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¿Qué hace uno después de pertenecer a una de las bandas de rock más populares del planeta? Volverse quiropráctico

Uno ha tocado en los mayores estadios y ha visto a Bob Dylan, Jack Nicholson y Eddie Murphy acercarse al camerino para rendirles homenaje. La revista Rolling Stone dice que sus discos están ente los 10 mejores de todos los tiempos. ¿Qué hace uno entonces?

Terry Chimes, baterista de The Clash, le dio, literalmente, la espalda al rock and roll, y se convirtió en un quiropráctico en Essex.

¿Cómo fue que pasó de tocar en una banda a la camilla de tratamiento?

"Sentí que era la hora de un cambio total, y durante el tiempo que era músico ya me había convertido en un vegetariano que no bebe, no fuma, no consume drogas y que hace yoga".

Todo eso, sin mencionar los triatlones.

"La gente dice '¿cómo puedes preferir tratar pacientes a estar en un escenario ante 100.000 personas?' Si uno puede hacer que alguien se mejore, en eso hay una satisfacción que es mucho más profunda".

En lugar de ser un ex rockero, "que siempre mira su álbum de recuerdos", Chimes, de 51 años, quien también tocó con Black Sabbath, escribe un libro sobre salud y bienestar.

Música rebelde

La historia de The Clash vuelve a ser noticia con la publicación de Redemption Song, una biografía del líder de la banda, Joe Strummer, escrita por el periodista de música Chris Salewicz

Chimes ocupaba el puesto de baterista cuando la banda empezó. Se retiró después del innovador primer álbum y regresó para las grandes giras en estadios al final de la carrera de The Clash.

Músico autodidacta, se unió a la banda (antes de que ésta tuviera un nombre) tras reunirse con Strummer, Mick Jones y Paul Simonon.

"Cuando los conocí, eran como una pandilla. Lucían diferentes y llevaban ropa que nadie más usaba", dice Chimes.

Pero lo que realmente los diferenciaba del resto era la idea de que no se trataba sólo de la música, sino de una política radical y un estilo de vida alternativo.

"Cobró vida por sí misma. Era como unirse a un culto. Yo quería disfrutar de la música y ellos querían sufrir. Era algo serio desde que te levantabas por la mañana hasta el momento en que ibas a dormir".

Lucha por una causa

La intensidad era la característica principal de sus actuaciones en vivo.

Chimes dice que sus manos solían sangrar durante una presentación.

Las actuaciones de Strummer eran particularmente maníacas, descritas en la nueva biografía como "un animal poseído, con las venas palpitantes, en un estado casi de trance, como si estuviera hablando en lenguas".

Chimes dice que ése era el reflejo de la infelicidad que perseguía a Strummer por fuera del escenario.

"No se permitía ser feliz. El problema con Joe era que se sentía culpable si estaba cómodo. Estabas en la terraza de un hotel tomándote un trago y cinco minutos después él ya estaba claramente incómodo y decía que deberíamos estar haciendo algo con más sentido".

Con el enorme éxito comercial de la banda, sobre todo en Estados Unidos, fue aún más difícil no dejarse atrapar por el circo del rock.

Chimes dice que cuando los Beach Boys se encontraron con The Clash, lo que más los sorprendió de los punks ingleses fue verlos cargar su propio equipaje.

También recuerda el horror de Strummer cuando descubrió que el Volvo que lo llevaba a una presentación tenía puesto el seguro para niños así que "parecía que Joe Strummer tenía un chofer que le abría las puertas".

Chimes dejó The Clash por segunda vez en 1983, cuando las enemistades y las disputas internas hicieron difícil que continuara. "No estaba disfrutándolo, así que paré".

Cuando decidió prepararse para ser un quiropráctico, no le dijo a nadie que había estado en una banda.

"No les dije en caso de que pensaran que yo fuera un drogadicto", dice.

Pero entonces la canción "Should I Stay or Should I Go" fue editada nuevamente y llegó al número uno y los otros estudiantes de quiropraxia lo vieron en el vídeo.

"Entonces pensaron que yo era aún más raro por no haber hablado al respecto".

Terapia alternativa

Pero, ¿extraña los viejos tiempos?

Para nada, dice. Ser quiropráctico y la terapia alternativa son negocios en expansión y su firma está convirtiéndose en una de las mayores de Europa. También está más interesado en los asuntos espirituales, al decir cuán importante es para él su fe católica.

Ha sido un camino muy largo desde que las canciones de The Clash escandalizaban a los tabloides.

Pero la reputación de la banda no da señas de desaparecer y el legado de Strummer está tomando rutas inesperadas

Strummer fue uno de los primeros artistas en hacer que sus conciertos fueran neutros en emisiones de carbono y fue una pieza clave en promover la idea de ponerles fin. Hay un bosque plantado en su memoria en la isla de Skye.

También se le recuerda por medio de una fundación musical de beneficencia, Strummerville para la cual recaudará fondos el próximo sencillo de la banda Babyshambles. En su memoria, este verano tuvo lugar el festival musical Strummercamp. Incluso hay un tren que lleva su nombre.

Salewicz, un veterano reportero de las veleidades del rock, dice que The Clash está cómodamente instalada entre las tres bandas más influyentes del Reino Unido, junto con los Beatles y los Rolling Stones. "En realidad, no se han diluido, incluso, su estatura ha crecido".

Y si sus espaldas se ponen un poco duras, ya saben en dónde encontrar ayuda.

Aca la info:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_6071000/6071626.stm