitzer publicado en el Osservatore Romano[23] del 24 de agosto, y el Osservatore Romano del 23 de agosto «ya había dado noticias alarmantes sobre la hambruna en Rusia» con detalles sobre el canibalismo, etc. «Siempre según estas mismas informaciones» publicadas primero en el Écho de la Bourse de Bruselas, «impregnados de una cierta exageración, a juzgar por los interesantes informes de nuestro Embajador en Moscú, más de un tercio de la población de Ucrania habría sucumbido de hambre, y, para que los supervivientes pudiesen subsistir, del 15 al 20 por ciento de la población debería desaparecer también.»
Cf. glosa de Innitzer en su llamamiento sobre canibalismo, y llamamiento a la Cruz Roja internacional «pero [...] también dirigida a todos aquellos que están negociando hoy en día con vistas a establecer relaciones económicas con la Unión Soviética [...] con la finalidad de que se mantenga el principio de hacer depender estas negociaciones de un esclarecimiento (chiarificazione) general sobre la necesidad de socorrer a las distintas regiones de Rusia y la aceptación por parte de la Unión Soviética de la susodicha cláusula humanitaria."»
El Vaticano mantiene la tesis de su no iniciativa con Innitzer, pero Charles-Roux la considera «poco plausible»: Innitzer se ha «concertado al menos con la Santa Sede antes de emitir proposiciones tales como solicitar un "esclarecimiento general" sobre las causas y la extensión de la hambruna. Esto significa sin duda una "investigación general" sobre la situación económica de Rusia.» 2.
Resumiendo, «resulta verosímil que las nuevas precisiones que ha dado sobre la hambruna en Rusia, al igual también que las que aparecen en el Écho de la Bourse, en el Osservatore o en La Croix[24], han salido del servicio de Asuntos Rusos del Vaticano.»
PD. «La Croix del 22 de agosto, al publicar un breve resumen» del llamamiento de Innitzer, «había ofrecido esta información suplementaria que no figura en el diario pontifical: "el Cardenal Innitzer anuncia la creación en Viena de un comité de auxilio interprofesional bajo su patronazgo".» 3.
Agosto de 1933, «Nota sobre los caracteres generales y la actual situación de la economía soviética», mimeografiado, 89-150, 52 p. más tablas.
Telegrama de Roma Vaticano, 1 de septiembre de 1933, 1p. 151.
Acerca de Herbigny, etc. «el Sr. Charles-Roux piensa que el Cardenal de Viena ha actuado de acuerdo con la Santa Sede.»
Carta 267 de Charles Alphand, embajador en Moscú, a Paul-Boncour, Moscú, 13 de septiembre de 1933, 152-5, 7 p.
«Invitado oficialmente por el Gobierno soviético a participar en el viaje» de Herriot al Sur URSS, «seis días en Ucrania y Norte del Cáucaso [...].
Este viaje fue [...] la ocasión de las manifestaciones más halagüeñas para con Francia.» que ha recibido los aplausos unánimes de la muchedumbre soviética en todas partes, «sin observarse nunca una nota discordante.» 1 «El simple hecho de haberlas permitido o incluso provocado muestra la preocupación de los Gobernantes de recalcar su deseo de acercamiento a Francia.
Además de museos y monumentos antiguos, hemos visitado la mayor cantidad posible de fábricas y explotaciones agrícolas.» Alphand deslumbrado por «el Dnieprostroi» donde se encuentra desde este momento «la fábrica hidroeléctrica más importante de Europa. En una estepa rusa de hace cuatro años se alza hoy una ciudad de 150 000 habitantes, 40 000 de los cuales son obreros.» El embajador ofrece a continuación detalles de sus actividades; excepto para el aluminio (1/6 «del plan previsto»), las fábricas están aún en fase de equipamiento y la producción no alcanzará su «pleno rendimiento hasta dentro de tres o cuatro años, según los técnicos a los que me he podido acercar.» Visita de las fabricas panificadoras en Kiev, de turbinas y tractores en Jarkov, máquinas agrícolas, cf. cortadoras-trilladoras en Rostov, rodamientos de bola y motores en Moscú. «Al aproximar estas constataciones a las informaciones ya ofrecidas al Departamento sobre las formidables industrias del Ural (Magnitogorsk y Kuznietsk), los proyectos hidroeléctricos del Volga y Siberia, las fábricas de Gorki y Leningrado, vemos el enorme esfuerzo industrial del Gobierno de los Soviets. Habida cuenta de la situación particular de la URSS, único país del mundo que está en progresión, este desarrollo sólo puede perjudicar a las industrias (2) europeas cerrándoles el mercado ruso, ya que las facultades de absorción de este mercado son tan grandes que pasarán 50 o incluso 100 años antes de que los Soviets alcancen el nivel de prosperidad que les obligue a desviar al extranjero un excedente de producción que no absorberían ellos mismos.» Pero pervivencia de «un grave problema [...], el de los transportes»: insuficiencia de la «red ferroviaria y de carreteras [...]. Es por esta vía que podríamos contemplar una colaboración franco-soviética.
Al margen de la cuestión industrial, una impresión se desprende de un viaje por la URSS, la de un esfuerzo por la construcción de viviendas para una población que en diez años se aumenta de la población de Francia. En Moscú como en Leningrado se alzan a la vista grandes casas obreras casi en cada calle, pero el éxito mayor desde el punto de vista del urbanismo se está realizando en Jarkov, donde en cuatro años una ciudad entera de aspecto nítidamente americano ha sido edificada al lado de la ciudad antigua.
Por último, una de las partes más importantes de nuestra gira fue la visita de las organizaciones soviéticas en Ucrania y Norte del Cáucaso, el centro mismo de territorios donde, según las recientes campañas de prensa, reinaba una hambruna comparable a la de 1922.
Verá usted, me habían dicho, como en el último (3) momento esta parte del viaje será suprimida; no le guiarán a ese infierno de la miseria. Para poder reunirnos en Moscú con el Sr. Molotov, que se iba de permiso, se suprimió del programa la excursión de Crimea, que presentaba un carácter más particularmente turístico; el viaje a Ucrania se desarrolló con normalidad. Hemos atravesado de parte a parte, en ambos sentidos, en tren, este inmenso campo de cereales de cultivos ininterrumpidos hasta donde alcanza la vista, de humus negro y espeso, donde abonar resulta inútil. A 60 y 70 km. de las ciudades, hemos visitado koljozes y un sovjoz, y volvemos de allí con la impresión muy nítida de la falsedad de las noticias aireadas en la prensa y la convicción que yo esbozaba en mi correspondencia de una campaña inspirada por Alemania y los rusos blancos deseosos de oponerse al acercamiento franco-soviético.
Antes de recorrer ese país, he podido yo mismo hacerme eco de estos chismes propagados por los enemigos del régimen, tengo hoy en día la certeza de su exageración.
Sin duda, nos dirán, los eslavos, desde Potemkin[25], tienen un maravilloso sentido de la puesta en escena, sólo les han enseñado lo que querían que viesen, ¿cómo quiere usted, en una excursión de una semana, sin hablar ruso, darse cuenta del estado de una comarca de una extensión tan grande? Sin embargo, hemos mirado por las ventanas durante este trayecto de más de 3 000 km., no han podido trucar por completo a la población que nos ha parecido en mejor estado físico y de indumentaria que la de las ciudades del Norte de donde veníamos. Nuestro auto ha estado a punto de aplastar gallinas de más de cuatro meses; hemos percibido la extensión de esos campos que acaban de dar una cosecha que todos están de acuerdo en considerar excepcional. Si de verdad millones de hombres hubiesen (4) muerto de hambre en estas comarcas, los desgraciados se habrían comido sus gallinas antes de pensar en alimentarse con cadáveres. Se habrían necesitado millones de soldados para impedirles comerse las simientes.
¿Qué dicen sobre este tema las autoridades a las que hemos preguntado? El año pasado se produjo en efecto uno de los episodios más graves de la Revolución por la aplicación del régimen colectivista a la agricultura. En estas regiones particularmente ricas, hemos tenido que luchar contra los campesinos ricos que no cultivan ellos mismos sus tierras, sino que emplean asalariados; contra estos kulaks más o menos abiertamente apoyados por Alemania que dirigen en Ucrania su campaña separatista. Esperando graves disturbios, estos elementos contra-revolucionarios han intentado suscitar una huelga de brazos cruzados.
Esto se ha saldado con una disminución de la producción de cereales que, en un momento, ha amenazado seriamente Moscú y ha provocado no sólo graves dificultades en las regiones donde se había organizado el sabotaje de la cosecha, sino también la obligación de importantes restricciones en las distribuciones de víveres. Hemos pasado hambre, no cabe duda. Pero por una acción enérgica del poder central, acción combinada de la policía y elementos políticos comunistas, gracias a ciertas concesiones dadas al interés personal (propiedad de una vaca y productos de jardín), la situación se ha podido restablecer en estos últimos meses y Stalin, según una palabra de Radek[26], ha ganado su batalla del Marne agraria.
Dos ejemplos típicos de esta campaña (6) y de las dificultades [...] nos han sido dados por el Sr. Kalinin[27], a quien preguntábamos sobre este grave asunto de la hambruna.» Nos ha dado el ejemplo de la comuna de Tver «que lleva hoy mi nombre, hay tres koljozes. El primero trabajó muy bien, hizo una buena cosecha y sus miembros consiguieron buenos beneficios; el segundo alcanzó lo estrictamente necesario; pero el tercero, bajo el impulso de nuestros adversarios, saboteó la cosecha y sus miembros corrieron el riesgo de morir de hambre. Por petición mía, el Gobierno les proporcionó ayuda. Por este motivo me gané la animosidad de los otros dos koljozes, que pensaban que no valía la pena esforzarse si, no haciendo nada, se alcanzaba de todos modos el sustento.
[...] el segundo ejemplo del Sr. Kalinin es el siguiente: el año pasado faltó leche en Moscú, garantizando no obstante su distribución a los niños y a los obreros empleados en trabajos nocivos. Ahora bien, la persona encargada de la distribución de la leche era precisamente el negociante mayorista de ante guerra que se encargaba del mismo servicio bajo el régimen zarista. El Presidente Kalinin mandó llamar a este funcionario para preguntarle cómo con una cantidad doble de leche no conseguía suministrársela a las categorías especiales indicadas más arriba. Al interesado no le costó el menor esfuerzo mostrarle que la cantidad era actualmente insuficiente porque anteriormente la leche era el privilegio de la clase noble y rica de Moscú.
Considerable aumento de las necesidades, resistencia política de elementos reaccionarios, tales son las causas del (6) desequilibrio que subleva nuestras mentes occidentales, pero que parecen naturales al espíritu eslavo fatalista que, sin preocuparse mucho por los intereses inmediatos individualistas, se queda centrado en el cumplimiento del amplio programa que se ha asignado.» 7.
Documento de propaganda de la Federación Europea de los Ucranianos del Extranjero, transmitido por carta del secretario general y del secretario al ministro de Asuntos Exteriores francés, Bruselas, 27 de septiembre de 1933, 1 p. 156.
«Memorandum sobre la hambruna en Ucrania», 157-9, 3 p.
Sobre el exterminio de la población ucraniana, y las condiciones a imponer a la URSS para la concesión de cualquier ayuda, la libertad total de intervención para las misiones de socorro[28], 3.
Boletín de la oficina de prensa ucraniana. 42 rue Denfert-Rochereau, 28 de septiembre de 1933, 160-6, 7 p., mimeografiado.
Cita concretamente «dos artículos» de la Srta. Suzanne Bertillon[29] en Le Matin sobre «la tragedia de Ucrania [...] ha podido entrevistar a simples campesinos ucranianos concretamente a Martha Stebalo y a su marido» pareja expatriada desde 1913 y establecida en Estados Unidos pero cuya familia estaría en Ucrania[30], etc., 1, desarrollo sobre su[31] viaje en Ucrania en 1932, 1-2, donde han visto acumularse los «muertos por hambre», etc. La hambruna está organizada por las «autoridades [...] más enconadas en destruirnos. Nos quieren hacer perecer, es una hambruna organizada. La cosecha nunca fue tan hermosa, pero nos está prohibido tocarla. Si nos sorprenden cortando algunas espigas, nos espera la cárcel o la descarga de fusilería, y en la cárcel, al cabo de tres semanas, se muere de inanición [...] escenas espantosas, ella habla del encarnizamiento con el que los hambrientos se arrojan sobre los alimentos, de los gritos de los niños a los que el hambre impide dormir. Cita también casos de la locura y de antropofagia... » 2
Cita artículo del Journal de Genève "Ucrania punto neurálgico" sobre el «calvario» de los campesinos ucranianos, 3, «[...] el régimen soviético sólo se apoya en Ucrania en el GPU y las bayonetas. Los comunistas también se han vuelto contra él.» etc.
Cita artículos sobre Ucrania «muchos periódicos suizos, alemanes, ingleses, belgas y otros» e incluso «algunos periódicos franceses» Journal des Débats, Dépêche Toulouse, Matin, Ordre, y cita a Pierre Veber en el Candide del 14 de septiembre, que quiere hacer intervenir a la SDN, y echa pestes contra «los periódicos que cuentan estos horrores nos muestran, en portada, ¡la firma de los tratados franco– italo-soviéticos!» y glosa sobre «nuestro mundo "que pretende ser civilizado"» y su "fariseísmo (sic)", 4
Cita los artículos del doctor Ewald Ammende, secretario del congreso de minorías nacionales, de Viena, en la Reichspost y en el periódico ucraniano Dilo de Lwow, y misma glosa.
Cita el llamamiento de Innitzer sobre «cientos de miles, millones incluso, de seres humanos han muerto de hambre» en «estos pocos últimos meses, en Rusia de los Soviets», testimonios «cuya veracidad no puede ponerse en duda», etc. y él «cita el llamamiento del Metropolitano Szepticky, el memorandum del doctor Ewald Ammende, 5, etc., y las intervenciones de Innitzer sobre el silencio imposible «en el momento mismo en el que las poblaciones de la URSS son presa de la hambruna y sus consecuencias: infanticidio y canibalismo» y «hace un llamamiento ardiente al mundo civilizado para organizar un auxilio a los hambrientos y ante todo al comité internacional de la Cruz Roja.
Esta gestión del cardenal Innitzer ha producido una gran impresión entre todos los ucranianos profundamente conmovidos [...]»
Cita llamamiento Iglesia greco-católica ucraniana, firmado por Szepticky «y todos los obispos» de este clero.
Cita llamamiento Alto Consejo refugiados ucranianos y creación comité internacional de socorro a Ucrania, etc., 6.
Y glosa sobre iniciativa de los «Ucranianos de Galitzia», «manifestación ucraniana en Cernauti en Rumanía» prevista 28 de agosto, pero impedida por autoridades «temiendo una protesta del lado de la URSS»
Comité socorro Praga y Bruselas.
«Congreso europeo de minorías y la hambruna en Ucrania», 7.
Telegrama 814-6 de Massigli, representante de Francia en la SDN, Ginebra, 29 de septiembre 1933, mimeografiado, 167-9, 3 p.
El delegado noruego en la SDN Mowinckel (presidente del Consejo de la SDN) evoca las peticiones recibidas «de organizaciones ucranianas de Polonia, Estados Unidos y Canadá», y «de organizaciones caritativas [...] sobre la hambruna en Ucrania»; pero no quiere «incluir este asunto en el orden del día sin estar previamente autorizado por una decisión del Consejo»; el consejo se ha reunido «en sesión secreta»; «no ha podido disimular las dificultades (1) de esta gestión y ha confesado que la Sra. Kollontay[32], que se había encontrado con él en Oslo, negaba formalmente la existencia de la hambruna», por lo tanto «sugería que el Secretario General se informase discreta y amistosamente ante el Gobierno soviético acerca de la existencia de esta hambruna.»
Los delegados y el secretario general «mismo» alegan «que incluso una gestión oficiosa [...] tendría un carácter político por el hecho de que emanaría de la SDN, se arriesgaría a chocar con una negativa formal (2) de los Soviets e irritar a estos últimos sin resultados contra la institución de Ginebra.» Paul-Boncour ha propuesto «orientar el asunto hacia una organización puramente filantrópica como la Cruz Rojala Cruz Roja Internacional» aceptada por el Consejo, etc. 3
[...]» fórmula de una carta del presidente Consejo SDN «a
Telegrama confidencial 822 de Massigli, Ginebra, 30 de septiembre de 1933, mimeografiado, 170. 1 p.
En la práctica, el interés de Noruega por los «asuntos ucranianos» se explica «por el hecho de que se habría otorgado a personas oriundas de Noruega, en vida del Doctor Nansen[33], unas concesiones, concretamente terrenos mineros, sobre las que tendrían en este momento dificultades con el Gobierno de la URSS.»
Solicita «hacer que se verifique discretamente esta información por nuestro Embajador en Moscú.» en un margen, con lápiz rojo, «hecho».
Cf. carta 467 del ministro de Asuntos Exteriores a Alphand, 12 de octubre de 1933, 174, 1 p.
Petición de información sobre este informe.
Carta 161 de Le Chayla, encargado de negocios en Noruega, a Paul-Boncour, Oslo, 5 de octubre de 1933, 171, 1 p.
Transmite entrevista Sra. Kollontay, «actualmente Embajadora de la URSS en Suecia, [...] al periódico laborista noruego el Arbeiderblad» tras su «estancia en Oslo donde ha conservado muchos amigos».
Traducción texto entrevista Arbeiderblad del 30 de septiembre de 1933, 172-3, 4 p.
La Sra. Kollontay niega la hambruna pero evoca «el problema del transporte», carretera y ferrocarriles, 1, e invoca «el valor» de información procedentes «ya sea de Riga, ya sea de Berlín.», el sabotaje de algunos campesinos en 1932, 2, pero la lealtad triunfa este año, en el que «ya no hay hambre.» Insiste en las necesidades enormes de consumo soviético (cf. 2, campesinos antaño con los pies envueltos en trapos, de ahí problema actual de abastecimiento de calzado), de donde necesidad soviética de importaciones masivas, y «no» aspiración «a aislarnos del extranjero.» Menciona las «relaciones [...] excelentes con los países escandinavos, con Francia y con todos los países con los que hemos firmado pactos de no agresión» y «convenciones especiales con Italia y Francia. » 3; las relaciones con Alemania son «tensas en este momento, pero hacemos todo lo que podemos por evitar todo cuanto pueda envenenarlas.» 4
Nota manuscrita sin referencia, 20 de octubre de 1933, 175, 1 p., in extenso.
«El Sr. de Fontenay[34], en opinión del Sr. de Robien, ha venido a solicitar informaciones acerca del Comité de Organización de Ayuda a los Hambrientos de Ucrania, cuya presidencia de honor se le ha solicitado aceptar. Ha indicado que esta petición le había sido hecha por el príncipe Tokary.
Debido a las actuales condiciones, a las susceptibilidades polacas y soviéticas en materia ucraniana, y a la propia personalidad del príncipe Tokary (conocido por sus opiniones de extrema derecha y que fue asociado a la acción de Petliura y Skoropadski[35]) se ha indicado al Sr. de Fontenay que una gran prudencia parecía oportuna.
El Sr. de Fontanay ha decido rechazar la propuesta que se le había hecho.»
Carta 299 Charles Alphand a Paul-Boncour, Moscú, 24 de octubre de 1933, 176, 2 p.
He preguntado a Molotov acerca del problema de las «concesiones noruegas» eventuales «en Ucrania» y ha negado cualquier vínculo con relaciones generales URSS-Noruega. «Considera que la intervención del Sr. Mowinkel –de quien, por otra parte, se ha mostrado poco satisfecho- está motivada únicamente por las funciones del Presidente Sr. Mowinkel en el Consejo de la Sociedad de Naciones» y «piensa [...] que las recientes elecciones en Noruega pueden apartarlo próximamente de Ginebra.»
«He hecho las mismas preguntas al embajador de Noruega, quien me ha contestado que el Doctor Nansen había utilizado una parte procedente de los fondos del Premio Nóbel que le fue atribuido (1-2) para la creación de granjas-modelo en Ucrania»; pero estas «concesiones [...] han expirado y conforme al contrato esas granjas han sido devueltas al Estado. Así pues, no se ha producido ninguna dificultad sobre este tema. La única otra concesión, «normalmente» aplicada, es la de «captura de focas en el Mar Blanco.» 2
Carta del presidente por interim del Comité de Organización de Ayuda a los Hambrientos de Ucrania al embajador Peretti de la Rocca, París, 20 de octubre de 1933, 178, 1 p.
«El señor Embajador de Panafieu, que es miembro del comité central de la Cruz Roja francesa y, por consiguiente, no puede ocupar ningún cargo directivo en nuestro comité, nos anima con vigor a rogar a Su Excelencia que tenga a bien acoger nuestra obra bajo su protección y acepte la presidencia de nuestro Comité» que «ya se ha asegurado del patronazgo de los cardenales y otras personalidades y del enérgico apoyo del archiduque Guillermo de Austria, primo hermano del Rey Alfonso XIII, que se une a nosotros para rogar a Su Excelencia que tenga a bien aceptar la presidencia de nuestro Comité», y cf. nuestra «reunión plenaria» sin fecha «dentro de 10 días», etc.
Transmitido con carta manuscrita de Peretti de la Rocca a «mi querido amigo» en margen con lápiz «urgente. Sr. Rochat», 25 de octubre de 1933, 177, 1 p.
Sólo aceptaría «si el Departamento viese en ello alguna ventaja evidente.»
Reseña biográfica del príncipe Tokary, manuscrita, de la misma mano que supra «cl. (sic)[36] 7 de noviembre de 1933», 179.
Nacido 24 de junio de 1885 en Ucrania, «llega a Francia el 9 de noviembre de 1924.
Ex terrateniente de Ucrania, conocido por sus opiniones de extrema derecha. Ha tomado parte en el movimiento nacional ucraniano bajo la dictadura del hetman y que estuvo asociado a la acción de Petliura y Skoropadski, fue enviado a este respecto como Consejero de la legación ucraniana en Viena.
Tras el regreso de los bolcheviki (sic) a Ucrania, se refugió en Varsovia donde participó en la firma del tratado firmado en 1920 entre Polonia y Petliura. Uniéndose a la persona de este último, fue entonces Ministro de Asuntos Exteriores del "frente ucraniano", y a continuación ministro adjunto.
Era (? ilegible) (1930) presidente de la asociación de Ex-Combatientes ucranianos. "Informaciones favorables en privado". Secretario General del Círculo de Estudios Ucranianos (61, bd Saint-Germain).»
Nota mecanografiada, sin referencia, 7 de noviembre de 1933, 180.
Retoma los mismos temas que los de los dos manuscritos sobre el príncipe Tokary.
«Por lo tanto, pudiera ser que los organizadores ucranianos de este Comité persigan en este caso un objetivo antes político que humanitario. [...] Cabe apuntar, además, que si, a pesar de las negativas soviéticas, una acusada escasez parece haberse efectivamente manifestado en ciertas regiones de Ucrania, concretamente en el momento de la "soldadura", su gravedad parece haber sido exagerada vigorosamente y explotada por una campaña (de fuente alemana, según parece) hostil al régimen soviético. Por último, la situación a tenor de este informe parece haber mejorado sensiblemente desde las cosechas.
Por último, ante las susceptibilidades tanto soviéticas como polacas acerca de cualquier actividad ucraniana, parece particularmente oportuna en este campo una cierta reserva en las condiciones actuales.»

El Vaticano, que odia a Polonia, ciertamente católica, pero saqueadora de territorios alemanes, firma en julio de 1933 el Concordato del Reich, que prevé, entre otras cláusulas secretas, la ocupación común de Ucrania.

Se comprende así mejor el papel, particularmente activo, de la Curia romana y el empleo, en la operación ucraniana, de su instrumento favorito de la expansión alemana hacia el Este (en particular para el Anschluss y la liquidación de Checoslovaquia), el alemán de los Sudetes, además de cardenal arzobispo de Viena (1932), Innitzer[4].

La URSS padeció en 1932-1933 una seria escasez que condujo a un refuerzo estricto del racionamiento, pero no una hambruna ni, en cualquier caso, una hambruna de «seis millones de muertos», cifra (particularmente escandalosa en el plano metodológico) lanzada estos últimos años por el demógrafo Alain Blum, asunto que se examina más adelante (sobre el tratamiento universitario reciente del asunto en Francia, actualización en la 3ª parte de este informe).
Los desarrollos que vienen a continuación relativos a las ambiciones mostradas por el Reich en 1933 a propósito de Ucrania (programa de conquista anterior a 1914 y, por lo tanto, no específico del programa imperialista nazi[5]).
CAMPAÑA GERMANO-VATICANA Y UCRANIANA SOBRE LA HAMBRUNA EN UCRANIA, 1932-1933
Británicos y franceses no ven lo mismo que alemanes e italianos, hasta tal punto que, según exponen los defensores de la tesis de la hambruna, los primeros escogieron «no ver»[6] -una originalidad en la correspondencia diplomática de la que no debe existir ningún equivalente, por lo que he podido comprobar tras casi treinta años frecuentando regularmente dichos fondos.
FONDOS DEL FOREIGN OFFICE
URSS 1918-40, VOL. 1036, SITUACIÓN ECONÓMICA, 3 DE AGOSTO DE 1932-18 DE ENERO DE 1940, ARCHIVOS DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (MAE)
339 folios (clasificación por volumen, paginado) y ver infra la correspondencia de 1933 del coronel Mendras, agregado militar, fondos SHAT[7].
Copia del «corresponsal particular» en Berlín de artículos de Renaissance[8].
Copia del artículo de Renaissance 17 de agosto de 1932, «Hambruna y caos (Informes de Cónsules alemanes)», 4-7, 4 p. [Francia tiene una embajada en Moscú, al igual que Gran Bretaña, que también tiene un consulado en Leningrado[9], pero no múltiples consulados en la URSS, a la inversa que italianos y alemanes; así pues, las fuentes sobre la hambruna son germano-italianas y, como veremos, proceden de asociaciones ucranianas emigradas separatistas financiadas por el Reich, ucranianos emigrados, a veces desde antes de la guerra, etc., como atestiguan los correos del Quai d'Orsay citados más abajo].
Descripción apocalíptica de la «situación en la región meridional de Rusia.
Región de Jarkov.
[...] amenaza de hambruna [...] la situación del Donetz [...] es catastrófica [...] no hay jabón [...] La inestabilidad de la mano de obra detiene todos los trabajos productivos» 1. «La situación de los obreros e ingenieros alemanes es alarmante y suplican ser repatriados.» Idem en Odessa. «La mayor parte de los habitantes no tienen calzado; [...] Faltan productos en todas partes. [...] la cosecha se está haciendo mal», todo incluso agua, 3, y sq. «Los cónsules [alemanes] afirman que el Gobierno soviético, dentro de poco tiempo, será insolvente.» 4.
Copia del artículo de Renaissance del 16 de agosto de 1932, «Reclamación del Sr. Gosser al Intourist dos semanas en las cárceles del GPU», 4-7, 4 p.
Carta 171 de Dejean, embajador de Francia en Moscú[10], al Presidente del Consejo-Ministro de Asuntos Exteriores Édouard Herriot, Moscú, 13 de septiembre de 1932, 10, 2 p.
Sobre «la gravedad de la crisis alimenticia», 1, y estatuto privilegiado de los diplomáticos, trabajadores y periodistas extranjeros, 1-2.

Informes todos pintando una situación catastrófica.
Telegrama 971-2 de Beaumarchais, embajador en Roma, 11 de octubre de 1932, mimeografiado, 14-15.
Cf. mi «conversación» de hoy con «el Sr. Mussolini me ha dicho hoy que la situación económica de la URSS era inquietante: el plan quinquenal había fracasado notoriamente», etc. 1, sq.

Copia sin número de la carta de Dejean al Presidente del Consejo-Ministro de Asuntos Exteriores, Édouard Herriot, Moscú, 5 de diciembre de 1932, 18-21, 4 p.

«a.s. de la sed de divisas del Gobierno soviético»

Carta 1165 de André François-Poncet, embajador en Alemania[11], al Ministro de Asuntos Exteriores Paul-Boncour, Berlín, 22 de diciembre de 1932, 22-28, 7 p.
En la prensa alemana sobre Rusia (en itálica, nombres de los periódicos) «sólo se habla de crisis; crisis de la producción industrial y sobre todo agrícola, crisis de abastecimientos, crisis de provisiones en divisas, indispensables para los pagos de los pedidos realizados en el extranjero, crisis por fin (2) del propio ejército rojo. cf. Vossischezeitung, 3, Berliner Tageblatt, 3-4, sobre «revueltas crónicas [...] en Kubán», ya que «la resistencia de las poblaciones cosacas al sistema colectivo de explotación agraria [...] consiste en esa indolencia y no los pocos grupos de kulaks del Kubán o de otros lugares la cual es la enemiga verdadera del bolchevismo, al igual que lo había sido de cualquier forma de progreso en tiempos del régimen burgués.» 4, y sigue la letanía, 4 sq. cf. el Vossischezeitung[12], 5, Deutsche Allgemeine Zeitung, 5-6, en particular sobre crisis ejército rojo en el que «las corrientes llamadas "de oposición de derechas" han hecho progresos sensibles», pero «en la frontera manchú esta parte del ejército soviético, gracias a su alejamiento de Moscú, habrá podido librarse de cualquier contagio.»; el parecido con lo que dicen los diarios "el nacional", ntn24, el universal, el mercurio, el comercio y clarin sobre Venezuela es demasiado inquietante.

Confirmado por el agregado militar de la embajada Japón en Berlín «que, habiendo tenido la ocasión de atravesar Siberia, hace algunos meses, ha constatado entre las tropas rojas movilizadas [...] un estado de ánimo excelente e incluso, según su expresión, entusiasta.» 7, y misma confirmación sobre mal estado de ánimo ejército rojo en Europa (6) por un francés «que acaba de pasar unos días en Alemania y en el Este europeo [...].

Según dice, el ejército estaría en Rusia adquiriendo una importancia incesante y creciente» y «manifestaría tendencias más y más marcadas a adoptar la semblanza y sobre todo el estado de ánimo de una guardia pretoriana. La influencia de algunos de sus jefes tales como Vorochilov, Blücher, Tujachevski sería considerable y estaría causando inquietud al gobierno de Stalin. El descontento de la tropa debido a la insuficiencia del avituallamiento estaría agrandando la división que se ha abierto entre militares y civiles. [...]

Por otra parte, la misma persona me ha asegurado que las tendencias subversivas observadas en el Ejército Rojo estaban siendo animadas por la Reichswehr. Ésta inquieta por el aumento del movimiento comunista en Alemania, no vería con malos ojos que el Estado Mayor diese un golpe de Estado, que desembarazaría a Rusia del gobierno actual y de la influencia todopoderosa de la Internacional Comunista.»[13] Es conveniente mantener «las reservas» necesarias sobre «semejantes informaciones». 7
Carta 2 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 3 de enero de 1933, 1932-1934, 5 p.
«La crisis de abastecimiento en la URSS [...] cada vez más aguda», 1, disminución de entregas de cereales al Estado al 1 de noviembre de 1932, fijadas en 20,5 millones, solamente 11,4, 1; enormes exportaciones en 1930-31, por valor de 19,9 y 19,4% total de exportaciones, de donde «severas restricciones para el mercado interno.» en 1932, a la vez «un agravamiento del racionamiento de la población soviética» y «una considerable disminución de las exportaciones», 1,3 millones toneladas para 10 primeros meses de 1932, contra 4,2 millones para 10 primeros meses de 31, 2, cf. cifras detalladas, 2-3, resumiendo se trata de «un auténtico derrumbe, en particular para el trigo y la avena» excepto maíz, y en 1932, importación de cereales de 137 145 toneladas acelerada en septiembre-octubre cuando normalmente la exportación constituye «una aporte considerable para la balanza comercial soviética.», 3, y agravamiento del racionamiento de la población cf. ordenanzas de los 4 y 16 de diciembre de 1932, y población entregada al mercado libre en donde precios «exorbitantes», 4, y ordenanza 27 de diciembre aumentando «la presión de un sistema de control administrativo y policial cuyo objetivo confesado es evacuar de las ciudades a una parte de la población»: restablecimiento del sistema de «pasaportes individuales que había sido abolido al principio de la revolución en tanto que "método policíaco destinado a oprimir a las masas laboriosas".» sin duda la evacuación está teniendo lugar «en los campos de concentración del Norte de Rusia o en las vastas extensiones de Siberia.» 5 [Dejean no proporciona sobre este punto ninguna información].

Carta 17 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 17 de enero de 1933, 47-51, 9 p.
Dejean denuncia (siguiendo su costumbre) «las consecuencias funestas de una política desenfrenada de colectivización agrícola».
Carta 17 del embajador de Francia en Finlandia, Helsingfors, 11 de febrero de 1933, 60-61, 4 p.
Testimonio del ingeniero americano Henning Rowsing, «de origen sueco» de regreso a los Estados Unidos vía Escandinavia «tras dos años de estancia en Rusia», al periódico Hufvudstadsbladet, 1, sobre «la carencia de víveres y, en general, de los objetos necesarios para la existencia. [...] Sólo es barato de verdad el pan que, con pepinos y regado con kyass, constituye casi el único alimento del pueblo.» Carencia de tejidos y calzado; «mal estado de las líneas, carencia de locomotoras y vagones» y problema de alojamiento «en las (2) grandes ciudades cuya población ha aumentado mucho» 3,5 millones de habitantes en Leningrado, más en Moscú.

«[...] no puede negarse que el régimen no haya hecho en el país inapreciables progresos, concretamente desde el punto de vista de la instrucción pública. Las escuelas se han multiplicado. Hay pocos iletrados completos en la joven generación: los teatros y otros locales de ocio o arte están siempre llenos, y sorprenden por su brillo. Se han abierto numerosos baños públicos. La limpieza de las ciudades también ha mejorado mucho, pero los transportes públicos urbanos, al igual que los ferrocarriles, siguen dejando mucho que desear.

[...] el ingeniero americano ha parecido querer abstenerse de hacer cualquier enjuiciamiento al margen de la pura objetividad, y de naturaleza a prohibirle un eventual regreso al paraíso soviético. No tiene una palabra de conmiseración por los innumerables habitantes de las ciudades a los que la denegación de pasaporte convierte, ipso facto, en personas fuera de la ley. No dice (3) nada de los transportes hacia las regiones nórdicas de poblaciones enteras del Sur de Rusia, de esta mezcla sistemática de razas a la que parece dedicarse en este momento el Gobierno soviético, ni de la reanudación de la deportación de los campesinos de Ingria que inquieta e indigna desde hace algún tiempo a sus hermanos de Finlandia.» y «ninguna reflexión [...] tampoco» del periódico. 4.
Carta 75 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 15 de marzo de 1933, 46, 2 p.
Multiplicación de las colas en las grandes ciudades desde la apertura principios de marzo de 1933 de «tiendas» para la venta de pan y carne sin tarjeta alimenticia, a precios «cercanos a los del mercado libre», 1, «largos cortejos de 150 a 200 metros [...] desde las 5 de la madrugada.»

Pero la situación es mucho peor en Ucrania donde «reina actualmente la más espantosa escasez. Puede hablarse de auténtica hambruna en los distritos rurales. » Y de «penuria de los productos más esenciales» en grandes ciudades como Jarkov y Kiev. «Desde el otoño pasado, los precios del mercado libre han aumentado del 100 al 150%. [...] Incluso han sido señalados casos de canibalismo por los Consulados de Alemania e Italia.» 2.
Carta 93 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 12 de abril de 1933, 62-3, 3 p.
«Informes alarmantes» son enviados por los consulados alemanes «sobre la crisis alimenticia que reina en particular en Ucrania, en la cuenca del Volga y en el Norte-Cáucaso. Muchos distritos estarían sometidos a una auténtica hambruna.» «Abastecimiento cada vez más difícil» en Kiev, Jarkov, Odessa y penuria «incluso en los establecimientos del Torgsin» [de Estado] donde compras por oro, dinero y divisas. «Agotada por las privaciones y diezmada por la enfermedad, la población no manifestaría ningún signo de reacción.» Se constata en comparación una situación de «abundancia» en «Moscú y Leningrado» donde para «los obreros y empleados», 1, se mantienen «precios accesibles en las cooperativas». Pero los precios son exorbitantes para «cualquier cantidad suplementaria» al racionamiento. Y «reaparición del paro [...] desde hace algunos meses» con pérdida consecuente de la «tarjeta alimenticia». La prensa soviética es optimista. «Pero, según los informes circunstanciados recibidos por la Embajada de Alemania, el estado de los trabajos agrícolas sería lamentable, no sólo debido a la (2) desorganización de las explotaciones agrarias, sino también por el hecho de que no hay simiente, que la cantidad de caballos de labor ha disminuido de manera considerable y, por último, que en torno al 75% de los tractores están inutilizados» de ahí previsión de una cosecha «peor aún que la de 1932.»

Krestinski, comisario adjunto de Asuntos Exteriores, me ha dicho que iban «a enviar a los parques de tractores, al 60% de los jóvenes que seguían los cursos preparatorios par los exámenes diplomáticos y consulares. "Es que vivimos en tiempos de guerra", añadió este alto funcionario. Sin embargo, cabe dudar de que la ciencia marxista pueda sustituir la labor de los campesinos arrancados a sus explotaciones por la ofensiva desenfrenada de la colectivización.»[14] (3).
Carta 117 de Dejean a Paul-Boncour, Moscú, 3 de mayo de 1933, 64-5, 3 p.
Extensión del sistema de pasaportes en la URSS, cf. detalles sobre la nueva ordenanza del 28 de abril extendiéndolo a una serie de ciudades (después de Moscú, Leningrado y Jarkov), «así como una zona de 100 km., considerada como zona de seguridad, a lo largo de la frontera occidental de la URSS. » 2.
Carta 459 de André Corbin, embajador en Londres, a Paul-Boncour, Londres, 25 de junio de 1933, 66, 2 p.
Publicación en el Times del 12 de junio de la carta de Sablin, presidente del comité de asistencia a los refugiados rusos, ex encargado de negocios de Rusia (zarista) en Londres, sobre «la hambruna [...] en Ucrania, en Armenia y otras provincias [...] amenaza ser más grave aún que en 1921»; pero no hay solicitud del gobierno soviético «de ayuda a Potencias extranjeras» puesto que sería una confesión pública «fracaso de su política agraria.» Y confirmado por carta de Kerensky de esta mañana, 1, «añadiendo algunos detalles», adjunto, carta de Kerensky, «The State of Russia».

«Oficina de prensa ucraniana en Bruselas», agosto de 1933, mimeografiado, 68 (partes en cursiva subrayadas en el texto).
[Las «fuentes» ucranianas separatistas sobre la «hambruna» citadas aquí y más abajo constituyeron lo esencial del material de los correos publicados del Foreign Office[15]]
«Ucrania bajo el yugo de Moscú»
«Los horrores de la hambruna de Ucrania», atroz «la miseria es tan grande que los hombres se comen a los hombres. Así nos lo ha arreglado el plan quinquenal.

La hambruna se debe a las acciones de los moscovitas», etc. «Los Soviets adoptan todas las medidas para arrebatar, manu militari, a los campesinos de Ucrania, los cereales, y enviarlos a Moscovia o al extranjero.» de ahí enorme solidaridad de los «ucranianos que están fuera de la URSS [...] Se han constituido comités de socorro en Lwow[16], Praga y otros lugares de Europa. El episcopado greco-católico ucraniano[17] dirige una carta a todas las personas de buena voluntad "para protestar contra el exterminio por los bolcheviques" de los pequeños y míseros, de los débiles y los inocentes", y para implorar ayuda para Ucrania. Se está organizando una Cruz Roja ucraniana, se contempla una ayuda internacional para Ucrania.»

Folleto de la Asociación Financiera Industrial y Comercial Rusa[18], 3, rue Nicolo, París, «Colectivización del pueblo[19] en la URSS», 69-83, 29 p.
Visión de horror, que concluye así: «Si el plan de los comunistas resulta realizable, Stalin obtendrá en forma de trigo el arma más potente para el ataque contra el mundo capitalista. » 29.

Telegrama 1472 de François-Poncet, embajador en Berlín, a Paul-Boncour, Berlín, 18 de agosto de 1933, 2 p., 84-85.
El Völkische Beobachter[20] del 18 de agosto publica «en primera página [...] fotografías que representan a súbditos rusos reducidos al estado de esqueletos» en un artículo titulado «Verdadera cara de la Rusia de los Soviets – de lo que Hitler ha "salvado" a Alemania.»

Más «un artículo» p. 1 «dedicado al infierno de la hambruna en la Rusia de los Soviets» glosa sobre hambruna peor que en 1921-22, y sobre el insoportable plan quinquenal y su fracaso en esta antiguo «granero de Europa», 1, etc.

Telegrama de Charles-Roux, embajador en la Santa Sede, muy confidencial, copia mimeografiada sin número, Roma, 25 de agosto de 1933, 86, 1 p.

Charles-Roux pidió explicaciones a Monseñor de Herbigny[21] sobre «el llamamiento» del cardenal arzobispo de Viena Innitzer «a la caridad pública para socorrer a las víctimas de la hambruna en Ucrania y el Cáucaso [...].

Los alemanes habrían sugerido al Papa que hiciese él mismo este llamamiento dirigiéndose a todo el mundo católico. El Soberano Pontífice se habría negado para no exponerse al reproche de hacer causa común con los hitlerianos contra el comunismo. Pero habría dado a los obispos libertad, en cada país, para actuar por su cuenta[22]. Entonces, en Alemania se habría organizado una empresa de auxilios materiales para los alemanes de Rusia; en Galitzia oriental, los polacos habrían hecho otro tanto para los ucranianos de Ucrania. Por último, el Cardenal Innitzer habría tomado, en Viena, la iniciativa menos limitada que acaba de anunciarse.

He preguntado a Monseñor de Herbigny si el Cardenal Innitzer había decidido actuar de acuerdo con la Santa Sede. Me ha contestado que no.

Esto me resulta difícilmente admisible. Me parece poco probable que un miembro del Sagrado Colegio se responsabilice de hacer un llamamiento a la caridad sugiriendo una organización internacional de ayuda a través de la Cruz Roja y aludiendo a condiciones que se presentarán al Gobierno ruso.»
Carta 335 de Charles-Roux al ministro de Asuntos Exteriores, Roma, 28 de agosto de 1933, 87-8, 3 p.
Artículo de Innitzer publicado en el Osservatore Romano[23] del 24 de agosto, y el Osservatore Romano del 23 de agosto «ya había dado noticias alarmantes sobre la hambruna en Rusia» con detalles sobre el canibalismo, etc. «Siempre según estas mismas informaciones» publicadas primero en el Écho de la Bourse de Bruselas, «impregnados de una cierta exageración, a juzgar por los interesantes informes de nuestro Embajador en Moscú, más de un tercio de la población de Ucrania habría sucumbido de hambre, y, para que los supervivientes pudiesen subsistir, del 15 al 20 por ciento de la población debería desaparecer también.»

Cf. glosa de Innitzer en su llamamiento sobre canibalismo, y llamamiento a la Cruz Roja internacional «pero [...] también dirigida a todos aquellos que están negociando hoy en día con vistas a establecer relaciones económicas con la Unión Soviética [...] con la finalidad de que se mantenga el principio de hacer depender estas negociaciones de un esclarecimiento (chiarificazione) general sobre la necesidad de socorrer a las distintas regiones de Rusia y la aceptación por parte de la Unión Soviética de la susodicha cláusula humanitaria."»

El Vaticano mantiene la tesis de su no iniciativa con Innitzer, pero Charles-Roux la considera «poco plausible»: Innitzer se ha «concertado al menos con la Santa Sede antes de emitir proposiciones tales como solicitar un "esclarecimiento general" sobre las causas y la extensión de la hambruna. Esto significa sin duda una "investigación general" sobre la situación económica de Rusia.» 2.

Resumiendo, «resulta verosímil que las nuevas precisiones que ha dado sobre la hambruna en Rusia, al igual también que las que aparecen en el Écho de la Bourse, en el Osservatore o en La Croix[24], han salido del servicio de Asuntos Rusos del Vaticano.»
PD. «La Croix del 22 de agosto, al publicar un breve resumen» del llamamiento de Innitzer, «había ofrecido esta información suplementaria que no figura en el diario pontifical: "el Cardenal Innitzer anuncia la creación en Viena de un comité de auxilio interprofesional bajo su patronazgo".» 3.
Agosto de 1933, «Nota sobre los caracteres generales y la actual situación de la economía soviética», mimeografiado, 89-150, 52 p. más tablas.
Telegrama de Roma Vaticano, 1 de septiembre de 1933, 1p. 151.
Acerca de Herbigny, etc. «el Sr. Charles-Roux piensa que el Cardenal de Viena ha actuado de acuerdo con la Santa Sede.»
Carta 267 de Charles Alphand, embajador en Moscú, a Paul-Boncour, Moscú, 13 de septiembre de 1933, 152-5, 7 p.
«Invitado oficialmente por el Gobierno soviético a participar en el viaje» de Herriot al Sur URSS, «seis días en Ucrania y Norte del Cáucaso [...].
Este viaje fue [...] la ocasión de las manifestaciones más halagüeñas para con Francia.» que ha recibido los aplausos unánimes de la muchedumbre soviética en todas partes, «sin observarse nunca una nota discordante.» 1 «El simple hecho de haberlas permitido o incluso provocado muestra la preocupación de los Gobernantes de recalcar su deseo de acercamiento a Francia.

Además de museos y monumentos antiguos, hemos visitado la mayor cantidad posible de fábricas y explotaciones agrícolas.» Alphand deslumbrado por «el Dnieprostroi» donde se encuentra desde este momento «la fábrica hidroeléctrica más importante de Europa. En una estepa rusa de hace cuatro años se alza hoy una ciudad de 150 000 habitantes, 40 000 de los cuales son obreros.» El embajador ofrece a continuación detalles de sus actividades; excepto para el aluminio (1/6 «del plan previsto»), las fábricas están aún en fase de equipamiento y la producción no alcanzará su «pleno rendimiento hasta dentro de tres o cuatro años, según los técnicos a los que me he podido acercar.» Visita de las fabricas panificadoras en Kiev, de turbinas y tractores en Jarkov, máquinas agrícolas, cf. cortadoras-trilladoras en Rostov, rodamientos de bola y motores en Moscú. «Al aproximar estas constataciones a las informaciones ya ofrecidas al Departamento sobre las formidables industrias del Ural (Magnitogorsk y Kuznietsk), los proyectos hidroeléctricos del Volga y Siberia, las fábricas de Gorki y Leningrado, vemos el enorme esfuerzo industrial del Gobierno de los Soviets. Habida cuenta de la situación particular de la URSS, único país del mundo que está en progresión, este desarrollo sólo puede perjudicar a las industrias (2) europeas cerrándoles el mercado ruso, ya que las facultades de absorción de este mercado son tan grandes que pasarán 50 o incluso 100 años antes de que los Soviets alcancen el nivel de prosperidad que les obligue a desviar al extranjero un excedente de producción que no absorberían ellos mismos.» Pero pervivencia de «un grave problema [...], el de los transportes»: insuficiencia de la «red ferroviaria y de carreteras [...]. Es por esta vía que podríamos contemplar una colaboración franco-soviética.

Al margen de la cuestión industrial, una impresión se desprende de un viaje por la URSS, la de un esfuerzo por la construcción de viviendas para una población que en diez años se aumenta de la población de Francia. En Moscú como en Leningrado se alzan a la vista grandes casas obreras casi en cada calle, pero el éxito mayor desde el punto de vista del urbanismo se está realizando en Jarkov, donde en cuatro años una ciudad entera de aspecto nítidamente americano ha sido edificada al lado de la ciudad antigua.

Por último, una de las partes más importantes de nuestra gira fue la visita de las organizaciones soviéticas en Ucrania y Norte del Cáucaso, el centro mismo de territorios donde, según las recientes campañas de prensa, reinaba una hambruna comparable a la de 1922.

Verá usted, me habían dicho, como en el último (3) momento esta parte del viaje será suprimida; no le guiarán a ese infierno de la miseria. Para poder reunirnos en Moscú con el Sr. Molotov, que se iba de permiso, se suprimió del programa la excursión de Crimea, que presentaba un carácter más particularmente turístico; el viaje a Ucrania se desarrolló con normalidad. Hemos atravesado de parte a parte, en ambos sentidos, en tren, este inmenso campo de cereales de cultivos ininterrumpidos hasta donde alcanza la vista, de humus negro y espeso, donde abonar resulta inútil. A 60 y 70 km. de las ciudades, hemos visitado koljozes y un sovjoz, y volvemos de allí con la impresión muy nítida de la falsedad de las noticias aireadas en la prensa y la convicción que yo esbozaba en mi correspondencia de una campaña inspirada por Alemania y los rusos blancos deseosos de oponerse al acercamiento franco-soviético.

Antes de recorrer ese país, he podido yo mismo hacerme eco de estos chismes propagados por los enemigos del régimen, tengo hoy en día la certeza de su exageración.
Sin duda, nos dirán, los eslavos, desde Potemkin[25], tienen un maravilloso sentido de la puesta en escena, sólo les han enseñado lo que querían que viesen, ¿cómo quiere usted, en una excursión de una semana, sin hablar ruso, darse cuenta del estado de una comarca de una extensión tan grande? Sin embargo, hemos mirado por las ventanas durante este trayecto de más de 3 000 km., no han podido trucar por completo a la población que nos ha parecido en mejor estado físico y de indumentaria que la de las ciudades del Norte de donde veníamos. Nuestro auto ha estado a punto de aplastar gallinas de más de cuatro meses; hemos percibido la extensión de esos campos que acaban de dar una cosecha que todos están de acuerdo en considerar excepcional. Si de verdad millones de hombres hubiesen (4) muerto de hambre en estas comarcas, los desgraciados se habrían comido sus gallinas antes de pensar en alimentarse con cadáveres. Se habrían necesitado millones de soldados para impedirles comerse las simientes.

¿Qué dicen sobre este tema las autoridades a las que hemos preguntado? El año pasado se produjo en efecto uno de los episodios más graves de la Revolución por la aplicación del régimen colectivista a la agricultura. En estas regiones particularmente ricas, hemos tenido que luchar contra los campesinos ricos que no cultivan ellos mismos sus tierras, sino que emplean asalariados; contra estos kulaks más o menos abiertamente apoyados por Alemania que dirigen en Ucrania su campaña separatista. Esperando graves disturbios, estos elementos contra-revolucionarios han intentado suscitar una huelga de brazos cruzados.

Esto se ha saldado con una disminución de la producción de cereales que, en un momento, ha amenazado seriamente Moscú y ha provocado no sólo graves dificultades en las regiones donde se había organizado el sabotaje de la cosecha, sino también la obligación de importantes restricciones en las distribuciones de víveres. Hemos pasado hambre, no cabe duda. Pero por una acción enérgica del poder central, acción combinada de la policía y elementos políticos comunistas, gracias a ciertas concesiones dadas al interés personal (propiedad de una vaca y productos de jardín), la situación se ha podido restablecer en estos últimos meses y Stalin, según una palabra de Radek[26], ha ganado su batalla del Marne agraria.

Dos ejemplos típicos de esta campaña (6) y de las dificultades [...] nos han sido dados por el Sr. Kalinin[27], a quien preguntábamos sobre este grave asunto de la hambruna.» Nos ha dado el ejemplo de la comuna de Tver «que lleva hoy mi nombre, hay tres koljozes. El primero trabajó muy bien, hizo una buena cosecha y sus miembros consiguieron buenos beneficios; el segundo alcanzó lo estrictamente necesario; pero el tercero, bajo el impulso de nuestros adversarios, saboteó la cosecha y sus miembros corrieron el riesgo de morir de hambre. Por petición mía, el Gobierno les proporcionó ayuda. Por este motivo me gané la animosidad de los otros dos koljozes, que pensaban que no valía la pena esforzarse si, no haciendo nada, se alcanzaba de todos modos el sustento.

[...] el segundo ejemplo del Sr. Kalinin es el siguiente: el año pasado faltó leche en Moscú, garantizando no obstante su distribución a los niños y a los obreros empleados en trabajos nocivos. Ahora bien, la persona encargada de la distribución de la leche era precisamente el negociante mayorista de ante guerra que se encargaba del mismo servicio bajo el régimen zarista. El Presidente Kalinin mandó llamar a este funcionario para preguntarle cómo con una cantidad doble de leche no conseguía suministrársela a las categorías especiales indicadas más arriba. Al interesado no le costó el menor esfuerzo mostrarle que la cantidad era actualmente insuficiente porque anteriormente la leche era el privilegio de la clase noble y rica de Moscú.

Considerable aumento de las necesidades, resistencia política de elementos reaccionarios, tales son las causas del (6) desequilibrio que subleva nuestras mentes occidentales, pero que parecen naturales al espíritu eslavo fatalista que, sin preocuparse mucho por los intereses inmediatos individualistas, se queda centrado en el cumplimiento del amplio programa que se ha asignado.» 7.

Documento de propaganda de la Federación Europea de los Ucranianos del Extranjero, transmitido por carta del secretario general y del secretario al ministro de Asuntos Exteriores francés, Bruselas, 27 de septiembre de 1933, 1 p. 156.
«Memorandum sobre la hambruna en Ucrania», 157-9, 3 p.
Sobre el exterminio de la población ucraniana, y las condiciones a imponer a la URSS para la concesión de cualquier ayuda, la libertad total de intervención para las misiones de socorro[28], 3.

Boletín de la oficina de prensa ucraniana. 42 rue Denfert-Rochereau, 28 de septiembre de 1933, 160-6, 7 p., mimeografiado.
Cita concretamente «dos artículos» de la Srta. Suzanne Bertillon[29] en Le Matin sobre «la tragedia de Ucrania [...] ha podido entrevistar a simples campesinos ucranianos concretamente a Martha Stebalo y a su marido» pareja expatriada desde 1913 y establecida en Estados Unidos pero cuya familia estaría en Ucrania[30], etc., 1, desarrollo sobre su[31] viaje en Ucrania en 1932, 1-2, donde han visto acumularse los «muertos por hambre», etc. La hambruna está organizada por las «autoridades [...] más enconadas en destruirnos. Nos quieren hacer perecer, es una hambruna organizada. La cosecha nunca fue tan hermosa, pero nos está prohibido tocarla. Si nos sorprenden cortando algunas espigas, nos espera la cárcel o la descarga de fusilería, y en la cárcel, al cabo de tres semanas, se muere de inanición [...] escenas espantosas, ella habla del encarnizamiento con el que los hambrientos se arrojan sobre los alimentos, de los gritos de los niños a los que el hambre impide dormir. Cita también casos de la locura y de antropofagia... » 2

Cita artículo del Journal de Genève "Ucrania punto neurálgico" sobre el «calvario» de los campesinos ucranianos, 3, «[...] el régimen soviético sólo se apoya en Ucrania en el GPU y las bayonetas. Los comunistas también se han vuelto contra él.» etc.
Cita artículos sobre Ucrania «muchos periódicos suizos, alemanes, ingleses, belgas y otros» e incluso «algunos periódicos franceses» Journal des Débats, Dépêche Toulouse, Matin, Ordre, y cita a Pierre Veber en el Candide del 14 de septiembre, que quiere hacer intervenir a la SDN, y echa pestes contra «los periódicos que cuentan estos horrores nos muestran, en portada, ¡la firma de los tratados franco– italo-soviéticos!» y glosa sobre «nuestro mundo "que pretende ser civilizado"» y su "fariseísmo (sic)", 4

Cita los artículos del doctor Ewald Ammende, secretario del congreso de minorías nacionales, de Viena, en la Reichspost y en el periódico ucraniano Dilo de Lwow, y misma glosa.

Cita el llamamiento de Innitzer sobre «cientos de miles, millones incluso, de seres humanos han muerto de hambre» en «estos pocos últimos meses, en Rusia de los Soviets», testimonios «cuya veracidad no puede ponerse en duda», etc. y él «cita el llamamiento del Metropolitano Szepticky, el memorandum del doctor Ewald Ammende, 5, etc., y las intervenciones de Innitzer sobre el silencio imposible «en el momento mismo en el que las poblaciones de la URSS son presa de la hambruna y sus consecuencias: infanticidio y canibalismo» y «hace un llamamiento ardiente al mundo civilizado para organizar un auxilio a los hambrientos y ante todo al comité internacional de la Cruz Roja.
Esta gestión del cardenal Innitzer ha producido una gran impresión entre todos los ucranianos profundamente conmovidos [...]»
Cita llamamiento Iglesia greco-católica ucraniana, firmado por Szepticky «y todos los obispos» de este clero.
Cita llamamiento Alto Consejo refugiados ucranianos y creación comité internacional de socorro a Ucrania, etc., 6.
Y glosa sobre iniciativa de los «Ucranianos de Galitzia», «manifestación ucraniana en Cernauti en Rumanía» prevista 28 de agosto, pero impedida por autoridades «temiendo una protesta del lado de la URSS»

Comité socorro Praga y Bruselas.
«Congreso europeo de minorías y la hambruna en Ucrania», 7.
Telegrama 814-6 de Massigli, representante de Francia en la SDN, Ginebra, 29 de septiembre 1933, mimeografiado, 167-9, 3 p.
El delegado noruego en la SDN Mowinckel (presidente del Consejo de la SDN) evoca las peticiones recibidas «de organizaciones ucranianas de Polonia, Estados Unidos y Canadá», y «de organizaciones caritativas [...] sobre la hambruna en Ucrania»; pero no quiere «incluir este asunto en el orden del día sin estar previamente autorizado por una decisión del Consejo»; el consejo se ha reunido «en sesión secreta»; «no ha podido disimular las dificultades (1) de esta gestión y ha confesado que la Sra. Kollontay[32], que se había encontrado con él en Oslo, negaba formalmente la existencia de la hambruna», por lo tanto «sugería que el Secretario General se informase discreta y amistosamente ante el Gobierno soviético acerca de la existencia de esta hambruna.»

Los delegados y el secretario general «mismo» alegan «que incluso una gestión oficiosa [...] tendría un carácter político por el hecho de que emanaría de la SDN, se arriesgaría a chocar con una negativa formal (2) de los Soviets e irritar a estos últimos sin resultados contra la institución de Ginebra.» Paul-Boncour ha propuesto «orientar el asunto hacia una organización puramente filantrópica como la Cruz Rojala Cruz Roja Internacional» aceptada por el Consejo, etc. 3
[...]» fórmula de una carta del presidente Consejo SDN «a
Telegrama confidencial 822 de Massigli, Ginebra, 30 de septiembre de 1933, mimeografiado, 170. 1 p.
En la práctica, el interés de Noruega por los «asuntos ucranianos» se explica «por el hecho de que se habría otorgado a personas oriundas de Noruega, en vida del Doctor Nansen[33], unas concesiones, concretamente terrenos mineros, sobre las que tendrían en este momento dificultades con el Gobierno de la URSS.»

Solicita «hacer que se verifique discretamente esta información por nuestro Embajador en Moscú.» en un margen, con lápiz rojo, «hecho».
Cf. carta 467 del ministro de Asuntos Exteriores a Alphand, 12 de octubre de 1933, 174, 1 p.
Petición de información sobre este informe.
Carta 161 de Le Chayla, encargado de negocios en Noruega, a Paul-Boncour, Oslo, 5 de octubre de 1933, 171, 1 p.
Transmite entrevista Sra. Kollontay, «actualmente Embajadora de la URSS en Suecia, [...] al periódico laborista noruego el Arbeiderblad» tras su «estancia en Oslo donde ha conservado muchos amigos».
Traducción texto entrevista Arbeiderblad del 30 de septiembre de 1933, 172-3, 4 p.
La Sra. Kollontay niega la hambruna pero evoca «el problema del transporte», carretera y ferrocarriles, 1, e invoca «el valor» de información procedentes «ya sea de Riga, ya sea de Berlín.», el sabotaje de algunos campesinos en 1932, 2, pero la lealtad triunfa este año, en el que «ya no hay hambre.» Insiste en las necesidades enormes de consumo soviético (cf. 2, campesinos antaño con los pies envueltos en trapos, de ahí problema actual de abastecimiento de calzado), de donde necesidad soviética de importaciones masivas, y «no» aspiración «a aislarnos del extranjero.» Menciona las «relaciones [...] excelentes con los países escandinavos, con Francia y con todos los países con los que hemos firmado pactos de no agresión» y «convenciones especiales con Italia y Francia. » 3; las relaciones con Alemania son «tensas en este momento, pero hacemos todo lo que podemos por evitar todo cuanto pueda envenenarlas.» 4
Nota manuscrita sin referencia, 20 de octubre de 1933, 175, 1 p., in extenso.
«El Sr. de Fontenay[34], en opinión del Sr. de Robien, ha venido a solicitar informaciones acerca del Comité de Organización de Ayuda a los Hambrientos de Ucrania, cuya presidencia de honor se le ha solicitado aceptar. Ha indicado que esta petición le había sido hecha por el príncipe Tokary.

Debido a las actuales condiciones, a las susceptibilidades polacas y soviéticas en materia ucraniana, y a la propia personalidad del príncipe Tokary (conocido por sus opiniones de extrema derecha y que fue asociado a la acción de Petliura y Skoropadski[35]) se ha indicado al Sr. de Fontenay que una gran prudencia parecía oportuna.
El Sr. de Fontanay ha decido rechazar la propuesta que se le había hecho.»
Carta 299 Charles Alphand a Paul-Boncour, Moscú, 24 de octubre de 1933, 176, 2 p.
He preguntado a Molotov acerca del problema de las «concesiones noruegas» eventuales «en Ucrania» y ha negado cualquier vínculo con relaciones generales URSS-Noruega. «Considera que la intervención del Sr. Mowinkel –de quien, por otra parte, se ha mostrado poco satisfecho- está motivada únicamente por las funciones del Presidente Sr. Mowinkel en el Consejo de la Sociedad de Naciones» y «piensa [...] que las recientes elecciones en Noruega pueden apartarlo próximamente de Ginebra.»

«He hecho las mismas preguntas al embajador de Noruega, quien me ha contestado que el Doctor Nansen había utilizado una parte procedente de los fondos del Premio Nóbel que le fue atribuido (1-2) para la creación de granjas-modelo en Ucrania»; pero estas «concesiones [...] han expirado y conforme al contrato esas granjas han sido devueltas al Estado. Así pues, no se ha producido ninguna dificultad sobre este tema. La única otra concesión, «normalmente» aplicada, es la de «captura de focas en el Mar Blanco.» 2
Carta del presidente por interim del Comité de Organización de Ayuda a los Hambrientos de Ucrania al embajador Peretti de la Rocca, París, 20 de octubre de 1933, 178, 1 p.
«El señor Embajador de Panafieu, que es miembro del comité central de la Cruz Roja francesa y, por consiguiente, no puede ocupar ningún cargo directivo en nuestro comité, nos anima con vigor a rogar a Su Excelencia que tenga a bien acoger nuestra obra bajo su protección y acepte la presidencia de nuestro Comité» que «ya se ha asegurado del patronazgo de los cardenales y otras personalidades y del enérgico apoyo del archiduque Guillermo de Austria, primo hermano del Rey Alfonso XIII, que se une a nosotros para rogar a Su Excelencia que tenga a bien aceptar la presidencia de nuestro Comité», y cf. nuestra «reunión plenaria» sin fecha «dentro de 10 días», etc.

Transmitido con carta manuscrita de Peretti de la Rocca a «mi querido amigo» en margen con lápiz «urgente. Sr. Rochat», 25 de octubre de 1933, 177, 1 p.
Sólo aceptaría «si el Departamento viese en ello alguna ventaja evidente.»
Reseña biográfica del príncipe Tokary, manuscrita, de la misma mano que supra «cl. (sic)[36] 7 de noviembre de 1933», 179.
Nacido 24 de junio de 1885 en Ucrania, «llega a Francia el 9 de noviembre de 1924.
Ex terrateniente de Ucrania, conocido por sus opiniones de extrema derecha. Ha tomado parte en el movimiento nacional ucraniano bajo la dictadura del hetman y que estuvo asociado a la acción de Petliura y Skoropadski, fue enviado a este respecto como Consejero de la legación ucraniana en Viena.

Tras el regreso de los bolcheviki (sic) a Ucrania, se refugió en Varsovia donde participó en la firma del tratado firmado en 1920 entre Polonia y Petliura. Uniéndose a la persona de este último, fue entonces Ministro de Asuntos Exteriores del "frente ucraniano", y a continuación ministro adjunto.

Era (? ilegible) (1930) presidente de la asociación de Ex-Combatientes ucranianos. "Informaciones favorables en privado". Secretario General del Círculo de Estudios Ucranianos (61, bd Saint-Germain).»
Nota mecanografiada, sin referencia, 7 de noviembre de 1933, 180.
Retoma los mismos temas que los de los dos manuscritos sobre el príncipe Tokary.
«Por lo tanto, pudiera ser que los organizadores ucranianos de este Comité persigan en este caso un objetivo antes político que humanitario. [...] Cabe apuntar, además, que si, a pesar de las negativas soviéticas, una acusada escasez parece haberse efectivamente manifestado en ciertas regiones de Ucrania, concretamente en el momento de la "soldadura", su gravedad parece haber sido exagerada vigorosamente y explotada por una campaña (de fuente alemana, según parece) hostil al régimen soviético. Por último, la situación a tenor de este informe parece haber mejorado sensiblemente desde las cosechas.

Por último, ante las susceptibilidades tanto soviéticas como polacas acerca de cualquier actividad ucraniana, parece particularmente oportuna en este campo una cierta reserva en las condiciones actuales.»