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Con la excusa de las Fiestas Patrias, actores, chefs, deportistas, músicos y un largo etcétera explican por qué vale la pena vivir hoy en Chile, y de paso van mostrando algunos de los rasgos que nos definen actualmente.




1.- Marcelo Cicali: “Porque hoy podemos participar del cambio hacia el Chile que queremos”

Cicali sabe más de sociabilidad chilena que muchos sociólogos. Desde sus bares Liguria -que hoy son tres más uno en construcción- ha sido testigo de la forma en que muchos santiaguinos salen, conversan, se ríen, se emparejan, pelean y pasan las penas. Pero en el año 90 estuvo a punto de irse, a París. Estaba desencantado y ya tenía el pasaje en la mano, pero se arrepintió y se quedó haciendo un bar. “Me sentiría muy huérfano si no estuviera mirando el mar cada cierto rato, la cordillera, los verdes. Tengo una conexión con la gente y me gustan los chilenos.

¿Por qué le gusta como somos los chilenos?

Porque somos muy simples. Me gusta que todavía te inviten a comer a la casa. Que todavía te presentan a los papás. Aunque ya estoy más viejo aun hay gente que me presenta a sus padres. Tenemos algo de provincia y campo.

¿Por que cree que hay que estar en Chile hoy?

Porque podemos participar del cambio hacia el Chile que queremos, o el que yo quiero. Antes no me pasó eso. No en los noventa y para qué decir en la dictadura… Hoy el chileno está más curioso y la curiosidad es un gran acelerador de transformaciones.

Al mismo tiempo que piensa en cambios y transformaciones, Cicali tiene un afán rescatista del patrimonio, de la comida chilena y de tradiciones que él explica que la dictadura cortó o inhibió. Para él, la cueca, el folclor, la cocina popular y el pebre no son cosa del 18, sino que de cada día. “Yo tengo fonda todo el año”, dice. “Una vez vino un amigo de Café Tacuba y le llamó la atención esto de la ‘semana de la chilenidad’. Se preguntaba qué eran las semanas del resto del año. Es una gran pregunta. Nosotros queremos ser chilenos todo el año” y agrega que no se trata de ser chovinista: “Se trata de querer a nuestros poetas, comidas, autores, cantantes, paisajes y etnias. El chileno cuando va a España baila flamenco, come gallito, toma sangría, vuelve a Chile y dice: ‘la cueca es ordinaria, no me hables de guatitas y no tomo borgoña’, cuando es exactamente lo mismo. Pero eso está cambiando, con gente que tiene mente más abierta, que nació en democracia. El chileno quiere comer chileno, quiere escuchar folclor porque folclor también es Manuel García y no sólo es un grupo de cuatro huasos con manta de Doñihue. Lo que ha pasado con Parra ha sido muy lindo”.

¿Qué recomendaría para este 18?

Ir a las fondas, estés donde estés. Anda a esa celebración única y mágica donde la comunidad se encuentra. Nos cuesta tanto vernos las caras porque hace 25 años nos estamos mirando los bolsos y lo que nos compramos, la ropa, el auto, dónde estudiaste, qué doctorado hiciste. Aparte del asado en la casa, y la empanada, sal a ver a tu comunidad.

2.- Carolina “Crespa” Rodríguez: “Porque somos de piel”

Carolina “Crespa” Rodríguez es doble campeona mundial de boxeo. Hace un mes retuvo el título mundial de la categoría peso gallo la Federación Internacional de Boxeo ante un Polideportivo del Estadio Nacional repleto. Pero le costó llegar hasta ahí.

Usted ha tenido todos los males de este país: sobrepeso infantil, violencia en el barrio donde creció y deudas. ¿Es Chile un lugar amable para vivir?

Sí. Vengo de una familia de escasos recursos que salió adelante gracias al trabajo, y no critico a Chile por eso. Independientemente de todas las falencias, creo que tenemos un buen país. Si hubiera seguido estudiando para contadora quizás tendría un sueldo de 500 o 600 lucas y estaría más tranquila, pero me enamoré del deporte.

¿Por qué no aceptó la oferta de nacionalizarse en Argentina, donde su deporte está más desarrollado?

Ellos me daban todo el apoyo económico en un momento donde me faltaban las lucas. La tentación estaba, pero echaba de menos todo, mi familia, mis amigos, mi barrio. A los cuatro meses lo único que quería era venirme. La muerte de mi hermano -asesinado cuando ella tenía 15 años- me enseñó que hoy me levanto y tal vez no llegue a mi casa en la noche. Acá veo a mi vieja todos los días y a mis hermanos todos los fines de semana. Cuesta más el deporte pero el entorno lo vale.

¿Cree que eso es amor por Chile?

Sí, amo a Chile. Siempre que viajo extraño mi país. Echo de menos el grito de ventana a ventana de mi vecina del frente, la María. Me gusta salir a la calle, echar la talla, escuchar los típicos garabatos chilenos. Me gusta el roto chileno, cuando la gente se echa sus chuchadas. También me gusta la marraqueta con mantequilla en la mañana o el pebre al almuerzo y me prende mucho escuchar la cueca.

Parece que lo que más le gusta es la vida de barrio.

Sí. Me gustan los chilenos porque son de piel. Acá tú puedes saber cómo es la gente a través de un abrazo. Viví en Tailandia y veía que los pololos no andaban de la mano o que los papás no se despedían con un beso de sus hijos cuando los dejaban en el colegio. Acá somos sociables y muy cariñosos y si no tengo eso, lo extraño.

Entonces, ahora que es una celebridad está en su salsa.

Es rico sentir el cariño. El otro día fui al centro y entre Moneda y Agustinas me demoré una hora y media con tantos abrazos, fotos y abuelitas me daban bendiciones. Me tomaban las manos y me decían: “Qué Dios se las bendiga”.

A esas abuelitas no les debe gustar el boxeo.

Puede ser. Pero se sienten identificadas conmigo porque ha salido mucho lo que me costó llegar a donde estoy ahora.



3.- Pedro Cayuqueo: “Por su cultura popular”

“¿Si quiero a Chile?”. El periodista y escritor mapuche Pedro Cayuqueo lo piensa. No quiere declararse a la primera, tan fácilmente. “Siento que no estoy enamorado de Chile”, lanza y describe la relación con el país donde vive como “un pololeo disfuncional”. “Chile es como una polola que no nos pesca mucho y somos víctimas de maltrato en el pololeo con Chile, pero como los mapuches sabemos apreciar lo intercultural, le hacemos ojitos, lo esperamos y Chile de repente nos quiere y de repente nos da palos. Es un poco bipolar”.

Pese a que, según dice, el país hace muy pocos esfuerzos para que los mapuches lo quieran porque no reconoce su morenidad y sigue con la fantasía de creerse “blanco y europeo”, Cayuqueo vive las fiestas dieciocheras como un chileno cualquiera, sin complejos. “Me gusta la cultura popular chilena. Las Fiestas Patrias, la cultura de cantina, la cueca chora. La bohemia popular vinculada a Fiestas Patrias me gusta mucho”.

¿Cómo participa en Fiestas Patrias?

Me sumo a todas las fiestas. Me gusta ir a las ramadas más populares que se hacen en la isla Cautín o llevo a mi hija a las ramadas de la SOFO (Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco) que tienen juegos infantiles. Ahí también hacen una fonda mapuche donde se puede probar comida propia de nuestra cultura y a la que le va bastante bien. La gente mapuche celebra sin mayor remordimiento las Fiestas Patrias, tal como pueden celebrar ceremonias propias. Mi madre, por ejemplo, que es muy mapuche, cocina empanadas, anticuchos y hace asados en la casa. El lema familiar es: si no puedes contra ellos, súmate.

Cayuqueo piensa que mientras más fiestas haya, mejor. “Siempre les digo a mis amigos más bohemios que si Chile nos reconociera como pueblo y nuestras fechas simbólicas fueran feriados, nos pasaríamos carreteando todo el año. Tendríamos más fiestas y seríamos una sociedad más feliz, respetuosa e intercultural. De partida, ¡tendríamos dos años nuevos al año, en junio y a fin de año!”.

Pese a que hoy el pololeo es disfuncional, el autor de Esa ruca llamada Chile dice que hay un cambio cultural en marcha y que la relación, en el futuro, debería mejorar. Mientras, él surfea arriba de la ola porque el tema mapuche está de moda. “Sé que me llaman de programas porque soy el mapuche que habla de corrido y que escribe libros, pero yo quisiera que esto no fuera tema y que Chile tuviera asumida la diversidad étnica. Ese es el Chile más querible que me imagino. Con ese Chile yo me voy a la cama altiro”.

4.- Fernanda Urrejola: “Porque hay directores jóvenes que están haciendo la diferencia”

Si piensa en Chile, la actriz y protagonista de la teleserie de Chipe libre automáticamente se traslada a la playa o recorre los paisajes de decenas de pueblos pequeños que, para ella, tienen un espíritu único. Por lo mismo, cree que todo chileno debiera animarse a salir de los sitios más típicos y recorrer, conocer lugares distintos y pueblos perdidos.

¿Qué cosas le gustan del Chile de hoy?

Me encanta la atención que el cine chileno está teniendo en los festivales internacionales. Hay directores jóvenes que están marcando la diferencia. Hasta hace pocos años el cine argentino y mexicano tenían la supremacía absoluta de este tipo de certámenes. Hoy ya no es así, lo que significa una tremenda oportunidad para nosotros, los actores. Ver triunfar a la Paulina García de la mano de Sebastián Lelio es un gran ejemplo de las cosas que se están haciendo: proyectos con mucha sensibilidad y visiones humanas que conmueven a un público transversal.



5.- Rodolfo Guzmán: “Porque somos multimillonarios a nivel gastronómico”

“Me fascina todo lo que está pasando con nuestra gastronomía. Hemos tenido un desarrollo impensado hace ocho años. Estamos orgullosos del producto chileno, lo estamos transformando en protagonista y los cocineros están tomando conciencia de lo que tienen alrededor, de lo que significa una empanada de changles. Creo que en cinco años más podemos ser el nuevo destino gastronómico de la región”, dice el cocinero estrella del momento, dueño del Boragó, que fue calificado como uno de los cinco restaurantes más importantes de América Latina.

¿Qué cambió?

Nos estamos dando cuenta de que hay que dejar de mirar afuera para preparar foei gras y ver los tomates de Limache o los digüeñes y dándonos cuenta de lo satisfactorio que es sentirse orgulloso de lo nuestro. La sociedad está cambiando a un ritmo impresionante y por lo mismo es importante que no nos perdamos en la conexión con quienes somos; nuestros pueblos originarios tienen un patrimonio inconmensurable, somos casi el único país en el mundo donde la comida silvestre es parte de nuestra gastronomía, parte de nuestras recetas.

¿Chile es un país para ser un gran chef?

Eso no es lo sustancial. Lo que realmente importa es que somos multimillonarios a nivel gastronómico y podemos ser la punta de lanza de este tema en Latinoamérica. Ojalá que todos los cocineros hagan cocina endémica, ojalá entendamos que el que las frutillas blancas se den sólo tres veces al año no es una desventaja, sino que una oportunidad para desarrollar el turismo alrededor de ellas. Y todo esto sin preocuparnos de cómo y cuánto cocina el de al lado; hay que dejar de compararse y preocuparse del propio desarrollo, descubrir todo lo que hay alrededor, porque somos unos felices ignorantes.

6.- Jorge Navarrete: “Porque adoro la piscola”

El abogado y analista político, que a veces critica ácidamente la situación política chilena, dice que adora este país “admirando sus grandezas y también avergonzándome de sus miserias”.

¿En qué se traduce esa sensación de pertenencia?

En una relación parecida a la que uno tiene con sus padres: de contención y gratificación y de resistencia y rebeldía. Es mi hogar, lo que conozco y manejo, donde me siento seguro. A veces lo critico en forma despiadada, pero resiento cuando lo hacen quienes no son miembros de la familia.

¿Qué cosas le gustan de este país en general?

Me emociona la resiliencia de mi pueblo, me sorprende la sabiduría callejera, me divierte su sentido del humor, me encanta tener las cuatro estaciones… y adoro el combinado nacional 35 negro, es decir, la piscola.

¿Qué le gusta del Chile de hoy?

La valoración de la diversidad y el pluralismo, la cultura del respeto mutuo y la dignidad de las personas. Me encanta la literatura chilena, especialmente la prosa urbana y popular, pero también me sorprende y cautiva el coa, no tanto como expresión del lenguaje del hampa sino más vinculado a los códigos de un clan o comunidad. Lo que no entiendo, es la cultura del manotazo, del “cachamal” o del golpe afectuoso.

¿Cómo definiría la identidad chilena?

Como lo hizo maravillosamente Gabriela Mistral: “Chile, o la voluntad de ser”.

7.- Ennio Vivaldi: “Porque aquí no está todo hecho”

El rector de la Universidad de Chile se toma muy en serio la pregunta y piensa varios minutos antes de contestar: “Este no es un país naturalmente poderoso, que tenga un gran avance industrial, no es país afluente, como Estados Unidos o los de Europa”.

¿Eso le gusta?

Me gusta que no esté todo hecho. Porque es un país que se está haciendo, no está todo dado. Eso está en la base de un espíritu solidario que existe en Chile y genera una lealtad y le da sentido a estar aquí, precisamente porque hay que pelearla para que haya más gente con derecho a la salud, a la educación y vivienda. Hay otros lugares en que parece que la historia ya fue escrita. Aquí todavía tienes que solucionar problemas fundamentales y hay que dar peleas muy bonitas que tienen que ver con la dignidad humana.

¿Qué cosas disfruta en Chile?

Que está en juego pensar el país con un grado de libertad que no encuentras en muchas partes y que es algo que no se daba hace mucho tiempo.

¿Es un buen lugar para vivir hoy?

Por supuesto que sí. ¿Dónde puedes ir en el mismo día a la nieve y al mar? Es un buen lugar y va a mejorar en la medida en que nos atrevamos a ser más osados, nos abramos al debate. Lo que nos mató fue este periodo en que estaba todo sobre determinado, pero se está acabando y va a haber un país más dialogante, con sentido de futuro común. La idea de estar construyendo algo nuevo nos va a hacer bien a todos. Los debates en educación van en esa línea. Es un país muy atractivo.

8.- Gepe: “Por su pueblo”

Mientras prepara el concierto “Gepe y amigos”, el 11 de octubre en el teatro Caupolicán, el músico explica que donde encuentra “menos trabas para querer a Chile es en su pueblo”.

¿Qué es lo que más le gusta de los chilenos?

Algo muy bonito que se ve en la canción más tradicional del folclor chileno. Sus letras, si se comparan con las de la tonada argentina, colombiana o peruana, son muy fragmentadas y no cuentan nunca una historia. En ese sentido somos muchos más constreñidos emocionalmente. Esos rasgos están en la mayoría de nosotros, parecemos introvertidos pero en el fondo no lo somos. Los chistes también son así: cortos, rápidos y para que ojalá no se noten. Hablamos para que no nos escuchen mucho, ese como murmullo constante es muy chileno.

¿En ese sentido nuestra música representa nuestros anhelos?

Sí, aunque siento que para los chilenos en general los anhelos son algo medio nostálgico. Nunca tienen un futuro por hacer sino siempre es una cosa medio incompleta. Por eso la música chilena en general es triste, oscura o nostálgica. O sea, Violeta Parra muchas veces es un llanto.

¿Qué disco crees que ha logrado reflejar esa esencia?

Probablemente La espada & la pared, de Los Tres, muestra mucho del Santiago del 95 y de cómo era la gente. Ahora más como radiografía general, están las últimas composiciones de la Violeta, el problema es que ella es demasiado genial para estar en la media del chileno pero rescató muchas cosas que son superreales.

9.- Daniel Muñoz: “Porque la gente tiene un sentido del humor único”

El actor que nació en San Fernando también ha hecho una carrera musical como cantante de cueca brava: “Es lo que más me gusta de Chile porque es muy original y una de las cosas que me mantiene arraigado aquí”.

¿Por qué le gusta tanto la cueca?

Los que realmente la conocen saben que se pueden aprender muchas cosas en la cueca: la historia de Chile, la filosofía del pueblo está ahí. Porque no es folclor, es música popular. Es la esencia misma del chileno.

¿Cuál es la diferencia entre cueca y folclor?

El folclor son las tradiciones que clasifican y conservan los estudiosos, lo popular es algo que el pueblo adopta e incorpora, y le va poniendo su sello. Una cosa que me gusta mucho de nuestra cultura es cómo el chileno se apodera de la comida o tradiciones de otras partes y las transforma y las hace suya, como chileniza todo. Eso también pasó con la cueca.

Con sus grupos de música popular -con el cual se presenta hoy y mañana en el Teatro Municipal de Las Condes- ha recorrido Chile. “Así he podido conocer la riqueza de tradiciones que tenemos… Es que el chileno es muy fiestero”, contexto en el que también aparece otro rasgo que admira: la capacidad que tiene la gente de reírse, siempre.

¿Por qué destaca el sentido del humor nacional?

Porque es único. Eso de reírse de la tragedia. Tú vas a un velorio y a los cuatro minutos se están riendo. Tiene que ver con el sentido trágico también. Somos un país de terremotos, maremotos, con una geografía muy especial. Para muchos puede ser humor negro, pero es lo que mantiene a Chile en pie. Reírse de la tragedia en su cara es muy de roto chileno.

¿Cómo es para una persona como usted vivir aquí?

Santiago puede ser bastante pesado y difícil. Pero también Chile es un lugar donde hay muchas cosas por hacer y eso hace estimulante quedarse. En mi rubro en el arte, la actuación, el teatro y también en el cine está empezando a haber mucho movimiento. Hay un renacimiento de la música popular. Políticamente también queda mucho por hacer: no me gusta este sistema que tenemos y hay que inventar algo nuevo.



10.- Karol Cariola: “Porque tiene mucha pachorra”

Su abuelo materno era obrero de la construcción y de chica Karol Cariola, hoy médico obstetra y diputada, ponía atención a sus historias. “Me decía que Chile es un país muy hermoso, pero donde el esfuerzo de los trabajadores no tenía una retribución justa”, cuenta. Ese diagnóstico no ha cambiado demasiado, pero la diputada por Recoleta e Independencia cree que hoy Chile es distinto al de su abuelo. “Es un país más despierto, menos golpeado, con menos temor a decir las cosas y a salir adelante. Chile mira con esperanza las transformaciones que vienen y que hemos esperado durante mucho tiempo”.

Por eso le gusta este país, “porque tiene mucha pachorra y resistencia. A pesar de todas las dificultades y el miedo, nuestro pueblo ha tenido la capacidad de reinventarse y de volver a creer”, dice y ejemplifica con las manifestaciones estudiantiles de 2011, donde estudiantes, trabajadores y dueñas de casa salieron a la calle.

¿Qué más le gusta de este país?

Que tiene mucha historia y mucho que decirle al mundo. He estado en distintos lugares donde se reconoce a Chile como un país que tiene mucho que decir sobre qué hacer y no hacer.

Usted es fanática de la música. ¿Qué canción nos retrata mejor?

Víctor Jara escribió varias canciones que representan una parte de Chile. En Las casitas del barrio alto fue muy enfático para mostrar la desigualdad en que vivíamos. Y en Qué lindo es ser voluntario tenía una mirada más positiva, mostraba a un país que sabe solidarizar y levantarse.

11.- Marcelo Mellado: “Porque el cuiquerío está copiando la cultura popular”

El escritor y columnista se define como un “odiador estratégico de la cultura chilena”, pero reconoce que a través de su experiencia como agricultor y profesor de castellano en Chiloé, San Antonio y Valparaíso ha dado con una razón para amar este país. “Su capacidad de improvisación”, dice y luego agrega: “Acá nada se hace sin ella. Es una escuela, una fórmula de sobrevivencia”.

Usted fue profesor, ¿qué rol juega la improvisación en ese trabajo?

Se ocupa mucho. Ahí haces una planificación, pero llueve y se cortan los caminos o ese día no hay clases porque se inundó de caca la sala -cosas que a mí me pasaban- y tienes que inventar algo. Ser profesor me dio un hándicap fundamental para el trabajo de la improvisación.

¿En qué cosas se le nota eso?

Por ejemplo, en términos domésticos, yo siempre ando con una cortapluma Opinel que es clave porque, como en este país nadie tiene cuchillos buenos, soy el que mejora los asados. También ando con otra cortapluma, porque aquí nunca tienen para descorchar botellas. Con cosas tan simples como esas he llegado a salvar matrimonios.

¿Es bueno para solucionar problemas domésticos?

Muy bueno. Por ejemplo, en mi casa la mesa es uno de esos carretes grandes de cables eléctricos y mis libros están en palets. Me carga comprar cosas bien hechas, me gusta un cierto feísmo en el diseño, el del cajón frutero. La cultura Parque Forestal no me agrada. Para eso ya existen Barcelona, Madrid o New York.

Pero ahora hacen muebles de terraza diseñados con los palet.

Me gusta. Ahora el cuiquerío está copiando la cultura popular, algo que nunca había pasado en Chile. Eso es bueno en términos de diseño y creatividad. Yo vivo en un lugar superpaupérrimo como Valparaíso que se está llenando de cuicos. Hay una oferta rara, que se ofrece sin querer, súperbonita.

¿Y eso puede cambiar Valparaíso?

Puede ser, la ciudad pasa por un momento de inflexión. Los síntomas son pésimos pero hay muy buena gente. Aunque, por otro lado, hay unos politicastros que quieren imponer sus ideas de manera torpe para masificar la cosa ordinaria de tener a todos tomando chela y tocando tambores. No puedes hacer de una ciudad 500 mil tambores por voluntarismo político cultural.

12.- Pablo Walker: “Porque tenemos miedos o sueños comunes”

El capellán del Hogar de Cristo vive en la población Las Palmas, en Estación Central, y cada domingo cruza Santiago para ir a hacer misa a una parroquia de Las Condes. Son dos mundos que no están conectados porque “hay demasiadas autopistas y demasiados túneles pero pocos puentes que los unan”.

¿Son igualmente queribles esos dos Chile?

Sí. He encontrado belleza y generosidad en los dos. También soledad, inseguridad y miedo en ambos.

¿Entonces hay más cosas en común de las que creemos?

Sí, y eso es lo estremecedor. El punto es cómo crear los contextos adecuados para comunicarlos. Que el pobre tenga algo más que decirle al de altos ingresos que “gracias” y la persona de altos ingresos tenga algo más que decirle a la persona pobre que “en qué lo puedo ayudar”. Si cambiamos los libretos, hechos a la medida de convenciones sociales como el consumo o la producción, podemos tener relaciones menos superficiales y, de repente, hablar de los miedos o los sueños que tenemos en común.

La falta de puentes, dice Walker, se explica porque las ciudades están diseñadas para que la gente puede satisfacer sus necesidades sin encontrarse con el otro si es distinto. “Hay un diseño urbanístico creado para la segregación. Lo veo a cada rato. Hay chiquillos o chiquillas de colegios de altos ingresos que vienen al Santuario del Padre Hurtado que se mueren de miedo de que se les vaya el bus. Lo mismo le pasa a mis vecinos de Pudahuel: si dejas a uno de esos chiquillos en el Paseo Ahumada, tiene miedo porque los guardias lo van a mirar con sospecha. Eso es gravísimo. Tenemos que generar los encuentros para perdernos el miedo, la envidia y la rabia”.

¿Se está dando eso?

La discusión sobre el tema de la no selección en la educación pública va por ese camino. Cuando se habla de que calidad de la educación implica habilidades de convivencia para no vivir del prejuicio ni la ceguera es una buena señal. Es cierto que hay resistencia, pero no pocos líderes y no pocos jóvenes están apuntando hacia allá. Y para allá debemos ir.

Usted estudió pintura: si tuviera que elegir una obra que represente lo que ama de Chile, ¿cuál sería?

Oda al hombre sencillo, de Neruda, que dice algo como quiero que me cuentes todo, quién eres, de dónde eres, de dónde vienes, por qué sufres, en qué andamios trabajó tu padre. Me conmueve ese poema por su vocación de reconocer que todas las vidas dan para una tremenda novela y que no hay personas que sobran, porque en Chile nadie sobra.



13.- Nicolás Piwonka: “Por su naturaleza que es bastante prístina y diversa”

El fotógrafo Nicolás Piwonka se ha dedicado a difundir el paisaje chileno, por eso no es muy sorpresivo que encuentre ahí una razón fundamental para querer a este país. De paso por Santiago, mientras prepara un libro sobre los parques nacionales, explica que una de las ventajas que tiene este territorio es que se pueden ver distintos tipos de naturaleza en corta distancia, muchos de los cuales todavía se conservan de forma bastante prístina.

¿Cree que eso marque la identidad chilena?

Lo que marca la identidad chilena es la cordillera y el mar. Son límites naturales, pero al mismo tiempo son lo que somos, algo que nos define.

Piwonka, quien además estudió biología, agradece poder trabajar en algo que le permite ayudar a conservar lo que le apasiona. “Para mí este tipo de fotografía tiene que ver con sensibilizar el cariño y el respeto hacia la naturaleza, porque creo que lo que no se conoce no se puede cuidar ni respetar”, dice.

¿Y siente que han logrado fortalecer esa conciencia en el país?

Hay avances con respecto a la conciencia individual de las personas; y retrocesos en la cantidad de procesos industriales hechos en lugares naturales que producen un daño que está a la vista.

14.- Jorge Errázuriz: “Porque uno entra a cualquier bar y hay un trato amistoso”

El exitoso empresario y vicepresidente del banco de inversión BTG Pactual Chile ha viajado como pocos, así es que tiene parámetros para decir qué hay de especial aquí: “No hay ningún otro que tenga variedad de Antártica a desierto. El clima mediterráneo también es muy escaso en el mundo, es un lujo enorme”.

Pero para él, lo más destacable es la gente: “El chileno de cualquier parte, clase social, con más o menos plata, o educación, tiene un trato familiar. Acá uno puede llegar y entrar a cualquier lugar, a cualquier bar y hay un trato amistoso, que no existe en otras partes. Te entiendes con otro chileno y él te entiende a ti, se habla con el mismo lenguaje. Puede haber diferencias de ingresos, pero curiosamente no se traducen en diferencias culturales. El chileno come pan con palta más allá del estrato socioeconómico”.

¿Qué razones hay para vivir en Chile hoy?

Que hasta hoy ha sido el país con mejor estándar de vida en Latinoamérica, en términos de seguridad y opciones de desarrollo. Porque es el con mayor nivel de vida, libertad y porque debería ser el primero de Latinoamérica en ser desarrollado.

¿Qué falta para eso?

Los autos andan marcha adelante y marcha atrás. En este momento, creo que estamos andando marcha atrás, poniendo en duda justamente todo lo que nos ha hecho posicionarnos.

Se refiere al modelo…

Más que el modelo, a que nadie está valorando todo lo que se ha logrado.

¿Es más difícil emprender y ser empresario hoy que hace 15 años?

Es mucho más difícil hoy porque hay menos valoración social. Con este discurso y con la posición del gobierno hoy, hay un claro efecto en contra del emprendimiento.

15.- Mario Sepúlveda: “Por sus tradiciones”

En estos días en el sector del Noviciado, en Pudahuel, Mario Sepúlveda termina de montar su fonda “El Mirador” donde, entre el 17 y el 19 de septiembre buscará revivir lo que más le gusta de Chile: “Sus tradiciones. El rodeo, el folclor, la cueca. Este año vamos a tratar de rescatar la tradición verdadera de las carreras a la chilena, la del viejo que corre sin montura y apuesta un par de empanadas o una garrafa de ponche”, dice entusiasta el minero que hace cuatro años pasó el 18 encerrado bajo tierra en la mina San José.

¿Cuál fue su primer acercamiento a estas tradiciones?

Yo soy de la comuna de Retiro, en la Séptima Región, donde aprendemos a caminar entre las patas de los caballos. Conozco las ojotas y el cuento del campo no me lo cuentan. No hay nada que supere la sanidad mental de vivir cerca de las tradiciones.

¿El 18 es su fecha preferida?

Sí, de hecho yo muriéndome en la mina dije: ‘no puedo no bailar una cueca’, y lo hice estando allá abajo bailando con la bandera.

¿Después de lo que pasó, no tiene sentimientos encontrados con el país?

Varios. Me pregunto si vale la pena demostrar tanto el ser huaso con todo el mal que han hecho con nosotros. Pero al final pienso que no, que la pasión y el amor por las tradiciones son más fuertes. Lo demás es cosa del pasado.

Ustedes recorrieron el mundo como embajadores chilenos, ¿pensó alguna vez que del accidente iba a surgir algo tan significativo?

Nunca. Creo que muchos de nosotros todavía no nos damos cuenta de lo que vivimos. O, a lo mejor, nos dimos cuenta pero no nos han ayudado a fortalecer eso porque si hubiera alguien importante que nos considerara un poco, posiblemente nos hubieran capacitado para ser mejores embajadores. Pero a esta altura estoy tremendamente agradecido por todo lo que se hizo para rescatarnos, y no quiero que nos apunten más con el dedo. Hoy, más que preocuparse de nosotros, me gustaría que quienes dirigen al país lo mantengan bonito como logramos mostrarlo nosotros con el accidente. Le he mandado mensajes a todos los que tienen que ver con el desarrollo del país: cuiden el escenario que los 33 mineros dejamos.



16.- Pedro Engel: “Por sus heridas”

La casa de Pedro Engel está medio escondida al final de un pasaje en La Reina. Allí sólo recibe a sus alumnos de los talleres de ancestrología y se la pasa leyendo. Pese a que ha viajado mucho, recién ahora, a sus 64 años, está pensando en vivir fuera de Chile “un rato”.

Las ganas de irse no tienen que ver con desamor con Chile, ¿no?

No, desamor no. Acá nacieron mis hijos y algunos de mis nietos. Acá me enamoré, amé y también sufrí. Me han pasado cosas dolorosas, pero una de las razones de por qué amo este país es por sus heridas. Viví en carne propia lo del 73 y no nos hemos sanado. Tuve mucha esperanza de que pasara algo hermoso cuando llegó la democracia y no fue así. Cuando en la consulta del tarot me preguntan “¿corto la baraja con la derecha o con la izquieda?”, yo respondo que da igual, después del gobierno de Lagos la izquierda y la derecha son lo mismo. Me afectó mucho ver esta nueva izquierda de una soberbia y egoísmo tristes, muy tristes.

¿Ha necesitado ser resiliente también para vivir en Chile?

Sí. Esa es una gran lección que deja este país. Uno tiene que cantar todos los días la canción de Mercedes Sosa: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando...”.

Su casa paterna era muy de reglas, como Chile, y a usted le gustaba más el desorden. ¿Le sirvió para adaptarse al país?

En mi casa eran bien abiertos de mente. Mi papá tenía sus reglas y cosas que en ese tiempo yo encontraba retrógradas, pero ahora les encuentro sentido. Por ejemplo, como yo era muy político, me decía: “Un día te vas a dar cuenta de que todos esos amigos no van a estar cuando los necesites”. A mí me hervía la sangre escucharlo pero tenía razón. Casi me mataron y, mirando para atrás, pienso que habría sido triste morir para estar en lo que estamos.

Usted reconoció a su torturadora en un banco pero ella se arrancó. ¿Qué tenía en mente?

Fue triste porque yo la quería abrazar.

¿Abrazar? ¿Por qué?

Porque estoy convencido de que tú eres yo. Todo lo que te hago a ti, me lo hago a mí y a mis hijos. Si tú me odias, yo no te odio, te abrazo. No tengo cuentas pendientes con nadie.

¿Cómo se puede amar lo que duele?

Porque es tuyo. Si yo no amo Chile con todas las heridas y con todo lo que me pasó no podría amar a nadie. (…) El ejercicio que hice desde la dictadura es ponerlos a todos en mi corazón. Tengo a Pinochet, a mis torturadores y a mis amigos desaparecidos en mi corazón. Así he ido sanándome y me voy a morir sin odio. Hoy mi aporte a Chile es sanar a la gente.

¿Es feliz en este Chile?

Sí, la tristeza no me impide ser feliz. Mi abuela tenía un dicho espectacular: mi venganza es ser feliz.

17.- Hernán Larraín Matte: “Porque estamos en un momento efervescente”

En Pichilemu y las fondas de Santa Cruz tiene planeado celebrar el 18 el director ejecutivo del centro de estudios Horizontal. Pero más que en la fiesta está pensando en el escenario político.

¿Qué es lo primero que se le ocurre si le piden razones para amar a Chile?

Las marchas de 2011, la discusión de la campaña, la pelea entre liberales igualitaristas, en el fondo hitos que muestran que hay un país que se pregunta para dónde quiere ir. Es un momento muy ideologizado pero abierto al debate a la vez con una generación que está participando en el mundo de las ideas muy activamente.

¿Por qué eso le hace querer el país?

Es algo sano y potente. Habla de cierta madurez, de democracia, de ideas. De superar un momento histórico traumático como la dictadura y otro más plano, el de la transición, para entrar a otro más efervescente.

¿Cómo es Chile hoy para una persona como usted?

Es desafiante, te obliga a tener fondo, a replantearte tus ideas y convicciones a debatir, intercambiar con personas que piensan radicalmente distinto. Es una época muy desafiante para alguien que está en política porque también hay incertidumbre sobre hacia dónde vamos. Y es muy atractivo ser parte de una generación que está participando de esa discusión. Hoy hay menos tabúes, más libertad, apertura y espacios para que proyectos incluso antagónicos estén sobre la mesa.

¿Qué cosas lo hacen sentir chileno?

Me gusta el 18, cantar cumbias, el vino, la comida, el cine, sobre todo el del último tiempo, el teatro, las nuevas voces que hay en todo, en la literatura. Creo que es momento de gran efervescencia en muchas áreas culturales y en política, eso me hace sentir que no estamos en una isla alejada del planeta que repite guiones escritos en otro lado, sino que estamos construyendo una historia propia.



18.- María Gracia Subercaseaux: “Porque no encontré ningún lugar mejor para vivir”

Gracias a su trabajo en el programa Mundo ad Portas de Canal 13C, la fotógrafa María Gracia Subercaseaux ha conocido los lugares más “paradisíacos” y “potentes” del mundo, pero no cambia Chile por nada. “Cada vez que estoy afuera extraño muchísimo. ¿Qué cosas? Primero mi cama, mi casa con mis niños, la comida casera, estar en el lugar donde te criaste, donde están tus amigos, tu gente”.

¿Que es lo que más le gusta de Chile?

Me encanta su gente y su geografía. Me gusta esa cosa cariñosa, amable. Seguramente no somos los únicos que lo tenemos porque es una particularidad de los latinos, pero este es mi país y me encanta.

“Chile tiene una maravilla de seis mil kilómetros de costa, el clima, la vegetación, la flora, la fauna. Tenemos el sur con los canales, los volcanes y el bosque. Después, en poco rato te vas al norte y te encuentras con el desierto. En dos horas podemos estar en la cordillera y llegar a la costa. Eso no lo he visto en ningún otro lugar. Además, tenemos la suerte de tener cuatro estaciones al año. La gente que vive cerca de un parque o una plaza puede ir viendo cómo se sucede esta belleza natural, cómo pasamos del invierno sin hojas a una primavera de verde intenso. Tal vez la gente lo olvida porque lo da por sentado”, dice María Gracia.

¿Piensa que la gente subvalora Chile?

Hay gente que está muy lista para criticar el país y no logra valorarlo porque no lo observa. Creo que Instagram ha sido una herramienta fantástica para que la gente aprenda a observar lo que tiene al frente, su ciudad, su país. A veces nos olvidamos de la belleza que tenemos.

Usted ha dicho que parte de este país vive en la Edad Media. ¿Cree que a sus hijos les va a tocar un país más parecido al que le hubiera gustado?

Sí. El país en el que ya viven mis hijos es completamente distinto al que yo crecí. Hoy los temas se hablan y se debaten. Se están generando procesos profundos para ser un lugar más amable, vivible y más respetuoso de las libertades individuales.

En sus viajes, ¿encontró un lugar mejor o más parecido a usted para vivir?

Sinceramente, para vivir no. Hay muchos lugares que encontré fascinantes para recorrer. A lo mejor, si tuviera la plata, me iría un año a Nueva York, a París, a Londres o a Australia, pero volvería siempre. Me gusta mucho Chile y ser chilena.

19.- Bororo: “Porque hablamos todo en chiquitito”

El pintor siente que su chilenidad está íntimamente ligada a la geografía, que si nació en este rincón del planeta es porque tiene muchas similitudes geográficas y culturales con su entorno. Cuando piensa en Chile, inmediatamente los conceptos que afloran son cueca, empanada, Torres del Paine y Juan Fernández.

“Me encanta la fauna de mi país, que nuestra ave nacional sea el cóndor, porque además de ser un pájaro impactante es uno de los mejores cómics… Condorito. Las diferentes culturas de este país y su paisaje han sido claves en mi pintura. No soy un estudioso de ellas, pero los mapuches, los onas, los diaguitas influencian mi pintura hasta el día de hoy. Tengo una combinación rarísima que es el canto del indio mezclado con los cómics de cuando era joven”.

No se siente especialmente identificado con los cambios y movimientos que hay hoy, pero sí se sorprende con el talento que hay en los artistas jóvenes y la fuerza con que llevan a cabo sus proyectos: “Los jóvenes son una fuerza creativa imparable y el nivel de sus obras es sorprendente”.

El artista también reconoce fascinarse por la costumbre local de pedir todo en chiquitito… “Un cafecito, un tecito, una piscolita… A diferencia de mucha gente, siento que hablar así es parte de nuestra cultura mapuche y que nada tiene que ver con ser apocados. Yo vivo en un país de volcanes pero me expreso pacíficamente. Es bien fuerte”.

20.- Pablo Allard: “Porque juego de local”

El arquitecto Pablo Allard recuerda que cuando cursaba el doctorado en Diseño Urbano en la Universidad de Harvard sus amigos mexicanos, argentinos y venezolanos soñaban con seguir carrera afuera de sus países y no le creían cuando les decía que quería volver a Chile. Pero él, pese a que su mujer tiene nacionalidad norteamericana y sus tres hijos nacieron en ese país, nunca pensó en solicitar la residencia. “Yo vivía allá para profundizar mis conocimientos y aprender de esa sociedad, pero siempre esperé el momento de volver”, explica. ¿Por qué? Por un tema de apego familiar, pero también por lo que el arquitecto llama “compromiso país”: “Cuando estamos afuera, vemos a Chile como un lugar con un tremendo potencial para salir adelante y sentía que aquí puedo contribuir mucho más a ser un agente de cambio positivo y, además puedo ser inmensamente feliz porque está mi gente”.

Si tiene que resumir ese amor en una frase, el decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la UDD elige: “Amo a Chile porque juego de local”. Eso quiere decir que desde este lugar puede contribuir al desarrollo nacional sin tener que darle la espalda al mundo: “Los grandes arquitectos, urbanistas y empresarios no se fueron a vivir afuera, el mundo los vino a buscar. Yo quiero jugar en mi cacha y con mi gente, pero pensando la final de la Copa del Mundo”.

Allard es optimista sobre el futuro de Chile. “Una de las cosas que les decía a mis amigos es que si este país es pobre no es porque la gente sea floja o tonta, sino porque faltan oportunidades. Porque donde las hay, el chileno las aprovecha. Somos un pueblo resiliente, luchador y emprendedor, que ha superado quiebres institucionales, que hoy cuida las instituciones y que castiga los abusos, como lo demuestran los casos La Polar y Cascadas, lo que da garantías y confianza. Chile es una tierra de oportunidades para quienes queremos aprovecharlas y retribuirle”, concluye.



21.- Douglas Tompkins: “Porque no me puedo imaginar un lugar mejor”

El empresario y conservacionista Douglas Tompkins visitó Chile por primera vez en 1961 y,desde entonces ha aprovechado el país como pocos: ha esquiado en la cordillera, escalado cerros, se ha tirado en kayak en ríos como el Aconcagua y el Baker y ha comprado miles y miles de hectáreas para conservarlas.

¿Por qué eligió Chile?

Vine y me enamoré del país. Por 53 años he tenido una relación más cercana con Chile que con cualquier otro, incluyendo el mío de nacimiento. No me puedo imaginar un lugar mejor. Belleza, tranquilidad, lejos de los focos de conflicto, gente amistosa y mucho sentido común. Por supuesto que tiene problemas y siempre será así. No hay utopías, vivimos en un mundo imperfecto.

¿Se siente querido por los chilenos?

Como dice el dicho, si no tienes críticos y oponentes debe ser que no estás haciendo mucho para promover el cambio. Por supuesto que la conservación atrae oposición en todo el mundo. Lo interesante es ver cuántos millones de chilenos apoyan nuestros proyectos. Como he dicho, el movimiento ambiental es imparable.

¿Cómo hacer de Chile un mejor lugar para vivir?

Por cierto que no viviendo en Santiago. Me da pena ver a mucha gente que se ha acostumbrado a vivir en la distopía de las grandes ciudades, en un ambiente artificial que es acelerado, ansioso, poco saludable, feo (no importa donde vivas, es feo comparado con cualquier lugar rural) y muchas veces peligroso. El crimen abunda en las zonas urbanas de todo el mundo. También es importante que cada cual contribuya a mantener su casa, su comunidad, la villa donde vive como un lugar agradable, tanto en los lugares públicos como privados. Este es un tema cultural y no tiene que ver con la riqueza o privilegios. Las culturas pobres desde un punto de vista material no necesariamente pierden orgullo por el orden, belleza o limpieza.



22.- Carmen Gloria López: “Porque ser mujer hoy es mucho mejor que hace 50 años”

Es la nueva directora ejecutiva de TVN y la primera mujer en tener ese cargo. Como viene llegando no ha hablado mucho públicamente, pero se entusiasmó con el ejercicio que le propusimos. La periodista admira “la resiliencia de los chilenos. Su capacidad y determinación para levantarse. Tanto de las catástrofes naturales como de nuestros traumas políticos y sociales.

¿Qué cosas interesantes se están dando en su área?

El advenimiento de la televisión digital, que permitiría una mayor cantidad de señales. En ese nuevo escenario es esperable que se resalte la importancia de la dimensión colectiva de la televisión abierta. Esta, y particularmente la televisión pública, seguirá siendo un elemento central de la vida nacional, precisamente porque es capaz de reflejarla. Por otro lado, en el área audiovisual estamos viendo una gran diversidad de talentos jóvenes. En el cine, particularmente. Hace 20 años era impensable que un chileno estuviera en Sundance y menos que lo ganara, que obtuviera un Goya o que fuera nominado al Oscar. Eso está ocurriendo con una frecuencia sorprendente. La producción de documentales es también creciente y de gran calidad.

¿Cómo es para una mujer como usted vivir hoy en Chile?

Un desafío, por todas las transformaciones que es necesario impulsar, precisamente acerca de la percepción de las mujeres. Pero es también un fascinante motivo de expectación. Por eso mismo. Ser mujer hoy es mucho mejor que hace 50 años, pero espero que el Chile del futuro sea mucho más justo aún con nosotras. Hay mucho por conquistar.

¿Cuál es el rol de la televisión pública en que queramos a Chile?

Servir a Chile. ¿Cómo se hace eso? Tratando a nuestros compatriotas como ciudadanos y no como consumidores; promoviendo actitudes que enriquezcan a las personas y al país; denunciando las injusticias; celebrando los aciertos y el esfuerzo; mostrando un estado de ánimo que de verdad refleje lo que vive la gente en la calle; dando acceso a buenos contenidos a todos aquellos que no tienen acceso a los denominados “bienes culturales”; mostrándoles a los chilenos lo que hacen y son sus compatriotas; abriendo ventanas al mundo, mostrando vidas inspiradoras; representando a las mayorías y a las minorías; entreteniendo con ingenio y novedad; disminuyendo donde podamos nuestras brechas sociales, culturales y educacionales. Como no es poco, en eso estamos trabajando. Mucho.


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