Bueno, este es una historia que me pareció muy interesante, cargada de emociones y con un desenlace inesperado, es mi primer posteo y espero que os guste 
saludos
Las calles desierta, y las luces intermitentes de la ciudad, el frío calaba su cuerpo, el invierno abrazador le carcomía la piel, más no sentía frío sino odio, odio por la mujer que le condeno a vivir en el infierno, el último tranvía pasaba con uno o dos pasajeros por las frías calles de Lisboa, las casas parecían caerse a pedazos, y todo aquel paraíso terrenal donde vivió su infancia feliz junto a sus padres le fue arrebatado esa fatídica tarde.
- ‘’ ¿Te quieres casar conmigo? Preguntaba un chico de largos cabellos castaños y ojos grises
- Por supuesto que sí- decía una chica de piel clara, ojo verdes y larguísimos cabellos negros.
- Te amo Eleonor- dijo el sellando sus labios con un casto beso
- Te amo de verdad que te amo, Sam- dijo ella cobijándose entre sus brazos en esa noche de invierno’’
Recordaba con rabia y dolor todo lo que había pasado después, como el momento más feliz de su vida paso nada más a ser una efímera mentira, una lágrima de rabia rodaba en su mejilla, y una sonrisa que no quería dejar salir gritaba que aun la amaba.
Ese día cuando corrió a buscar a su amada, las cosas no habían sido como lo esperaba.
Corría con la emoción a flor de piel, la felicidad de un hombre verdaderamente enamorado, sus manos sostenían el más gran ramo de rosas que alguna vez hubiera tenido el dinero de comprar, y un cofre matrimonial hecho a mano con su esfuerzo, solo quería correr hacia ella abrasarla, tomarla entre sus brazos y besarla por toda la eternidad, pero solo encontró a la madre con los ojos llorosos y la mirada perdida, la mujer, suplicó perdón al hombre que se iba a casar con su hija, sin entender nada, el la tomó para sostenerla entre sus brazos, mientras ella llorando lo invitaba a pasar y estando ya sentados le entregaba una carta que decía:
Arrugó la carta entre sus manos mientras escuchaba a la mujer a su lado horrorizada llorando de impotencia, no podía creer semejante traición, siempre le había parecido extraña la relación de Eleonor con su padre, pero no podía imaginar que a tal magnitud, golpeó murallas hasta que las manos le sangraron, lloro de rodillas bajo la lluvia, jurando venganza contra la mujer que de un momento a otro paso a odiar con toda su alma, la encontraría y por su vida juraba que la mataría.
Después de 4 años por fin la había encontrado, había estado vigilando por semanas la extraña casa, estaba cercada y alejada de la urbanidad, pero el odio lo cegaba y no le dejaba ver lo evidente, encontró un lugar por donde podría entrar y esa sin duda sería la noche que lo haría.
La madre de Eleonor se había suicidado semanas después de la noticia, y el también vengaría su muerte.
Era un 14 de febrero día en que le había propuesto matrimonio, para el día mundial del amor, perfecto día para acabar con la felicidad que había forjado la mujer en un enlace prohibido.
Entro muy temprano a la casa, antes de que el ‘’padre’’ saliera, y entro habitación por habitación hasta que la encontró, ella no se percataría de su presencia, vio que miles de lágrimas abandonaba los ojos de la mujer, y por un minuto su humano corazón quiso abrazarla y consolarla pero él la odiaba no podía delatarse y permitir esa debilidad.
Cuando la mujer bajo las escaleras, pudo ver que su habitación era algo extraña no tenía ventanas, y ella lucia pálida como si llevara varios años sin ver la luz del sol, en cada una de las fotografías que había, ella jamás sonreía, era como si el mundo hubiera acabado para ella, bajo junto con ella sin que esta se diera cuenta, y se percató de que preparaba una cena para el día de los enamorados ‘’qué asco’’ pensó al imaginarla en la cama con su padre, y el odio se incrementó, en cuando la mujer se dirigió al baño, el aprovechó para escabullirse en la cocina y envenenar lentamente cada trozo de pastel y cada botella de vino, sintió ruidos en el baño, y se percató de que la chica lloraba desconsolada, pero una vez más su odio fue más grande.
Las horas pasaban y él como una sombra observaba todo.
El esperado momento por fin llegó, los ‘’enamorados’’ seriamente se sentaban a la mesa, y cuando el hombre intento besarla ella se resistió.
- ¿Qué es lo que te ocurre ahora?- gritó el ‘’padre’’ golpeando la mesa
- Por favor no me sigas haciendo esto- comenzó a llorar la chica
- Yo te amo Eleonor, no lo reprimas más se que tu también- decía el con visible enfado
- Yo no te amo, a quien siempre amaré será a Sam- gritó
- No te atrevas a decir eso- gritó el padre, mientras la obligaba a beber un sorbo de vino que con tanto esfuerzo había conseguido hace días, y luego la obligaba a darle un sorbo de vino en la boca a él, una escena romántica de no ser por las lágrimas y el espanto de la chica.
Sandeces pensó cuando ella dijo ‘’amo a Sam’’ no creía nada , absolutamente nada, dio la vuelta morirían lentamente, su venganza estaba cumplida, dio la vuelta, hasta que de pronto un fuerte golpe se escuchó.
- No vuelvas a morderme maldita zorra- gritó el hombre
- Suéltame por favor ‘’papá’’ soy yo ‘’tu niña’’ por favor no quiero hacerlo, yo no te amo, por favor dejame ir tomaste todo de mi, por favor papá- gritaba llorando desconsolada la mujer
Entonces el mundo pareció detenerse para Sam, y todo tuvo sentido, pero ya no había marcha atrás, Eleonor jamás la había traicionado, había sido obligada a escribir esa carta, cuando ella en verdad estaba secuestrada, se torturo pensando en el infierno que su amada debió haber vivido, ya no habría un nuevo comienzo no había remedio para el letal veneno, entonces lo supo, en esta vida jamás habría un final feliz.
En la cocina, el ‘’padre’’ tenía sujeta a Eleonor, de las manos, los finos cabellos negros caían alborotados, por su peco y los ojos verdes estaban opacos, y su uerpo temblaba asustado, cuando iba a desgarrar su vestido, unas fuertes manos lo apartaron de ella.
La mirada de ambos fue de completa sorpresa, Eleonor lloro de alegría, y el padre furioso corrió hacia un mueble de la cocina
- Sabía que este día llegaría maldito – dijo apuntándolo con un revolver
- Ya no hay marcha atrás para ti ni tu hija- dijo
- ¿De qué hablas?- pregunto riendo el padre
- He envenenado el vino que bebieron, en unas horas morirán silenciosamente- dijo y Eleonor suspiro aliviada como si la muerte fuera el mejor regalo ofrecido jamás.
- Tú te irás al infierno conmigo, sino es para mi no será de nadie dijo intentando disparar a Sam, pero en un eficaz esquivo Sam corrió y sujeto su mano comenzando un forcejeo que termino con el padre de Eleonor en el suelo y una herida que lo mato de inmediato directo al corazón.
- Sam, viniste por mí- lloraba Eleonor
- Eleonor, no, yo no sabía, no quiero que mueras – decía él mientras sostenía a su tan amada mujer en sus brazos
- Sam, no sabes lo feliz que me hace saber eso, he pasado por tanto- lloraba Eleonor abrazando a Sam
- Eleonor, por favor, perdóname- gritaba de impotencia Sam
- No hay nada que perdonar- decía ella acariciando los largos cabellos de Sam
- Eleonor- susurraba el besando esos labios que tanto amaba, y a los que suplicaba perdón por no salvarles de ese infierno y creer lo peor de ellos.
- Sam, por favor, llévame al lugar donde todo comenzó- dijo ella
- Está bien- dijo él entre lagrimas
En minutos llegaron al lugar más hermoso que sus ojos recordaban, un claro a la luz de la luna, solitario ideal para una noche romántica, recordaron cuando ambos se encontraron por sorpresa en ese lugar, recordaron su primer beso su primera mirada, y el día en que él le pidió matrimonio, pudo ver que ella también cargaba el anillo y sonrieron, un beso casto dio lugar a otros más apasionados e hicieron el amor como siempre lo habían soñado, entregándose mutuamente , amándose por la eternidad, la mañana comenzaba y el rostro de Eleonor estaba cada vez más pálido, la muerte le acechaba y el la abrigaba entre sus brazos
- Eleonor te amo- decía él entre sonrisas
- También te amo vida mía- decía con un hilo de voz Eleonor
- Eleonor, ¿fuiste feliz esta noche?- preguntaba con voz baja el mientras besaba la fría frente de su amada.
- Como siempre soñé que lo sería a tu lado- dijo ella besándolo en los labios con pocas fuerzas, las primeras punzadas de dolor comenzaban a aparecer
- Eleonor, no te duermas mi vida- decía él con lágrimas en los ojos, y acariciando su rostro- seremos felices por siempre amada mía.
- Por siempre- repetía ella aferrándose al cuerpo de Sam
Un último aliento, todos los recuerdos desde el primer día hasta esa noche vinieron a su mente, una sonrisa y una lagrima aparecieron en el rostro de ambos.
- ¿Juntos hasta el final de los tiempos?- preguntó Eleonor
- Hasta el final de los tiempos mi vida, en otra vida nos amaremos como siempre quisimos dijo Sam abrazándola aún más- cierra tus ojos amada mía, descansa en mis brazos- dijo rompiendo en llanto- Te amo Eleonor
- También te amo- dijo ella cerrando los ojos y abrazándolo, y sus fuerzas se fueron para siempre
- Eleonor, Eleonor mi amor , por favor no- gritaba el desconsolado- Eleonor
Abrazó su cuerpo y beso su frente todo el tiempo que demoró en surgir efecto en el , el potente veneno, cuando supo la verdad se dio cuenta que no había marcha atrás, moriría junto a su amada, y la seguiría donde fuera.
Recostados mirando el amanecer, así fueron los últimos momentos de Sam, cerró los ojos jurando amor eterno a Eleonor que yacía en su pecho, una lágrima y una sonrisa, que recordaba la última sonrisa de su amada, esa que después del infierno le fue devuelta por él, y cerró sus ojos para siempre, el amor más grande en la vida conocido.
Fueron encontrados esa misma mañana, con una sonrisa y una lágrima en el rostro, cuando todos los hechos se esclarecieron, sus cuerpos no tuvieron el funeral acostumbrado, en la iglesia se celebró la boda más grande que jamás se había celebrado, en sus respectivos ataúdes el vestía un smoking negro y ella el vestido de novia más hermoso que jamás se hubiera visto, las gente de multiples ciudades, arrojó flores blancas al último paseo de los enamorados, que en esta vida no pudieron ser felices, pero en su último camino fueron acompañados por miles de personas, que luchaban por acabar con los abusos de poder, pederastia y pedofilia, siendo Eleonor una de las tantas víctimas, que no pudo encontrar la felicidad en esta vida, pero en la muerte fue amada por quien la hacía feliz su amado Sam, cada 14 de febrero en la iglesia central de Lisboa, se recuerda a los enamorados, y se cuenta que por los pasillos de la iglesia, pueden verse correr de la mano dos novios enamorados, sonriendo felices, de la mano, y frente a un claro cada noche sus almas vuelven a la vida y se aman hasta el amanecer, nadie jamás pudo ver el encuentro de estos enamorados, y decir es real, pero quienes sabemos de su existencia sabemos que es real, la más bella historia de amor conocida, y puedo dar fé de ello, porque yo querido lector, soy la abuela de la mujer más valiente, mi amada nieta Eleonor, que en el paraíso es amada por Sam.


Las calles desierta, y las luces intermitentes de la ciudad, el frío calaba su cuerpo, el invierno abrazador le carcomía la piel, más no sentía frío sino odio, odio por la mujer que le condeno a vivir en el infierno, el último tranvía pasaba con uno o dos pasajeros por las frías calles de Lisboa, las casas parecían caerse a pedazos, y todo aquel paraíso terrenal donde vivió su infancia feliz junto a sus padres le fue arrebatado esa fatídica tarde.
(Flashback)
- ‘’ ¿Te quieres casar conmigo? Preguntaba un chico de largos cabellos castaños y ojos grises
- Por supuesto que sí- decía una chica de piel clara, ojo verdes y larguísimos cabellos negros.
- Te amo Eleonor- dijo el sellando sus labios con un casto beso
- Te amo de verdad que te amo, Sam- dijo ella cobijándose entre sus brazos en esa noche de invierno’’
(Fin del FlashBack)
Recordaba con rabia y dolor todo lo que había pasado después, como el momento más feliz de su vida paso nada más a ser una efímera mentira, una lágrima de rabia rodaba en su mejilla, y una sonrisa que no quería dejar salir gritaba que aun la amaba.
Ese día cuando corrió a buscar a su amada, las cosas no habían sido como lo esperaba.
(Flashback)
Corría con la emoción a flor de piel, la felicidad de un hombre verdaderamente enamorado, sus manos sostenían el más gran ramo de rosas que alguna vez hubiera tenido el dinero de comprar, y un cofre matrimonial hecho a mano con su esfuerzo, solo quería correr hacia ella abrasarla, tomarla entre sus brazos y besarla por toda la eternidad, pero solo encontró a la madre con los ojos llorosos y la mirada perdida, la mujer, suplicó perdón al hombre que se iba a casar con su hija, sin entender nada, el la tomó para sostenerla entre sus brazos, mientras ella llorando lo invitaba a pasar y estando ya sentados le entregaba una carta que decía:
Querido Sam:
No sabes cuánto me avergüenza escribir esto, pero es mejor que lo supieras desde ya, una vida no me alcanzará para pagar este pecado, no te amo, y nunca lo he hecho, se que este daño que he hecho lo pagaré solo con la muerte, me he enamorado, de un ser prohibido, me he enamorado de mi sangre, la sangre que me vio nacer y dar mis primeros pasos, me enamore de mi padre, espero algún día tu y mama me perdonen, hasta siempre.
Eleonor.
No sabes cuánto me avergüenza escribir esto, pero es mejor que lo supieras desde ya, una vida no me alcanzará para pagar este pecado, no te amo, y nunca lo he hecho, se que este daño que he hecho lo pagaré solo con la muerte, me he enamorado, de un ser prohibido, me he enamorado de mi sangre, la sangre que me vio nacer y dar mis primeros pasos, me enamore de mi padre, espero algún día tu y mama me perdonen, hasta siempre.
Eleonor.
Arrugó la carta entre sus manos mientras escuchaba a la mujer a su lado horrorizada llorando de impotencia, no podía creer semejante traición, siempre le había parecido extraña la relación de Eleonor con su padre, pero no podía imaginar que a tal magnitud, golpeó murallas hasta que las manos le sangraron, lloro de rodillas bajo la lluvia, jurando venganza contra la mujer que de un momento a otro paso a odiar con toda su alma, la encontraría y por su vida juraba que la mataría.
(Fin del Flashback)
Después de 4 años por fin la había encontrado, había estado vigilando por semanas la extraña casa, estaba cercada y alejada de la urbanidad, pero el odio lo cegaba y no le dejaba ver lo evidente, encontró un lugar por donde podría entrar y esa sin duda sería la noche que lo haría.
La madre de Eleonor se había suicidado semanas después de la noticia, y el también vengaría su muerte.
Era un 14 de febrero día en que le había propuesto matrimonio, para el día mundial del amor, perfecto día para acabar con la felicidad que había forjado la mujer en un enlace prohibido.
Entro muy temprano a la casa, antes de que el ‘’padre’’ saliera, y entro habitación por habitación hasta que la encontró, ella no se percataría de su presencia, vio que miles de lágrimas abandonaba los ojos de la mujer, y por un minuto su humano corazón quiso abrazarla y consolarla pero él la odiaba no podía delatarse y permitir esa debilidad.
Cuando la mujer bajo las escaleras, pudo ver que su habitación era algo extraña no tenía ventanas, y ella lucia pálida como si llevara varios años sin ver la luz del sol, en cada una de las fotografías que había, ella jamás sonreía, era como si el mundo hubiera acabado para ella, bajo junto con ella sin que esta se diera cuenta, y se percató de que preparaba una cena para el día de los enamorados ‘’qué asco’’ pensó al imaginarla en la cama con su padre, y el odio se incrementó, en cuando la mujer se dirigió al baño, el aprovechó para escabullirse en la cocina y envenenar lentamente cada trozo de pastel y cada botella de vino, sintió ruidos en el baño, y se percató de que la chica lloraba desconsolada, pero una vez más su odio fue más grande.
Las horas pasaban y él como una sombra observaba todo.
El esperado momento por fin llegó, los ‘’enamorados’’ seriamente se sentaban a la mesa, y cuando el hombre intento besarla ella se resistió.
- ¿Qué es lo que te ocurre ahora?- gritó el ‘’padre’’ golpeando la mesa
- Por favor no me sigas haciendo esto- comenzó a llorar la chica
- Yo te amo Eleonor, no lo reprimas más se que tu también- decía el con visible enfado
- Yo no te amo, a quien siempre amaré será a Sam- gritó
- No te atrevas a decir eso- gritó el padre, mientras la obligaba a beber un sorbo de vino que con tanto esfuerzo había conseguido hace días, y luego la obligaba a darle un sorbo de vino en la boca a él, una escena romántica de no ser por las lágrimas y el espanto de la chica.
Sandeces pensó cuando ella dijo ‘’amo a Sam’’ no creía nada , absolutamente nada, dio la vuelta morirían lentamente, su venganza estaba cumplida, dio la vuelta, hasta que de pronto un fuerte golpe se escuchó.
- No vuelvas a morderme maldita zorra- gritó el hombre
- Suéltame por favor ‘’papá’’ soy yo ‘’tu niña’’ por favor no quiero hacerlo, yo no te amo, por favor dejame ir tomaste todo de mi, por favor papá- gritaba llorando desconsolada la mujer
Entonces el mundo pareció detenerse para Sam, y todo tuvo sentido, pero ya no había marcha atrás, Eleonor jamás la había traicionado, había sido obligada a escribir esa carta, cuando ella en verdad estaba secuestrada, se torturo pensando en el infierno que su amada debió haber vivido, ya no habría un nuevo comienzo no había remedio para el letal veneno, entonces lo supo, en esta vida jamás habría un final feliz.
En la cocina, el ‘’padre’’ tenía sujeta a Eleonor, de las manos, los finos cabellos negros caían alborotados, por su peco y los ojos verdes estaban opacos, y su uerpo temblaba asustado, cuando iba a desgarrar su vestido, unas fuertes manos lo apartaron de ella.
La mirada de ambos fue de completa sorpresa, Eleonor lloro de alegría, y el padre furioso corrió hacia un mueble de la cocina
- Sabía que este día llegaría maldito – dijo apuntándolo con un revolver
- Ya no hay marcha atrás para ti ni tu hija- dijo
- ¿De qué hablas?- pregunto riendo el padre
- He envenenado el vino que bebieron, en unas horas morirán silenciosamente- dijo y Eleonor suspiro aliviada como si la muerte fuera el mejor regalo ofrecido jamás.
- Tú te irás al infierno conmigo, sino es para mi no será de nadie dijo intentando disparar a Sam, pero en un eficaz esquivo Sam corrió y sujeto su mano comenzando un forcejeo que termino con el padre de Eleonor en el suelo y una herida que lo mato de inmediato directo al corazón.
- Sam, viniste por mí- lloraba Eleonor
- Eleonor, no, yo no sabía, no quiero que mueras – decía él mientras sostenía a su tan amada mujer en sus brazos
- Sam, no sabes lo feliz que me hace saber eso, he pasado por tanto- lloraba Eleonor abrazando a Sam
- Eleonor, por favor, perdóname- gritaba de impotencia Sam
- No hay nada que perdonar- decía ella acariciando los largos cabellos de Sam
- Eleonor- susurraba el besando esos labios que tanto amaba, y a los que suplicaba perdón por no salvarles de ese infierno y creer lo peor de ellos.
- Sam, por favor, llévame al lugar donde todo comenzó- dijo ella
- Está bien- dijo él entre lagrimas
En minutos llegaron al lugar más hermoso que sus ojos recordaban, un claro a la luz de la luna, solitario ideal para una noche romántica, recordaron cuando ambos se encontraron por sorpresa en ese lugar, recordaron su primer beso su primera mirada, y el día en que él le pidió matrimonio, pudo ver que ella también cargaba el anillo y sonrieron, un beso casto dio lugar a otros más apasionados e hicieron el amor como siempre lo habían soñado, entregándose mutuamente , amándose por la eternidad, la mañana comenzaba y el rostro de Eleonor estaba cada vez más pálido, la muerte le acechaba y el la abrigaba entre sus brazos
- Eleonor te amo- decía él entre sonrisas
- También te amo vida mía- decía con un hilo de voz Eleonor
- Eleonor, ¿fuiste feliz esta noche?- preguntaba con voz baja el mientras besaba la fría frente de su amada.
- Como siempre soñé que lo sería a tu lado- dijo ella besándolo en los labios con pocas fuerzas, las primeras punzadas de dolor comenzaban a aparecer
- Eleonor, no te duermas mi vida- decía él con lágrimas en los ojos, y acariciando su rostro- seremos felices por siempre amada mía.
- Por siempre- repetía ella aferrándose al cuerpo de Sam
Un último aliento, todos los recuerdos desde el primer día hasta esa noche vinieron a su mente, una sonrisa y una lagrima aparecieron en el rostro de ambos.
- ¿Juntos hasta el final de los tiempos?- preguntó Eleonor
- Hasta el final de los tiempos mi vida, en otra vida nos amaremos como siempre quisimos dijo Sam abrazándola aún más- cierra tus ojos amada mía, descansa en mis brazos- dijo rompiendo en llanto- Te amo Eleonor
- También te amo- dijo ella cerrando los ojos y abrazándolo, y sus fuerzas se fueron para siempre
- Eleonor, Eleonor mi amor , por favor no- gritaba el desconsolado- Eleonor
Abrazó su cuerpo y beso su frente todo el tiempo que demoró en surgir efecto en el , el potente veneno, cuando supo la verdad se dio cuenta que no había marcha atrás, moriría junto a su amada, y la seguiría donde fuera.
Recostados mirando el amanecer, así fueron los últimos momentos de Sam, cerró los ojos jurando amor eterno a Eleonor que yacía en su pecho, una lágrima y una sonrisa, que recordaba la última sonrisa de su amada, esa que después del infierno le fue devuelta por él, y cerró sus ojos para siempre, el amor más grande en la vida conocido.
Fueron encontrados esa misma mañana, con una sonrisa y una lágrima en el rostro, cuando todos los hechos se esclarecieron, sus cuerpos no tuvieron el funeral acostumbrado, en la iglesia se celebró la boda más grande que jamás se había celebrado, en sus respectivos ataúdes el vestía un smoking negro y ella el vestido de novia más hermoso que jamás se hubiera visto, las gente de multiples ciudades, arrojó flores blancas al último paseo de los enamorados, que en esta vida no pudieron ser felices, pero en su último camino fueron acompañados por miles de personas, que luchaban por acabar con los abusos de poder, pederastia y pedofilia, siendo Eleonor una de las tantas víctimas, que no pudo encontrar la felicidad en esta vida, pero en la muerte fue amada por quien la hacía feliz su amado Sam, cada 14 de febrero en la iglesia central de Lisboa, se recuerda a los enamorados, y se cuenta que por los pasillos de la iglesia, pueden verse correr de la mano dos novios enamorados, sonriendo felices, de la mano, y frente a un claro cada noche sus almas vuelven a la vida y se aman hasta el amanecer, nadie jamás pudo ver el encuentro de estos enamorados, y decir es real, pero quienes sabemos de su existencia sabemos que es real, la más bella historia de amor conocida, y puedo dar fé de ello, porque yo querido lector, soy la abuela de la mujer más valiente, mi amada nieta Eleonor, que en el paraíso es amada por Sam.
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