¿Aburridos? ¡Hagamos un video porno!
Jake Kasdan (el hijo de Lawrence) junta de nuevo a Díaz con Jason Segel, luego de que probaran cierta química en Bad Teacher. Esta vez, sin embargo, cuesta bastante creer en su conexión. Segel no solo ha reducido peso corporal, sino que bastante de su buena vibra cómica al ayudar en el guión de esta película.
Muchos podrán empatizar con el hecho de que una pareja esté atrapada por el tedio de la vida conyugal, no hallando espacio, ni ganas, para mantener la anteriormente riquísima actividad sexual. Pero todo queda en la mera superficie. Y tampoco convence el ligero tratamiento del tema del peligro de “la nube” (el video grabado en una noche de locura sube a internet y se desata la frenética búsqueda para borrar toda evidencia). Sí, la nube es un misterio, pero los peligros de la exposición en internet realmente no se abordan.
Finalmente, si bien Cameron Díaz tiene la chispa de siempre, el destello no reluce tanto al juzgar el conjunto. Rob Lowe (como un ejecutivo aparentemente mojigato) intenta ser hilarante en su contradicción, pero no lo logra. No obstante, cuando atisba el hastío, ahí aparece Jack Black: una brisa que sopla un poco el polvo de la decepción. Y así, Nuestro video prohibido se deja ver aunque no excite ninguna partícula del cuerpo o del espíritu.
