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Si se cuentan las liberaciones desde Bush, la tasa de reincidencia sube a 17,3%, según EEUU. Se redujo con la nueva política de traslado como refugiados




Entre 2002 y 2008 –durante el gobierno de George W. Bush–, Estados Unidos liberó a 532 presos de Guantánamo y el porcentaje de reincidencia en el delito fue 19%, según un documento de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos. Desde principios de 2009 –momento en que asumió Barack Obama y empezó a ubicar reclusos en terceros países como refugiados– hasta julio de 2014 se liberaron 88 presos y la reincidencia fue 6,8%.

El informe identificó 107 casos de presos liberados de Guantánamo en los que “se confirmó o se tienen sospechas de que retornaron a la actividad terrorista”, lo que equivale a 17,3% del total de los que obtuvieron la libertad. Desde que empezó a funcionar como cárcel a principios de 2002, 779 personas estuvieron detenidas en ese centro y 620 fueron liberadas.


El gobierno estadounidense afirma que con la nueva política de liberación, que implica trasladarlos en calidad de refugiados a países sin conflictos ni redes terroristas, se redujo la reincidencia.



Inteligencia de Estados Unidos afirmó en su informe que “algunos de los presos que siguen en Guantánamo buscarán establecer contacto con organizaciones terroristas o insurgentes luego de ser liberados”, pero en países que tienen conflictos internos. Por eso EEUU cree que el camino es que se establezcan en países como Uruguay, de forma de llevar la reincidencia a cero.

Según la New America Foundation, organización que estudia los datos de seguridad nacional estadounidense, más de la mitad fueron enviados a Afganistán y Arabia Saudita y el 14% a Pakistán y Yemen. Los demás fueron en calidad de refugiados a 18 países, durante la administración de Obama.


Para la organización no gubernamental Human Right Watch (HRW), los datos de Inteligencia no son confiables. Laura Pitter, consejera de HRW, dijo a El Observador que al ser liberados bajo condiciones diferentes, esos datos oficiales de EEUU no se ajustan a la realidad de cada refugiado.

“Uno no puede decir que es seguro que un número determinado de personas reincidirá porque se trata de seres humanos diferentes. Son todos casos diferentes. Es muy injusto y no es representativo”, opinó Pitter.

De los 107 que reincidieron, según los datos de la agencia de Inteligencia de EEUU, 23 fallecieron, de los cuales 22 fueron liberados entre 2002 y 2008 y los restantes entre 2009 y 2014. Otros 25 estuvieron bajo custodia de las autoridades y 59 no. También identificó a 12,4% de sospechosos de reincidir (77 en 620), de los cuales dos fallecieron, 12 están en custodia y 61 no lo están.

El informe de Inteligencia determinó que los exconvictos “se comunican asiduamente entre ellos” y con miembros de organizaciones terroristas. “Las razones de las comunicaciones van desde contar sus experiencias personales a planificar actos terroristas”, agrega. Destaca que estas comunicaciones no son indicadores de reincidencia, pero sí tomadas en cuenta a la hora de evaluar en qué casos se reincidió.



La New America Foundation, por su parte, sostiene que el gobierno de EEUU ha identificado con su nombre solo al 20% de las personas reincidentes o que son sospechosas de serlo.

La fundación considera que el porcentaje de prisioneros que, tras haber sido liberados, cometieron o planearon actos terroristas o delitos es del 6%, y no del 17,3%, lo que implica que uno de cada 17 volvió al delito. En una investigación que realizó esta fundación, identificaron por su nombre a 48 de los presos que al ser liberados se involucraron en planes terroristas contra EEUU u otros países. Tres de ellos, por ejemplo, fueron asesinados luego de unirse a un grupo terrorista en Afganistán y a otros dos los condenaron en Marruecos en 2007 por tratar de reclutar ciudadanos de ese país para unirse a Al Qaeda en Irak. Para New Foundation, “no importa tanto” el número de detenidos que regresa “al campo de batalla”, sino que EEUU libere todos los datos. “Lo más importante es que el gobierno estadounidense sea transparente con los datos de esas personas que considera que están involucradas en actos terroristas y sirvan como insumo para debatir acerca de cuándo, finalmente, cerrar el campo de detención de Guantánamo”, concluyó.




Detenido en casas de seguridad pertenecientes al grupo terrorista Al Qaeda donde también se capturó a otros miembros de esa organización, entre ellos algunos líderes. El detenido estuvo en Afganistán y tiene vínculos con el grupo extremista palestino Hamas. Durante su detención, Tahamatan declaró que odiaba “a todos los enemigos del islam, incluyendo los estadounidenses, judíos, cristianos y musulmanes” que no piensan como él. Se lo identifica como “poco cooperativo y, en ocasiones, desafiante”. Por ese motivo se indica que “el verdadero alcance de sus actividades aún no se ha determinado completamente”.



Se lo señala como integrante de una célula terrorista siria que escaparon de las autoridades de ese país y huyeron a Afganistán en 2000. De su evaluación, se estima que presenta un “riesgo alto , ya que puede representar una amenaza para EEUU, sus intereses y aliados”. Sin embargo, su comportamiento general “ha sido obediente y rara vez hostil a la fuerza de guardias y el personal”, indica el documento. Se agrega que el detenido recibió entrenamiento suicida. “Retiene datos de su organización extremista y de sus asociaciones de Al Qaeda en Siria y Afganistán. También está reteniendo información sobre sus actividades y las de sus colaboradores”, indica el documento.



Integró una célula terrorista siria que escapó de las autoridades de ese país y huyó a Afganistán en 2000. También recibió entrenamiento suicida. Reconoció haber recibido formación para el manejo de fusiles AK-47 en Afganistán. Ha amenazado al personal estadounidense en caso de liberación. El valor de inteligencia que tiene es alto: “El detenido está reteniendo extensos detalles de su organización extremista y de Al Qaeda en Siria y Afganistán. Tampoco reveló detalles de sus actividades ni de las de sus compañeros, y niega cualquier entrenamiento de militantes en Afganistán”.


Aunque nació en El Líbano, tiene ciudadanía siria. El detenido es un miembro del Grupo de Siria compuesto por células terroristas desmanteladas que escaparon de Siria a Afganistán en 2000. Por sus actividades terroristas en ese país, fue condenado a muerte en ausencia. Es el único de los cinco prisioneros que presentaba niveles altos de riesgo en las tres categorías evaluadas por el Departamento de Defensa de EEUU: amenaza a intereses de ese país, comportamiento en prisión y valor de inteligencia. Fue miembro de la red global de Al Qaeda desde finales de 1990. En 2000 llegó a Afganistán, donde participó en la actividades vinculadas a la red. De padre sirio y madre argentina, sirvió a la Fuerza Aérea siria entre 1991 a 1993, donde recibió entrenamiento con armas.




Detenido en diciembre de 2001 por ser parte de las células terroristas que escaparon de las autoridades sirias y huyeron a Afganistán a finales de 2000. Participó en las hostilidades contra Estados Unidos y la coalición. Se indica que el detenido recibió capacitación sobre operaciones suicidas en Siria y que también está incluido en una lista de documentos de Al Qaeda como uno de los que recibió formación en el uso de armamento. Exmilitar de la Fuerza Aérea siria.