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Desde el martes, doce ciudadanos (habrá otros seis como suplentes) analizarán el caso de un joven acusado de matar a su ex cuñado de un escopetazo. Intervendrán en delitos que tengan penas mayores a 15 años. .



El primer juicio por jurados que se realizará en la provincia de Buenos Aires comenzará el martes próximo en los tribunales de San Martín, donde doce ciudadanos analizarán el caso de un joven que está acusado de haber matado a su ex cuñado durante una discusión familiar.

La audiencia se iniciará a las 9 en el edificio de Ricardo Balbín 1753, donde se remodeló la sala de audiencias “A” del primer entrepiso para adaptarla a la nueva modalidad, aprobada por la Legislatura bonaerense en septiembre de 2013 y actualmente sólo vigente en las provincias de Córdoba y Neuquén.

El hecho que se juzgará ocurrió el 31 de enero de 2014, cuando Germán Armella (30) fue a la casa de su ex pareja, Claudia Barros, situada en la localidad de José León Suárez. Allí, mantuvo una discusión con Guillermo Barros (28), hermano de Claudia, la cual terminó fuera de la casa cuando éste le disparó en el hombro con una escopeta recortada.

Armella fue llevado al hospital de Boulogne y murió poco después, en tanto que Barros fue detenido dentro de la casa luego de que los testigos llamaran a la Policía.
Fuentes judiciales dijeron que la pareja se había separado hacía unos meses a causa de constantes agresiones físicas a las que era sometida Claudia y todavía mantenían una relación conflictiva. “No creo que haya otro acto cívico más fuerte que éste. La gente va a tomar una decisión de trascendencia enorme en estos juicios”, dijo el juez Francisco Pont Vergés, que será el encargado de coordinar el primer debate de este tipo, conocido por el público sólo a través de películas estadounidenses.

Pont Vergés es integrante del Tribunal Oral en lo Criminal 5 de San Martín y salió sorteado de entre los tres miembros de ese cuerpo para presidir el juicio, aunque su rol ahora lo cumplirán los doce jurados, a quienes llama “jueces ad-hoc”, que tendrán seis suplentes que deberán estar presentes durante todo el debate.

Hubo 48 sorteados

De un total de 48 personas de entre 21 y 75 años sorteadas para esta carga pública, en la primera audiencia se elegirá a quienes integrarán el tribunal, por lo que nadie sabrá de quiénes se trata hasta el momento en que cada uno empiece a dar sus datos. Luego, la fiscalía, que en este caso estará representada por Ana Armetta, y la defensora oficial del imputado, Verónica Jollice, les formularán preguntas a los jurados y ese será el momento para, eventualmente, presentar alguna recusación.
Finalizadas estas cuestiones, los 18 ciudadanos, nueve mujeres y nueve hombres, jurarán en el cargo, se les darán las instrucciones básicas y comenzará el debate, durante el cual podrán recibir una dieta de hasta dos “jus” diarios. El jus es la unidad honorario profesional del Abogado o

Procurador, que en esta caso equivaldría a un total de 640 pesos.
“Ahora el juez va a ser el organizador del juicio. Solamente van a preguntar las partes y yo tengo que estar atento a que no se diga nada irrespetuoso y que se filme todo el juicio, porque eso es lo único que va a quedar documentado para eventuales apelaciones”, explicó Pont Vergés.
Sin contacto

El magistrado manifestó que los jurados “no pueden tener contacto ni con el juez, ni con el público ni con los periodistas”, por lo que en los cuartos intermedios quedarán dentro de la sala de audiencias.

El presidente del cuerpo lo elegirán entre ellos por mayoría simple y, en caso contrario, será el de mayor edad. Al término de cada día de juicio -éste se estima que durará tres jornadas porque hay citados doce testigos- los jurados regresarán a sus casas pero, según Pont Vergés, “tienen que asumir el firme compromiso de no hablar con nadie del caso”.
“Confiamos en la buena fe de las personas”, dijo el magistrado, que remarcó que los ciudadanos elegidos sólo podrán hablar entre ellos cuando pasen a deliberar y a hacer el veredicto, para lo cual le darán un instructivo y se les explicarán cuestiones tales sobre cómo tienen que valorar las prueba y que la duda siempre favorece al reo.

Los jurados intervendrán en casos cuyos delitos tengan una pena mayor a 15 años de prisión, como homicidios, violaciones y robos agravados. El veredicto de culpabilidad requerirá como mínimo de diez votos afirmativos sobre las dos cuestiones que deberán analizar los jurados (si ocurrió el hecho y si quien es juzgado tuvo participación) y para los delitos que prevén prisión perpetua se necesitarán doce votos.

Tras la decisión de los ciudadanos, si el imputado es inocente o culpable, el juez fijará la pena a cumplir. El contacto con los jurados fue mínimo porque desde el TOC 5 se manejaron con cédulas de notificación, pero algunas personas se acercaron a pedir que les explicaran cómo iba a ser el sistema, otros a decir que no podían concurrir por problemas familiares o de salud y algunos a manifestar que tenían miedo de alguna represalia.
Por eso, el juez hizo hincapié en que “se debe preservar la intimidad del jurado porque lo que se busca es que la gente no se sienta intimidada”. De hecho, no se permitirá el ingreso de cámaras de televisión a la sala de audiencias, aunque sí de periodistas