
Sembrar un árbol es mucho más que hacer un hoyo. Un arbolito es una inversión para el futuro y vale la pena darle le mejor posibilidad de sobrevivir. Sembrarlo correctamente es indispensable para que crezca como un árbol fuerte, productivo y longevo.

1. Identifica un sitio adecuado
¿Sabes qué tipo de árbol vas a sembrar y cuáles son sus necesidades? ¿Crece mejor en sol o sombra, tierra húmeda o seca, suelo ácido o alcalino? Muchos árboles necesitan sombra en su primera etapa de crecimiento pero después benefician del pleno sol. También es recomendable tomar en cuenta el tamaño del árbol maduro. Uno de los errores más comunes es sembrar un árbol donde, diez años después, el tamaño de las raíces y ramas se vuelve problemático. Antes de sembrar un árbol, debes conocer sus características para poder escoger un sitio adecuado.
2. Siembra en la temporada correcta

Si vas a sembrar un árbol de semilla, también debes investigar cuál es la temporada correcta, ya que muchos tipos de árboles requieren condiciones específicas para que germine su semilla.
Para trasplantar un arbolito, la mejor temporada es en otoño (cuando el clima apenas empieza a refrescar) o en primavera temprana, ya que la temperatura y la precipitación son moderadas. Trasplantar en estas dos temporadas da suficiente tiempo para que el arbolito se aclimate antes de que empiece la sequía y calor extremo de verano o el frío extremo de invierno.
En zonas tropicales y subtropicales se puede trasplantar un arbolito cuando sea, siempre tomando en cuenta los patrones de clima específicos del lugar (por ejemplo no trasplantarlo justo antes de la temporada de tormentas en un lugar propenso a huracanes). Es importante que el arbolito reciba suficiente agua y que tenga protección contra el viento, el calor extremo y las inundaciones.
3. Haz un buen hoyo

En general, el hoyo debe tener la misma profundidad como las raíces y un diámetro de por lo menos tres veces el tamaño de éstas. El error más común al trasplantar un árbol es hacer el hoyo profundo y estrecho, todo lo contrario de como debe ser. Un hoyo ancho pero poco profundo permite el crecimiento rápido de las raíces para darle una mayor estabilidad al arbolito. También es benéfico hacer la forma de la base del hoyo con pendiente hacia las orillas, con un pequeño montón de tierra en el centro del hoyo donde puedes colocar el arbolito. Esto permite el drenaje del agua de lluvia hacia los lados del hoyo y evita que las raíces se inunden.
En suelos arcillosos, al escarbar con una pala se "sellan" las paredes del hoyo; esto provoca la inundación de las raíces y perjudica al arbolito. Para evitar esto, rasca y pica las paredes y el fondo del hoyo con un rastrillo de mano para permitir la filtración del agua.
4. Libera el arbolito de su contenedor y prepararlo para sembrar

Saca el arbolito de su envase cuidadosamente; no lo agarres el del tronco para moverlo ni sacarlo. Puede ser necesario quebrar o cortar el contenedor para evitar daños a las raíces.
Busca el punto donde el tronco se junta con las raíces; éste se debe mantener destapado.
Inspecciona las raíces visibles. Corta o remueve las que están dañadas y enmarañadas, en particular las que estén creciendo en forma circular por falta de espacio.
Nunca debes cortar la raíz primaria de un árbol. La raíz primaria es una raíz gruesa que crece hacia abajo en forma vertical. No todos los árboles crecen de esta forma, pero los que tienen una raíz primaria no sobrevivirán si ésta se daña.
5. Posiciona el árbol en el hoyo

Coloca tu arbolito en hoyo, encima del montoncito de tierra que dejaste en el centro. Asegura que la unión entre tronco y raíces está sobre el nivel de la tierra; luego pídele a un compañero que vea el árbol de diferentes ángulos para que lo puedas enderezar.
6. Llena el hoyo

Manteniendo al árbol derecho, llena el hoyo con tierra buena. Llénalo en partes, compactando la tierra muy bien para que el árbol quede estable. Puedes usar una mezcla de tierra y composta o abono, o tierra especial para sembrar. También es muy útil agregar hongos micorrízicos a la tierra, ya que éstos permiten la asimilación de nutrientes por el árbol y fomentan su crecimiento, a la vez evitando inoculación por microorganismos dañinos. Los puedes comprar en línea o en un vivero. Es recomendable evitar los fertilizantes químicos, ya que éstos pueden hiperestimular el arbolito y perjudicarlo a largo plazo.
7. Aplica el mantillo (mulch)

Cubre toda el área alrededor del árbol con una capa de 6 centímetros de hojas secas, viruta de madera, paja u otro material fibroso triturado. Este mantillo conserva la humedad y evita el crecimiento de malezas alrededor del arbolito. El tronco y el punto de unión con las raíces deben estar descubiertos; deja una rueda de espacio entre 6 y 10 centímetros alrededor del tronco para que no se mantenga demasiado húmedo.
Riega tu arbolito y no olvides visitarlo frecuentemente.
