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El veterano izquierdista Bernie Sanders ha anunciado su respaldo a Hillary Clinton como futura presidenta de Estados Unidos, en las elecciones presidenciales de noviembre, tras haberle disputado la candidatura demócrata hasta el último suspiro. "Apoyo a Hillary Clinton", ha dicho este martes por primera vez en un mitin conjunto en New Hampshire. "Voy a hacer todo lo que pueda para asegurar que será la futura presidenta de Estados Unidos", ha insistido. El Partido Demócrata cierra filas en torno a Clinton para hacer frente al republicano Donald Trump.



Así ha terminado una dura campaña por parte del senador de Vermont. Sanders ha sido irredento. Hace casi 40 días que Clinton cuenta con lo delegados suficientes para erigirse en candidata demócrata, pero el político ha mantenido su candidatura para obligar a los demócratas a virar a la izquierda.

Clinton ha abrazado algunas de las metas 'sanderistas' en sanidad y universidades para lograr el acercamiento

Podrá sacar pecho. Para lograr este acercamiento, Clinton ha tenido que aproximarse a algunas de las metas sanderistas: se ha comprometido a impulsar un plan sanitario que mejora notablemente los fondos para la próxima década, lo que ha recibido el aplauso de Sanders, y ha asegurado que, si llega a la Casa Blanca, eliminará la matrícula estatal para aquellas familias con ingresos de hasta 125.000 dólares.

La bendición de Sanders supone un importante espaldarazo para Clinton ante los votantes más progresistas, que la consideran quintaesencia del establishment y no le perdonan sus vínculos con Wall Street (la candidata ha ganado grandes sumas dando conferencias en Goldman Sachs). También fue significativo el apoyo que ganó de la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, representante de la corriente más progresista del partido, o el acto de campaña con Barack Obama demostraron que el popular presidente americano va a ser una entusiasta clintonista ante Trump.



La postura de Sanders se ha ido suavizando: el 24 de junio admitió, en una entrevista en la cadena MSNBC, que votaría a favor de Clinton en las presidenciales para evitar una victoria de Trump, escenario que tachó de “desastre”. "No necesitamos un presidente cuyo eje central sea la intolerancia, insultar a los mexicanos, a los latinos, a los musulmanes, a las mujeres o que no cree en las evidencias del cambio climático", dijo.

Atrás quedan duros debates durante las primarias en los que el Sanders llegó a cuestionar la honradez e independencia de la exsenadora por Nueva York por sus ingresos por parte de Goldman Sachs y por las elevadas donaciones que su campaña recibía de los grandes grupos económicos.

A sus 74 años, Sanders, declarado socialista en un país en el que este término era hasta hace poco como mentar la bicha, dio mucha más batalla de la esperada en las primarias demócratas, al lograr despertar el entusiasmo del voto joven y más escorado a la izquierda. Criado en el distrito de Brooklyn (Nueva York), el veterano senador ha abarrotado los mítines y extendido la fiebre de su “revolución política”. New Hampshire, donde comparte escenario con Clinton, es uno de los estados en los que logró una de sus primeras grandes victorias. Aun así, la ex primera dama ganó la carrera de fondo de cara a la convención demócrata que debe confirmarla en Filadelfia a finales de este mes.

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