DESDE LA CASA ROSADA
Al inaugurar la puesta en marcha de las obras del gasoducto del Norte, optó por no mencionar la pelea por la deuda y dejó de lado el estilo confrontativo de su último discurso.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un nuevo acto en la Casa Rosada, en el que evitó referirse a la decisión del juez Thomas Grisa de ratificar al mediador Dan Pollack en las negociaciones con los fondos buitre.
Cristina afirmó que seguirá "trabajando" pese a que "algunos intentan decir que se viene el mundo abajo y que todo va a ser horrible". La mandataria defendió su gestión respecto de los pronósticos en materia económica tras el fracaso de un acuerdo con los holdouts y aseguró que "nosotros vamos a seguir trabajando como lo hicimos siempre".
En la misma línea, afirmó que cuando el país consigue niveles de "autonomía razonable" suelen producirse ataques "con misiles y bombardeos permanentes".
La mandataria evitó, sin embargo, tener un tono duro y confrontativo, como el que había exhibido en su última aparición pública, tras el fracaso de las negociaciones y la caída en default de la Argentina.
"Vamos a seguir invirtiendo en todo lo que sea infraestructura, fuertemente", explicó y advirtió que "vamos a seguir poniéndole el pecho a las balas".
Al inaugurar la puesta en marcha de las obras del gasoducto del Norte, optó por no mencionar la pelea por la deuda y dejó de lado el estilo confrontativo de su último discurso.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un nuevo acto en la Casa Rosada, en el que evitó referirse a la decisión del juez Thomas Grisa de ratificar al mediador Dan Pollack en las negociaciones con los fondos buitre.
Cristina afirmó que seguirá "trabajando" pese a que "algunos intentan decir que se viene el mundo abajo y que todo va a ser horrible". La mandataria defendió su gestión respecto de los pronósticos en materia económica tras el fracaso de un acuerdo con los holdouts y aseguró que "nosotros vamos a seguir trabajando como lo hicimos siempre".
En la misma línea, afirmó que cuando el país consigue niveles de "autonomía razonable" suelen producirse ataques "con misiles y bombardeos permanentes".
La mandataria evitó, sin embargo, tener un tono duro y confrontativo, como el que había exhibido en su última aparición pública, tras el fracaso de las negociaciones y la caída en default de la Argentina.
"Vamos a seguir invirtiendo en todo lo que sea infraestructura, fuertemente", explicó y advirtió que "vamos a seguir poniéndole el pecho a las balas".