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Heather Veitch, la sacerdotisa que predica en prostíbulos


La mujer se valía de sus cualidades –es alta, rubia, de curvas pronunciadas y ojos azules- para vender fantasías en cabarets y películas porno. Pero su vida cambió abruptamente y ahora vuelve a aquellos lugares para acercar a sus ex colegas a Dios.

Además de una voz ingenua, a los 32 años Heather tiene una biografía intensa: un matrimonio fracasado por violencia, un hijo a los 18 años, un lustro como stripper, cuatro apariciones en películas soft porno y una segunda hija con su actual esposo, desahuciado por cáncer cerebral. Desde hace tres años, Heather es sacerdotisa, sin orden, de la Iglesia cristiana JC's Girls, Girls, Girls (vale aclarar que “JC” corresponde a Jesucristo y Girls a las dos evangelizadoras que la acompañan: Lori, ex stripper, y Tanya, maestra).

Las chicas ya cuentan con 2.100 miembros -no sólo de la industria del sexo- y la Convención Bautista del Sur de California las respalda y lo propio hace la prensa. Algunos ejemplos: en marzo predicó desde el programa televisivo Club 700 del polémico pastor Pat Robertson; y la NBC le cedió espacio.

Más allá de los medios, la verdadera misión de Heather tiene lugar una vez al mes, cuando con algunas voluntarias parte a los clubes nocturnos. "Entramos y, al azar, compramos a una de las chicas que ofrecen 'lapdance' (baile en privado). Son sólo tres minutos, los pagamos y cuando la tenemos en frente, le decimos que no lo haga, que le traemos Fe". Pocas se resisten y Heather ya es famosa.

Tal reconocimiento llegó luego de años de trabajo: ella empezó a bailar en bikini en 1995 cuando a los 21 años se encontró sola, sin dinero y con un hijo. Ganaba "entre 200 y 700 dólares por noche, trabajaba tres días y no me desnudaba en público” y así logró ahorrar el dinero para pagarse una operación de busto. Esto último le trajo sus primeras ofertas para actuar en películas pornográficas de bajo presupuesto, y grabó cuatro "sin penetración", aclara.

Aunque ganaba 2.000 dólares por noche, decidió retirarse en 1999 ante el temor que cundía por la llegada del milenio… Fue entonces cuando llegó a la Iglesia cristiana, se casó con su estilista, Jon Veich, estudió maquillaje y peluquería, tuvo otra hija, y borró de un plumazo su pasado, hasta que en 2003 se enteró de que una de sus mejores amigas 'stripper' había muerto sola por alcoholismo y droga. "Nunca hablé nada de mi pasado con nadie, pero este episodio rompió de verdad mi corazón y supe que tenía que regresar y hablar con las chicas de que existe otro camino, y Dios se ocupa de nosotras también", cuenta Heather.

Si bien su cruzada tiene base en EE.UU –con voluntarias en todo el país-, también llega a Gran Bretaña. "Queremos seguir creciendo, pero no tenemos dinero, por eso si alguien está interesado en nuestra Iglesia puede perfectamente ayudarnos", afirma. En un lado o en otro, siempre encuentra lugares no tradicionales para su prédica: "También vamos a las exposiciones de la industria pornográfica y repartimos Biblias”.

fuente: http://www.clarin.com/diario/2006/04/27/um/m-01185254.htm