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Rebelión en la cárcel de mujeres.

Las internas de una prisión noruega están en pie de guerra porque la dirección les ha prohibido tener consoladores en sus celdas.

© Miguel Mielgo - JM Noticias.com

Las internas en la prisión noruega de Bredtveit, la única cárcel de mujeres en este país nórdico, han desenterrado el hacha de guerra en protesta contra la dirección de la penitenciaría, porque su director les han prohibido usar consoladores en las celdas. "Hay un peligro de contagio y por razones de higiene hemos decidido no permitir los vibradores en las celdas" explicó Dan Strømme, el director del penal, al diario noruego Aftenposten. Unas razones que las internas no están dispuestas a aceptar así por las buenas, y mucho menos que tengan ahora que volver a las formas "tradicionales y manuales", para poder satisfacer sus necesidades sexuales sin ayuda de tan curioso instrumento..



"La dirección nos ha dado diferentes explicaciones: Que si hay peligro de contagio, que si es por la higiene o que puede darse una situación de violencia sexual, pero ¿hasta dónde vamos a llegar?" exclamó una de las las reas de 39 años. La portavoz de la presas también apuntó a que "lo que la dirección quiere es que no nos podamos sentir bien dentro de la cárcel" y achaca la prohibición de tener consoladores en las celdas a que el director del penal es un hombre, y naturalmente, no ve con buenos ojos que las mujeres se sientan satisfechas.

Ante el enrarecido ambiente de "malas vibraciones" que se ha creado en el penal, una comisión de presas ha propuesto a la dirección que sean los celadores los que mantengan, durante el día y bajo llave, todos los "dildos" y demás juguetes eróticos de las internas, pero que estos sean entregados a sus propietarias a la hora de dormir, cuando cada una está ya en su celda.



Sin embargo y aunque la intención de la propuesta era solucionar el problema y enterrar el hacha de guerra, no parece que los guardianes estén por la labor de administrar esta solución al problema, y mucho menos tener que repartir los consoladores cada noche y de celda en celda.

La sexóloga Bente Traee comparte la opinión de las presas y asegura que el motivo de la prohibición suena un tanto extraño."A una mujer le puede resultar difícil tener una buena vida sexual en la prisión sin la ayuda de un consolador y, si sexualmente está satisfecha, mentalmente también" dice la Dra. Traeen. La experta en sexología considera los vibradores como objetos muy personales de cada mujer y, "si en la cárcel se tiene una vida privada, cada mujer debe tener el suyo" afirmna la doctora..


Fuente: http://www.jmnoticias.com/wjmdata/NOTmundo/carcel.htm