Hacia los últimos días de septiembre la AP (Associated Press) y medios nacionales dieron a conocer la desaparición de varios estudiantes de la escuela de magisterio Normal Rural de Ayotzinapa en el municipio de Iguala en el estado de Guerrero, al sur de México.
El acontecimiento sucedió cuando un grupo de estudiantes en varios camiones se dirigían al DF para unirse a la marcha del 2 de octubre; sin embargo, fueron intercepatados por una patrulla, luego los oficiales comenzaron a dispararles.
Aunque las cifras al principio del acontecimiento no eran claras, ya se reportaban algunas muertes. Posteriormente la noticia fue cobrando fuerza, a tal grado que la indignación hacia el trágico acontecimiento se hizo presente en distintos países del mundo.
Esta fue la primera información enviada por la AP y que corrió en todos los medios: Al menos seis personas, entre ellas estudiantes normalistas de Ayotzinapa, murieron el viernes en tres hechos violentos en Iguala, Guerrero.
Días después fueron halladas fosas clandestinas en Iguala: Los 28 cuerpos calcinados hallados en varias fosas de Iguala, Guerrero, podrían pertenecer a los 43 alumnos desparecidos hace más de una semana. Las autoridades también dijeron que las pruebas de ADN y la identidad de los cuerpos sería confirmada en un lapso de entre dos semanas y dos meses.
Tanto integrantes del PRD, como René Bejarano y habitantes de Iguala señalaron al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca y a su esposa, como culpables de la desaparición de los estudiantes: María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, tiene estrechos vínculos con el cartel de Los Beltrán Leyva, según se ha revelado.
Cabe señalar que Abarca ya había sido acusado en 2013 por el asesinato de uno de sus correligionarios de partido; la senadora por el PRD, Dolores Padierna, hizo el recordatorio de los hechos.
Por si fuera poco, en redes sociales comenzó a circular una fotografía entre el presidente de México, Enrique Peña Nieto y José Luis Abarca.
De acuerdo a información de AP y medios nacionales el crimen organizado y policías de la localidad estuvieron coludidos en el móvil, el cual apunta a que fue sanguinario. Hubo quienes pudieron escapar y han relatado lo sucedido.
De acuerdo a El Mundo, el testimonio anónimo de uno de los estudiantes que lograron escapar, luego de que el autobús donde viajaban los estudiantes fue interceptado por una patrulla, los oficiales abrieron fuego, le dieron un balazo en la cabeza a uno de los normalistas y mientras los demás huían eran "cazados como perros". A otro de los jóvenes le arrancaron la piel y los ojos, fue desollado vivo.
De acuerdo al diario de circulación nacional, EL UNIVERSAL, dos delincuentes admitieron que junto con policías de Iguala participaron en la desaparición de 17 de los 43 normalistas de Ayotzinapa
Ante la falta de respuesta y la in eficiencia de las autoridades, los familiares de la víctimas piden justicia: "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", fue la frase que retumbo en las calles de la Ciudad de México y Guerrero en las marchas del miércoles.
"Éramos unos 80 alumnos, salimos a por tres autobuses como habíamos hecho otras veces. Solemos 'tomarlos prestados' un par de días par ir a las manifestaciones, en esta ocasión a la del 2 de octubre en la Ciudad de México que rememora la matanza de Tlatelolco, y luego los devolvemos".
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"Nos estaban masacrando los policías en la calle Gálvez. Luego llegó otro vehículo con más gente armada que siguió abriendo fuego. Todos corrimos del lugar intentando escapar pero nos agarraron por la fuerza y metieron a los compañeros en la patrulla. Estaban muy bien coordinados y yo escapé de milagro. En un primer momento pensé que irían a comisaría pero cuando volví al lugar, unas horas después encontré a 'El chilango', tirado en el piso. Le habían arrancado la piel de la cara y le habían vaciado las cuencas de los ojos. Parecía una calavera. Ahí supe que esto era distinto" concluye entre lágrimas.



Caso Ayotzinapa paso a paso
El acontecimiento sucedió cuando un grupo de estudiantes en varios camiones se dirigían al DF para unirse a la marcha del 2 de octubre; sin embargo, fueron intercepatados por una patrulla, luego los oficiales comenzaron a dispararles.
Aunque las cifras al principio del acontecimiento no eran claras, ya se reportaban algunas muertes. Posteriormente la noticia fue cobrando fuerza, a tal grado que la indignación hacia el trágico acontecimiento se hizo presente en distintos países del mundo.
Primera nota
Esta fue la primera información enviada por la AP y que corrió en todos los medios: Al menos seis personas, entre ellas estudiantes normalistas de Ayotzinapa, murieron el viernes en tres hechos violentos en Iguala, Guerrero.
Las fosas
Días después fueron halladas fosas clandestinas en Iguala: Los 28 cuerpos calcinados hallados en varias fosas de Iguala, Guerrero, podrían pertenecer a los 43 alumnos desparecidos hace más de una semana. Las autoridades también dijeron que las pruebas de ADN y la identidad de los cuerpos sería confirmada en un lapso de entre dos semanas y dos meses.
Acusasiones
Tanto integrantes del PRD, como René Bejarano y habitantes de Iguala señalaron al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca y a su esposa, como culpables de la desaparición de los estudiantes: María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, tiene estrechos vínculos con el cartel de Los Beltrán Leyva, según se ha revelado.
Cabe señalar que Abarca ya había sido acusado en 2013 por el asesinato de uno de sus correligionarios de partido; la senadora por el PRD, Dolores Padierna, hizo el recordatorio de los hechos.
Más polémica
Por si fuera poco, en redes sociales comenzó a circular una fotografía entre el presidente de México, Enrique Peña Nieto y José Luis Abarca.
Lo que hoy sabemos
De acuerdo a información de AP y medios nacionales el crimen organizado y policías de la localidad estuvieron coludidos en el móvil, el cual apunta a que fue sanguinario. Hubo quienes pudieron escapar y han relatado lo sucedido.
Les arrancaron la piel y los ojos
De acuerdo a El Mundo, el testimonio anónimo de uno de los estudiantes que lograron escapar, luego de que el autobús donde viajaban los estudiantes fue interceptado por una patrulla, los oficiales abrieron fuego, le dieron un balazo en la cabeza a uno de los normalistas y mientras los demás huían eran "cazados como perros". A otro de los jóvenes le arrancaron la piel y los ojos, fue desollado vivo.
De acuerdo al diario de circulación nacional, EL UNIVERSAL, dos delincuentes admitieron que junto con policías de Iguala participaron en la desaparición de 17 de los 43 normalistas de Ayotzinapa
Las protestas
Ante la falta de respuesta y la in eficiencia de las autoridades, los familiares de la víctimas piden justicia: "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", fue la frase que retumbo en las calles de la Ciudad de México y Guerrero en las marchas del miércoles.
testimonio de un sobreviviente
"Éramos unos 80 alumnos, salimos a por tres autobuses como habíamos hecho otras veces. Solemos 'tomarlos prestados' un par de días par ir a las manifestaciones, en esta ocasión a la del 2 de octubre en la Ciudad de México que rememora la matanza de Tlatelolco, y luego los devolvemos".
En la pista de baloncesto de la escuela de magisterio de Ayotzniapa, junto a retratos de Lenin o Marx, Juan Pérez (nombre ficticio) traga lágrimas y saliva con cada frase. Mientras enrolla en la palma de la mano una tortilla de maíz, hace pausas largas para explicar la noche más siniestra que se recuerda, misma en la que desaparecieron 43 compañeros de magisterio que nadie ha vuelto a ver y que se intuye pueden estar en las fosas encontradas el domingo
Piel oscura, pantalón rasgado y unas ropa tan limpia como remendada infinidad de veces. "Íbamos con los autobuses cuando una patrulla se puso delante y nos cortó el paso. El policía que la conducía salió corriendo y varios alumnos bajamos para moverla. Yo estaba delante con mi compañero 'La garra' moviendo el coche cuando oí un balazo, miré y me di cuenta que estaba en el suelo y su cabeza echaba sangre sin parar. De repente aparecieron muchos más policías que disparaban sin parar. Ráfagas que venían de todos los sitios hasta que otra bala me alcanzó a mí en la rodilla. Como pude corrí al autobús y durante veinte minutos rodearon el vehículo y abrieron fuego a mansalva, sin parar. Los cristales, las ruedas, la chapa...todos estaba destrozado y lleno de agujeros mientas aguantábamos tirados en el piso del bus, bajo los coches, escondidos.
En la segunda refriega aparecieron más policías que disparaban al resto de estudiantes que bajaron de los otros autobuses. Juan ya herido vio entonces como a otro 'compa' le daban en la boca y le dejaban en carne viva todo lo que va desde la frente al mentón.
"Nos estaban masacrando los policías en la calle Gálvez. Luego llegó otro vehículo con más gente armada que siguió abriendo fuego. Todos corrimos del lugar intentando escapar pero nos agarraron por la fuerza y metieron a los compañeros en la patrulla. Estaban muy bien coordinados y yo escapé de milagro. En un primer momento pensé que irían a comisaría pero cuando volví al lugar, unas horas después encontré a 'El chilango', tirado en el piso. Le habían arrancado la piel de la cara y le habían vaciado las cuencas de los ojos. Parecía una calavera. Ahí supe que esto era distinto" concluye entre lágrimas.



