Corrientes: tenía 13 años, la violaron en la comisaría y la mataron en el orfanato
La pequeña era buscada por su familia porque se había fugado de su casa. La policía de Corrientes la mantuvo presa en una comisaría, donde fue abusada sexualmente, y luego la trasladaron a un orfanato, donde la aislaron y se “suicidó”.

“La crónica comienza el día sábado cuando la madre de la niña decide realizar ante la comisaria del menor, la mujer y asuntos juveniles una exposición por fuga del hogar de Micaela”, relata Hermindo González, abogado de la familia Romero, especialista en Derecho Penal del Menor, asesor de la Red Infancia Robada, asesor del Instituto Municipal de promoción de los Derechos Humanos y colaborador de la Red Provincial de Derechos Humanos. “Es allí cuando comienza a funcionar la estigmatización y criminalización de los niños en contexto de calle, y especialmente a los que se fugan de sus hogares, y se dispara un protocolo policial de búsqueda consistente en dar con el paradero”, detalla.
Micaela Romero, de 13 años, se escapó de su casa, un hogar pobre, de una familia excluida del sistema. La policía la encontró y la detuvo en una comisaría, donde la hizo pasar la noche. Allí, la pequeña fue violada por los uniformados. Ante esta situación, la magistrada Irma Domínguez dispuso su traslado al hogar “Rincón de Amigos”. El abogado relata que “a ese lugar llega el lunes por la tarde, comparte la tarde noche con otras niñas y niños del lugar, cocinan, comen, lavan los platos y por disposición de la magistrada es alojada en una habitación cerrada con llave para que pase la noche, en total soledad”.
A las 8 y media de la mañana del día siguiente, el cuerpo de Micaela fue encontrando aparentemente pendiendo de una sábana, como si se hubiera ahorcado. Hermindo González asegura que la escena fue alterada “ya que cuando llegaron los peritos la niña no se encontraba en la posición que menciono la persona que la encontró”.
“Datos que sostienen y aumentan las dudas sobre el hecho es que surge de la autopsia que la niña se habría ahorcado arrodillada, que la sabana que supuestamente uso no se encuentra a disposición de la instrucción y no se remitió con su cuerpo a la morgue, que se alteró la escena del crimen, que la resistencia del barrote de la ventana del cual supuestamente, estuvo pendiente el cuerpo no tiene una consistencia tal de poder tolerar el peso de un cuerpo y la altura no es suficiente para quedar colgando”, relata el abogado de la familia y concluye que “la niña no tenía ningún signo o síntoma que hiciera presumir dicha intensión, y fue entrevistada por un psicólogo previo a encerrarla en la habitación donde fue encontrada y que no haya nada raro en su personalidad, que de haber algún signo debió advertir el profesional”.