Convivió dos años con el cadáver de su hija al lado de su cama
CHUBUT - Una mujer con sus facultades mentales alteradas convivió durante dos años con el cadáver de su joven hija...
CHUBUT - Una mujer con sus facultades mentales alteradas convivió durante dos años con el cadáver de su joven hija recostado en la cama de una precaria vivienda del barrio Ceferino Namuncurá, en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia.
El pestilente olor que emanaba de la vivienda y la prolongada ausencia de la hija hizo sospechar a los vecinos, quienes efectuaron la denuncia a la Policía, ya que no podían dialogar con la mujer, debido a su carácter irascible.
Al ingresar a la única pieza de la casa de chapas, en un ambiente de desorden y suciedad, los efectivos vieron el cuerpo casi momificado de una joven -que luego se supo que era el de la hija, de 24 años-, acostado en una cama lindante a la de su progenitora, de 60 años.
“En la vivienda había un cadáver momificado que se observaba intacto a pesar del paso del tiempo, dos años al decir de los vecinos que la vieron por última vez”, sostuvo el comisario inspector Felix Huincalef, jefe de la Unidad Regional de Comodoro Rivadavia.
El jefe policial no descartó que la mujer que convivía con el cadáver haya recurrido a algún tipo de sustancia para mantenerla momificada, aunque el olor que emanaba del cuerpo delataba su avanzado estado de descomposición.
Gritos y malos tratos
La casa era habitada por Lidia del Carmen Muñoz y por su hija Susana del Carmen Muñoz, a quien no se la veía desde hace dos años por el barrio, por lo que muchos vecinos pensaron que se había marchado, a raíz de los malos tratos a los que la sometía su madre.
Los vecinos, en su denuncia, dijeron que, en esa época, escuchaban los gritos de la hija cuando era atada a la cama por su madre y, cuando se acercaban a preguntar qué sucedía, la mujer les decía que tenía que sujetarla “porque quería salir con machos”.
El cuerpo de la joven será sometido a una autopsia para determinar las causas de la muerte, aunque un vocero del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia dejó trascender que “pareciera que a la chica le hubieran arrojado agua hirviendo”.
Una de las vecinas de Muñoz relató a un diario local que “desde hace dos años no veíamos ni escuchábamos a Susana, pensamos que cansada de tantos maltratos se había ido de la casa, pero una vez escuchamos como que la había matado y empezamos a sospechar y avisar a la Policía, pero no nos creyeron”.
Otro vecino aseguró que la madre y su hija “recolectaban comida y otras cosas de las bateas de residuos” y que Lidia Muñoz “constantemente se peleaba, provocaba e insultaba a todo el mundo”. También contó que la hija de Muñoz “jamás fue a la escuela” y que por el carácter irascible de la mujer, pocos se podían acercar a su casa.
“Muchas veces arrojaba lavandina o agua hirviendo” a los que querían acercarse a la vivienda, que no tenía baño, ni luz, ni agua, por lo que la mujer “hacía sus necesidades en un tarro y luego se los arrojaba en el patio a sus vecinos”, sostuvo otro vecino.
Según trascendió de una fuente allegada al caso, “Lidia Muñoz habría estado casada con un funcionario policial de Comodoro Rivadavia, que sería el presunto padre de la víctima”.
Después del hallazgo, la madre fue internada en el sector de psiquiatría del Hospital Regional, debido a un cuadro de desequilibrio mental, y la Municipalidad estudia la posibilidad de derrumbar la vivienda.
Fuente: La Mañana de Córdoba
CHUBUT - Una mujer con sus facultades mentales alteradas convivió durante dos años con el cadáver de su joven hija...
CHUBUT - Una mujer con sus facultades mentales alteradas convivió durante dos años con el cadáver de su joven hija recostado en la cama de una precaria vivienda del barrio Ceferino Namuncurá, en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia.
El pestilente olor que emanaba de la vivienda y la prolongada ausencia de la hija hizo sospechar a los vecinos, quienes efectuaron la denuncia a la Policía, ya que no podían dialogar con la mujer, debido a su carácter irascible.
Al ingresar a la única pieza de la casa de chapas, en un ambiente de desorden y suciedad, los efectivos vieron el cuerpo casi momificado de una joven -que luego se supo que era el de la hija, de 24 años-, acostado en una cama lindante a la de su progenitora, de 60 años.
“En la vivienda había un cadáver momificado que se observaba intacto a pesar del paso del tiempo, dos años al decir de los vecinos que la vieron por última vez”, sostuvo el comisario inspector Felix Huincalef, jefe de la Unidad Regional de Comodoro Rivadavia.
El jefe policial no descartó que la mujer que convivía con el cadáver haya recurrido a algún tipo de sustancia para mantenerla momificada, aunque el olor que emanaba del cuerpo delataba su avanzado estado de descomposición.
Gritos y malos tratos
La casa era habitada por Lidia del Carmen Muñoz y por su hija Susana del Carmen Muñoz, a quien no se la veía desde hace dos años por el barrio, por lo que muchos vecinos pensaron que se había marchado, a raíz de los malos tratos a los que la sometía su madre.
Los vecinos, en su denuncia, dijeron que, en esa época, escuchaban los gritos de la hija cuando era atada a la cama por su madre y, cuando se acercaban a preguntar qué sucedía, la mujer les decía que tenía que sujetarla “porque quería salir con machos”.
El cuerpo de la joven será sometido a una autopsia para determinar las causas de la muerte, aunque un vocero del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia dejó trascender que “pareciera que a la chica le hubieran arrojado agua hirviendo”.
Una de las vecinas de Muñoz relató a un diario local que “desde hace dos años no veíamos ni escuchábamos a Susana, pensamos que cansada de tantos maltratos se había ido de la casa, pero una vez escuchamos como que la había matado y empezamos a sospechar y avisar a la Policía, pero no nos creyeron”.
Otro vecino aseguró que la madre y su hija “recolectaban comida y otras cosas de las bateas de residuos” y que Lidia Muñoz “constantemente se peleaba, provocaba e insultaba a todo el mundo”. También contó que la hija de Muñoz “jamás fue a la escuela” y que por el carácter irascible de la mujer, pocos se podían acercar a su casa.
“Muchas veces arrojaba lavandina o agua hirviendo” a los que querían acercarse a la vivienda, que no tenía baño, ni luz, ni agua, por lo que la mujer “hacía sus necesidades en un tarro y luego se los arrojaba en el patio a sus vecinos”, sostuvo otro vecino.
Según trascendió de una fuente allegada al caso, “Lidia Muñoz habría estado casada con un funcionario policial de Comodoro Rivadavia, que sería el presunto padre de la víctima”.
Después del hallazgo, la madre fue internada en el sector de psiquiatría del Hospital Regional, debido a un cuadro de desequilibrio mental, y la Municipalidad estudia la posibilidad de derrumbar la vivienda.
Fuente: La Mañana de Córdoba