El repunte de la economía de Estados Unidos le otorga nuevos
El resurgimiento del dólar está impulsando la demanda global de acciones y bonos estadounidenses.
El resurgimiento del dólar está impulsando la demanda global de acciones y bonos estadounidenses, conforme los inversionistas vuelcan su dinero a una economía en franca recuperación.
La divisa verde ha registrado su racha alcista más prolongada en más de 17 años, al apreciarse contra una amplia canasta de monedas durante nueve semanas consecutivas, según el ICE U.S. Dollar Index.
Los avances reflejan las expectativas de los inversionistas de que la Reserva Federal eleve las tasa de interés el año próximo por primera vez desde 2006 en momentos en que los bancos centrales en Europa y Japón tratan de reanimar sus economías.
La perspectiva de un alza de tasas en Estados Unidos está atrayendo inversionistas de todo el mundo que buscan mayores retornos en un entorno caracterizado por tasas de interés cercanas a cero. A la vez, el avance del dólar ejerce una presión bajista sobre los precios de materias primas como el petróleo y el oro.
A última hora del viernes, el dólar cotizaba a 107,35 yenes, su nivel más alto frente a la divisa japonesa desde octubre de 2008. A su vez, el WSJ Dollar Index acumula un aumento de 3,3% este año y de 17% desde que tocó su nivel mínimo en 2011.
Los inversionistas han comprado dólares de cara a la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, que concluirá el miércoles, cuando podría actualizar sus perspectivas sobre las tasas de interés.
El fortalecimiento del dólar suele crear un círculo virtuoso para la economía estadounidense. Sus avances se interpretan como una señal de buena salud de la economía. Además, al abaratamiento de las importaciones puede impulsar el crecimiento al incrementar el poder adquisitivo del consumidor.
El consumo interno, que representa la mayor parte de la actividad económica de EE.UU., se volvió anémico desde la crisis financiera, en un contexto de desempleo alto y débil crecimiento salarial.
Numerosos analistas y corredores sostienen que los avances recientes del dólar se parecen a los de fines de los años 90, un período en el que la apreciación de la divisa coincidió con un alza récord de las acciones estadounidenses. La mayoría, sin embargo, evita las comparaciones con la más reciente alza importante del dólar, en 2008, que fue producto de la fuga global de fondos hacia activos seguros como los bonos del Tesoro de EE.UU. en medio de la crisis financiera.
Desde comienzos de año hasta el 10 de septiembre, los inversionistas volcaron US$111.600 millones a acciones y bonos de EE.UU., según EPFR Global. Se trata de un alza importante si se compara con los US$89.400 millones del mismo período del año previo, que incluyó una sustancial salida de fondos de la renta fija estadounidense a mediados de 2013, cuando los mercados pensaron que la Fed subiría las tasas antes de lo previsto.
En esta ocasión, el repunte del dólar coincide con alzas en los precios de las acciones y los bonos de EE.UU., lo que ha confundido a analistas que preveían que los precios de la deuda caerían a medida que la Fed retiraba su estímulo.
Otros analistas advierten que un dólar en alza podría causar problemas para los mercados emergentes. “Las tasas en alza y el encarecimiento del capital presentan desafíos para emisores endeudados y economías con mayor riesgo”, dice Jonathan Lewis, director de inversión de Samson Capital Advisors LLC.
El resurgimiento del dólar está impulsando la demanda global de acciones y bonos estadounidenses, conforme los inversionistas vuelcan su dinero a una economía en franca recuperación.
La divisa verde ha registrado su racha alcista más prolongada en más de 17 años, al apreciarse contra una amplia canasta de monedas durante nueve semanas consecutivas, según el ICE U.S. Dollar Index.
Los avances reflejan las expectativas de los inversionistas de que la Reserva Federal eleve las tasa de interés el año próximo por primera vez desde 2006 en momentos en que los bancos centrales en Europa y Japón tratan de reanimar sus economías.
La perspectiva de un alza de tasas en Estados Unidos está atrayendo inversionistas de todo el mundo que buscan mayores retornos en un entorno caracterizado por tasas de interés cercanas a cero. A la vez, el avance del dólar ejerce una presión bajista sobre los precios de materias primas como el petróleo y el oro.
A última hora del viernes, el dólar cotizaba a 107,35 yenes, su nivel más alto frente a la divisa japonesa desde octubre de 2008. A su vez, el WSJ Dollar Index acumula un aumento de 3,3% este año y de 17% desde que tocó su nivel mínimo en 2011.
Los inversionistas han comprado dólares de cara a la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, que concluirá el miércoles, cuando podría actualizar sus perspectivas sobre las tasas de interés.
El fortalecimiento del dólar suele crear un círculo virtuoso para la economía estadounidense. Sus avances se interpretan como una señal de buena salud de la economía. Además, al abaratamiento de las importaciones puede impulsar el crecimiento al incrementar el poder adquisitivo del consumidor.
El consumo interno, que representa la mayor parte de la actividad económica de EE.UU., se volvió anémico desde la crisis financiera, en un contexto de desempleo alto y débil crecimiento salarial.
Numerosos analistas y corredores sostienen que los avances recientes del dólar se parecen a los de fines de los años 90, un período en el que la apreciación de la divisa coincidió con un alza récord de las acciones estadounidenses. La mayoría, sin embargo, evita las comparaciones con la más reciente alza importante del dólar, en 2008, que fue producto de la fuga global de fondos hacia activos seguros como los bonos del Tesoro de EE.UU. en medio de la crisis financiera.
Desde comienzos de año hasta el 10 de septiembre, los inversionistas volcaron US$111.600 millones a acciones y bonos de EE.UU., según EPFR Global. Se trata de un alza importante si se compara con los US$89.400 millones del mismo período del año previo, que incluyó una sustancial salida de fondos de la renta fija estadounidense a mediados de 2013, cuando los mercados pensaron que la Fed subiría las tasas antes de lo previsto.
En esta ocasión, el repunte del dólar coincide con alzas en los precios de las acciones y los bonos de EE.UU., lo que ha confundido a analistas que preveían que los precios de la deuda caerían a medida que la Fed retiraba su estímulo.
Otros analistas advierten que un dólar en alza podría causar problemas para los mercados emergentes. “Las tasas en alza y el encarecimiento del capital presentan desafíos para emisores endeudados y economías con mayor riesgo”, dice Jonathan Lewis, director de inversión de Samson Capital Advisors LLC.