Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?



Todos aceptan que el futuro del fútbol argentino no será el mismo luego del fallecimiento de Julio Grondona. Luego de 35 años de una conducción centralizada y dependiente de sus decisiones, lo que venga será diferente. Lo único es que nadie sabe como será exactamente. El fútbol argentino, salta a la vista, precisa de nuevas maneras de ser llevado. Tal vez de un modo arbitrario, pero abierto al debate de los fanáticos, estas son algunas cuestiones que debe cambiar.



Recuperar un proyecto. El nuevo ciclo del técnico del seleccionado precisa también de una reformulación del manejo de las juveniles y el equipo mayor. Esa estructura creada por Grondona con José Pekerman y que abarcó el período 1995-2007 tiene que ser relanzada




Clubes sanos. Los reglamentos contemplan sanciones para los clubes que tienen sus cuentas en rojo y siguen gastando como si fueran jeques árabes. La nueva conducción tendría que controlar que nadie se exceda en los gastos cuando las finanzas se comprometen tanto.




Fútbol sin violencia. La vuelta de los hinchas visitantes a los estadios es la materia pendiente que tiene el fútbol argentino. Eso tiene que llegar junto con las medidas necesarias para que ir a la cancha sea sinónimo de disfrutar de un espectáculo y no un escenario de batallas de hinchas violentos.






Calidad. Es un clásico luego de cada Mundial: los hinchas sienten que el contraste es muy fuerte entre lo que se vio y la vuelta a las canchas argentinas. Se precisan mejores estadios, más modernos y obviamente un requisito desde la AFA de que los campos de juego están en condiciones aceptables para ver un buen fútbol.





Respetar al espectador. En esta idea se engloban varias cuestiones: organizar bien los calendarios, no modificar horarios de partidos porque sí, hacer buenos operativos de seguridad.



No complicar lo simple. Los nuevos formatos de torneos y clasificación para las copas internacionales son un enigma. El hincha está perdido y todos tienen la convicción de que las reglas se acomodan según las conveniencias. Para que el fútbol sea un buen espectáculo es necesario que los fanáticos no tengan que sumergirse en la lectura infinita de incisos, sino que debe comprender con simpleza como funciona el sistema.




Pensar en el futuro. La dirigencia está todo el tiempo resolviendo asuntos de urgencia. Hay poco espacio para proyectar que fútbol se quiere para el futuro. No se contempla para que lado irá el deporte y la industria en las próximas décadas. Hay que empezar a hacerlo.




Ser estratégicos. La ausencia de Julio Grondona, hay que decirlo, pondrá en duda el peso que tenga el fútbol sudamericano en el orden mundial. Grondona hizo muy bien esa tarea. Es preciso evaluar como se logrará ese equilibrio político a partir de ahora.




Clubes y futbolistas. Replantear la relación entre los clubes y los jugadores. En ocasiones no parecen perseguir los mismos intereses. Hacer una política de mercado de pesas más clara y que generen un vínculo sólido para que los futbolistas no piensen todo el tiempo en irse, sino en el momento adecuado.




Un presidente por cuatro años. Todos coinciden en que el manejo de Julio Grondona fue único y que no deja herencia. Sólo desde su personalidad y su influencia internacional fue posible un mandato tan prolongado en el tiempo. ¿Será qué a partir de ahora el que llegue tendrá que pensar en una presidencia más acotada?



Comenten!