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http://www.argenpress.info/nota.asp?num=029344
Por: Rosa Miriam Elizalde (CUBADEBATE) (Fecha publicación:08/04/2006)

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Además de enfilarle directamente los cañones de la Task Force de Condoleezza Rice, contra Cuba se han aplicado ya todas las variantes para limitar o reducir a la mínima expresión su presencia en la Internet. A la par de una campaña propagandística despiadada que ignora el destino social de la Red, desde hace años la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, según sus siglas en inglés), adscrita al Departamento del Tesoro, mantiene una vigilancia estricta para impedir que los ciudadanos norteamericanos utilicen la web como pasarela para cualquier transacción electrónica que pueda beneficiar a una institución cubana, dentro o fuera de la Isla.

Hasta el momento, el Departamento del Tesoro a través de la OFAC ha regulado los vínculos de los norteamericanos con 13 empresas de Cuba o vinculadas a la Isla, desde que Bush anunció el endurecimiento de las acciones contra el pueblo cubano en el 2003 y que entraron en vigor en el 2004. De ellas, cinco operaban o tenían expresión por Internet y mantenían sitios que fueron incluidos en la lista negra: www.caribesol.ca, www.cimexweb.com, www.havanatur.cu, www.cuba-shop.net y www.sercuba.com

A esto se añaden decenas de sitios dentro y fuera de Estados Unidos, que suelen impedir a los usuarios que navegan desde Cuba la descarga de páginas o soportes gratuitos, internacionalizando en la Red el bloqueo norteamericano. Si un navegante desde un punto de la red cubana entra ahora mismo en la página de www.telemundo.com o www.telefonica.es, por ejemplo, automáticamente los sistemas le advierten que “…las leyes de Control de Exportación de los Estados Unidos prohíben la exportación de cierta información técnica y programas de computadoras a ciertos territorios. Ningún programa de este sitio puede bajarse o exportarse a un nacional o residente en Cuba...”. (3) Es decir, los cubanos no solo no pueden acceder a las tecnologías norteamericanas y quienes violen esta disposición pueden recibir cárcel por ello, sino que extraterritorialmente la ley se extiende mucho más allá de sus fronteras, con la complicidad de compañías, instituciones y gobiernos “soberanos” que jamás aparecen en la prensa denunciados por crímenes de lesa expresión.

Aunque Cuba estaba en condiciones de enlazarse a la red internacional desde finales de los 80, no fue hasta julio del 1994 que el Departamento del Tesoro autorizó la transferencia de datos e información a la nación caribeña desde servidores norteamericanos. Esto realmente se pudo concretar en 1996, pero hoy los cubanos aún no pueden conectarse a Internet a la velocidad que quieren, ni contratar de manera independiente a canales y proveedores en Estados Unidos, país que controla tanto los registros de dominios como los principales nodos de acceso internacional.

Cada vez que se intenta añadir un nuevo canal a Internet, la contraparte estadounidense debe obtener la licencia apropiada del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. No es un secreto -y sin embargo esto tampoco suele aparecer en la prensa-, que la Isla paga a precios de oro la conexión internacional vía satelital, porque Estados Unidos ha bloqueado toda posibilidad de enlazar a la Isla con el cable submarino, y prácticamente la capacidad de navegación del país se contrata a tres empresas, dos de ellas norteamericanas y la tercera, subsidiaria del nodo principal ubicado en EEUU.

Llama muchísimo la atención que en los últimos meses se ha desatado una furiosa campaña que presenta al gobierno cubano como censor y controlador de la Internet, con cintillos machacones que a veces toman tintes melodramáticos. Quienes reproducen estas informaciones ni siquiera se toman el trabajo de indagar en fuentes oficiales norteamericanas, que cualquiera puede encontrar fácilmente en los sitios web de la OFAC, de la National Science Foundation (NSF) y del Departamento de Estado, que ubica en lugar destacado las feroces reglas del bloqueo norteamericano contra la Isla.
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