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Muy complicado el 2015 para Cristina. Pero ella y los K piensa en verdad en el 2019. A pesar de que la realidad indica lo contrario, el kirchnerismo no se preocupa por incurrir en algunos delirios sobre los que hoy giran sus plantes: Si todo sale bien con los fondos buitre, Kicillof podría ser el ‘heredero’ en 2015. Ella podría ir como gobernadora en Buenos Aires, sumar diputados y condicionar a un eventual Scioli presidente a quien le intentarán ‘colar’, vía interna del PJ y reforma de la Ley Electoral, a un vice que será un nuevo ‘Cobos’. Delirios K para Todos.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Cristina piensa en 2015, aunque la meta está más allá, en 2019 cuando piensa volver. Pero primero tiene que acomodar las cosas para cuando ya no esté en la Rosada. Primero hizo lo que pudo en la Justicia, con leyes y nombramientos de jueces y ‘suplentes’, aunque no le alcanzó para evitar el procesamiento de Amado Boudou o desplazar definitivamente al fiscal José María Campagnoli (por ahora). Con todo, hizo bastante para cubrir las huellas de sus funcionarios ante denuncias de corrupción o donde el Estado es responsable (Ley de Responsabilidad del Estado). Pero en el plano político las cosas son más complejas y como en cualquier situación donde la realidad es adversa y la visión es muy sesgada, los delirios empiezan a cobrar forma. Se sabe: en tiempos de desesperación las medidas son desesperadas.
Primero, Cristina sabe que ninguno de sus precandidatos puede acceder a la Presidencia en 2015, entonces el dilema es si pierden con un candidato propio o detrás de uno no-propio, por Daniel Scioli.
En principio, en la idea de caer con ‘las botas puestas’ estaban los nombres de Jorge Capitanich, Sergio Urribarri y Florencio Randazzo. Antes, mucho antes, Cristina imaginó a Boudou presidente pero todo cambió con el caso Ciccone y demás causas, y ahora sólo imagina cómo sostenerlo.
De los tres nombres antes citados, Randazzo es el que mejor mide en las encuestas a pesar de que su revolución ferroviaria nunca se concretó. Pero hace rato que está estancando y la Presidente pierde la paciencia, además tiene más admiración por Axel Kicillof a quien le permitió todo el protagonismo en el caso de Repsol, el arreglo con el Club de París y ahora con la negociación con los fondos buitre, desplazando a Hernán Lorenzino, a quien se había encargado el tema inicialmente. En el Gobierno afirman que si el tema de los buitres termina bien, incluso pagando pero haciendo una épica, –como se está haciendo hasta ahora- Kicillof será el ‘heredero’ de Cristina. La idea no es nueva en verdad. Ya en 2012 cuando era viceministro de Economía, se pensaba en Axel como candidato.
En marzo pasado el gobierno midió a Kicillof como candidato presidencial. La buena noticia para los K fue que el joven tenía un conocimiento público del 80%, la mala noticia fue que su imagen negativa oscilaba entre el 60% y el 70%. Pero la primera mandataria cree que si el tema de los holdouts termina sin la caída en default, se potenciará la imagen del ex ministro de Economía y ella podría sumarle votos con su acompañamiento en la campaña, así como hizo con Martín Insaurralde, aunque es dudoso lo que pueda aportar una Cristina en retirada y asediada por las denuncias de corrupción y la economía en crisis.
El otro delirio K se complementa con el de Kicillof: Cristina candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Primero hay que recordar que Cristina negó ser candidata a algo en 2015 cuando termine su gestión, pero todo puede cambiar si se apela al tono épico. El kirchnerismo analiza que la presidente podría traccionar una importante cantidad de votos con la sola aparición de su nombre en la boleta del principal distrito electoral del país. Esta idea supone que Kicillof candidato no va a internas en el PJ al igual que Cristina, se evitan así la pelea con Scioli pero el único sostén será La Cámpora y las organizaciones aliadas más radicalizadas que repudian al peronismo pero no tienen su alcance territorial.
Cristina gobernadora cuadra dentro del tercer delirio K: Por un lado condicionar a un posible Scioli presidente desde la provincia con más peso del país y luego quitarle legisladores en el Congreso. También podría ser Cristina diputada, con el bonus extra de los fueros parlamentarios. También se había especulado con Cristina en el Parlamento del Mercosur llevando la elección del Parlasur a los comicios generales. Con su nombre bien visible en las boletas y su participación en campaña esta hipótesis aspira a engrosar la representación de diputados en el Congreso de la Nación y convertir al bloque del Frente para la Victoria en un grupo de jacobinos que aunque no tengan quórum propio como ahora, pueden ser árbitros en las sesiones y votaciones. En el Senado pesan los gobernadores, así que allí poco hay por hacer, pero con complicar una de las dos cámaras se condiciona a Scioli en la faceta legislativa.
La interna del PJ encierra otros delirios K. Allí irán por ahora Agustín Rossi, Urribarri y Randazzo. Además de complicarle las cosas a Scioli, si hay reforma de la Ley Electoral y el candidato a vicepresidente es también elegido en elecciones, Cristina podría aspirar a colocar un ‘Cobos’.
El último delirio es Máximo Kirchner gobernador, un deseo más de La Cámpora que de él. Varias veces se midió a Máximo en Santa Cruz y nunca los resultados fueron buenos, pero al tratarse de delirios el cielo es el límite.

Delirios K: Axel 2015, Cristina candidata en Bs. As. y Máximo gobernador
Muy complicado el 2015 para Cristina. Pero ella y los K piensa en verdad en el 2019. A pesar de que la realidad indica lo contrario, el kirchnerismo no se preocupa por incurrir en algunos delirios sobre los que hoy giran sus plantes: Si todo sale bien con los fondos buitre, Kicillof podría ser el ‘heredero’ en 2015. Ella podría ir como gobernadora en Buenos Aires, sumar diputados y condicionar a un eventual Scioli presidente a quien le intentarán ‘colar’, vía interna del PJ y reforma de la Ley Electoral, a un vice que será un nuevo ‘Cobos’. Delirios K para Todos.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Cristina piensa en 2015, aunque la meta está más allá, en 2019 cuando piensa volver. Pero primero tiene que acomodar las cosas para cuando ya no esté en la Rosada. Primero hizo lo que pudo en la Justicia, con leyes y nombramientos de jueces y ‘suplentes’, aunque no le alcanzó para evitar el procesamiento de Amado Boudou o desplazar definitivamente al fiscal José María Campagnoli (por ahora). Con todo, hizo bastante para cubrir las huellas de sus funcionarios ante denuncias de corrupción o donde el Estado es responsable (Ley de Responsabilidad del Estado). Pero en el plano político las cosas son más complejas y como en cualquier situación donde la realidad es adversa y la visión es muy sesgada, los delirios empiezan a cobrar forma. Se sabe: en tiempos de desesperación las medidas son desesperadas.
Primero, Cristina sabe que ninguno de sus precandidatos puede acceder a la Presidencia en 2015, entonces el dilema es si pierden con un candidato propio o detrás de uno no-propio, por Daniel Scioli.
En principio, en la idea de caer con ‘las botas puestas’ estaban los nombres de Jorge Capitanich, Sergio Urribarri y Florencio Randazzo. Antes, mucho antes, Cristina imaginó a Boudou presidente pero todo cambió con el caso Ciccone y demás causas, y ahora sólo imagina cómo sostenerlo.
De los tres nombres antes citados, Randazzo es el que mejor mide en las encuestas a pesar de que su revolución ferroviaria nunca se concretó. Pero hace rato que está estancando y la Presidente pierde la paciencia, además tiene más admiración por Axel Kicillof a quien le permitió todo el protagonismo en el caso de Repsol, el arreglo con el Club de París y ahora con la negociación con los fondos buitre, desplazando a Hernán Lorenzino, a quien se había encargado el tema inicialmente. En el Gobierno afirman que si el tema de los buitres termina bien, incluso pagando pero haciendo una épica, –como se está haciendo hasta ahora- Kicillof será el ‘heredero’ de Cristina. La idea no es nueva en verdad. Ya en 2012 cuando era viceministro de Economía, se pensaba en Axel como candidato.
En marzo pasado el gobierno midió a Kicillof como candidato presidencial. La buena noticia para los K fue que el joven tenía un conocimiento público del 80%, la mala noticia fue que su imagen negativa oscilaba entre el 60% y el 70%. Pero la primera mandataria cree que si el tema de los holdouts termina sin la caída en default, se potenciará la imagen del ex ministro de Economía y ella podría sumarle votos con su acompañamiento en la campaña, así como hizo con Martín Insaurralde, aunque es dudoso lo que pueda aportar una Cristina en retirada y asediada por las denuncias de corrupción y la economía en crisis.
El otro delirio K se complementa con el de Kicillof: Cristina candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Primero hay que recordar que Cristina negó ser candidata a algo en 2015 cuando termine su gestión, pero todo puede cambiar si se apela al tono épico. El kirchnerismo analiza que la presidente podría traccionar una importante cantidad de votos con la sola aparición de su nombre en la boleta del principal distrito electoral del país. Esta idea supone que Kicillof candidato no va a internas en el PJ al igual que Cristina, se evitan así la pelea con Scioli pero el único sostén será La Cámpora y las organizaciones aliadas más radicalizadas que repudian al peronismo pero no tienen su alcance territorial.
Cristina gobernadora cuadra dentro del tercer delirio K: Por un lado condicionar a un posible Scioli presidente desde la provincia con más peso del país y luego quitarle legisladores en el Congreso. También podría ser Cristina diputada, con el bonus extra de los fueros parlamentarios. También se había especulado con Cristina en el Parlamento del Mercosur llevando la elección del Parlasur a los comicios generales. Con su nombre bien visible en las boletas y su participación en campaña esta hipótesis aspira a engrosar la representación de diputados en el Congreso de la Nación y convertir al bloque del Frente para la Victoria en un grupo de jacobinos que aunque no tengan quórum propio como ahora, pueden ser árbitros en las sesiones y votaciones. En el Senado pesan los gobernadores, así que allí poco hay por hacer, pero con complicar una de las dos cámaras se condiciona a Scioli en la faceta legislativa.
La interna del PJ encierra otros delirios K. Allí irán por ahora Agustín Rossi, Urribarri y Randazzo. Además de complicarle las cosas a Scioli, si hay reforma de la Ley Electoral y el candidato a vicepresidente es también elegido en elecciones, Cristina podría aspirar a colocar un ‘Cobos’.
El último delirio es Máximo Kirchner gobernador, un deseo más de La Cámpora que de él. Varias veces se midió a Máximo en Santa Cruz y nunca los resultados fueron buenos, pero al tratarse de delirios el cielo es el límite.
