Vía e-mail

De: Rodolfo
Fecha: 4 de agosto de 2014, 2:28
Asunto: Agradabilísima sorpresa!
Para: "[email protected]"
Tengo un rato antes de que empiece 678 y aprovecho para ir a comprarme unas rebanadas de pechuga de pavo y roast beef para mis sánguches. El boliche está en el suburbio más elegante de Saint Louis. Una especie de San Isidro o Puerto Madero. Casi al llegar, está parado el tránsito frente a Shaw Park en lo más elegante de Clayton donde los elegidos de Dios tienen sus oficinas financieras, en lo que pienso que es un accidente bastante grande por la cantidad de autos celulares y cana. Yo soy el segundo auto así que no veo muy bien. Un cana le explica algo a la mina del checo que está delante del mío. La mina da una vuelta pucho y se va. Paso a primera fila y empiezo a ver que la calle está interrumpida por el paso de unos pibes que me parecen escolares. Ya voy a empezar a putear por lo bajo cuando empiezan a aparecer las banderas palestinas y mujeres con la hyjab y los velos y luego hombres, viejos con barba al grito de "¡free, free, Palestine!". No sé que sucedió primero si mis lágrimas, bajar la ventanilla, mi mano en alto con la V de la victoria, mi otra mano tocando la bocina al compás de los gritos de la gente y los manifestantes que me saludaban agradecidos por mi solidaridad. Había gente de todos los colores, gringos con banderas norteamericanas y hasta una brasileiriña con su bandera de Brasil. Hasta en Clayton la sangre está llegando al río.

Fuentes recomendadas:
Lo que necesitás ver para entender la tragedia Palestina
Entrevista a Shlomo Sand, historiador, profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv.
Jewish Voice for Peace (La voz judía por la paz)