Gustav Klimt desbanca a Picasso como pintor más caro de la historia
El retrato 'Adele Bloch Bauer I', del pintor austriaco, se vende en Nueva York a un magnate de la cosmética por 135 millones de dólares
'Adele Bloch Bauer I'
nueva york. El retrato Adele Bloch-Bauer I, del austriaco Gustav Klimt, se ha convertido en el cuadro por el que se ha pagado el precio más alto en la historia del arte, tras venderse por 135 millones de dólares, informó ayer el prestigioso diario The New York Times.
El cuadro, conocido como la Adele de oro y que hasta hace tres meses era una de las obras maestras de la Galería Belvedere de Viena, ha sido adquirido por el magnate estadounidense de la cosmética Ronald S. Lauder para colgarla en la Neue Galerie, museo neoyorquino de su propiedad especializado en arte austriaco.
El cuadro que había alcanzado hasta ahora mayor precio era Garçon a la pipe (Joven con pipa), de Pablo Picasso, por el que se pagaron 104 millones de dólares en una puja pública celebrada en el 2004 en la casa de subastas Sotheby's. La propiedad de Adéle Bloch-Bauer I y otras cuatro obras de Klimt (1862-1918) que estaban en la Belvedere fue reconocida por un tribunal de arbitraje el pasado enero a una sobrina de la modelo del retrato, Maria Altmann, de 90 años.
La Adele de oro, otro retrato de Bloch-Bauer y tres paisajes fueron objeto desde 1999 de una disputa legal entre Altmann y el Gobierno austríaco. Altmann es sobrina de Ferdinand Bloch-Bauer, rico coleccionista judío de arte cuya esposa Adele, modelo de los retratos en disputa, le pidió que tras su muerte las obras se donaran a la Belvedere. Sin embargo, Bloch-Bauer decidió legar los cuadros a sus sobrinos, pero todos sus bienes fueron confiscados por los nazis tras la anexión de Austria por Alemania en marzo de 1938. La vienesa Altmann huyó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) a EEUU, país en el que vive como ciudadana estadounidense y donde decidió proseguir con su reclamación, hasta que acordó con el Gobierno austriaco en el año 2005 acudir a un tribunal de arbitraje cuyo dictamen fuese vinculante.
Después de recuperar los cuadros en marzo, Altmann los cedió para su exposición temporal al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, de donde estaba previsto que el próximo día 30 viajaran a la Neue Galerie. Adele Bloch-Bauer I, Adele Bloch-Bauer II y los tres paisajes tenían un valor conjunto, según diversos tasadores, de 135 millones de dólares, precio que ahora ha alcanzado sólo el primero de ellos.
La pérdida del retrato de Adele Bloch-Bauer fue una auténtica tragedia tanto para la galería Belvedere como para los ciudadanos de Viena, que formaron largas colas para despedirse de ellos cuando se enteraron del fallo del tribunal que dirimió el pleito entre el gobierno de Austria y la heredera de la modelo.
Gustav Klimt (1862-1918) nació en las afueras de Viena en el entorno de una familia humilde. Hijo de un grabador, fue el segundo de siete hermanos, y junto a uno de ellos, Ernst y a un compañero de la Escuela de Artes y Oficios (en la que ingresó a los 14 años de edad) funda la Compañía de Artistas, que obtuvo pronto premios y renombre por sus trabajos de pinturas decorativas de edificios arquitectónicos: El Museo de Historia del Arte, la Universidad de Viena, palacios privados...
En 1903 viajó a Rávena (Italia) para visitar los mosaicos de San Vitale, los cuales le impactan enormemente y serán decisivos para su pintura a partir de ese momento. El año siguiente viajó hasta Bruselas para decorar la Casa Stocklet, junto con los miembros de la Wiener Werkstätte. En el friso que realizó para el comedor, Klimt concluyó la ruptura con el ilusionismo espacial de su pintura arquitectónica anterior. Así, ingresó en el llamado espacio dorado, es decir, una pintura arquitectónica con tratamiento de orfebrería. Gracias a este estilo realizó numerosos retratos como el de Adèle Bloch-Bauer (1907) –que ahora se ha converido en el cuadro más caro de la historia– o el de Fritza Riedler (1906). Además, con esta técnica brillante y a modo de mosaico –que le hizo entrar en los manuales de Historia del Arte– sería pintada una de sus obras más emblemáticas, El Beso (1907-1908, en la Österreichische Galerie de Viena).
Tuvo una enorme influencia sobre artistas contemporáneos como Kokoschka y Schiele, pero como escribió Whitford (1941), en su libro Klimt (1990), "ninguna escuela lo siguió. No había nadie como él antes y no hubo nadie como él después. Su efecto en el curso de la pintura del siglo XX es insignificante, a pesar de que la transición de lo antiguo a lo moderno puede verse más claramente en su obra, así como la intención con que fue concebida, que en la de ningún otro artista importante
fuente: efe
El retrato 'Adele Bloch Bauer I', del pintor austriaco, se vende en Nueva York a un magnate de la cosmética por 135 millones de dólares

'Adele Bloch Bauer I'
nueva york. El retrato Adele Bloch-Bauer I, del austriaco Gustav Klimt, se ha convertido en el cuadro por el que se ha pagado el precio más alto en la historia del arte, tras venderse por 135 millones de dólares, informó ayer el prestigioso diario The New York Times.
El cuadro, conocido como la Adele de oro y que hasta hace tres meses era una de las obras maestras de la Galería Belvedere de Viena, ha sido adquirido por el magnate estadounidense de la cosmética Ronald S. Lauder para colgarla en la Neue Galerie, museo neoyorquino de su propiedad especializado en arte austriaco.
El cuadro que había alcanzado hasta ahora mayor precio era Garçon a la pipe (Joven con pipa), de Pablo Picasso, por el que se pagaron 104 millones de dólares en una puja pública celebrada en el 2004 en la casa de subastas Sotheby's. La propiedad de Adéle Bloch-Bauer I y otras cuatro obras de Klimt (1862-1918) que estaban en la Belvedere fue reconocida por un tribunal de arbitraje el pasado enero a una sobrina de la modelo del retrato, Maria Altmann, de 90 años.
La Adele de oro, otro retrato de Bloch-Bauer y tres paisajes fueron objeto desde 1999 de una disputa legal entre Altmann y el Gobierno austríaco. Altmann es sobrina de Ferdinand Bloch-Bauer, rico coleccionista judío de arte cuya esposa Adele, modelo de los retratos en disputa, le pidió que tras su muerte las obras se donaran a la Belvedere. Sin embargo, Bloch-Bauer decidió legar los cuadros a sus sobrinos, pero todos sus bienes fueron confiscados por los nazis tras la anexión de Austria por Alemania en marzo de 1938. La vienesa Altmann huyó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) a EEUU, país en el que vive como ciudadana estadounidense y donde decidió proseguir con su reclamación, hasta que acordó con el Gobierno austriaco en el año 2005 acudir a un tribunal de arbitraje cuyo dictamen fuese vinculante.
Después de recuperar los cuadros en marzo, Altmann los cedió para su exposición temporal al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, de donde estaba previsto que el próximo día 30 viajaran a la Neue Galerie. Adele Bloch-Bauer I, Adele Bloch-Bauer II y los tres paisajes tenían un valor conjunto, según diversos tasadores, de 135 millones de dólares, precio que ahora ha alcanzado sólo el primero de ellos.
La pérdida del retrato de Adele Bloch-Bauer fue una auténtica tragedia tanto para la galería Belvedere como para los ciudadanos de Viena, que formaron largas colas para despedirse de ellos cuando se enteraron del fallo del tribunal que dirimió el pleito entre el gobierno de Austria y la heredera de la modelo.
Gustav Klimt (1862-1918) nació en las afueras de Viena en el entorno de una familia humilde. Hijo de un grabador, fue el segundo de siete hermanos, y junto a uno de ellos, Ernst y a un compañero de la Escuela de Artes y Oficios (en la que ingresó a los 14 años de edad) funda la Compañía de Artistas, que obtuvo pronto premios y renombre por sus trabajos de pinturas decorativas de edificios arquitectónicos: El Museo de Historia del Arte, la Universidad de Viena, palacios privados...
En 1903 viajó a Rávena (Italia) para visitar los mosaicos de San Vitale, los cuales le impactan enormemente y serán decisivos para su pintura a partir de ese momento. El año siguiente viajó hasta Bruselas para decorar la Casa Stocklet, junto con los miembros de la Wiener Werkstätte. En el friso que realizó para el comedor, Klimt concluyó la ruptura con el ilusionismo espacial de su pintura arquitectónica anterior. Así, ingresó en el llamado espacio dorado, es decir, una pintura arquitectónica con tratamiento de orfebrería. Gracias a este estilo realizó numerosos retratos como el de Adèle Bloch-Bauer (1907) –que ahora se ha converido en el cuadro más caro de la historia– o el de Fritza Riedler (1906). Además, con esta técnica brillante y a modo de mosaico –que le hizo entrar en los manuales de Historia del Arte– sería pintada una de sus obras más emblemáticas, El Beso (1907-1908, en la Österreichische Galerie de Viena).
Tuvo una enorme influencia sobre artistas contemporáneos como Kokoschka y Schiele, pero como escribió Whitford (1941), en su libro Klimt (1990), "ninguna escuela lo siguió. No había nadie como él antes y no hubo nadie como él después. Su efecto en el curso de la pintura del siglo XX es insignificante, a pesar de que la transición de lo antiguo a lo moderno puede verse más claramente en su obra, así como la intención con que fue concebida, que en la de ningún otro artista importante
fuente: efe