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10 SECRETOS QUE TU VETERINARIO NUNCA TE DIRA


Aprendé a cuidar a tu mascota con estos importantes consejos.


Es falso que las hembras deban tener una camada o un primer celo antes de ser esterilizadas. Desde el punto de vista clínico, se sugiere la castración luego del primer celo, que es cuando la mascota alcanza su desarrollo máximo. Desde lo preventivo, un oncólogo recomendará hacerlo antes del primer celo ya que las posibilidades de que aparezcan tumores de mama se reduce a cero.


Si querés evitar que un cachorrito se coma sus zapatos, o que un gatito se trepe a sus cortinas, considerá adoptar un animal adulto.


Así como uno debe hacerse un chequeo médico periódico, es importante que traigas a tus mascotas al menos cada seis meses para sus vacunas o desparasitación de rutina.


Quitarles las uñas a los gatos es arrancarles su personalidad, además de que es una operación muy dolorosa. Lo mejor es que yo se las recortes cada quince días o que aprendas a hacerlo en casa: es una maniobra muy fácil.


Si un alergista te dice que te deshagas de tu mascota, ¡pensalo bien! Averiguá qué alergia tiene, pues podría ser que sólo dejes desamparado a tu perro o gato,  y el origen de su problema sea el polen o el polvo.


Adoptá un animal mestizo en vez de uno de raza pura. Además de ahorrar dinero y ayudar a resolver la sobrepoblación de refugios, son animales más saludables que los que le venden los seudocriadores, debilitados genéticamente debido a que se cruzan entre hermanos, lo que los vuelve delicados. Un perro mestizo posee una selección natural de genes que lo hace más fuerte.


En mascotas enfermas, sin cura y que sufren, sugerimos la eutanasia, pero no para deshacerse de un animal sano que ya no querés. Esta práctica siempre debe ser sugerida por nosotros.


Creenos cuando te decimos que tu mascota puede estar insolada o haber sufrido un golpe de calor.  En verano, tené en cuenta las áreas de sombra, hidratá a tu mascota e, incluso, aplicale protector solar (siempre lejos del hocico).


Un perro que estornuda no siempre está resfriado, no es algo habitual. Suelen estornudar por estar contentos, excitados, ante olores fuertes o para quitarse algún elemento irritante del hocico.


Bañá a tu mascota una vez cada 15 días: de lo contrario barrerá la capa protectora de la piel y correrá el riesgo de provocarle otros daños.







¿Teme tu gato al veterinario?


 Si en cada visita se resiste o maúlla de miedo, ayudalo a afrontar sin estrés ese momento.


Antes de la cita. No espere hasta el último minuto para buscar la jaula de transporte de su mascota: el simple hecho de verla le causará pánico. Use una manta para convertir la jaula en un refugio acogedor. Juegue con su gato alrededor de la jaula. Lance dentro una pelota o un tapón de corcho. Haga que su gato entre y salga de la jaula varias veces; así no tendrá que perseguirlo para meterlo en ella.



El día de la cita. Rocíe con unas gotas de aerosol tranquilizante (de venta en farmacias veterinarias) en las esquinas de la jaula y en la manta.


En la sala de espera. Mantenga cerrada la jaula. Si hace falta, cúbrala con una toalla para que su gato no vea lo que ocurre afuera. Coloque la jaula sobre su regazo o en una silla cercana. Por ningún motivo deje salir a su mascota. Eso solo aumentaría su ansiedad, imagine el alboroto que armaría si se pusiera a correr por el consultorio.


Con el veterinario. Ponga la jaula sobre la mesa de examen y saque con cuidado a su gato. Acarícielo y luego aléjese de la mesa, pero manténgase dentro del campo visual de su mascota. Háblele mientras el veterinario la examina. Mediante una actitud serena y firme, demuéstrele que no hay ningún motivo para que se asuste o se resista.