EBOLA EN ESPAÑA: Excálibur será sacrificado por orden judicial.
Autoridades de la Sanidad de Madrid han confirmado esta tarde que Excálibur, el perro de la enfermera Teresa Rodríguez, contagiada de ábola en el hospital de Madrid en el que trabaja, será sacrificado con orden judicial para evitar rriesgos de contagio ya que los animales pueden ser portadores asintomáticos el virus pero capaces de expandir cepas por sus excreciones.
Javier Limón, marido de Teresa que se encuentra asimismo internado bajo observación hasta descartar que sea portador de ébola recibió la noticia al mismo tiempo. Javier había solicitado a través de las redes sociales, en especial Facebook colaboración para impedir el sacrificio del animal, al que consideró como "su familia" junto a su esposa.
Hay gran conmoción en España y Europa por este asunto que comenzó hace unos días cuando las autoridades aceptaron el traslado a la capital del País de dos sacerdotes misioneros en áfrica que habían contraído ébola. El trasado se hizo bajo espectaculares medidas de seguridad pero contradiciendo las opiniones de expertos médicos y epidemiólogos que insistían en que España no estaba en condiciones de atender a estos pacientes. Ambos misioneros fallecieron a los pocos días de su traslado.
Javier Limón y Teresa Rodríguez, la enfermera gallega contagiada con ébola en el hospital de Madrid donde trabaja con Excálibur, el perro que será sacrificado por orden judicial.
Europa mira con atención lo que pasa en España donde, a esta hora, hay un enfermo confirmado, dos bajo atención de prevención -posiblemente infectados- y 52 personas más están siendo observadas por haber mantenido contacto directo con los portadores del virus.
En tanto se suceden manifestaciones de protesta por parte del personal sanitario que denuncia verse obligado a trabajar en condiciones de riesgo de vida al no contar con los elementos de protección y la capacitación necesaria para afrontar la situación. Todo el espectro político y médico demandan la dimisión de la ministra de sanidad Ana Mato, a quien se responsabiliza de forma directa de los errores cometidos en la gestión del problema.

Autoridades de la Sanidad de Madrid han confirmado esta tarde que Excálibur, el perro de la enfermera Teresa Rodríguez, contagiada de ábola en el hospital de Madrid en el que trabaja, será sacrificado con orden judicial para evitar rriesgos de contagio ya que los animales pueden ser portadores asintomáticos el virus pero capaces de expandir cepas por sus excreciones.
Javier Limón, marido de Teresa que se encuentra asimismo internado bajo observación hasta descartar que sea portador de ébola recibió la noticia al mismo tiempo. Javier había solicitado a través de las redes sociales, en especial Facebook colaboración para impedir el sacrificio del animal, al que consideró como "su familia" junto a su esposa.
Hay gran conmoción en España y Europa por este asunto que comenzó hace unos días cuando las autoridades aceptaron el traslado a la capital del País de dos sacerdotes misioneros en áfrica que habían contraído ébola. El trasado se hizo bajo espectaculares medidas de seguridad pero contradiciendo las opiniones de expertos médicos y epidemiólogos que insistían en que España no estaba en condiciones de atender a estos pacientes. Ambos misioneros fallecieron a los pocos días de su traslado.

Javier Limón y Teresa Rodríguez, la enfermera gallega contagiada con ébola en el hospital de Madrid donde trabaja con Excálibur, el perro que será sacrificado por orden judicial.
Europa mira con atención lo que pasa en España donde, a esta hora, hay un enfermo confirmado, dos bajo atención de prevención -posiblemente infectados- y 52 personas más están siendo observadas por haber mantenido contacto directo con los portadores del virus.
En tanto se suceden manifestaciones de protesta por parte del personal sanitario que denuncia verse obligado a trabajar en condiciones de riesgo de vida al no contar con los elementos de protección y la capacitación necesaria para afrontar la situación. Todo el espectro político y médico demandan la dimisión de la ministra de sanidad Ana Mato, a quien se responsabiliza de forma directa de los errores cometidos en la gestión del problema.