Un estudio comprueba que los adictos a las selfies son poco activos sexualmente
Las selfies han llegado para quedarse. Esta popular tendencia de sacarse fotos y subirlas a redes sociales se ha vuelto tan popular que incluso para algunos, se ha convertido en un pasatiempo y una gran adicción. Aunque tomarse una selfie y compartirla puede ser algo simple, revela más de lo que se puede ver en la foto, ya que en ocasiones mostrarse divertida o incluso sexy puede hacer más mal que bien.
Un sondeo realizado por Christyntje Gallagher, para la Van Wageningen University, en Holanda determinó que el hacerse muchas ‘selfies’ es un síntoma que presentan las personas con baja actividad sexual.
Gallagher, con la finalidad de hallar la causa de la alta exposición de la privacidad sexual, realizó la investigación a la que denominó “Het fotograferen van ontbering en eenzaamheid” (La fotografía de las dificultades y la soledad), donde analizó las fotos y las comparó con la realidad de los protagonistas y observó que muchos utilizan esta tendencia para ocultar su inseguridad y ausencia sexual.
En total se analizaron a 800 personas que eran adictas a hacerse selfies. Se encontró que el 83% de estas no tenía una vida sexual activa. Los analizados se contradecían con su perfil, donde se definían como “sexys” y “deseadas”. La contabilización de los entrevistados dio a conocer que por cada 45 fotos que suben al mes, las personas sólo mantuvieron dos relaciones sexuales durante el mismo periodo.
“Publicar ‘selfies’ (45 en promedio al mes) en internet puede ser una forma de liberar la falta de satisfacción sexual“, dijo Gallagher. Que también subrayó que “sólo un 17 por ciento de los encuestados mantenía relaciones sexuales con frecuencia“.
Para Gallagher, los “adictos a las selfies evalúan su nivel de bienestar basados en los ‘likes’ que recibe la imagen de sí mismo que construyen. Utilizan los filtros y las tecnologías de manipulación de imágenes para vender una imagen a sus seguidores.
“Los adictos al ‘selfie’ evalúan su nivel de bienestar en la imagen que construyen de sí mismo, utilizando las tecnologías para manipular la imagen real que obtuvieron de sí mismos y así poder vender algo que no existe, sin entender que la vida no es un photoshop”, indicó Gallagher.


Las selfies han llegado para quedarse. Esta popular tendencia de sacarse fotos y subirlas a redes sociales se ha vuelto tan popular que incluso para algunos, se ha convertido en un pasatiempo y una gran adicción. Aunque tomarse una selfie y compartirla puede ser algo simple, revela más de lo que se puede ver en la foto, ya que en ocasiones mostrarse divertida o incluso sexy puede hacer más mal que bien.
Un sondeo realizado por Christyntje Gallagher, para la Van Wageningen University, en Holanda determinó que el hacerse muchas ‘selfies’ es un síntoma que presentan las personas con baja actividad sexual.

Gallagher, con la finalidad de hallar la causa de la alta exposición de la privacidad sexual, realizó la investigación a la que denominó “Het fotograferen van ontbering en eenzaamheid” (La fotografía de las dificultades y la soledad), donde analizó las fotos y las comparó con la realidad de los protagonistas y observó que muchos utilizan esta tendencia para ocultar su inseguridad y ausencia sexual.
En total se analizaron a 800 personas que eran adictas a hacerse selfies. Se encontró que el 83% de estas no tenía una vida sexual activa. Los analizados se contradecían con su perfil, donde se definían como “sexys” y “deseadas”. La contabilización de los entrevistados dio a conocer que por cada 45 fotos que suben al mes, las personas sólo mantuvieron dos relaciones sexuales durante el mismo periodo.

“Publicar ‘selfies’ (45 en promedio al mes) en internet puede ser una forma de liberar la falta de satisfacción sexual“, dijo Gallagher. Que también subrayó que “sólo un 17 por ciento de los encuestados mantenía relaciones sexuales con frecuencia“.
Para Gallagher, los “adictos a las selfies evalúan su nivel de bienestar basados en los ‘likes’ que recibe la imagen de sí mismo que construyen. Utilizan los filtros y las tecnologías de manipulación de imágenes para vender una imagen a sus seguidores.

“Los adictos al ‘selfie’ evalúan su nivel de bienestar en la imagen que construyen de sí mismo, utilizando las tecnologías para manipular la imagen real que obtuvieron de sí mismos y así poder vender algo que no existe, sin entender que la vida no es un photoshop”, indicó Gallagher.
