El líder de la alianza UCR-PRO, Mauricio Macri, visitó al recientemente electo intendente de Marcos Juarez, provincia de Córdoba.
En el marco de la algarabía por el ascenso de un referente de la flamante alianza conservadora al ejecutivo de esa localidad de 27 mil habitantes, el intendente de la Ciudad de Buenos Aires se anticipó a su colega cordobés al proyectarse como futuro presidente de la república, brindando algunos indicios de su futuro plan económico: eliminación del impuesto a las ganancias de la cuarta categoría y de las retenciones, con una baja progresiva del 5% anual para las de la soja.
Pese a que afirmó que esas medidas serían implementadas por el "mejor equipo económico de los últimos 50 años", sus integrantes no habían ni siquiera hecho las cuentas del costo fiscal de las promesas de campaña de su jefe.
Colaboremos entonces con ellos, y hagamos parte de esas cuentas. Tomando como base el año 2013, la rebaja impositiva de Macri rondaría entre el 4,4% del total de los recursos del Estado Nacional y el 5,8% tras cuatro años de sucesivas rebajas de las retenciones a la soja.
Es decir, incrementar el déficit fiscal entre 1,2 y 1,6 puntos porcentuales del producto bruto interno (base 2004), y aproximadamente entre 2,6 y 3,5 veces el costo de la Asignación Universal por Hijo.
Según señaló Federico Sturzenegger, economista del PRO, la rebaja impositiva se cubriría mediante "algún tipo de endeudamiento". No casualmente, la propuesta de una rebaja impositiva financiada mediante la emisión de deuda en el exterior fue formulada por Domingo Cavallo en su último libro como el método para salir de la estanflación.
Para llevar adelante ese plan económico neocoservador, se debe resolver el conflicto con los fondos buitre, que hoy cierra el acceso a los mercados voluntarios de deuda.
No casualmente, el bloque UCR-PRO votó en contra de la ley de pago soberano, indicando su voluntad de aceptar el fallo Griesa, por más que el mismo signifique un incremento judicial de la deuda externa de nuestro país, de aproximadamente U$S 120 mil millones (si se activa la cláusula RUFO).
Pero, ¿cómo piensan hacer frente a semejante incremento de nuestra deuda externa?
La respuesta está en los noventa, cuando se refinanció la deuda acordando con los acreedores la privatización de las empresas del Estado. Hoy día buscan reeditar aquella experiencia, entregando los yacimientos de hidrocarburos de Vaca Muerta como llave de acceso a un nuevo ciclo de endeudamiento.
En el marco de la algarabía por el ascenso de un referente de la flamante alianza conservadora al ejecutivo de esa localidad de 27 mil habitantes, el intendente de la Ciudad de Buenos Aires se anticipó a su colega cordobés al proyectarse como futuro presidente de la república, brindando algunos indicios de su futuro plan económico: eliminación del impuesto a las ganancias de la cuarta categoría y de las retenciones, con una baja progresiva del 5% anual para las de la soja.
Pese a que afirmó que esas medidas serían implementadas por el "mejor equipo económico de los últimos 50 años", sus integrantes no habían ni siquiera hecho las cuentas del costo fiscal de las promesas de campaña de su jefe.
Colaboremos entonces con ellos, y hagamos parte de esas cuentas. Tomando como base el año 2013, la rebaja impositiva de Macri rondaría entre el 4,4% del total de los recursos del Estado Nacional y el 5,8% tras cuatro años de sucesivas rebajas de las retenciones a la soja.
Es decir, incrementar el déficit fiscal entre 1,2 y 1,6 puntos porcentuales del producto bruto interno (base 2004), y aproximadamente entre 2,6 y 3,5 veces el costo de la Asignación Universal por Hijo.
Según señaló Federico Sturzenegger, economista del PRO, la rebaja impositiva se cubriría mediante "algún tipo de endeudamiento". No casualmente, la propuesta de una rebaja impositiva financiada mediante la emisión de deuda en el exterior fue formulada por Domingo Cavallo en su último libro como el método para salir de la estanflación.
Para llevar adelante ese plan económico neocoservador, se debe resolver el conflicto con los fondos buitre, que hoy cierra el acceso a los mercados voluntarios de deuda.
No casualmente, el bloque UCR-PRO votó en contra de la ley de pago soberano, indicando su voluntad de aceptar el fallo Griesa, por más que el mismo signifique un incremento judicial de la deuda externa de nuestro país, de aproximadamente U$S 120 mil millones (si se activa la cláusula RUFO).
Pero, ¿cómo piensan hacer frente a semejante incremento de nuestra deuda externa?
La respuesta está en los noventa, cuando se refinanció la deuda acordando con los acreedores la privatización de las empresas del Estado. Hoy día buscan reeditar aquella experiencia, entregando los yacimientos de hidrocarburos de Vaca Muerta como llave de acceso a un nuevo ciclo de endeudamiento.