“La trata existe porque hay quien consume mujeres, es uno de los tres negociados que mueve más dinero en el mundo junto con el tráfico de armas y drogas”
Recuperamos la nota que hicimos con Mariana Torres Cardenas, colaboradora del libro “Se trata de nosotras”.
¿Qué opinás?
Derrocando a Roca entrevistó a la Lic. Mariana Torres Cardenas, colaboradora del libro “Se trata de nosotras”, una investigación que profundiza sobre la trata de mujeres, el machismo y el rol del cliente, y que plantea una necesaria reflexión y toma de conciencia por parte de toda la sociedad sobre este flagelo.
_ ¿El machismo imperante actúa como justificador de la trata de mujeres?
_ Nacemos dentro de una cultura que tiene siglos de crianza machista, en donde la mujer tiene un lugar relegado que, por suerte, se ha ido modificando a través de los años. Pero hay cuestiones aún muy arraigadas que tomamos ya como naturales. Nombrar las cosas es también darle existencia, yo misma hace un tiempo no sabía de qué se constituía la ‘trata’. Me encontré con un caso y mucho tiempo después pude ponerle ese nombre, y a partir de ahí todo se re significó para mí, al costado de las rutas las famosas whisquerías, los prostíbulos en la ciudad de Buenos Aires y un montón de negocios que uno no sabe qué hay detrás.
_ ¿Cómo creés que considera nuestra sociedad la cuestión de la trata?
_ Hoy en día está mucho más sensibilizada. Se habla mucho más del tema, los medios de comunicación lo toman. Junto con mis compañeras, creemos que la novela “Vidas Robadas”, que emitió Telefé, basada en la vida de Marita Verón, fue algo importante para que la sociedad comience a interiorizarse sobre esta problemática. Lamentablemente, dicho caso fue emblemático, que, junto con la lucha de Susana Trimarco, sirvió para que se conozcan los mecanismos, los modos, el negociado que hay detrás de todo esto. La comunidad se está enterando y sensibilizando no solo en este tema sino también en relación a la violencia contra las mujeres. No olvidemos que, incluso hoy, cuando hay un femicidio se habla de ’crímenes pasionales’, como si la supuesta pasión justificara que un hombre matara a su esposa, ex o novia. Y estas respuestas tienen como trasfondo que la mujer es posesión del hombre, por ende no ‘debería portarse mal’. En los hombres se ve como una picardía inclusive.
_ Hay una frase que aparece cuando se habla del tema, y es que “sin clientes no hay trata” ¿Cómo profundizarías sobre ella?
_ Estoy muy de acuerdo. La trata existe porque hay quien consuma mujeres. Es uno de los tres negociados que mueve más dinero en el mundo junto con el tráfico de armas y drogas. Por eso es fundamental concientizar a toda la sociedad, porque si bien nos afecta directamente a las mujeres, involucra a los hombres también. El lugar del cliente no es algo de lo que se hable tanto. Sí se habla de los secuestros de mujeres, que se encuentran prostíbulos y demás, pero no tanto de que hay hombres que consumen mujeres.
_ ¿Cómo es el mecanismo que se aplica sobre las mujeres cuando ocurren este tipo de secuestros?
_ Una mujer llega a ser tratada pasando por distintas instancias que tienen que ver con la tortura. La primera tiene que ver con la captación que puede darse de dos maneras: uno es el engaño, ofertas laborales de niñeras o de servicio doméstico, por ejemplo. Se prometen trabajos en otras ciudades con buenas remuneraciones y apuntan a mujeres con menos recursos económicos. El otro modo es el secuestro, que se ha incrementado aun cuando resulta mucho más riesgosos para quienes se dedican al tráfico de personas. Buscan mujeres y las levantan en la vía pública, las golpean, les cambian la fisionomía, el color de cabello. La segunda etapa es la “preparación”: las torturan, las violan, las instan al consumo de drogas para generar una dependencia más, y todo esto se hace hasta que generan un doblamiento de la voluntad de la mujer para que pueda empezar a ejercer la prostitución.
_ ¿Hay un proceso de hostigamiento posterior hacia las mujeres que logran salir de ese mundo?
_ Sí, y tiene que ver con que no hay todavía, tanto acceso hacia la información sobre cómo funcionan estos mecanismos. También con los prejuicios que traemos culturalmente. Estas mujeres están amenazadas, se les generan deudas económicas, amenazan a sus familias y generan en su interior cierta vergüenza de retornar a sus hogares luego de todo lo ocurrido. Hay muchas situaciones en cuanto a la dificultad de estas mujeres de retornar a una vida como la que llevaban antes de transitar este camino tortuoso.
_ ¿Cuál es la respuesta del Estado ante esta situación?
_ En los últimos años ha habido muchas resoluciones, aunque queda mucho por hacer. En principio la sanción de la Ley de Trata y su modificación, donde la cuestión del consentimiento desaparece, o sea que una mujer en situación de trata, por más que declare que estaba porque quería, si se comprueba el delito la persona que la estaba explotando será sancionada legalmente. También la creación de distintos organismos, la línea 147 para denuncias. Hay respuestas, pero faltan muchas más. La Ley de Trata asimismo, plantea la asistencia médica, psicológica, de educación y trabajo para la reinserción de las víctimas, por lo tanto es un proceso que hay que seguir construyendo, como también la creación de un organismo compuesto por diferentes entidades (ONG’s, Ministerios) para poner en marcha un observatorio y obtener estadísticas sobre esta problemática.
_ Muchas veces se considera a la explotación sexual separada de una violación a los derechos humanos…
_ Sí, y no debemos aislar esta problemática como que solo atañe a las mujeres cuando en realidad nos afecta a todas y a todos. Debemos tomar conciencia que nos puede pasar a cualquiera: una novia, una hermana o una hija. Desde el lado masculino tomar conciencia sobre esto cambia el foco de la cuestión, ya que sino queda como algo ajeno, lejano incluso. Pero pasa en nuestro país, a la vuelta de la esquina. Es importante poner luz sobre esto que es muy grave y que requiere la participación de toda la sociedad.
Recuperamos la nota que hicimos con Mariana Torres Cardenas, colaboradora del libro “Se trata de nosotras”.
¿Qué opinás?
Derrocando a Roca entrevistó a la Lic. Mariana Torres Cardenas, colaboradora del libro “Se trata de nosotras”, una investigación que profundiza sobre la trata de mujeres, el machismo y el rol del cliente, y que plantea una necesaria reflexión y toma de conciencia por parte de toda la sociedad sobre este flagelo.

_ ¿El machismo imperante actúa como justificador de la trata de mujeres?
_ Nacemos dentro de una cultura que tiene siglos de crianza machista, en donde la mujer tiene un lugar relegado que, por suerte, se ha ido modificando a través de los años. Pero hay cuestiones aún muy arraigadas que tomamos ya como naturales. Nombrar las cosas es también darle existencia, yo misma hace un tiempo no sabía de qué se constituía la ‘trata’. Me encontré con un caso y mucho tiempo después pude ponerle ese nombre, y a partir de ahí todo se re significó para mí, al costado de las rutas las famosas whisquerías, los prostíbulos en la ciudad de Buenos Aires y un montón de negocios que uno no sabe qué hay detrás.
_ ¿Cómo creés que considera nuestra sociedad la cuestión de la trata?
_ Hoy en día está mucho más sensibilizada. Se habla mucho más del tema, los medios de comunicación lo toman. Junto con mis compañeras, creemos que la novela “Vidas Robadas”, que emitió Telefé, basada en la vida de Marita Verón, fue algo importante para que la sociedad comience a interiorizarse sobre esta problemática. Lamentablemente, dicho caso fue emblemático, que, junto con la lucha de Susana Trimarco, sirvió para que se conozcan los mecanismos, los modos, el negociado que hay detrás de todo esto. La comunidad se está enterando y sensibilizando no solo en este tema sino también en relación a la violencia contra las mujeres. No olvidemos que, incluso hoy, cuando hay un femicidio se habla de ’crímenes pasionales’, como si la supuesta pasión justificara que un hombre matara a su esposa, ex o novia. Y estas respuestas tienen como trasfondo que la mujer es posesión del hombre, por ende no ‘debería portarse mal’. En los hombres se ve como una picardía inclusive.
_ Hay una frase que aparece cuando se habla del tema, y es que “sin clientes no hay trata” ¿Cómo profundizarías sobre ella?
_ Estoy muy de acuerdo. La trata existe porque hay quien consuma mujeres. Es uno de los tres negociados que mueve más dinero en el mundo junto con el tráfico de armas y drogas. Por eso es fundamental concientizar a toda la sociedad, porque si bien nos afecta directamente a las mujeres, involucra a los hombres también. El lugar del cliente no es algo de lo que se hable tanto. Sí se habla de los secuestros de mujeres, que se encuentran prostíbulos y demás, pero no tanto de que hay hombres que consumen mujeres.
_ ¿Cómo es el mecanismo que se aplica sobre las mujeres cuando ocurren este tipo de secuestros?
_ Una mujer llega a ser tratada pasando por distintas instancias que tienen que ver con la tortura. La primera tiene que ver con la captación que puede darse de dos maneras: uno es el engaño, ofertas laborales de niñeras o de servicio doméstico, por ejemplo. Se prometen trabajos en otras ciudades con buenas remuneraciones y apuntan a mujeres con menos recursos económicos. El otro modo es el secuestro, que se ha incrementado aun cuando resulta mucho más riesgosos para quienes se dedican al tráfico de personas. Buscan mujeres y las levantan en la vía pública, las golpean, les cambian la fisionomía, el color de cabello. La segunda etapa es la “preparación”: las torturan, las violan, las instan al consumo de drogas para generar una dependencia más, y todo esto se hace hasta que generan un doblamiento de la voluntad de la mujer para que pueda empezar a ejercer la prostitución.
_ ¿Hay un proceso de hostigamiento posterior hacia las mujeres que logran salir de ese mundo?
_ Sí, y tiene que ver con que no hay todavía, tanto acceso hacia la información sobre cómo funcionan estos mecanismos. También con los prejuicios que traemos culturalmente. Estas mujeres están amenazadas, se les generan deudas económicas, amenazan a sus familias y generan en su interior cierta vergüenza de retornar a sus hogares luego de todo lo ocurrido. Hay muchas situaciones en cuanto a la dificultad de estas mujeres de retornar a una vida como la que llevaban antes de transitar este camino tortuoso.
_ ¿Cuál es la respuesta del Estado ante esta situación?
_ En los últimos años ha habido muchas resoluciones, aunque queda mucho por hacer. En principio la sanción de la Ley de Trata y su modificación, donde la cuestión del consentimiento desaparece, o sea que una mujer en situación de trata, por más que declare que estaba porque quería, si se comprueba el delito la persona que la estaba explotando será sancionada legalmente. También la creación de distintos organismos, la línea 147 para denuncias. Hay respuestas, pero faltan muchas más. La Ley de Trata asimismo, plantea la asistencia médica, psicológica, de educación y trabajo para la reinserción de las víctimas, por lo tanto es un proceso que hay que seguir construyendo, como también la creación de un organismo compuesto por diferentes entidades (ONG’s, Ministerios) para poner en marcha un observatorio y obtener estadísticas sobre esta problemática.
_ Muchas veces se considera a la explotación sexual separada de una violación a los derechos humanos…
_ Sí, y no debemos aislar esta problemática como que solo atañe a las mujeres cuando en realidad nos afecta a todas y a todos. Debemos tomar conciencia que nos puede pasar a cualquiera: una novia, una hermana o una hija. Desde el lado masculino tomar conciencia sobre esto cambia el foco de la cuestión, ya que sino queda como algo ajeno, lejano incluso. Pero pasa en nuestro país, a la vuelta de la esquina. Es importante poner luz sobre esto que es muy grave y que requiere la participación de toda la sociedad.