La pericia del piloto evitó la tragedia
Por Juan Carlos Toledo l De nuestra Redacción.
[email protected]
Los asistentes a las “Jornadas de Puertas Abiertas”, de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba, vivieron ayer un momento de particular tensión, cuando en plena demostración, uno de los aviones entró en emergencia y se precipitó a tierra, a sólo 200 metros del vallado donde se encontraba el público. La angustia y los temores se disiparon, casi al instante cuando el piloto abandonó la máquina por sus propios medios y se alejaba caminando del lugar, mientras un incendio que se propagó rápidamente devoró al pequeño aparato.
Los aplausos surgieron como una clara demostración de alivio por la tensión vivida. Esa expresión se hizo sentir aún más cuando César Falistocco, el experimentado piloto de acrobacia aérea, sacó su pañuelo para saludar al público que lo aclamaba. Eran las 14.30 de una jornada vivida intensamente por quienes concurrieron a la Fuerza Aérea a participar de todos los actos preparados.
El accidente con su final feliz, sólo provocó una pequeña demora en el desarrollo de la programación, ya que todo continuó después de acuerdo a lo previsto. El director de la Escuela de Aviación y Jefe de la Guarnición Aérea Córdoba, brigadier Eduardo Víctor Álvarez, graficó el instante vivido haciéndose eco de lo que dicen los artistas, cuando sobreponiéndose a cualquier circunstancias afirman que “el espectáculo debe continuar”.
En el instante del accidente, Cesar Falistocco, se encontraba a unos 300 metros de altura a bordo del Rans S10, un avión deportivo, ultraliviano acondicionado para hacer acrobacias. En una de esas maniobras comprometidas, el piloto tuvo una pérdida de potencia. Al advertir la novedad se prepara para enfrentar la situación. Nivela el avión y lo hace impactar de plano. Esto le permite sufrir en menor grado las consecuencias del impacto. Sabiendo el riesgo que corría, el experimentado piloto se incorporó prestamente y comenzó a caminar de retorno a la pista, mientras a su espalda y poco después del impacto, el pequeño aparato se incendiaba totalmente.
Falistocco fue rápidamente atendido por las ambulancias apostadas al borde de la pista y fue conducido al Escuadrón de Sanidad, donde en una primera revisación se observó que no presentaba fracturas sino sólo algunas escoriaciones. Tras hablar con su esposa, residente en Tandil, provincia de Buenos Aires, fue llevado al Hospital Aeronáutico donde quedó internado en observación.
El titular de la Guarnición Aérea, destacó que “en ningún momento hubo peligro para el público asistente”, al ser efectivas todas las medidas de seguridad adoptadas al organizarse la presentación.
El brigadier Álvarez elogió también la pericia de Falistocco a quien calificó como “un piloto de mucha experiencia” y reconocido nacional e internacionalmente en el campo de la acrobacia deportiva.
Recordó que hasta el año 1993 en que dejó la Fuerza Aérea para dedicarse a la aviación civil y deportiva, Falistocco fue piloto de aviones de combate como los Mirage. “Se trata de un entusiasta y excelente piloto de acrobacia y por eso es invitado a cuanta exhibición aérea se registra en el país y en países vecinos. César Falistocco, nació en la ciudad de Río Cuarto, pero actualmente vive con su familia en la ciudad bonaerense de Tandil. Aprendió a volar a los 17 años acompañado de su padre en el Aero Club de esa ciudad del sur cordobés y después ingresó a la Escuela de Aviación Militar de donde egresó como piloto de combate. Posteriormente destinado a Tandil se dedicó a los vuelos livianos y en 1993 solicitó el retiro de la Fuerza Aérea para dedicarse completamente a la actividad civil-deportiva. Además de integrar la escuadrilla de exhibiciones acrobáticas con el Rans S10, Falistocco es instructor de avión y de planeador. Toda esta experiencia adquirida es la que ayer le permitió salir con vida de un accidente que pudo tener consecuencias muy graves. Con sangre fría y mucha pericia, se preparó para la emergencia y transformó el drama en otro motivo de aplausos.
Fuente: Diario LA VOZ DEL INTERIOR
Por Juan Carlos Toledo l De nuestra Redacción.
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Los asistentes a las “Jornadas de Puertas Abiertas”, de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba, vivieron ayer un momento de particular tensión, cuando en plena demostración, uno de los aviones entró en emergencia y se precipitó a tierra, a sólo 200 metros del vallado donde se encontraba el público. La angustia y los temores se disiparon, casi al instante cuando el piloto abandonó la máquina por sus propios medios y se alejaba caminando del lugar, mientras un incendio que se propagó rápidamente devoró al pequeño aparato.
Los aplausos surgieron como una clara demostración de alivio por la tensión vivida. Esa expresión se hizo sentir aún más cuando César Falistocco, el experimentado piloto de acrobacia aérea, sacó su pañuelo para saludar al público que lo aclamaba. Eran las 14.30 de una jornada vivida intensamente por quienes concurrieron a la Fuerza Aérea a participar de todos los actos preparados.
El accidente con su final feliz, sólo provocó una pequeña demora en el desarrollo de la programación, ya que todo continuó después de acuerdo a lo previsto. El director de la Escuela de Aviación y Jefe de la Guarnición Aérea Córdoba, brigadier Eduardo Víctor Álvarez, graficó el instante vivido haciéndose eco de lo que dicen los artistas, cuando sobreponiéndose a cualquier circunstancias afirman que “el espectáculo debe continuar”.
En el instante del accidente, Cesar Falistocco, se encontraba a unos 300 metros de altura a bordo del Rans S10, un avión deportivo, ultraliviano acondicionado para hacer acrobacias. En una de esas maniobras comprometidas, el piloto tuvo una pérdida de potencia. Al advertir la novedad se prepara para enfrentar la situación. Nivela el avión y lo hace impactar de plano. Esto le permite sufrir en menor grado las consecuencias del impacto. Sabiendo el riesgo que corría, el experimentado piloto se incorporó prestamente y comenzó a caminar de retorno a la pista, mientras a su espalda y poco después del impacto, el pequeño aparato se incendiaba totalmente.
Falistocco fue rápidamente atendido por las ambulancias apostadas al borde de la pista y fue conducido al Escuadrón de Sanidad, donde en una primera revisación se observó que no presentaba fracturas sino sólo algunas escoriaciones. Tras hablar con su esposa, residente en Tandil, provincia de Buenos Aires, fue llevado al Hospital Aeronáutico donde quedó internado en observación.
El titular de la Guarnición Aérea, destacó que “en ningún momento hubo peligro para el público asistente”, al ser efectivas todas las medidas de seguridad adoptadas al organizarse la presentación.
El brigadier Álvarez elogió también la pericia de Falistocco a quien calificó como “un piloto de mucha experiencia” y reconocido nacional e internacionalmente en el campo de la acrobacia deportiva.
Recordó que hasta el año 1993 en que dejó la Fuerza Aérea para dedicarse a la aviación civil y deportiva, Falistocco fue piloto de aviones de combate como los Mirage. “Se trata de un entusiasta y excelente piloto de acrobacia y por eso es invitado a cuanta exhibición aérea se registra en el país y en países vecinos. César Falistocco, nació en la ciudad de Río Cuarto, pero actualmente vive con su familia en la ciudad bonaerense de Tandil. Aprendió a volar a los 17 años acompañado de su padre en el Aero Club de esa ciudad del sur cordobés y después ingresó a la Escuela de Aviación Militar de donde egresó como piloto de combate. Posteriormente destinado a Tandil se dedicó a los vuelos livianos y en 1993 solicitó el retiro de la Fuerza Aérea para dedicarse completamente a la actividad civil-deportiva. Además de integrar la escuadrilla de exhibiciones acrobáticas con el Rans S10, Falistocco es instructor de avión y de planeador. Toda esta experiencia adquirida es la que ayer le permitió salir con vida de un accidente que pudo tener consecuencias muy graves. Con sangre fría y mucha pericia, se preparó para la emergencia y transformó el drama en otro motivo de aplausos.
Fuente: Diario LA VOZ DEL INTERIOR